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La Batalla de Montecassino

Publicado: 16 11 2008 18:32
por albertoa
LA BATALLA DE MONTECASSINO

(4 de enero al 19 de mayo de 1944)

Hay varios aspectos de esta batalla que llaman poderosamente la atención. Por ejemplo, es difícil encontrar otra batalla donde hayan intervenido en el bando aliado tantas nacionalidades diferentes: norteamericanos, británicos, franceses, canadienses, polacos, italianos, hindúes, sudafricanos, brasileños, australianos, neozelandeses, etc.

Otro factor a tener en cuenta es la bravura y la tenaz resistencia de los defensores alemanes. Soldados paracaidistas y granaderos panzer, que sólo salieron de allí al recibir la orden de evacuación. El General Alexander reconoció la talla de los paracaidistas alemanes enemigos con las siguientes palabras: "Es extraordinaria la tenacidad de estos paracaidistas alemanes. Estuvieron sometidos a toda la fuerza aérea del Mediterráneo bajo la mayor concentración de potencia de fuego que se ha visto jamás. Dudo que haya otras tropas en el mundo que hubiesen podido levantarse y seguir luchando con aquella ferocidad". Este comentario, con toda seguridad, incluía a sus propias tropas.

Curiosamente, la batalla fue ganada por los aliados, pero se puede afirmar que no la ganaron directamente, sino más bien ampliando el frente y envolviendo a los defensores alemanes de Montecassino, que al verse que iban a ser irremediablemente cercados, optaron por una retirada estratégica, dejando solamente entre las ruinas a algunos heridos y médicos.
El monasterio reconstruidoEl monasterio reconstruido
Imagen del Monasterio tras la batallaImagen del Monasterio tras la batalla

Simulación del lugar de la batallaSimulación del lugar de la batalla
La Batalla de Montecassino (también conocida como la Batalla por Roma y la Batalla por Cassino) fue una serie de cuatro duras batallas durante la II Guerra Mundial con la intención, por parte de los aliados, de atravesar la línea Gustav y tomar Roma. En ella intervinieron por parte del Eje 105.000 efectivos, con un saldo de bajas de 20.000. Por parte aliada participaron 80.000 soldados, con un total de 54.000 bajas.

A comienzos de 1944 la parte oeste de la Línea Gustav, cuyo pivote principal se situaba en las escarpadas pendientes de Monte Cassino, estaba sostenida por los alemanes que tenían posiciones en los valles del río Rápido, Liri y Garigliano y algunos picos y peñascos cercanos, aunque no en la histórica abadía de Montecassino, fundada en el año 524 por San Benito, aunque sí contaban con posiciones de defensa en las escarpadas pendientes por debajo de las paredes de la abadía. El 15 de febrero el monasterio, que estaba emplazado sobre un morro sobre el pueblo de Cassino, fue destruido por bombardeos de aviones americanos B-17, B-25, y B-26. Dos días después del bombardeo, paracaidistas alemanes se atrincheran entre las ruinas para defenderlas. Entre el 17 de enero y el 18 de mayo, la colina fue atacada cuatro veces por las tropas aliadas, dando como resultado un total de un 67,5% de bajas, mientras las bajas alemanas ascendieron a un total de un 19%.
Octavilla propagandística alemana lanzada a las tropas aliadas. Las montañas y los valles de la soleada Italia desean conocerteOctavilla propagandística alemana lanzada a las tropas aliadas: "Las montañas y los valles de la soleada Italia desean conocerte"
Los desembarcos aliados en Salerno y Tarento en septiembre de 1943, continuaron con el lógico avance hacia Roma. Sin embargo, el avance fue lento, por lo que esta campaña se asemejó a los campos de batalla de la I Guerra Mundial. Esto ocurrió debido al difícil terreno de la península itálica, ideal para que los alemanes se atrincheraran en sus defensas.

Los principales caminos desde Nápoles, el cuartel general aliado, hasta Roma pasaban a través del valle del Liri o por la costa oeste de Italia. Sin embargo, la entrada del valle estaba bloqueada por una colina, en cuyo centro se alzaba el pueblo de Cassino. El punto más alto de la colina (1.100 metros) fue elegido por los alemanes para detectar cualquier movimiento aliado, así como dirigir la artillería contra ellos con precisión. Precisamente en ese punto se encontraba la abadía de Montecassino. Después de la guerra los alemanes negaron rotundamente haber utilizado el monasterio como fortaleza, si bien algunas unidades aliadas declararon lo contrario. Lo cierto es que durante la batalla el monasterio fue destruido, y entonces los alemanes sí utilizaron las ruinas del edificio para resguardarse.
Imagen del aspecto dantesco que presentaba la zona de la batallaImagen del aspecto dantesco que presentaba la zona de la batalla

Los sucesivos ataques
El primer ataque se inició el 4 de enero de 1944, con resultados adversos para las tropas aliadas. El 15 de febrero los bombarderos aliados destruyeron el monasterio e iniciaron el segundo ataque con el mismo resultado. Después de bombardear de nuevo lo que quedaba del edificio religioso, la infantería aliada reinició el ataque el 15 de marzo. El 25 de marzo los aliados reconocieron su momentánea derrota y desistieron. Las bajas aliadas totales fueron de 54.000 hombres, sin resultados positivos.

La decisión de bombardear el monasterio fue tomada por el comandante neozelandés Bernard Freyberg, sin embargo, antes pidió permiso al Papa Pío XII, que aceptó. El mismo día los B-17 arrojaron 2.500 toneladas de bombas sobre el monasterio, inmediatamente los alemanes utilizaron los escombros para fortificar su línea defensiva. Antes de la contienda, la irreemplazable biblioteca de la abadía fue enviada a Roma y sobrevivió a la batalla.
Bombarderos estadounidenses sobre MontecassinoBombarderos estadounidenses sobre Montecassino
Impacientes por alcanzar Roma, los aliados organizaron un desembarco en Anzio y Nettuno, al sur de la capital, intentando dejar a sus espaldas a Montecassino, sin embargo, la resistencia que encontraron fue mayor de la esperada, y las tropas aliadas quedaron atrapadas en un bolsillo, resistiendo la presión alemana en un episodio que luego se conoció como la Batalla de Anzio.

El último ataque contra Montecassino fue llevado a cabo por el Segundo Cuerpo Polaco y la Cuarta División India.

El primer asalto (11 de mayo al 12 de mayo) causó enormes bajas aliadas, pero el Octavo Ejército Británico logró atravesar las líneas enemigas, logrando alcanzar el valle del Liri, justo debajo del monasterio.

El segundo asalto (17 de mayo - 19 de mayo) fue cuantioso en cuanto a bajas se refiere entre las filas polacas, pero la Cuarta División de tropas marroquíes logró empujar a la Primera División de Paracaidistas alemanes fuera de sus posiciones en las colinas, que rindieron las ruinas del monasterio. En la mañana del 18 de mayo, la vanguardia polaca ocupó el monasterio, que ya había sido abandonado. La captura de Montecassino permitió el avance aliado a Roma y liberó a las tropas atrapadas en Anzio, la capital italiana cayó el 4 de junio de 1944.
Paracaidistas alemanes atentos a los movimientos del enemigo, junto a su MG-42Paracaidistas alemanes atentos a los movimientos del enemigo, junto a su MG-42
En 1943 cuando el Mando Aliado decidió atacar la Línea Gustav alemana para abrirse camino hacia el norte de la Península Italiana, hacia Roma. Para obligar a los defensores de la línea a abandonar sus posiciones, se planeó un desembarco detrás de dichas posiciones, en Anzio. Los generales aliados Alexander y Clark se enfrentaban a Kesselring, quien estaba haciendo un extraordinario trabajo en la defensa de Italia, conteniendo y retrasando el avance enemigo en inferioridad numérica y bajo total superioridad aérea y naval enemiga.

La idea era desembarcar varias divisiones en Anzio a espaldas de la Línea Gustav de forma que obligara a levantar la línea y retroceder hacia Roma. El desembarco se haría en forma simultánea con un masivo ataque frontal a la línea intentando las tropas de la Commonwealth, los franceses, los polacos y los norteamericanos abrirse camino hacia el valle del Liri, y una vez en el Liri, hasta Roma.
Tropas brasileñas en Montecassino. Fue importante el variado número de nacionalidades que intervinieron en la batallaTropas brasileñas en Montecassino. Fue importante el variado número de nacionalidades que intervinieron en la batalla
Cassino era un pequeño pueblo italiano a orillas del río Rápido en el centro de la Línea Gustav, en una zona montañosa, coronado por un monte en donde se erguía una abadía y monasterio benedictino, del siglo VI. Curiosamente, el monasterio no estaba ocupado por tropas alemanas. Las únicas unidades alemanas que cerraban el paso al Liri en Cassino se hallaban desplegadas en el pueblo, al haberse acordado por el mando germano que el monasterio era un monumento histórico y no debía ser convertido en fortaleza. Fue un error de apreciación aliado el que convirtió Monte Cassino en una fortaleza. Convencidos de que los alemanes habían fortificado el monasterio, lanzaron un terrorífico ataque aéreo sobre el mismo el 15 de febrero de 1944. En sus edificios, los únicos ocupantes eran monjes y civiles de Cassino que habían acudido a refugiarse en aquel santo lugar. (Esto no fue reconocido como un tremendo error por Estados Unidos hasta 1969).

El ataque consistió de ocho oleadas sucesivas, con 240 bombarderos lanzando casi 600 toneladas de alto explosivo sobre la abadía. Todos los edificios quedaron destruidos, y el lugar lleno de hoyos y cráteres.
Imagen de las ruinasImagen de las ruinas
Hasta el 11 de febrero, las tropas que defendían Cassino no eran paracaidistas, sino granaderos panzer (Panzergrenadier) de la 15ª división de la Wehrmacht. Ocupaban esas posiciones desde diciembre de 1943, y no tenían intención de entregarlas a sus enemigos. Cuando se habla de Cassino todo el mundo recuerda la defensa llevada a cabo por los paracaidistas, pero sólo algunos saben que la primera fase de la defensa del área fue llevada a cabo por panzergrenadiers con notable éxito.
Fotografía del general ClarkFotografía del general Clark
El 20 de enero de 1944, Clark ordenó que la 36ª División de infantería norteamericana junto a elementos de la Guardia Nacional de Texas, intentaran cruzar el río Rápido. Clark había asumido que habría pérdidas elevadas, pero nadie imaginaba la carnicería que se produjo. Durante horas, la artillería estadounidense y su aviación táctica castigaron las posiciones de la 15ª Panzergrenadier (que además estaba incompleta porque algunos de sus elementos habían sido llamados como refuerzos en otros sectores del frente). Confiados en que el castigo habría sido terrible para los defensores, los infantes dejaron sus posiciones y comenzaron a preparar el cruce del río con lanchas de asalto.

Cuando buena parte de las tropas norteamericanas estaban en esta tarea, los panzergrenadiers, que habían sabido cobijarse durante los bombardeos, abrieron fuego con armas automáticas y morteros. En pocos minutos, en la orilla sur del Rápido se amontonaban los muertos y heridos norteamericanos. Fue una carnicería tal, que sin ni siquiera haber alcanzado los puntos de cruce y abordado sus botes, los asaltantes ya sufrían un 25% de bajas.

Sólo unos pocos pelotones y compañías incompletas alcanzaron la orilla norte, pero una vez allí, quedaron aisladas buscando cobijo desesperadamente ante el aluvión de fuego que se les venía encima y no pudieron consolidar la cabeza de puente.

A pesar de las terribles pérdidas, el General Clark ordenó volver a intentar el cruce, asumiendo que los defensores alemanes también habrían sufrido pérdidas difíciles de reponer y ordenó un segundo intento de cruce la noche del día 21 al 22 de enero.
Artilleros británicos en plena acciónArtilleros británicos en plena acción
Amparados por la oscuridad, a pesar de las terribles bajas, un batallón completo consiguió alcanzar la orilla enemiga y tender dos puentes, pero los alemanes, dándose cuenta de que con los puentes operativos llegarían rápidamente refuerzos y perderían sus posiciones contraatacaron en mitad de la noche. Apoyados por cañones bien atrincherados que disparaban directamente contra las posiciones estimadas enemigas, los granaderos pulverizaron a los estadounidenses. Fue tal la matanza que, del batallón, sólo sobrevivieron algunas compañías incompletas que para salvar la vida tuvieron que retroceder nuevamente hasta la orilla sur abandonando los puentes y el material.

Los mandos de la 15ª Panzergrenadier fueron consultados por el general Frido von Senger en relación a cuál era la situación y si podrían resistir el ataque enemigo. La respuesta fue: "Los destacamentos de asalto del enemigo que cruzaron el río han sido aniquilados". El Congreso de los Estados Unidos ordenó una investigación de lo sucedido creándose una Comisión de Investigación poco después de terminar la guerra.

Nada más producirse el desastre de la 36ª División, el 24 de enero, el tozudo General Clark ordenó que el Rápido fuera cruzado de nuevo esta vez por la 34ª División, permitiendo reorganizarse a la 36ª. Se eligió una zona del río donde la poca profundidad facilitaría el cruce de los infantes y el material, al norte del pueblo de Cassino. La idea era tras cruzar el Rápido, dividirse la fuerza en dos grupos, uno que atacaría Cassino y otro que intentaría alcanzar las colinas que dan paso al valle del Liri. Para apoyar a los atacantes, los norteamericanos decidieron emplear carros de combate con la 34 División.
Cartel de aviso para las tropas aliadas, en el que se indica el peligro de abandonar la carretera por posibles explosiones de las minasCartel de aviso para las tropas aliadas, en el que se indica el peligro de abandonar la carretera por posibles explosiones de las minas
Los alemanes, conocedores de que el enemigo intentaría cruzar el río, volaron una presa provocando un desbordamiento del río y convirtiendo ambas orillas en un lodazal. Cuando los carros junto con la infantería avanzaron hacia el río, veinte carros quedaron atrapados completamente en el barro y tuvieron que ser abandonados. A pesar de que esta vez se consiguió dominar parte de la orilla alemana, los grenadiers habían minado las laderas de las montañas que seguían al río, y construido varios puestos fortificados que se cobraron un fuerte peaje en vidas enemigas. Gracias al apoyo de los carros, los hombres de la 34ª División consiguieron alcanzar los arrabales de Cassino, pero allí fueron finalmente detenidos de nuevo por fuego concentrado de cañones anticarro y de ametralladoras. Esta situación duró casi una semana.

A principios de febrero, un batallón americano alcanzó la colina 445, a sólo 360m de la abadía de Monte Cassino, pero nuevamente, los panzergrenadiers contraatacaron y les obligaron a abandonar la cima y replegarse. Los estadounidenses estaban exhaustos y habían perdido su empuje. Las pérdidas se acumulaban. Se decidió entonces que tropas coloniales francesas (excelentes soldados de montaña) que se encontraban a 3km al norte de la 34ª División intentaran unirse a ésta para presionar sobre los alemanes. Los franceses conquistaron Monte Belvedere, pero cuando les quedaba poco trecho para enlazar con los norteamericanos los grenadiers consiguieron detener su avance definitivamente.
Imagen de un Sherman estadounidense calcinado entre las ruinas de la batallaImagen de un Sherman estadounidense calcinado entre las ruinas de la batalla
Las tropas alemanas estaban agotadas y hay informes de que escaseaban los víveres y las municiones. En enero y febrero, hizo mucho frío y llovió abundantemente, lo que provocó que los soldados de ambos bandos se encontrasen exhaustos y al límite de sus posibilidades.

El 11 de febrero se decidió finalmente cancelar la fracasada ofensiva, pero para entonces, las bajas aliadas alcanzaban la cifra de 4.200 estadounidenses y 2.500 franceses caídos en acción. A cambio, se había tomado Monte Belvedere y se había cruzado el Rápido, pero sin haber conseguido avanzar más allá, ni alcanzar Cassino, ni la abadía y mucho menos el valle del Liri.
Elementos de la 36 División de Infantería estadounidense en plena acciónElementos de la 36 División de Infantería estadounidense en plena acción
Es en este momento cuando los alemanes, orgullosos de su 15ª Panzergrenadier División decidieron reforzarlos con otra unidad de la que esperaban mucho: la 1ª División Fallschirmjäger. Los aliados, decidieron retirar la 34ª y 36ª Divisiones y a la Guardia Nacional de Texas, que estaban en un estado bastante precario y sustituirlas por unidades frescas de la Commonwealth, la 4ª División India y la 2ª Neozelandesa.

Durante los días 13 y 14 de febrero, los veteranos paracaidistas alemanes se han desplegado en el pueblo y las laderas próximas, pero tienen órdenes expresas de no ocupar la abadía y el monasterio para evitar que sean objetivos militares.

Los aliados, desconfiados, decidieron bombardear Monte Cassino el 15 de febrero, lanzando 600 toneladas de explosivo. En el lugar sólo se encontraban los monjes y civiles refugiados y heridos. Muchos de ellos murieron en el bombardeo.

El día 15, tras el ataque, el General Senger dio por fin permiso a los paracaidistas para ocupar las ruinas de Monte Cassino y convertirlo en un segundo baluarte defensivo detrás del pueblo.

Ahora era el turno de las tropas británicas y de la Commonwealth de demostrar si eran más capaces que sus aliados estadounidenses y conseguirían finalmente atravesar la Línea Gustav. Durante los días 16 y 17 de febrero, la 4ª División India lanzó varios valientes asaltos sobre Cassino y las colinas próximas. Las bajas fueron terribles. Si los panzergrenadiers habían demostrado no estar dispuestos a ceder ni un palmo de terreno y a contraatacar cuando fuera necesario, los fallschirmjäger eran todavía peores enemigos. Por poner un ejemplo, en el ataque a una de las colinas próximas al pueblo (cota 593), el batallón de los Royal Sussex perdió el 50% de sus hombres, lo cual es una auténtica barbaridad.

Enviadas las mejores tropas de la Commonwealth, los fusileros de Rajputana y dos batallones de los temibles Gurkhas, tampoco consiguieron avanzar y las bajas fueron nuevamente escalofriantes.

Sólo los maoríes neozelandeses consiguieron alcanzar el pueblo y tomar la estación de ferrocarril, pero por poco tiempo. El 18 de febrero, la ya fogueada 15ª Pz.Gr. lanzó un contraataque a cargo del 211ª Pz Gr Rg (Regimiento de Granaderos Panzer) junto con algunos cañones de asalto y expulsó a los maoríes del pueblo otra vez.

A partir del 18 de febrero comenzó a nevar copiosamente y se detuvo el ataque británico, que además de no conseguir ningún avance, había supuesto ya centenares de muertos y heridos para sus unidades. Era evidente que los alemanes no estaban dispuestos a ceder y que contraatacarían cualquiera que fueran las circunstancias donde hiciera falta.

Hasta el 15 de marzo no se reanudó el asalto aliado sobre Cassino, nuevamente encabezado por los británicos. Para aniquilar a los defensores del pueblo, se preparó la ofensiva con un bombardeo previo de 500 aviones que lanzaron sobre el pequeño casco urbano e inmediaciones, 1.000 toneladas de explosivos.

Por si esto fuera poco, la artillería lanzó otras 2.500 toneladas más de proyectiles. El suelo tembló en 10km a la redonda como si se tratase de un terremoto.

No podía haber supervivientes. No quedó ni un solo edificio en pie y los cráteres se superponían unos a otros en un espectáculo dantesco, semejante al paisaje lunar.

A estas alturas de la batalla, la 15ª Pz.Gr.Div. había sido relevada por los paracaidistas (y bien ganado se lo tenía esta fabulosa unidad). En Cassino, los defensores soportaron horas de bombardeo escondidos en sótanos y cloacas. Algunos quedaron enterrados en vida y desde luego, muchos otros murieron.
Efectivo de la 1ª División Paracaidista alemanaEfectivo de la 1ª División Paracaidista alemana
El ataque que siguió al bombardeo lo llevaron a cabo neozelandeses, que incrédulos ante lo que veían sus ojos, comprobaron como los fallschirmjäger volvían a ocupar sus posiciones abriendo fuego con fusiles, ametralladoras y morteros contra ellos. El Hotel Excelsior fue uno de los lugares elegidos por los paracaidistas para resistir. Y finalmente, los neozelandeses, como antes norteamericanos, franceses, británicos e indios, tuvieron que retirarse y abandonar el pueblo. Durante nueve días y nueve noches, los paracaidistas diezmaron seis batallones neozelandeses, uno tras otro cada vez que pretendieron tomar la población.
Tropas neozelandesas durante un descanso de la batallaTropas neozelandesas durante un descanso de la batalla
El batallón de Gurkhas de la división, consiguió trepar hasta una colina detrás del pueblo y ya cerca de la abadía, la Colina del Verdugo y otro batallón hindú alcanzó la Colina del Castillo, también próxima. Pero los fallschirmjäger consiguieron aislarles allí y causarles bajas poco a poco, haciendo la situación insostenible.

El día 23 de marzo, más de un mes después del inicio del asalto, el General Alexander ordenó abortar la ofensiva. Los Gurkhas y los hindúes aislados consiguieron retirarse de las colinas donde habían quedado aislados, pero dejando un rastro de cadáveres en el camino.

En esta ofensiva, la artillería aliada empleó 600.000 proyectiles, para no conseguir absolutamente nada. Sólo entre la Colina del Castillo y la estación de Cassino, se contabilizaron 2.000 muertos aliados.
Vainas de munición de artillería aliadas. La imagen habla por sí sola en cuanto a la enorme cantidad de fuego que tuvieron que soportar los defensores alemanesVainas de munición de artillería aliadas. La imagen habla por sí sola en cuanto a la enorme cantidad de fuego que tuvieron que soportar los defensores alemanes
Como se ha mencionado al principio de este artículo, es en este punto, cuando el General Alexander reconoce la talla de los paracaidistas alemanes enemigos con las siguientes palabras: "Es extraordinaria la tenacidad de estos paracaidistas alemanes. Estuvieron sometidos a toda la fuerza aérea del Mediterráneo bajo la mayor concentración de potencia de fuego que se ha visto jamás. Dudo que haya otras tropas en el mundo que hubiesen podido levantarse y seguir luchando con aquella ferocidad".


El último asalto

El siguiente capítulo en esta sangrienta historia lo escribirían los polacos del II Cuerpo de Ejército, acérrimos y rencorosos rivales de los alemanes. Ni americanos, ni franceses, ni británicos, ni indios, ni neozelandeses, ni gurkhas, habían conseguido someter Cassino.

El 11 de mayo, los polacos tras la habitual barrera artillera se lanzaron al ataque. Ocuparon una cresta a 1.500 metros de la abadía (hacia el este) llamada Cresta Fantasma (cota 593). A pesar de las bajas acumuladas y del volumen de fuego, los paracaidistas organizaron un nuevo contraataque obligando al enemigo a (por enésima vez) abandonar su conquista, retrocediendo los polacos con gran número de bajas.
Soldados alemanes prisioneros de los aliados
Soldados alemanes prisioneros de los aliadosSoldados alemanes prisioneros de los aliados
Pero Cassino formaba parte de una línea defensiva, la Línea Gustav, y a pesar de la resistencia de la 1ª Div. Paracaidista, otras unidades de la Wehrmacht en otros sectores no pudieron resistir lo suficiente. Las 94ª y 71ª Divisiones de la Wehrmacht acabaron cediendo y los subsiguientes avances aliados pusieron en grave peligro de quedar cercados a los defensores de Cassino y del monasterio. El 17 de mayo, Kesselring ordenó, satisfecho y orgulloso, que la 1ª División abandonara sus posiciones. La evacuación se hizo de noche y en orden, aunque no pudieron cargar con los heridos.

Una patrulla del XII regimiento de lanceros polacos, al mando de Podolski, tuvo el honor de tomar la abadía en la mañana del 17 de mayo de 1943, tras cinco meses de encarnizado combate. Ésta estaba completamente destruida, donde el abad y algunos monjes cuidaban de los heridos alemanes que habían sido dejados a su suerte. Dependiendo de la fuente, se dice que alrededor de 100.000 muertos fue el costo de la batalla, aunque al fin los aliados tuvieron el camino abierto hacia Roma.]
Espectacular imagen del cementerio polaco de MontecassinoEspectacular imagen del cementerio polaco de Montecassino

Las consecuencias
Las bajas de los defensores alemanes fueron serias, pero recordemos que resistieron asaltos sucesivos desde el 20 de enero hasta el 17 de mayo, casi cuatro meses. Que sobre ellos se lanzaron centenares de miles de toneladas de explosivos y que fueron atacados sucesivamente por dos divisiones estadounidenses, una francesa, una india, una neozelandesa y otra polaca consiguiendo imponerse en todos los casos.

Habrá quien dirá que el terreno ayudaba enormemente a los defensores y esto es cierto. Pero téngase en cuenta que tanto los granaderos como los paracaidistas se distinguieron por sus exitosos contraataques a varias colinas y cimas desalojando a los defensores, cuando la naturaleza del terreno jugaba en su contra como atacantes, sin olvidar que los aliados contaron en todo momento con superioridad aérea y un abrumador apoyo artillero cada vez que lo necesitaron. Estos hombres merecen ser recordados como algunos de los mejores soldados de toda la II Guerra Mundial.



Enlace relacionado: El desembarco en Anzio


Fuentes, referencias e imágenes:

http://www.historiasiglo20.org
Wikipedia
historiasconhistoria.es
Mundoerrante.com
La Segunda Guerra Mundial (Editorial Codex)
Archivo personal de imágenes

Re: La Batalla de Montecassino

Publicado: 16 11 2008 20:21
por omahautah
Excelente artículo, como siempre camarada albertoa!

Saludos!

Omahautah

Re: La Batalla de Montecassino

Publicado: 16 11 2008 20:50
por Mj Richard Winters
Excelente aporte albertoa, como siempre un gran articulo, la verdad que ese lugar me da muy buenas sensaciones, no por las matanzas que allí se hicieron sino porque es un lugar muy bonito :wink: .

Salu2.

Re: La Batalla de Montecassino

Publicado: 17 11 2008 00:12
por Tomy
albertoa escribió:...Estos hombres merecen ser recordados como algunos de los mejores soldados de toda la II Guerra Mundial.
Totalmente de acuerdo, Albertoa. ¡Buen artículo!

Por cierto, del General Clark, tras el desembarco en Anzio, Churchill escribió: " Yo pensé que habíamos enviado a la playa un gato salvaje, y en lugar de eso teníamos una ballena varada."

Un saludo.

Re: La Batalla de Montecassino

Publicado: 17 11 2008 00:28
por Bertram
Gracias albertoa, inmejorable artículo sobre cassino. Estoy de acuerdo contigo en que la defensa alemana fue toda una proeza, sólo hay que ver las cifras de unos y otros. También mencionar el magnífico papel de las fuerzas polacas.

Re: La Batalla de Montecassino

Publicado: 17 11 2008 00:29
por LARRY
Uff...

Durísimas palabras de Churchill... ¿Saben si Clark se enteró de esas palabras?

Saludos

LARRY

Re: La Batalla de Montecassino

Publicado: 17 11 2008 01:16
por albertoa
Supongo que se enteraría, al igual de lo que opinaban de él los generales Bradley y Patton.

Bradley: "falso, demasiado ansioso por impresionar, demasiado hambriento de notoriedad, ascensos y publicidad personal"

Patton: "jodidamente listillo"

Saludos.

Re: La Batalla de Montecassino

Publicado: 17 11 2008 02:38
por Tomy
Es evidente que se enteró, si bién Churchill no dejó claro a quién iban dirigidas esas palabras.

Pero reflejaban su descontento ante una operación que él se empeñó en que se aprobara ante el Alto Mando Aliado conjunto, y que no resultó como se había planeado.

Lo cierto es que el Comandante del 5º Ejército Norteamericano que desembarcó en Anzio era Clark, y aunque la consecuencia de sus palabras fuera la destitución del general John P. Lucas a cargo de la operación en las playas, yo creo que las críticas iban dirigidas directamente contra él.

Es sabido que Marc Clark no era un general muy admirado por sus colegas.

Patton dijo de él que “...no era un general muy bueno.” Entre otras lindeces...

Se le tachaba de precavido en exceso, de blando. (No es de extrañar las palabras de Patton, conociendo su carácter y sus formas de mando).

Una curiosidad sobre Clark que he encontrado y que puede reflejar el carácter del general:

El general Clark era conocido como un oficial justo, que mantenía un estrecho contacto con sus tropas y de carácter muy amable. En una ocasión, en una revisión de las líneas más adelantadas del frente, se detuvo a conversar con un pequeño soldado que estaba acurrucado en una trinchera. Al despedirse, se dio cuenta de que el hombre no usaba botas reglamentarias, sino una alpargatas de caucho. Lo interrogó sobre esto, y el soldado le explicó que tenía botas, pero estaban muy gastadas y que su número era muy pequeño, porque lo que le era muy difícil conseguir botas nuevas.

Sin dudarlo, Clark prometió:

-Le mandaré un par de botas, si es que hay de ese número en el teatro del Mediterráneo.

Luego el general descubrió que el soldado, de apellido Gebhardt, tenía razón: de cada 100.000 botas, solamente 67 correspondían al número 7A que calzaba. Sin embargo, se acordó de su promesa y se ocupó personalmente de buscar el par de botas. Incluso las envió al frente utilizando su propio avión. Su ayudante buscó al soldado Gebhart y se lo entregó personalmente:

-El general Clark le manda estas botas -le anunció. Pero el soldado Gebhart las tomó sin mostrar sorpresa ni cambiar de expresión.

-Gracias -dijo sencillamente.

-¿No está sorprendido? -se animó a preguntar el capitán Thrasher, ayudante de Clark.

-No -le respondió el soldado-. Me dijo que me los mandaría...

La anécdota fue para Clark una de los más preciosos recuerdos de la guerra, y sirve para mostrar cómo, para este gran hombre, incluso el más pequeño de sus subordinados era importante.


De todas maneras, creo que el mayor “pecado” que cometió Clark fue dirigirse a Roma cegado por la posibilidad de convertirse en “conquistador” de Roma, como a la postre fue, aunque en su situación, a todos nos habrían entrado aires de grandeza.

Así todo, esa maniobra, permitió una retirada ordenada del ejército alemán para organizar sus líneas de defensa más al norte.

Pero no quiero introducirme más en este tema, pues ya hay un interesante artículo del camarada Archer sobre Anzio en el Foro (viewtopic.php?f=13&t=18)

Una cosita más...

Estas son las palabras exactas de Winston Churchill, publicadas en el capítulo “The Anzio Stroke”, Closing the Ring (Volumen 5 de The Second World War)

“I had hoped that we were hurling a wildcat onto the shore, but all we had got was a stranded whale.”

Y estas otras las de un veterano británico, William Woodruff, 24th guards Brigade sobre la batalla de Anzio:

“...Alexander y Clark no eran mejores que Lucas demostrando liderazgo. Eran generales de “Palacio”, mostrándose raramente (en el frente) y siempre vestidos como para un desfile.

Que yo sepa, ninguno de los dos pasó una noche en el frente. Llegaban, se daban una pequeña vuelta, y se iban. Pienso que les ponía en aprietos el ver la tragedia que habían provocado.

Una vez visité el cuartel general en el Palacio de Caserta y el lujo me dejo sin habla... Si viviera en un palacio, yo también habría tenido una opinión muy diferente, a la que se tiene durmiendo congelado, en una trinchera llena de agua.

En la cabeza de playa, no necesitábamos a Churchill para decirnos que éramos una “ballena varada”


William Voodruff, “Vessel of sandess” (http://www.dtic.mil/doctrine/jel/jfq_pubs/1308.pdf)

Re: La Batalla de Montecassino

Publicado: 17 11 2008 17:33
por LARRY
Muchas gracias por la aclaración.

Saludos

LARRY

Re: La Batalla de Montecassino

Publicado: 07 07 2009 02:35
por Adler Goess
Sin duda alguna uno de los mejores mapas para jugar en el Blitzkerg II..dioss

Re: La Batalla de Montecassino

Publicado: 07 07 2009 03:00
por Otto Heinkel
Me encantó este post, me encanta esta parte de cassino... la primera vez que supe de el fue con el medal of honor II de playstation one... tenía 10 años

Que grande Kesselring.

Re: La Batalla de Montecassino

Publicado: 07 07 2009 11:05
por Sven Hassel
-Inevitablemente, cuando escucho o leo "Montecassino", la primera imagen que me viene es la de los paracaidistas alemanes parapetados entre las ruinas del Monasterio.

Re: La Batalla de Montecassino

Publicado: 07 07 2009 13:31
por LARRY
Y a mí, camarada Hassel, se me viene a la mente mi profesor de religión, que nos porfiaba a un compañero de clase y a mí quién había destruido Monttecassino: según él, los alemanes lo habían bombardeado para expulsar a los partisanos italianos... tócate los...

Saludos

LARRY

Re: La Batalla de Montecassino

Publicado: 07 07 2009 13:43
por tigerwittmann
Saludos camaradas.

Montecassino fue una de las batallas más duras de la II Guerra Mundial y a la vez de las más inútiles. Fué una sangría, especialmente para los aliados. Dicen algunos veteranos de Montecassino que esta batalla recordaba ( en su cierta medida) a las batallas del frente occidental de la Gran Guerra.

Re: La Batalla de Montecassino

Publicado: 07 07 2009 17:13
por Sven Hassel
Tu profesor además desconoce que los oficiales alemanes se comportaron de manera exquisita con los monjes del Monasterio.Procedieron a su evacuación y a la de todas las obras de arte y objetos religiosos.

Si no recuerdo mal, había un General alemán católico que se encargó de que fueran bien tratados.No recuerdo su nombre, pero en las fotos que he visto se trataba de un hombre alto y delgado, que llevaba gorra de soldado en lugar de la de plato de oficial. A ver si alguien podría decirme su nombre..