La isla Nordaustlandet, (en español, Tierra del Nordeste), con una superficie de 14.443 km. cuadrados, en el archipiélago de Svalbard (Spitzbergen, Noruega) se encuentra en el paralelo 80º, es decir a 10º del Polo Norte, estando siempre deshabitada. En ese lugar los alemanes decidieron instalar una estación meteorológica para la Luftwaffe y la Kriegsmarine, en agosto de 1944. El nombre en código de la operación fue "Haudegen", estando al frente de ella el teniente Dege.
Al iniciar los vuelos de observación, los alemanes instalaron en Vaernes (cerca de Trondheim) al V equipo meteorológico, y en Banak, al sur del Cabo del Norte, una base auxiliar para los aviones que cumplían dicha labor de observación. Estos aviones en un principio se dirigían preferentemente a Islandia o a las islas Feroe; luego, desde el verano de 1941 también se hicieron vuelos bajo la isla Jan-Mayen, y en 1942 los vuelos se extendieron hasta las islas Spitzberg, el Polo Norte y Nueva Zembla.
En 1944, la Kriegsmarine dispuso el envío de dos equipos meteorológicos, "Haudegen", (que es el que nos ocupa), y el "Zubvogel", el cual tenía como destino Groenlandia, estando comandado por el inspector de náutica Hoffman.
Este último equipo estuvo trabajando hasta octubre, ya que comunicaba que estaban sufriendo constantes averías, siendo el final del equipo, quedando sólo operativo el primero antes mencionado, hasta el final de la guerra, e incluso meses después de la capitulación alemana, continuó trabajando.
Wilhem Dege, nació en 1910 en Bochum, doctorándose en 1931. Ejerció como maestro de Primaria e inició estudios de Geología, Prehistoria y Geografía. En 1939, obtuvo el doctorado, y en 1940, se alistó en la Wehrmacht, siendo destinado a Noruega, ya que había realizado numerosos informes sobre el Artico, conocía el país y hablaba el idioma. Después de la guerra, retomó su profesión de profesor en la Universidad, continuando sus investigaciones científicas, se retiró en 1976, falleciendo en 1979.
No era algo sencillo, los buques de la Royal Navy se encontraban rastreando cualquier huella de presencia alemana en aquellas aguas y, por lo tanto, era necesario navegar con sumo cuidado y sigilosamente. Las órdenes insistían en que la misión era vital para Alemania, por lo que el enigma sobre el equipo humano y técnico que debían transportar hacia Trömso, y de allí a un lugar más lejano, crecía a cada instante. Aunque parte del equipo estaba formado por soldados de élite, cosa que saltaba a la vista, otra gran parte eran, sin duda, científicos. No era difícil descubrirlos entre ellos, pues su aspecto les delataba. No eran hombres de acción, eran todos voluntarios, y fueron rigurosamente seleccionados y entrenados durante un año en diversos lugares en los Alpes.
En septiembre, después de burlar el bloqueo de la marina inglesa, la base estaba lista para su funcionamiento, la camuflaron con cubiertas blancas, e instalando los barómetros, anemómetros, equipos de radio, globos sonda, etc., a pesar del mal tiempo reinante, ya que se aproximaba el invierno. Comenzaba la jornada a las 07.30 hasta las 23 horas, enviando de forma diaria por la tarde sus informes por radio a Berlín, y con el poco tiempo libre que les quedaban se entretenían leyendo libros, cantando y brindando de vez en cuando, también recibían clases por parte de Dege, las cuales consistían en historia alemana, filosofía, música, etc. Lo importante es que estuvieran ocupados la mayor parte del tiempo, para compensar el aislamiento y las bajas temperaturas. Aparte de defenderse de los osos, que por estos lugares eran numerosos, teniendo que abatir incluso a algunos de ellos.
Los dos barcos regresaron, dejando en el inhóspito lugar a los científicos y militares de refuerzo. Cumplieron con una labor excepcional, a pesar de las dificultades que pasaba ya Alemania en los últimos meses de la guerra, teniendo un trabajo capital con los informes que enviaban, aparte de la utilidad para las operaciones del norte de Europa, sirvieron para preparar la ofensiva alemana en Las Ardenas, la cual tuvo un significativo éxito al principio de la misma, gracias a los precisos informes meteorológicos del equipo de Dege.
Realizaron los formalismos de rendición, ante la sorprendida mirada de la tripulación noruega, que no tenían idea de cómo actuar, comieron juntos, y Dege le entregó su pistola al capitán del barco, el cual le preguntó si se la podía quedar. Firmaron un documento de la rendición, y al día siguiente zarparon, con mal tiempo, y pronto empezaría a bloquearse la bahía por los hielos.
La unidad, compuesta por once hombres, fue la última en rendirse del Ejército alemán, teniendo este dudoso honor.
Los hombres llegaron a Trömso al día siguiente, permaneciendo en un campo de prisioneros durante unos meses, siendo luego liberados y regresaron a Alemania.
La base quedó intacta, quedando como refugio para los que atreven a pasar por el lugar, aunque el clima, y los buscadores de recuerdos la han deteriorado completamente, aunque es una zona protegida del Gobierno noruego.
Lo sorprendente es la gran cantidad de datos que recogieron, incluso después de la guerra, sirviendo todavía de fuente de información y referencia para expertos del clima.
Fuentes:
http://www.militar.org.ua/foro/estacion ... 14563.html
http://www.alpoma.net/tecob/?p=7368
http://www.wehrmacht-info.com/operacion_haudegen.html
Fotos:
http://www.alpoma.net/tecob/?p=7368
https://www.google.es/search?hl=es&site ... zQ#imgdii=_