BIOGRAFÍA
Nació en Alemania, en el pueblo de Wernigerode, presentándose voluntario para luchar en la Primera Guerra Mundial. En septiembre de 1915, fue ascendido a teniente de la reserva, pidiendo el traslado a la Jagdstaffel 4 como piloto, donde ganó la Cruz de Hierro de Primera y Segunda Clase, fue herido dos veces. Encontró trabajo como corredor de Bolsa, y a la vez, se alistó en el Freikorps.
En 1922, se casó con Käte Blume, tres años más tarde, ingresó en la clandestina Luftwaffe para instruir secretamente a las Fuerzas aéreas alemanas instaladas en suelo soviético. Tras el final de este intercambio, ingresó en las SS en 1933, que por entonces buscaba personal con experiencia militar para su brazo armado, y a la vez, era factible ascensos rápidos.
Durante la invasión de Polonia, sirvió en el Estado Mayor de la división Leibstandarte Adolf Hitler a las órdenes de "Sepp" Dietrich. El 1 de febrero de 1940, trabajó en la reglamentación de uniformidad de las Waffen-SS, ascendido a SS-Oberführer el 1 de septiembre, recibiendo el mando del regimiento "Deutschland" de la Leibstandarte, el 1 de diciembre. El 19 de octubre de 1941, fue ascendido a SS-Brigadeführer , y se le otorgó el mando de la 2ª División SS "Das Reich", en sustitución de Paul Hausser (que había sido herido), ganando poco después la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro.
El 1 de mayo de 1942, se le encargó formar la División de Caballería SS "Florian Geyer", para pasar en febrero de 1943 a mandar la División SS Panzer "Hohenstaufen", integrada en el II Cuerpo Panzer.
Tras el desembarco de Normandía el II Cuerpo Panzer SS fue trasladado al Frente occidental, cuando recibió el mando del II Cuerpo, después que Hausser asumiera la jefatura del 7º Ejército. Luchó durante el resto de la batalla y la retirada de Francia, siéndole otorgadas las Hojas de Roble para su Cruz de Caballero.
A principios de septiembre de 1944, fue enviado con su II Cuerpo Panzer SS a Holanda para reorganizarse y rearmarse.
A 38 kilómetros al oeste de Oosterbeek, en el Cuartel general de su II Cuerpo de Panzer de la SS, instalado en un pequeño castillo a las afueras de Doetinchem, Bittrich reorganizó su división tras la batalla de Normandía.
Ardiente nazi en otro tiempo, Bittrich denunció acremente la orden (enviar una de sus destrozadas Divisiones de regreso a Alemania). Estaba “harto de las órdenes de Berlín y de los sicofantes que rodeaban a Hitler y se entregaban a toda clase de farsas”. Valeroso y competente, Bittrich se había pasado la mayor parte de su vida adulta vistiendo de uniforme.
En Normandía, comenzó a vacilar la fe de Bittrich en el caudillaje de Hitler. Apoyaba al mariscal de campo Rommel contra la “demente filosofía de lucha hasta el último hombre”. En cierta ocasión, confió a Rommel que “estamos siendo tan mal dirigidos desde arriba que ya no puedo llevar a cabo órdenes descabelladas. Nunca he sido un robot, y no tengo intención de convertirme en uno”.
Tras la conspiración del 20 de julio, al enterarse de que su antiguo comandante, el capitán general Erich Hoepner, había sido condenado como conspirador a morir ahorcado, Bittrich, enfureció, dijo a los miembros de su Estado Mayor que “éste es el día más negro para el Ejército alemán”.
No tardaron en llegar a Berlín las explícitas críticas de Bittrich a la Jefatura militar de Hitler. Como más tarde recordó Bittrich, “mis observaciones fueron comunicadas al jefe de las SS, el Reichsführer Heinrich Himmler, y el nombre de Bittrich no volvió a ser mencionado en el Cuartel General de Hitler”. Sólo la inminencia del derrumbamiento del frente alemán en el Oeste, situación que necesitaba de la pericia de Bittrich, y la actitud de los comandantes que simpatizaban con él, le había salvado de la destitución.
Aun así, Himmler continuaba “deseoso de que yo volviera a Alemania para sostener un cambio de impresiones”. Bittrich no se hacía ilusiones sobre la invitación de Himmler. Y tampoco Model, que estaba decidido a mantener a Bittrich en el Oeste y se negó en redondo a tomar en consideración las repetidas peticiones de Himmler para que enviara a Bittrich a Alemania. (págs. 104-105)
• Domingo 17 de septiembre de 1944, primer día de la operación Market-Garden:
En medio del pánico y la confusión, el primer oficial alemán que dio la alarma fue el general Wilhelm Bittrich, comandante del II Cuerpo de Panzers de la SS. A las 1,30 de la tarde, Bittrich recibió su primer informe de la red de comunicaciones de la Luftwaffe en el sentido de que tropas aerotransportadas estaban tomando tierra en las proximidades de Arnheim. Un segundo informe, que llegó minutos después, citaba Arnhem y Nimega como zona de asalto. Bittrich no pudo encontrar a nadie en el Cuartel General del mariscal de campo Model, instalado en el “Tafelberg”, en Oosterbeek.
Tampoco pudo ponerse en contacto ni con el comandante de la ciudad de Arnheim ni con el general Student, en su Cuartel General de Vught. Aunque la situación era oscura, Bittrich pensó inmediatamente en el 15º Ejército del general von Zangen, la mayor parte del cual había pasado a Holanda tras cruzar la boca del Escalda. “Mi primer pensamiento fue que aquel ataque aerotransportado estaba destinado a contener al Ejército de von Zangen e impedir que se reuniera con el resto de nuestras fuerzas. Entonces, probablemente, el objetivo sería un avance del Ejército británico a través del Rhin y hacia el interior de Alemania.” Si su razonamiento era correcto, Bittrich creía que la clave de tal operación serían los puentes de Arnheim-Nimega. Inmediatamente, alertó a las Divisiones Panzers de la SS 9º "Hohenstaufen" y 10ª "Frundsberg".
Sucintamente, Bittrich explicó la situación y ordenó a Harzer “efectuar una acción de reconocimiento en la dirección de Arnhem y Nimega”. La "Hohenstaufen" debía ponerse en marcha inmediatamente, ocupar la zona de Arnheim y destruir las tropas aerotransportadas existentes al oeste de Arnheim, carca de Oosterbeek. Bittrich advirtió a Harzer que “es imperativa una acción rápida. La ocupación y afianzamiento del puente de Arnheim revisten decisiva importancia”. Al mismo tiempo, Bittrich ordenó a la división "Frundsberg" – cuyo comandante, general Harmel, se encontraba en Berlín – que avanzara hacia Nimega, “para tomar, sostener y defender los puentes de la ciudad”.
Bittrich puso inmediatamente a Model al corriente de la última información recibida por el II Cuerpo de Panzers de la SS. No emergía aún una imagen clara de la que se proponían los aliados, pero Bittrich expuso a Model su propia teoría: que el asalto iba dirigido a contener al XV Ejército, mientas el Segundo Ejército británico avanzara hacia el Ruhr. Para ello, los aliados necesitarían capturar los puentes de Nimega y Arnheim. Model discrepó por completo. El puente de Arnheim no era el objetivo, dejo. Aquellas tropas aerotransportadas cambiarían de rumbo y seguían una dirección nordeste hacia el Ruhr. La situación, creía Model, era todavía demasiado oscura para extraer conclusiones definitivas. Le desconcertaba la cuestión de por qué habían desembarcado fuerzas aerotransportadas en la zona de Nimega. Sin embargo, dio su aprobación a las medidas que Bittrich ya había tomado.
Bittrich insistió sobre la cuestión de los puentes. “Herr mariscal, solicito enérgicamente que los puentes de Nimega y Arnheim sean inmediatamente destruidos”, dijo. Model le miró asombrado. “No serán destruidos – le dijo a Bittrich con firmeza –. Cualquiera que sea el plan inglés esos puentes pueden ser defendidos. No. Definitivamente, no. Los puentes no serán volados.” (págs. 189-190)
Cuando llegó Harmel, Bittrich empezó inmediatamente a exponer la situación. Iracundo y frustrado, se inclinó sobre sus mapas. “Los ingleses han aterrizado aquí, al oeste de Arnheim – le dijo a Harmel –. No tenemos ni idea de cuál es su verdadera fuerza ni sus intenciones.” (…)
Al salir del Cuartel General, Harmel preguntó a Bittrich: “¿Por qué no destruir el puente de Nimega antes de que sea demasiado tarde?” El tono de Bittrich fue irónico. “Model se ha negado en redondo a considerar la idea. Tal vez lo necesitemos para contraatacar.” Harmel se le quedó mirando estupefacto. “¿Con qué?”, preguntó. (pags. 217-218)
• Viernes 23 de septiembre, durante la reducción del “der hexenkessel”, el caldero de brujas de Oosterbeek.
El comandante Richard Stewart, de la Primera Brigada de desembarco aéreo, tras ser capturado y descubrirse que hablaba con toda fluidez el alemán, fue llevado a un gran Cuartel General. Recuerda vívidamente al oficial que se encontraba al mando. El general Bittrich “era un hombre alto y flexible, probablemente de poco más de cincuenta años, vestido con un largo capote de cuero negro y gorra”, recuerda Stewart. Bittrich no le interrogó. “Simplemente, me dijo que quería que yo acudiese al comandante de mi división y le convenciera para rendirse a fin de salvar a la división de ser aniquilada.” Stewart se negó cortésmente. El general se lanzó a “una larga disertación. Me dijo que estaba en mis manos salvar a mis compañeros.” De nuevo, Stewart respondió: “No puedo hacerlo.” Bittrich le insistió una vez más. Stewart pregunto: “señor, si estuviera usted en mi lugar, ¿cuál sería su respuesta?” El comandante alemán meneó lentamente la cabeza. “mi respuesta sería que no.” “ésta es también la mía”, dijo Stewart.
Aunque Bittrich “nunca había visto a unos hombres luchar tan encarnizadamente como los británicos en Oosterbeek y Arnheim”, continuaba subestimando la determinación a de los soldados de Urquhart (…) (pág. 382)
Al regresar los alemanes, “todo el mundo se cuadró y hubo mucho Heil Hitler”. Entró el general Bittrich, con la cabeza descubierta y vistiendo su largo capote de cuero negro. “Se quedó solo unos momentos”, recuerda Wolters. Observando a los dos hombres, Bittrich dijo: Ich bedaure seht diesen Krieg zwischen unseren Vaterländern (lamento esta guerra entre nuestras dos naciones). El general escuchó en silencio el plan de evacuación de Warrack y dio su consentimiento. “Accedí – dice Bittrich –, porque un hombre no puede perder toda su humanidad, siempre, naturalmente, que posea tales sentimientos, ni aun durante la lucha más encarnizada.” Luego Bittrich entregó a Warrack una botella de coñac. “Esto es para su general”, dijo a Warrack y salió. (págs. 416-417)
Wolters era el oficial holandés agregado a la 1ª División Aerotransportada británica, mientras que Warrack era el oficial médico de la división.
Tras la batalla de Arnhem, participó en la batalla de las Ardenas en diciembre, su Cuerpo SS fue encuadrado en el 6º Ejército SS de "Sepp" Dietrich, participando en la ofensiva. La operación tuvo empuje y algunos éxitos locales, pero la falta de efectivos suficientes, la carestía de combustible, la tenaz resistencia estadounidense, y la próxima ofensiva soviética en el Frente Oriental, hizo que el OKW trasladara a Bittrich a Hungría en febrero de 1945.
El 2 de abril, recibió órdenes de OKW de mantener Viena “hasta el último aliento”. Aun así desobedeció y se retiró de la ciudad siguiendo en Danubio. Para él Viena ya estaba perdida y no tenía sentido someterla a un combate inútil, por lo que evitó la destrucción de la ciudad y el cerco de sus propias tropas retirándose hacia el oeste.
El 8 de mayo, se rindió a las fuerzas norteamericanas del general Patton.
Según el historiador Heinz Hohne, la noche del 15 de julio de 1944 mantuvo una reunión con el generalfeldmarschall Erwin Rommel, con respecto al complot contra Hitler, en la que le dijo: “si llega el caso, yo personalmente y todo mi Cuerpo de Ejército estaremos a sus órdenes, mi mariscal. Mis oficiales piensan lo mismo que yo”.
Bittrich no fue asociado a la lista de los conspiradores del 20 de julio, ya que su nombre no figuraba en la misma.
Aunque según sus propias memorias se convenció de la inevitable derrota tras la pérdida del 6º Ejército en Stalingrado. Durante la guerra se le conocía como “el hombre más sarcástico de Alemania”. Albert Speer escribió en su diario las quejas de Bittrich hechas inmediatamente después de la operación Market-Garden: “Su violenta denuncia del partido era aún más impactante al venir de un general de las SS”.
Tras la guerra, estuvo prisionero casi tres años, siendo fue entregado a las autoridades francesas en 1953, que le sometieron a un juicio por crímenes de guerra, al acusarle de ser el responsable de la ejecución de 17 miembros de la resistencia de Nimes por parte de la feldgendarmerie de la división "Hohenstaufen". Durante el juicio quedó demostrado que Bittrich no solo se enteró de los hechos una vez ya se había cometido el fusilamiento, sino que tomó medidas penales contra los responsables de aquel acto. Aun así se le condenó a 5 años de prisión ya que el jefe divisionario es el responsable de los actos de sus subordinados.
Bittrich formó parte hasta su muerte de la asociación de excombatientes de la Waffen-SS, y se sentía orgulloso de su papel durante la IIGM. Siempre defendió que la Waffen-SS, manifestaba que no era lo mismo que la SS ni cumplían las mismas funciones, y de hecho Bittrich se comportó siempre de forma honorable durante toda su carrera. Su condena por crímenes de guerra desató gran cantidad de protestas en Alemania, al contrario de lo habitual en esos casos.
E independientemente de sus razones para haberse alistado en la SS, Bittrich hizo lo que no hicieron gran cantidad de oficiales de la Wehrmacht: negarse a obedecer órdenes absurdas que hubieran causado miles de muertos y terribles daños a la población civil, como por ejemplo su negativa de luchar una batalla perdida en las calles de Viena.
En una carta a la directiva de la asociación de excombatientes de la Waffen-SS dos años antes de su muerte, de la cual años atrás, fue presidente, Bittrich expresaba lo siguiente: "Pido por favor que no se hagan discursos en mi funeral, y que se abstengan cordialmente de mencionar cualquier premio o servicio del finado. Se lo agradecería mucho. Solo un amor se llevará al otro mundo el ex general de la Waffen-SS Bittrich: el amor a su tierra natal, Alemania".
En la película de 1977, "Un puente lejano", fue encarnado por Maximilian Schell.
Bittrich murió en el hospital de Wolfratshausen el 19 de abril de 1979.
Condecoraciones
- Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble y Espadas
- Cruz de Honor 1914–1918
- Insignia de Herido de 1914, en negro
- Broche de la Cruz de Hierro de 2ª Clase, 1939
- Cruz Alemana de Oro
- Anillo de Honor de la SS
- Espada de Honor de la SS
GALERÍA FOTOGRÁFICA
VIDEO
FUENTES
Los extractos proceden del libro 'Un puente lejano' de Cornelius Ryan
http://librosenguerra.blogspot.com.es/2 ... ano_9.html
http://librosenguerra.blogspot.com.es/2 ... dos-1.html
El resto de la información procede mayoritariamente de la Wikipedia
https://www.google.es/