El 28 de agosto de 1939, la Mona Lisa abandonó el Louvre y el 3 de septiembre, con la guerra ya declarada, se tomó la decisión de garantizar que todas las obras más preciadas fueran sacadas de las instalaciones al final del día.
Todo este proceso fue también una oportunidad para contemplar, a menudo con una cercanía sin precedentes, las obras más emblemáticas del museo, para la mayoría, no habría otra oportunidad de ver bajada de su pedestal la Victoria de Samotracia, antes de ser enviada al castillo de Valençay, la Venus de Milo o la Mona Lisa , la cual sería trasladada primero a Chambord, luego a Louvigny, la Abadía de Loc-Dieu, el Museo de Montauban y finalmente a Montal, junto con otras pinturas del Louvre.
Jacques Jaujard, director de los Museos de Francia en ese momento, tuvo la poco envidiable tarea de supervisar los movimientos de estas obras almacenadas, bajo la amenaza constante de los peligros de una invasión.
Esta apertura parcial fue meramente simbólica, con itinerarios indicados en alemán y muchas de las galerías y salas de exposición completamente vacías y abandonadas. Las señales de la guerra estaban por todas partes, jardines ornamentales transformados para cultivar hortalizas, daños causados por los bombardeos cercanos, etc.
Para los alemanes, los sótanos del Louvre también sirvieron como almacén de obras de arte robadas a coleccionistas judíos. Algunas de las pinturas robadas de los sótanos del museo – juzgadas por un grupo de expertos nombrados por los nazís – determinaban su valor artístico o comercial. Los que no pasaban el corte, fueron triturados y quemados en los vecinos jardines de las Tullerías en 1943, de acuerdo con el catálogo de la exposición de aquel año. Después de la guerra, muchas de las piezas robadas fueron restaurados a sus legítimos propietarios o a sus familias, un milagro que algunas de las obras almacenadas en los sótanos se salvaran. El gobierno francés custodió las obras que no fueron reclamadas por sus propietarios, guardándose en el museo en espera de su regreso. Algunas todavía siguen allí esperando a un dueño que posiblemente nunca llegará.
Después de que los nazis tomaran el Jeu de Paume, este sería utilizado como depósito adicional para las obras de arte robadas, el secuestro del Louvre, sin embargo continuó, ocasionando un continuo ir y venir de obras de arte entre ambos museos, con el resultado de que Jacques Jaujard fue incapaz de impedir el traslado al Tercer Reich de los cuadros robados.
Muchas de las piezas robadas fueron devueltas a sus propietarios o familiares, mientras que el gobierno francés custodió aquellas obras que no fueron reclamadas, permaneciendo en el museo. Algunas de estas obras aún siguen allí.
La Mona Lisa en Chambord
Jacques Jaujard, director de Museos Nacionales Franceses ordena evacuar la Mona Lisa del Louvre (junto a otras obras importantes como la Balsa de la Medusa o La Venus de Milo), empezando un periplo que la llevaría a estar en 5 localizaciones distintas: El Castillo de Chambord, Louvigny, La Abadía de Loc Dieu, el Museo de Montauban y Montal. El día 28 de agosto de 1939, la Mona Lisa abandona su lugar en el Louvre en medio de un gran hermetismo: Es empaquetada para su protección, montada encima de una camilla de ambulancia y alojada en la parte trasera de un camión durante la noche.
Lo que no había previsto Jacques Jaujard era que por culpa de la atmósfera cerrada, dicho cuidador llegó casi inconsciente a su destino. Durante todo el tiempo que estuvo fuera del Louvre, la Mona Lisa tuvo un trato preferencial, ya que estuvo acompañada durante todo el tiempo por personal de museos que incluso llegaban a dormir en la misma habitación que la pintura.
Traslado de la Balsa de la Medusa del Louvre
Se decide que las obras que tienen un gran tamaño seas trasladadas en unos camiones que pertenecen a la Comédie-Française y que son utilizados para mover grandes escenarios. Así pues, en otoño de 1939 se inicia el traslado, y al igual que con la Mona Lisa, éste se hace al anochecer. La operación empieza bien, siguiendo el ritmo planificado, y los puentes que se van encontrando en París, no suponen ningún problema, ya que habían tenido en cuenta sus medidas.
Fuentes:
http://www.elestudiodelpintor.com/
http://culturainquieta.com/
https://evemuseografia.com
http://www.elcajondegrisom.com/
http://www.historiassegundaguerramundial.com/