Durante la semana del aniversario de la invasión nazi a Polonia y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, la comunidad judía de Toronto, Canadá, fue conmemoró a sus propios soldados, que hace dos generaciones dieron los primeros pasos para acabar con el terror nazi y fascista.
El domingo pasado, 11 de septiembre, en Toronto se realizó una ceremonia para la instalación de un monumento en honor a los hombres y mujeres judíos que murieron mientras servían en las fuerzas armadas canadienses durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea.
El monumento incluye una inscripción del autor Laurence Binyon, quien escribió el poema A los caídos, que dice: " Al ponerse el sol y por la mañana nos acordaremos de ellos".
La estatua fue un construida con la colaboración entre la UJA Federación de Gran Toronto y los veteranos de guerra judíos.
La parte frontal del monumento, que fue diseñado por el galardonado escultor canadiense James C. Smith, tiene grabado 570 nombres de los hombres y mujeres judíos que dieron su vida mientras servían en las fuerzas armadas canadienses durante el siglo veinte.
En total, 1,5 millones Judíos, incluyendo 17.000 canadienses, sirvieron en las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial.
El monumento es también un gesto de reconocimiento para los tres hombres que integraban el comité directivo del monumento de los veteranos de guerra de los judíos: Amek Adler, Blustein Everetty y Mike Brown.
El proyecto tardó seis años en llegar a buen término gracias a su perseverancia, dedicación.
Fuente: http://www.itongadol.comEl monumento incluye una inscripción del autor Laurence Binyon, quien escribió el poema A los caídos, que dice: " Al ponerse el sol y por la mañana nos acordaremos de ellos".
La estatua fue un construida con la colaboración entre la UJA Federación de Gran Toronto y los veteranos de guerra judíos.
La parte frontal del monumento, que fue diseñado por el galardonado escultor canadiense James C. Smith, tiene grabado 570 nombres de los hombres y mujeres judíos que dieron su vida mientras servían en las fuerzas armadas canadienses durante el siglo veinte.
En total, 1,5 millones Judíos, incluyendo 17.000 canadienses, sirvieron en las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial.
El monumento es también un gesto de reconocimiento para los tres hombres que integraban el comité directivo del monumento de los veteranos de guerra de los judíos: Amek Adler, Blustein Everetty y Mike Brown.
El proyecto tardó seis años en llegar a buen término gracias a su perseverancia, dedicación.