Un análisis secreto del estado mental de Adolf Hitler que fue elaborado por la Inteligencia británica en abril de 1942 ha sido descubierta por un investigador, después de haber permanecido al parecer, sin leer desde la guerra.
La Universidad de Cambridge ha informado que el documento fue encontrado entre una colección de documentos pertenecientes a la familia de Mark Abrams, un científico social que trabajó en la Unidad de Análisis de Propaganda en el Extranjero de la BBC y en la Sección de Guerra Psicológica, durante la Segunda Guerra Mundial.
Escrito justo cuando la guerra estaba empezando a volverse en contra de Hitler, muestra que los analistas británicos habían notado signos de creciente paranoia en su oratoria y una preocupación cada vez mayor por lo que el denomino "el veneno judío".
El documento salió a la luz después de que el Dr. Scott Anthony, quien está trabajando en la historia de las relaciones públicas en la Universidad de Cambridge, comenzó a rastrear a sus compañeros de Abrams y sus familiares. Abrams, quien murió en 1994, fue un pionero de la investigación de mercados y encuestas de opinión.
Marcado como "secreto", el análisis fue encargado por Abrams en un momento en que sus talentos analíticos eran necesarios para el esfuerzo bélico. El mismo documento fue escrito por JT MacCurdy, un académico de Cambridge que trabajaba junto a él. Anthony ha hablado con expertos, tanto de la Alemania nazi como de la historia de la psicología, pero nadie parece saber nada acerca de este informe hasta ahora.
"En el momento en que fue escrito, la marea estaba empezando a volverse en contra de Alemania", dijo Anthony. "Y Hitler, como respuesta, comenzó a girar su atención a la retaguardia alemana. Este documento muestra que la inteligencia británica sentía que esto ocurría. MacCurdy reconoció que, ante el fracaso externo, el líder nazi se centraba en un supuesto 'enemigo interno' en su lugar, los Judíos. Dado que ahora sabemos que la solución final había empezado entonces, esta es una lectura conmovedora".
La unidad de análisis de la propaganda en el extranjero comenzó a trabajar en 1939 y se vinculó posteriormente a la División de Guerra Psicológica. Cada semana, su personal realizaba un análisis de todas las emisiones en el extranjero en Alemania y la Europa ocupada.
Abrams, un experto mundialmente reconocido en el análisis de la opinión pública, creía que las transcripciones de las emisiones podían encerrar "contenido latente" y oculto, y percepciones inconscientes en el estado mental del enemigo. En 1942, esta técnica de gran éxito estaba vinculada directamente al trabajo de la contra-propaganda aliada.
Este análisis fue uno de esos ejercicios, que abarca un discurso radiofónico de Hitler el 26 de abril de 1942. De acuerdo con sus primeras líneas, el objetivo era "reconstruir, si es posible, lo que había en la mente de Hitler, cuando compuso y pronunció el discurso. Su contenido presumiblemente reflejará sus mórbidas tendencias mentales, por un lado, y un conocimientos especiales sobre él".
MacCurdy se refiere a un informe anterior en el que había visto tres de esas "tendencias mórbidas", clasificadas como "Chamanismo", "Epilepsia" y "Paranoia". La primera, un término que MacCurdy parece haber tomado prestado de la antropología, se refiere a la histeria de Hitler y la compulsión de alimentar la energía creada en los congresos del partido en Nuremberg. Esta tendencia se considera en declive.
Las otras dos, sin embargo, se desarrollaron. "Epilepsia" se refiere a los rasgos de frialdad y crueldad de Hitler, i también a una tendencia a perder el corazón cuando sus ambiciones fracasan. MacCurdy pensaba que el resultado de la Operación Barbarroja, que se había estancado el invierno anterior, había expuesto este fatalismo, y escribió que el discurso de Hitler delataba a "un hombre que está contemplando seriamente la posibilidad de una derrota total".
Lo más alarmante, sin embargo, era la creciente paranoia de Hitler. MacCurdy destacó el "complejo de Mesías’ del líder nazi, creía que lideraba a un pueblo elegido en una cruzada contra un mal encarnado en la judios. En su opinión, empieza a ser una tendencia dominante en la mente de Hitler. El documento señala una extensión de la "fobia judía" y dice que ahora Hitler veía en ellos no sólo una amenaza para Alemania, sino como un "agencia diabólica universal".
El calendario de este tipo de análisis no podría haber sido más clarividente. Semanas antes del discurso, los jerarcas nazis habían puesto en marcha planes para la ‘Solución Final’, el plan para eliminar la población judía de Europa.
Ni MacCurdy ni Abrams podían haber sabido las consecuencias terribles del estado mental de Hitler iba a tener, pero es evidente que vieron su desarrollo. "Hitler está atrapado en una telaraña de delirios religiosos", concluyó MacCurdy. "Los judíos son la encarnación del mal, mientras que él es la encarnación del espíritu del bien. Él es un dios que gracias a su sacrificio puede obtenerse la victoria sobre el mal”.
Escrito justo cuando la guerra estaba empezando a volverse en contra de Hitler, muestra que los analistas británicos habían notado signos de creciente paranoia en su oratoria y una preocupación cada vez mayor por lo que el denomino "el veneno judío".
El documento salió a la luz después de que el Dr. Scott Anthony, quien está trabajando en la historia de las relaciones públicas en la Universidad de Cambridge, comenzó a rastrear a sus compañeros de Abrams y sus familiares. Abrams, quien murió en 1994, fue un pionero de la investigación de mercados y encuestas de opinión.
Marcado como "secreto", el análisis fue encargado por Abrams en un momento en que sus talentos analíticos eran necesarios para el esfuerzo bélico. El mismo documento fue escrito por JT MacCurdy, un académico de Cambridge que trabajaba junto a él. Anthony ha hablado con expertos, tanto de la Alemania nazi como de la historia de la psicología, pero nadie parece saber nada acerca de este informe hasta ahora.
"En el momento en que fue escrito, la marea estaba empezando a volverse en contra de Alemania", dijo Anthony. "Y Hitler, como respuesta, comenzó a girar su atención a la retaguardia alemana. Este documento muestra que la inteligencia británica sentía que esto ocurría. MacCurdy reconoció que, ante el fracaso externo, el líder nazi se centraba en un supuesto 'enemigo interno' en su lugar, los Judíos. Dado que ahora sabemos que la solución final había empezado entonces, esta es una lectura conmovedora".
La unidad de análisis de la propaganda en el extranjero comenzó a trabajar en 1939 y se vinculó posteriormente a la División de Guerra Psicológica. Cada semana, su personal realizaba un análisis de todas las emisiones en el extranjero en Alemania y la Europa ocupada.
Abrams, un experto mundialmente reconocido en el análisis de la opinión pública, creía que las transcripciones de las emisiones podían encerrar "contenido latente" y oculto, y percepciones inconscientes en el estado mental del enemigo. En 1942, esta técnica de gran éxito estaba vinculada directamente al trabajo de la contra-propaganda aliada.
Este análisis fue uno de esos ejercicios, que abarca un discurso radiofónico de Hitler el 26 de abril de 1942. De acuerdo con sus primeras líneas, el objetivo era "reconstruir, si es posible, lo que había en la mente de Hitler, cuando compuso y pronunció el discurso. Su contenido presumiblemente reflejará sus mórbidas tendencias mentales, por un lado, y un conocimientos especiales sobre él".
MacCurdy se refiere a un informe anterior en el que había visto tres de esas "tendencias mórbidas", clasificadas como "Chamanismo", "Epilepsia" y "Paranoia". La primera, un término que MacCurdy parece haber tomado prestado de la antropología, se refiere a la histeria de Hitler y la compulsión de alimentar la energía creada en los congresos del partido en Nuremberg. Esta tendencia se considera en declive.
Las otras dos, sin embargo, se desarrollaron. "Epilepsia" se refiere a los rasgos de frialdad y crueldad de Hitler, i también a una tendencia a perder el corazón cuando sus ambiciones fracasan. MacCurdy pensaba que el resultado de la Operación Barbarroja, que se había estancado el invierno anterior, había expuesto este fatalismo, y escribió que el discurso de Hitler delataba a "un hombre que está contemplando seriamente la posibilidad de una derrota total".
Lo más alarmante, sin embargo, era la creciente paranoia de Hitler. MacCurdy destacó el "complejo de Mesías’ del líder nazi, creía que lideraba a un pueblo elegido en una cruzada contra un mal encarnado en la judios. En su opinión, empieza a ser una tendencia dominante en la mente de Hitler. El documento señala una extensión de la "fobia judía" y dice que ahora Hitler veía en ellos no sólo una amenaza para Alemania, sino como un "agencia diabólica universal".
El calendario de este tipo de análisis no podría haber sido más clarividente. Semanas antes del discurso, los jerarcas nazis habían puesto en marcha planes para la ‘Solución Final’, el plan para eliminar la población judía de Europa.
Ni MacCurdy ni Abrams podían haber sabido las consecuencias terribles del estado mental de Hitler iba a tener, pero es evidente que vieron su desarrollo. "Hitler está atrapado en una telaraña de delirios religiosos", concluyó MacCurdy. "Los judíos son la encarnación del mal, mientras que él es la encarnación del espíritu del bien. Él es un dios que gracias a su sacrificio puede obtenerse la victoria sobre el mal”.
Fuentes: http://www.diarideguerra.com/
http://www.biobiochile.cl/
http://www.contexto.com.ar/