Otto Ernst Remer arrastraba un pasado nazi, una carrera como traficante de armas e incluso como proveedor incluso del régimen de Fidel Castro, según acaba de revelar la desclasificación de expedientes secretos de los servicios de inteligencia alemanes (BND).
Si la Audiencia Nacional de Madrid no hubiera rechazado la solicitud de extradición en 1996, habría cumplido 22 meses de prisión en Alemania, según una sentencia del juzgado provincial de Schweinfurt, y habría quedado a disposición de la justicia para sucesivos procesos.
Pero el Ministerio de Justicia del gobierno de Felipe González prefirió no entrar en más indagaciones y limitarse a argumentar que negar el Holocausto no era delito en España.
La desclasificación rutinaria de los expedientes, automática cuando se cumple 50 años, ha permitido saber que los espías de Bonn en Cuba detectaron al menos una operación de compra de armamento a Remer. En un despacho fechado el 26 de octubre de 1962, un agente sobre el terreno informa de la adquisición de un cargamento de armas automáticas de fabricación belga a través de la RFA gracias a la intermediación de dos traficantes que ya habían ayudado a Siria en su proceso armamentístico, Otto Ernst Remer y Ernst-Wilhemn Springer.
A esas alturas de la crisis, Castro se sentía engañado por Kruschev, daba por hecho que habría invasión y buscó una vía alternativa de apoyo¨, explica el historiador alemán Bernd Greiner. Y esa búsqueda se centró en el mercado negro de armas.
Según fuentes periodísticas de La Habana, Remer llegó a visitar al menos una vez Cuba de la mano de Juan Prohíbas, dirigente del Partido Nazi cubano, el cual el gobierno cubano lo había ilegalizó en 1941.
Además, para adiestrar a un ejército mas rabioso que disciplinado, Castro buscó a antiguos miembros de las Waffen SS y a oficiales del cuerpo de paracaidistas y zapadores, asi como técnicos que hubieran servido en la Wehrmacht, todo aquel que hubiera combatido contra EE UU podría ser un posible aliado.
Otto Remer ocultó cuidadosamente esta faceta hasta su muerte, en 1997 en España, a los 85 años.
Sus últimos meses fueron complicados, hubo de ser internado varias veces en una clínica de Marbella, necesitando oxígeno durante 15 horas al día, al funeral no asistieron los dos hijos de su primer matrimonio.
Había sido su segunda esposa, Anneliese, la que le había convencido para pedir asilo en España, agradecida cuando regresó a Alemania, aferrada a las cenizas de su marido.
Con las cuentas canceladas y sin ingresos propios, siempre se pensó que las redes neonazis financiaron su jubilación, pero los recientemente desclasificados documentos del BND se descubre ahora que Remer trabajó como asesor militar en Siria y Egipto, desenvolviéndose lucrativamente como traficante de armas.
Remer se hizo mundialmente conocido cuando su persona sale en la película "Valkiria", ya que en marzo de 1944, es elegido para comandar el batallón Grosdeutschland, con tareas de seguridad y representación en Berlín; permaneció fiel a Hitler y ayudó a Goebbels a desmantelar el golpe, recibiendo un trato preferente de Hitler y un gran prestigio, siendo ascendido a coronel.
Llegó a general de brigada, rindiéndose a los americanos, estuvo prisionero hasta 1947 y fue cofundador del Partido Socialista del Reich, que agrupàba a los nazis de posguerra y fue ilegalizado en 1952.
Siempre estuvo convencido que el Holacausto había sido sólo "una operación propagandística" y llevó a cabo una intensa labor editorial para difundir esas ideas.
Fuente: EL MUNDOPero el Ministerio de Justicia del gobierno de Felipe González prefirió no entrar en más indagaciones y limitarse a argumentar que negar el Holocausto no era delito en España.
La desclasificación rutinaria de los expedientes, automática cuando se cumple 50 años, ha permitido saber que los espías de Bonn en Cuba detectaron al menos una operación de compra de armamento a Remer. En un despacho fechado el 26 de octubre de 1962, un agente sobre el terreno informa de la adquisición de un cargamento de armas automáticas de fabricación belga a través de la RFA gracias a la intermediación de dos traficantes que ya habían ayudado a Siria en su proceso armamentístico, Otto Ernst Remer y Ernst-Wilhemn Springer.
A esas alturas de la crisis, Castro se sentía engañado por Kruschev, daba por hecho que habría invasión y buscó una vía alternativa de apoyo¨, explica el historiador alemán Bernd Greiner. Y esa búsqueda se centró en el mercado negro de armas.
Según fuentes periodísticas de La Habana, Remer llegó a visitar al menos una vez Cuba de la mano de Juan Prohíbas, dirigente del Partido Nazi cubano, el cual el gobierno cubano lo había ilegalizó en 1941.
Además, para adiestrar a un ejército mas rabioso que disciplinado, Castro buscó a antiguos miembros de las Waffen SS y a oficiales del cuerpo de paracaidistas y zapadores, asi como técnicos que hubieran servido en la Wehrmacht, todo aquel que hubiera combatido contra EE UU podría ser un posible aliado.
Otto Remer ocultó cuidadosamente esta faceta hasta su muerte, en 1997 en España, a los 85 años.
Sus últimos meses fueron complicados, hubo de ser internado varias veces en una clínica de Marbella, necesitando oxígeno durante 15 horas al día, al funeral no asistieron los dos hijos de su primer matrimonio.
Había sido su segunda esposa, Anneliese, la que le había convencido para pedir asilo en España, agradecida cuando regresó a Alemania, aferrada a las cenizas de su marido.
Con las cuentas canceladas y sin ingresos propios, siempre se pensó que las redes neonazis financiaron su jubilación, pero los recientemente desclasificados documentos del BND se descubre ahora que Remer trabajó como asesor militar en Siria y Egipto, desenvolviéndose lucrativamente como traficante de armas.
Remer se hizo mundialmente conocido cuando su persona sale en la película "Valkiria", ya que en marzo de 1944, es elegido para comandar el batallón Grosdeutschland, con tareas de seguridad y representación en Berlín; permaneció fiel a Hitler y ayudó a Goebbels a desmantelar el golpe, recibiendo un trato preferente de Hitler y un gran prestigio, siendo ascendido a coronel.
Llegó a general de brigada, rindiéndose a los americanos, estuvo prisionero hasta 1947 y fue cofundador del Partido Socialista del Reich, que agrupàba a los nazis de posguerra y fue ilegalizado en 1952.
Siempre estuvo convencido que el Holacausto había sido sólo "una operación propagandística" y llevó a cabo una intensa labor editorial para difundir esas ideas.
