Tras pisar una mina en 1944, los médicos decidieron no operarle. Él siempre le contó a su familia que tenía una bala en la rodilla.
La familia de Ronald Brown, un veterano de la II Guerra Mundial, sólo descubrió lo que ocultaba en su interior después de su muerte. En concreto, tras su cremación, que dejó una pila de cenizas y... metralla. En total, 170 gramos de artillería que Brown ha llevado encima durante más 60 años, desde que pisó una mina terrestre durante una misión en Francia en agosto de 1944, según publica The Telegraph.
La explosión salpicó de fragmentos ardierdo su pierna izquierda, y tuvo que arrastrarse dos millas hasta ponerse a salvo. El delicado estado de salud que presentaba llevó a los médicos a optar por dejar la artillería en el cuerpo, al parecerles la opción menos arriesgada.
Tras sobrevivir a la guerra, ofreció sucintas explicaciones a su familia sobre el accidente. Simplemente decía que tenía "una rodilla mal", y a las personas más cercanas les contaba que aún portaba "una bala" en su pierna, por lo que pedía a sus nietos que no se sentaran sobre su rodilla.
Pero cuando murió la pasada semana a los 94 años, su familia se quedó atónita tras recibir la bolsa con los restos mortales en la funeraria. El saco contenía 170 gramos de artillería. Su hija Jane se mostraba sorprendida por el hallazgo: "No creo que él tuviera idea de lo que había realmente en su pierna", pese a pesar 170 gramos. "El decía que tenía una bala, y yo me imaginaba una romántica pieza de metal. Pero, cuando fuimos a recoger las cenizas y preguntamos si habían hallado la bala, nos dieron esta bolsa llena de metal".
"Es tan macabro como asombroso porque él nunca se quejó de ningún tipo de dolor, lo que demuestra cuan fuerte era".
Brown, de Exeter, se enroló en el Regimiento East Yorkshire con 21 años. Sufrió el accidente durante unas maniobras en agosto de 1944, cuando era oficial de intendencia.
Su nieta Holly se sorprende porque Brown viajó por todo el mundo, "de Australia a América", y nunca pitó al pasar por los escáneres. "Estamos muy orgullosos de él y de todo lo que hizo por nosotros. Los trozos de metal en su interior no hacen sino demostrar lo terrible que fue la guerra. Supongo que constituye un recuerdo agridulce para nosotros, en el sentido de que simboliza todo lo que hizo y lo mucho que sufrió".
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/1 ... 55845.htmlLa explosión salpicó de fragmentos ardierdo su pierna izquierda, y tuvo que arrastrarse dos millas hasta ponerse a salvo. El delicado estado de salud que presentaba llevó a los médicos a optar por dejar la artillería en el cuerpo, al parecerles la opción menos arriesgada.
Tras sobrevivir a la guerra, ofreció sucintas explicaciones a su familia sobre el accidente. Simplemente decía que tenía "una rodilla mal", y a las personas más cercanas les contaba que aún portaba "una bala" en su pierna, por lo que pedía a sus nietos que no se sentaran sobre su rodilla.
Pero cuando murió la pasada semana a los 94 años, su familia se quedó atónita tras recibir la bolsa con los restos mortales en la funeraria. El saco contenía 170 gramos de artillería. Su hija Jane se mostraba sorprendida por el hallazgo: "No creo que él tuviera idea de lo que había realmente en su pierna", pese a pesar 170 gramos. "El decía que tenía una bala, y yo me imaginaba una romántica pieza de metal. Pero, cuando fuimos a recoger las cenizas y preguntamos si habían hallado la bala, nos dieron esta bolsa llena de metal".
"Es tan macabro como asombroso porque él nunca se quejó de ningún tipo de dolor, lo que demuestra cuan fuerte era".
Brown, de Exeter, se enroló en el Regimiento East Yorkshire con 21 años. Sufrió el accidente durante unas maniobras en agosto de 1944, cuando era oficial de intendencia.
Su nieta Holly se sorprende porque Brown viajó por todo el mundo, "de Australia a América", y nunca pitó al pasar por los escáneres. "Estamos muy orgullosos de él y de todo lo que hizo por nosotros. Los trozos de metal en su interior no hacen sino demostrar lo terrible que fue la guerra. Supongo que constituye un recuerdo agridulce para nosotros, en el sentido de que simboliza todo lo que hizo y lo mucho que sufrió".