Unity Mitford con Hitler
Hitler, asistía satisfecho al peregrinaje de cientos de chicas ansiosas por conocerlo. "No hay un rango más humano en la personalidad de Hitler que el placer que le proporciona la compañía informal de las típicas chicas inglesas de hoy en día", escribió George Ward Price, corresponsal del Daily Mail en esa época.
Esta insólita faceta de Hitler como imán de ellas ha salido a la luz en Winter Games, el nuevo libro de Rachel Johnson, mientras documentaba para su obra, la novelista descubrió que tanto su suegra como su abuela pasaron temporadas en Alemania en pleno nazismo. "Después de sus visitas, aquellos invitados VIP volvían a Inglaterra hablando maravilla de los "modélicos" campos de trabajo que habían visitado y cacareando sobre el encanto de Adolf Hitler", ha escrito Johnson.
Una de aquella inglesa , Unity Midford, persiguió al Führer durante meses hasta que consiguió que se lo presentaran en 1936. A partir de entonces, la inglesa se convirtíó en una de sus personas de confianza. Tal era su cercanía, que en 2007, un documental de Channel 4 aseguró que ambos tuvieron un hijo que, en teoría, podría seguir vivo en Inglaterra.
Para su novela, Johnson entrevistó a aquellas chicas, hoy convertidas en ancianitas. Muchas recuerdan las fastuosas fiestas que montaban en su honor o sus viajes a las montañas con jefes de las SS. Ni siquiera el horror de la IIGM ha emborronado el recuerdo de aquella época.
Así lo confesó una de las supervivientes a Johnson: "Hitler era maravilloooooso...el problema fue que se pasó un poco".