Durante los años cuarenta los Estados Unidos y Nueva Zelanda probaron un arma de destrucción masiva, que a base de explosiones bajo la superficie marina, provocarían tsunamis para inundar ciudades costeras enemigas.
Costa de Japón tras un tsunami
Las pruebas fueron realizadas en las costas de Nueva Caledonia y Auckland durante la Segunda Guerra Mundial.
Se demostró que el plan era factible, con 10 explosiones en altamar se podía producir un tsunami de 33 metros capaz de arrasar con una ciudad costera pequeña.
A la operación se le llamó en clave “Sello Project”, y representaba una alternativa a la famosa Bomba Atómica, que posteriormente destruiría Hiroshima y Nagasaki.
Este proyecto fue descubierto por el escritor y cineasta, Ray Waru, que indagó en los archivos militares de Nueva Zelanda.
“Es de suponer que si la Bomba Atómica no hubiera funcionado tan bien como lo hizo, entonces se hubiera recurrido a un tsunami artificial”, declaró Waru.
Fue en junio de 1944 cuando inició el proyecto secreto, luego que un oficial naval de los Estados Unidos, EA Gibson, se percatara de que en las maniobras para limpiar los arrecifes de coral alrededor de las islas del Pacífico, ocupando explosivos, se producía un importante oleaje.
Waru explica que las pruebas arrojaron resultados aceptables, sin embargo el proyecto fue archivado en 1945, aunque las autoridades de Nueva Zelanda siguieron produciendo informes sobre esta “arma de destrucción masiva” hasta la década de los 50’s.
Los expertos concluyeron que las explosiones individuales no eran lo bastante potentes y se requerían 2 millones de kilos de explosivos para lograr un tsunami artificial “exitoso”.
Este y otros hallazgos más, aparecen descritos en el nuevo libro del señor Waru “Secretos y Tesoros”, una mirada en el pasado militar de ese país al sur del globo terráqueo.
Fuente: http://www.sdpnoticias.com/sorprendente ... ra-mundialSe demostró que el plan era factible, con 10 explosiones en altamar se podía producir un tsunami de 33 metros capaz de arrasar con una ciudad costera pequeña.
A la operación se le llamó en clave “Sello Project”, y representaba una alternativa a la famosa Bomba Atómica, que posteriormente destruiría Hiroshima y Nagasaki.
Este proyecto fue descubierto por el escritor y cineasta, Ray Waru, que indagó en los archivos militares de Nueva Zelanda.
“Es de suponer que si la Bomba Atómica no hubiera funcionado tan bien como lo hizo, entonces se hubiera recurrido a un tsunami artificial”, declaró Waru.
Fue en junio de 1944 cuando inició el proyecto secreto, luego que un oficial naval de los Estados Unidos, EA Gibson, se percatara de que en las maniobras para limpiar los arrecifes de coral alrededor de las islas del Pacífico, ocupando explosivos, se producía un importante oleaje.
Waru explica que las pruebas arrojaron resultados aceptables, sin embargo el proyecto fue archivado en 1945, aunque las autoridades de Nueva Zelanda siguieron produciendo informes sobre esta “arma de destrucción masiva” hasta la década de los 50’s.
Los expertos concluyeron que las explosiones individuales no eran lo bastante potentes y se requerían 2 millones de kilos de explosivos para lograr un tsunami artificial “exitoso”.
Este y otros hallazgos más, aparecen descritos en el nuevo libro del señor Waru “Secretos y Tesoros”, una mirada en el pasado militar de ese país al sur del globo terráqueo.