El encargo lo hizo el museo que la ciudad dedicó a sus héroes de la Resistencia. Fue producido en 2010 con las últimas técnicas disponibles, así que el equipo dirigido por Piotr Sliwkowski empleó los recursos de una película como "Avatar" para viajar al pasado.
Dibujar incluso huellas de metralla
La primera base fue un conjunto de 16.000 fotografías aéreas realizadas por los soviéticos en la primavera de 1945. A partir de ahí, y para buscar la mayor fiabilidad, se pidió a cualquier habitante de la ciudad, que tuviera imágenes de Varsovia en ruinas en abril de 1945 que las aportara al proyecto. Así se creó el gigantesco banco de datos que permitió construir el ortomapa que serviría de cimiento para la película.
las imágenes en color fueron especialmente valiosas para que los creadores gráficos le dieran el exacto tono cenicienta de la ciudad desolada. Hubo 35 de esos edificios que se diseñaron con un detalle casi microscópico, estudiando incluso los derrumbes y escombros, las erosiones producidas por los disparos y metralla e incluso la decoración interior.
Volando en un B-24
Se eligió el vuelo que hacían en 1944 los B-24 para arrojar armas y equipos a la resistencia que se hizo fuerte en la ciudad vieja. El avión, que partía de la base italiana de Foggia cargado de contenedores con armas, mantas y equipos para los resistentes, seguía el curso del Vístula y descendía para llegar a la ciudad. Allí, tal como se ve en el filme, sobrevuela el casco antiguo y el gueto demolido, convertido en un solar, donde gira sobre sí mismo antes de regresar al río y ganar altura.
El resultado corta el aliento. El vuelo permite contemplar la ciudad en la que vivían 1,3 millones de personas en 1939 y quedó reducida a unas mil personas entre los escombros de la zona antigua, después de que las fuerzas especiales nazis aplastaran a los resistentes bajo las bombas. El vídeo tiene una preciosa banda sonora, una voz femenina que se superpone al zumbido de los motores y una triste melodía. La partitura es de Adam Skorupa.