Un grupo de buscadores de tesoros liderados por el cineasta holandés Leon Giesen cree saber dónde está escondido el mítico oro nazi. Su pista es una partitura musical.
Un lingote nazi conservado en el Banco de Reino Unido
Durante su expansión por Europa el III Reich se dedicó a expoliar las reservas de oro de los países que fue conquistando. Los historiadores creen que tras la anexión de Austria y la ocupación de Checoslovaquia, las reservas de oro alemanas se incrementaron en 71 millones de dólares y, durante la guerra los nazis se apoderaron de al menos de 550 millones de dólares de las naciones ocupadas. Todo esto sin contar el oro que arrebataron a los disidentes políticos, las minorías raciales y sobre todo al pueblo judío.
Es difícil calcular cuanto oro llegaron a acumular y cuánto se intercambió por materias primas y armamento con las potencias que supuestamente neutrales, como Suiza, España o Portugal, donde se cree que acabó gran parte del metal. Pero al margen del oro que acabó en bancos de los países amigos, y el que recuperaron los aliados tras la caída de Alemania, se ha especulado con la posibilidad de que los gerifaltes nazis lograran esconder una reserva de oro de tamaño considerable, donde nadie sabe dónde acabó.
Se sabe que en abril de 1945, la Wehrmacht y los jefes del Reichsbank trazaron un plan para esconder una parte de las reservas en Einsiedl, un pequeño pueblo situado en las orillas del lago Walchen (Baviera), la región que creían, con razón, que caería en último lugar. No lograron completar con éxito la misión, pero algunos historiadores creen que al menos 100 lingotes de oro se extrajeron del banco central y no sabe dónde acabaron.
El último plan de Martin BormanEs difícil calcular cuanto oro llegaron a acumular y cuánto se intercambió por materias primas y armamento con las potencias que supuestamente neutrales, como Suiza, España o Portugal, donde se cree que acabó gran parte del metal. Pero al margen del oro que acabó en bancos de los países amigos, y el que recuperaron los aliados tras la caída de Alemania, se ha especulado con la posibilidad de que los gerifaltes nazis lograran esconder una reserva de oro de tamaño considerable, donde nadie sabe dónde acabó.
Se sabe que en abril de 1945, la Wehrmacht y los jefes del Reichsbank trazaron un plan para esconder una parte de las reservas en Einsiedl, un pequeño pueblo situado en las orillas del lago Walchen (Baviera), la región que creían, con razón, que caería en último lugar. No lograron completar con éxito la misión, pero algunos historiadores creen que al menos 100 lingotes de oro se extrajeron del banco central y no sabe dónde acabaron.
La búsqueda del oro nazi ha preocupado a todo tipo de gente, pero nadie ha tenido éxito hasta la fecha, ahora, un músico y director de cine holandés asegura haber encontrado la solución al enigma. Leon Giesen, este realizador de 51 años, está convencido de que los nazis lograron salirse con la suya y enterraron el oro extraído en una pequeña población de Baviera, Mittenwald, al lado con la frontera austríaca y a tan sólo 10 km. de Einsiedl.
Su teoría ha gozado de popularidad en su país natal, pero ahora ha llegado a los periódicos alemanes, especialmente cautos con este tipo de noticias, porque el realizador, se ha llevado una perforador, ha agujereado una carretera y ha practicado un análisis de los metales del subsuelo.
Giesen da crédito a una de las múltiples leyendas que circulan, según la cual Bormann, anotó en la partitura de la Marcha Impomptu unas letras, figuras y runas que esconden las coordenadas exactas del lugar donde se esconde el tesoro.
Supuestamente, el secretario personal que huyó del búnker después del suicidio de Hitler, debía entregar la partitura a un contacto en Múnich, pero nunca llegó a su destino. El secretario desapareció después de que el convoy en el que viajaba fuera alcanzado por un obús ruso, durante décadas se especuló con la posibilidad de que hubiera logrado huir, pero en 1972 unos obreros berlineses encontraron un cadáver en una obra que más tarde, en 1999 y por pruebas de ADN, confirmaron que era de Bormann.
Pese a su muerte, la supuesta partitura que contenía la clave para encontrar el tesoro acabó décadas después en manos del periodista holandés Jarl Hammer Kaatee, que en diciembre del año pasado la publicó en internet, cansado de tratar de resolver el código sin éxito.
Su teoría ha gozado de popularidad en su país natal, pero ahora ha llegado a los periódicos alemanes, especialmente cautos con este tipo de noticias, porque el realizador, se ha llevado una perforador, ha agujereado una carretera y ha practicado un análisis de los metales del subsuelo.
Giesen da crédito a una de las múltiples leyendas que circulan, según la cual Bormann, anotó en la partitura de la Marcha Impomptu unas letras, figuras y runas que esconden las coordenadas exactas del lugar donde se esconde el tesoro.
Supuestamente, el secretario personal que huyó del búnker después del suicidio de Hitler, debía entregar la partitura a un contacto en Múnich, pero nunca llegó a su destino. El secretario desapareció después de que el convoy en el que viajaba fuera alcanzado por un obús ruso, durante décadas se especuló con la posibilidad de que hubiera logrado huir, pero en 1972 unos obreros berlineses encontraron un cadáver en una obra que más tarde, en 1999 y por pruebas de ADN, confirmaron que era de Bormann.
Pese a su muerte, la supuesta partitura que contenía la clave para encontrar el tesoro acabó décadas después en manos del periodista holandés Jarl Hammer Kaatee, que en diciembre del año pasado la publicó en internet, cansado de tratar de resolver el código sin éxito.
Al encontrarse con la partitura Giesen se interesó, y hace unos meses anunció que había resuelto el misterio, la partitura apuntaba a un sitio exacto, en su opinión, una línea añadida a la partitura en la que se lee "donde Mathias acariciaba las cuerdas" hace referencia al pueblo en cuestión, pues uno de sus más famosos vecinos es Mathias Klotz, famosos lutier que puso a Mittenwald en el mapa.
Según Giesen, también esconde un diagrama esquemático de las vías del tren que atravesaban la localidad en los años 40 y la sentencia "finaliza la danza" que se puede observar al final de la misma, indica que el tesoro se encuentra en el tope de la vía.
El realizador holandés ha realizado perforaciones en tres puntos de la localidad, pues no tiene claro dónde finalizaba el tren, en la última dice haber encontrado una gran cantidad de metales que no ha logrado identificar, "los geólogos creen que es una anomalía", explica, a la revista alemana Der Spiegel, "una sustancia que no debería encontrarse aquí". Ahora está intentando buscar una compañía de excavaciones que siga explorando el lugar y planea lanzar un proyecto de crowdfunding para reunir los 25.000 euros que cree costará levantar el yacimiento (si es que existe).
FuenteSegún Giesen, también esconde un diagrama esquemático de las vías del tren que atravesaban la localidad en los años 40 y la sentencia "finaliza la danza" que se puede observar al final de la misma, indica que el tesoro se encuentra en el tope de la vía.
El realizador holandés ha realizado perforaciones en tres puntos de la localidad, pues no tiene claro dónde finalizaba el tren, en la última dice haber encontrado una gran cantidad de metales que no ha logrado identificar, "los geólogos creen que es una anomalía", explica, a la revista alemana Der Spiegel, "una sustancia que no debería encontrarse aquí". Ahora está intentando buscar una compañía de excavaciones que siga explorando el lugar y planea lanzar un proyecto de crowdfunding para reunir los 25.000 euros que cree costará levantar el yacimiento (si es que existe).