España se ubicó en el huso europeo occidental, el mismo que Portugal, Reino Unido y Francia, con una hora de diferencia respecto a los países de Europa central. Pero en 1942, en plena IIGM, Alemania impuso el huso central a Francia y, en paralelo, Reino Unido, Portugal y España decidieron atrasar también sus relojes por diversas razones bélicas. Mientras que Londres lo hizo para evitar confusiones de horarios con los aliados, Franco lo decidió como gesto de simpatía hacia Hitler.
En 1945, al terminar la guerra, tanto Gran Bretaña como Portugal volvieron al huso horario occidental, el que les corresponde según el meridiano de Greenwich, pero no así Francia ni España.