"Mi padres es una víctima. El caso en contra de mi padre era una falsificación hecha por los judíos, lo ví cuando estaba en Roma, había mucho resentimiento, creo que lo que le pasó a mi padre se debe al hecho de que era el único que sigue vivo entre los de las Fosas, el único que había llegado a los 100 años", sostuvo Jorge en declaraciones a la agencia ANSA.
Se lamenta que en Bariloche no están "ni siquiera sus viejos amigos", agregando "¿por qué siguen con los tiempos de la guerra que terminó hace más de 60 años? que dejen de joder, son resentidos, rompen las (bolas) en el mundo antes de Cristo".
Sobre la participación de su padre en la matanza, donde fueron ejecutados 335 civiles, Priebke sostuvo que su padre "no tuvo responsabilidad directa, actuó por obediencia debida de los superiores, puede que disparó dos veces, siempre ha habido muy poco sobre la guerra", precisó.
Priebke dijo que no asistirá a las exequias de su padre -aún sin fecha ni lugar- porque tiene "problemas físicos" y además no cuenta con "dinero para los pasajes", en "Argentina cobró la pensión mínima y tengo un auto viejo, de 35 años", aseveró.
Finalmente, concluyó que cuando se produjo la extradición a Italia, la comunidad alemana de Bariloche "se lavó las manos como Poncio Pilatos".
Polémica por el destino final de sus restos
Tras su muerte, su familia reveló que Priebke había pedido ser sepultado en Bariloche, ciudad en la que vivió cuatro décadas con total tranquilidad.
Su caso no era conocido, hasta que a principios de los 90 un libro y un reportaje hicieron salir a la luz su participación en la masacre ocurrida en Italia, a finales de la IIGM. En 1998 Argentina concedió la extradición a Italia, donde fue juzgado y condenado, sin embargo, por su edad avanzada, cumplió arresto domiciliario.
Apenas conocida la noticia, la Cancillería informó que no aceptará que sus restos sean ingresados en el país para su entierro, expresándose en el mismo sentido la intendente de Bariloche, María E. Martini.
"Nosotros estamos de acuerdo con la postura (de la Cancillería), sino lo hubiésemos solicitado, creemos que Priebke es un criminal de guerra que ha sido condenado y no queremos que los restos estén en nuestra ciudad", dijo Martini en declaraciones a Radio Continental.
Pero Bariloche no es la única ciudad que se negó a recibir los restos. Hennigsdorf, ciudad donde nació, rechazó enterrarlo en el cementerio local, que sólo admite inhumaciones de habitantes o de sus familiares.
Mientras tanto, en Roma, continúa la incertidumbre, ya que en principio se había anunciado que sería el lugar de la inhumación, desmentido más tarde. El apoderado y amigo de Priebke, Paolo Giachini, intentó por todos los medios organizar una ceremonia pública, recibiendo como respuesta un no.
Giachini dijo luego que será despedido en las próximas horas de forma privada y discreta en su residencia romana, el abogado, que esperaba por último incinerar el cuerpo en el cementerio militar de Pomezia, cerca de Roma, no podrá cumplirlo porque el ex oficial nazi no murió en combate.
Asimismo, el alcalde de Roma, el jefe de policía y el vicario papal se negaron a conceder un funeral eclesiástico en la capital italiana.
Por su parte, el director del Centro Simon Wiesenthal, Efraim Zuroff, propuso que el cuerpo sea enviado a Alemania para su incineración.
En una entrevista al diario italiano La Stampa, Zuroff declaró que "lo mejor es enviar el cuerpo a Alemania para ser incinerado", pero todo parece que tampoco será posible esta opción.
Priebke dejó un vídeo-testamento antes de morir, "la fidelidad al propio pasado es algo que se relaciona con nuestras convicciones", fue el desafiante mensaje final que dejó, y pidiendo que lo sepultaran en Bariloche, junto a su mujer Alice Stoll, quien murió e 2004 y está enterrada en el cementerio de Bariloche "Valle del Descanso", y en donde vive su hijo Jorge y también sus nietas.