Héctor S. Molina murió en la Batalla de Normandía en la Segunda Guerra Mundial, fue sepultado allá; una familia francesa le lleva flores tres veces al año.
De él sólo sabían el nombre… Héctor S. Molina… y la fecha de su muerte… 18 de junio de 1944... hoy saben que nació y tiene familia en Laredo y otras ciudades de Texas.
Una familia francesa, que vive en Romagné, decidió apadrinar una de las cientos de tumbas del Cementerio de Colleville, en Normandía, a través de de la Asociación “Flores de la Memoria”, cuyo objetivo es que se coloquen ofrendas en las cruces de los soldados caídos en este panteón de la Segunda Guerra Mundial.
La familia, encabezada por el señor Christian Le Nagard, su esposa Anne, su hija Perrine (9 años) y sus niños Malo (7) y Titouan (4) tienen un estrecho lazo con la Segunda Guerra Mundial, que les interesó ser parte de este proyecto.
Luego que les asignaron apadrinar la tumba de Héctor S. Molina, pidieron el archivo militar de este soldado latino al departamento de guerra en Fort Knox.
“Empezamos a investigar si aún tenía familia y descubrimos que era de Laredo, Texas, Estados Unidos y que tiene una sobrina en esa ciudad”, explicó Le Negard vía correo electrónico.
Explicó que él apadrina la tumba de Robert J. Scott, soldado de Nueva York fallecido el 7 de junio de 1944, pero es su hijo Malo quien tiene la responsabilidad de llevar flores a la cruz del laradense.
Molina entró con el ejército para derrocar a la Alemania Nazi el 6 de junio de 1944, tomando parte en la histórica Batalla de Normandía… pero murió 12 días después.
En esas dos semanas de intensa actividad bélica, cientos de soldado perdieron la vida y fue hasta años después que se creó este cementerio de la Segunda Guerra Mundial en Colleville.
“Para llegar ahí tenemos que viajar en carretera 250 kilómetros, pero lo hacemos con mucho gusto dos o tres veces al año, para llevar Flores a la Memoria de los soldados caídos en acción.
“Ellos dieron su vida por nosotros y cada vez que me postro frente a la tumba siento muchas emociones por ellos, los soldados que lucharon por nuestra libertad y dieron el máximo sacrificio por nosotros”, explicó.
Su dedicación será reconocida mañana en sesión de cabildo, desde donde se hará una videoconferencia para decirle a esta familia francesa, gracias por cuidar la tumba de los héroes de Laredo.
Christian y su familia están realmente sorprendidos por el valor que le da Laredo a sus héroes, ya que ellos jamás lo hicieron para ser reconocidos o recibir las gracias, simplemente les nace cuidar la memoria de quienes lucharon por dar libertad a una nación.
De hecho, Malo Le Negard, a sus 7 años, ya empieza a conocer muchos detalles de la Segunda Guerra Mundial.
Lo agradecen
En Laredo, el representante de Los Veteranos Jóvenes de Irak y Afganistán, Gabriel López, estuvo en contacto directo con la familia francesa para hacerles ver lo importante que es la labor que emprendieron.
“Esta familia merece este reconocimiento y más, Héctor S. Molina es un héroe y aún tiene familia en Laredo y San Antonio, Texas “, dijo López.
Mientras las autoridades preparan la videoconferencia de mañana, en Francia se darán tiempo para continuar con esta noble labor que no solo agrada a la familia del soldado Molina, sino a la comunidad en general.
Fuente integra de la noticia: http://elmanana.com.mxUna familia francesa, que vive en Romagné, decidió apadrinar una de las cientos de tumbas del Cementerio de Colleville, en Normandía, a través de de la Asociación “Flores de la Memoria”, cuyo objetivo es que se coloquen ofrendas en las cruces de los soldados caídos en este panteón de la Segunda Guerra Mundial.
La familia, encabezada por el señor Christian Le Nagard, su esposa Anne, su hija Perrine (9 años) y sus niños Malo (7) y Titouan (4) tienen un estrecho lazo con la Segunda Guerra Mundial, que les interesó ser parte de este proyecto.
Luego que les asignaron apadrinar la tumba de Héctor S. Molina, pidieron el archivo militar de este soldado latino al departamento de guerra en Fort Knox.
“Empezamos a investigar si aún tenía familia y descubrimos que era de Laredo, Texas, Estados Unidos y que tiene una sobrina en esa ciudad”, explicó Le Negard vía correo electrónico.
Explicó que él apadrina la tumba de Robert J. Scott, soldado de Nueva York fallecido el 7 de junio de 1944, pero es su hijo Malo quien tiene la responsabilidad de llevar flores a la cruz del laradense.
Molina entró con el ejército para derrocar a la Alemania Nazi el 6 de junio de 1944, tomando parte en la histórica Batalla de Normandía… pero murió 12 días después.
En esas dos semanas de intensa actividad bélica, cientos de soldado perdieron la vida y fue hasta años después que se creó este cementerio de la Segunda Guerra Mundial en Colleville.
“Para llegar ahí tenemos que viajar en carretera 250 kilómetros, pero lo hacemos con mucho gusto dos o tres veces al año, para llevar Flores a la Memoria de los soldados caídos en acción.
“Ellos dieron su vida por nosotros y cada vez que me postro frente a la tumba siento muchas emociones por ellos, los soldados que lucharon por nuestra libertad y dieron el máximo sacrificio por nosotros”, explicó.
Su dedicación será reconocida mañana en sesión de cabildo, desde donde se hará una videoconferencia para decirle a esta familia francesa, gracias por cuidar la tumba de los héroes de Laredo.
Christian y su familia están realmente sorprendidos por el valor que le da Laredo a sus héroes, ya que ellos jamás lo hicieron para ser reconocidos o recibir las gracias, simplemente les nace cuidar la memoria de quienes lucharon por dar libertad a una nación.
De hecho, Malo Le Negard, a sus 7 años, ya empieza a conocer muchos detalles de la Segunda Guerra Mundial.
Lo agradecen
En Laredo, el representante de Los Veteranos Jóvenes de Irak y Afganistán, Gabriel López, estuvo en contacto directo con la familia francesa para hacerles ver lo importante que es la labor que emprendieron.
“Esta familia merece este reconocimiento y más, Héctor S. Molina es un héroe y aún tiene familia en Laredo y San Antonio, Texas “, dijo López.
Mientras las autoridades preparan la videoconferencia de mañana, en Francia se darán tiempo para continuar con esta noble labor que no solo agrada a la familia del soldado Molina, sino a la comunidad en general.