Suzanne Gelleri era una mujer judía húngara que se salvó de los nazis convirtiéndose, a partir de ese momento en la asistente de Giorgio Perlasca, el Italiano Schindler.
Suzanne Gelleri ante un busto de Giorgio Perlasca en Padua 2004
Perlasca, fallecido en el 92 es uno de los héroes menos conocidos de la IIGM, arriesgó su vida varias veces por salvar a miles de judíos húngaros de las cámaras de gas. En el 44, cuando Hitler ordenó la invasión militar de Hungría, trabajaba como enviado español con el nombre falso de Jorge Perlasca en la embajada española de Budapest.
Suzanne era la única hija de una cantante de ópera y un banquero, Zsuzsi Gelleri, como se le había llamado, nació en Budapest el 30 de mayo del 25 y era una adolescente cuando los nazis invadieron su país. Los Gelleri fueron una de las miles de familias judías cuyas casas y bienes fueron confiscados; mientras la mayoría eran conducidos a guetos o enviados a campos de la muerte, la familia de Suzanne logró encontrar refugio en uno de los escondites que podían encontrar en los países neutrales. Mientras intentaban superar el día a día, Suzanne fue aconsejada por su padre para ocultar objetos de valor entre sus ropas y cambiarlos por comida y , si fuese necesario, sobornar con ellos en caso de apuro.
El diplomático sueco Raoul Wallenberg le facilitaba salvoconductos para distribuir a los judíos, pero un día sería descubierta por milicianos nazis húngaros. Fue llevada ante la Gestapo, interrogada y encarcelada entes de ser deportada, llevada a la frontera austríaca con un grupo de mujeres. En el camino fueron fusiladas la mayoría de ellas y Suzanne fue tan duramente golpeada que la dieron por muerta. Sin embargo, sobrevivió y regresó a Budapest donde sus padres le rogaron a un amigo para que la llevara a la embajada española y la guardara bajo su seguridad.
Este amigo era Jorge Perlasca un fascista que había luchado en el lado nacionalista en la Guerra Civil y como a pesar de tener un pasaporte italiano, había obtenido un documento que la daba derecho a la protección diplomática en cualquier embajada española del mundo. En Budapest decidió utilizar esta condición para salvar a judíos húngaros, explicando más tarde "tuve la oportunidad y la aproveché". Los judíos de origen sephardi estaban protegidos por una ley de 1924 que les concedía la ciudadanía española.
Descanse en Paz.
Fuente: The Telegraph