Lomax y algún otro compañero de cautiverio fueron esclavizados y llevados a trabajar forzosamente en la construcción del Ferrocarril de Birmania, una tarea que se cobró miles de vidas por varias causas como la desnutrición, torturas, exceso de trabajo, enfermedades... las malas condiciones, las muertes inhumanas, el precio que se cobró le valió ser recodado como el "Ferrocarril de la Muerte".
Un historiador de la universidad de Cambridge, en una entrevista para History Extra, cuestionó la veracidad de los hechos que cuenta el film, con respecto al trágico episodio del Ferrocarril de la muerte y a los relatos de sus supervivientes.
El doctor Philip Towle responde que los hechos que se desarrollan se acercan mucho a lo que sucedió en ese lugar, la crueldad de los soldados japoneses, cegados por la adoración a su emperador y por la brutalidad de sus entrenamientos.
Según comenta, "la película no muestra los aún mayores sufrimientos de los miles de indígenas malayos engañados para ir a trabajar en el ferrocarril".
Algo que se conoce que no fue totalmente verídico es la sugerencia que deja ver la película sobre que Lomax viajó para encontrarse con su torturador motivado por la sed de venganza y que éste, a su vez, no se imaginaba que el soldado británico siguiese vivo. Lo que ocurrió, según la biografía de Lomax, es que ambos intercambiaron correspondencia antes de reencontrarse.
Lomax con el soldado japonés Takashi Nagase en el puente sobre el río Kwai en Kanchanaburi
Lorax de uniforme
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