Dos aficionados franceses a la Segunda Guerra Mundial, ataviaodos con uniformes de época, se reúnen junto a la iglesia normanda de Sainte-Mere-Eglise
Precedidas de una visita de Estado de la Reina Isabel II de Inglaterra, y de dos cenas separadas, entre François Hollande y Vladímir Putin, en París, las ceremonias de conmemoración del LXX aniversario del desembarco se celebrarán el viernes en la diminuta localidad normanda de Ouistreham, convertida por un día en capital de las relaciones trasatlánticas.
Los contactos que precederán ese mega encuentro, en París, en Bruselas y a lo largo del trayecto conmemorativo, forman parte de una operación de diplomacia multilateral. François Hollande y Ángela Merkel oficiarán de «intermediarios» entre muchos protagonistas, como Obama, Putin y los presidentes del Este europeo, que intentarán trabar alguna forma de «paz armada» entre aliados de ayer y antes de ayer, rivales de nuevo, en Ucrania y los distintos frentes europeos.
Mientras Obama ha intentado «tranquilizar» a sus aliados privilegiados, en el Este, la Alemania de Merkel y la Francia de Hollande esperan que la inquietante tensión en el continente se prolongue.
Turismo histórico
A nivel local, la efémeride también tendrá impacto. Normandía tiene una economía muy diversificada, pero el turismo ocupa un puesto privilegiado. En el departamento de Calvados hay 23 museos y 19 cementerios consagrados a la memoria del Desembarco. Hasta hace poco, el departamento de Calvados y la región de Normandía tenían un «turismo de peregrinos». El LXX aniversario del Desembarco lanza el «turismo de la memoria».
Hasta ayer, los antiguos veteranos y sus familias eran turistas privilegiados. Con el paso del tiempo y la desaparición de muchos de los primeros veteranos, Normandía y Calvados esperan inversiones económicas considerables y conquistar nuevas generaciones de turistas interesadas en la memoria histórica y en descubrir los detalles de una batalla crucial en la historia de nuestra civilización.
Fuente: abc.es