fachada de la casa en la que vivía, con la placa en su honor
El gesto tuvo lugar en 2012 pero ha sido esta semana cuando los medios lo han dado a conocer, a través de una entrevista al actual residente del domicilio en el que vivía la enfermera, el abogado jubilado Karel Friml, de 79 años de edad, que exhibe una placa conmemorativa en la fachada de su vivienda.
"Sus actos fueron su propia resistencia y venganza por la violación de su país y la suya propia", ha declarado Friml al diario birtánico 'Daily Mail". El abogado tiene constancia de que la enfermera "tenía muchos amantes alemanes, quizás seis, quizás diez, quizás más".
Según recuerdan los habitantes del pueblo, que escucharon la historia en boca de sus padres y abuelos, la enfermera, que trabajaba en el hospital local, fue violada en 1938, en una de las múltiples incursiones nazis a la zona –T?ebo? estaba al lado de la zona que los nazis se anexionaron en octubre de 1938, y que les fue cedida como parte de los tratados de Múnich–. Y decidió vengarse de sus agresores.
Su "modus operandi" consistía en iniciar una relación con los soldados heridos a los que atendía durante la ocupación de Trebon, en el marco de la operación militar en Checoslovaquia, donde los nazis se anexionaron diferentes regiones germanoparlantes en 1938.
"Por desgracia no conocemos su nombre pero sí sabíamos que fue asignada al cuidado de alemanes heridos, comenzaba un romance con ellos y después, o desaparecían o aparecían muertos" , según Friml.
Pero Friml tiene las ideas claras: “Me entristece que muriera de forma anónima. Creo que fue una heroína. Y es por eso que he elaborado una placa conmemorativa y la he puesto en el muro de la casa”.
Como en todas las zonas de temprana ocupación, el miedo y la ignorancia (aunque también la codicia), fomentaron un colaboracionismo que fue fundamental para el increíble éxito que tuvo el avance nazi en los primeros años de la guerra. Pero, por suerte, no todos los que parecían colaboradores lo eran.
La policía secreta nazi, la Gestapo, que preparaba por aquel entonces un plan para aniquilar poco a poco la identidad nacional de los checoslovacos a través de ejecuciones y deportaciones, tuvo conocimiento de las actividades de la enfermera tras enviar un agente al hospital en el que ella trabajaba. "Descubrieron a qué se dedicaba y acabaron con su vida de un disparo", , explicó el abogado.
La historiadora Jirina Psikova, responsable del museo de T?ebo?, reconoce que hay muchas dudas sobre la verdadera historia de la enfermera, aunque personalmente cree en su veracidad. “La mujer no es una figura histórica reconocida, pues no hay ningún documento que la mencione”, explica. “Pero muchas personas recuerdan la historia, aunque en diferentes versiones. Algunos dicen que era una prostituta que, sencillamente, repartió una enfermedad de transmisión sexual entre varios oficiales alemanes; otros dicen que era una verdadera patriota que fue violada e infectada por los nazis, y lo que hizo fue vengarse”.
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