“No quiero que nadie me excuse: fui de la S.S. nazi”: Günter Grass

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Mariscal Panzer
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“No quiero que nadie me excuse: fui de la S.S. nazi”: Günter Grass

Mensaje por Mariscal Panzer » 15 04 2015 11:11

Antes de morir confesó de su propia voz el pecado de haber apoyado a Hitler y también rompió su silencio sobre Israel. Entrevista de Xavi Ayén.
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El suave traqueteo del tren y un sol radiante que se filtra a través de la ventanilla predisponen a algunos pasajeros al sopor. Justo al llegar a Lübeck, abren los ojos con un leve sobresalto y sonríen, como si hubieran aterrizado en un cuento de hadas de los hermanos Grimm. El casco antiguo de esta ciudad, con la imponente puerta Holstertor de ladrillo rojo, parece el escenario perfecto para Cenicienta, su príncipe y otros personajes de fábula medieval. Lübeck, construida en la segunda mitad del siglo XIII, es patrimonio de la Humanidad desde 1987, y sus habitantes presumen de haber inventado el mazapán, así como de tres personalidades ilustres: sus hijos naturales Thomas Mann y Willy Brandt, y uno adoptado, el premio Nobel Günter Grass.

Günter Grass vive, en realidad, a unos 25 kilómetros, en la pequeña Behlendorf, pero también tiene casa en Lübeck. Una amplísima casa-museo, con una extensa parte destinada a los visitantes y una buhardilla, más reducida, que es su territorio particular. De hecho, Grass es un ferviente admirador del político socialdemócrata Willy Brandt (1913-1992), a quien le escribió muchos discursos, y también del escritor Thomas Mann (1875-1955), una de sus grandes influencias, quien también obtuvo el premio Nobel de literatura (en 1929, setenta años antes de que lo hiciera el propio Grass). Lübeck es, así, un polo del turismo literario europeo, con dos imanes principales: la Casa Buddenbrook -un auténtico templo consagrado a la familia Mann, que vivió en ella- y la de Grass, inaugurada en el año 2002. Un completo merchandising local acentúa el culto al escritor: piezas de madera para aguantar libros, tazas, llaveros… incluso botellas de vino Günter Grass, con la etiqueta dibujada por el propio escritor.

Nuestro primer contacto con él se produce en el jardín de su casa-museo, a la sombra del enorme “Pleuronecto”, una de sus esculturas gigantes que salpican este espacio al aire libre. El escritor es, también, un productivo artista plástico (como el chino Gao Xingjian) y buena parte de las instalaciones está destinada a mostrar sus dibujos y esculturas, casi siempre relacionados con temas de sus libros. Junto a dos cabezas humanas que emergen de la grava, nos cuenta que “esa señora con tres pechos que ven ahí, por ejemplo, refleja la diosa Aya, que alimentaba a los pescadores con sus ubres y aparece en mi novela ‘El rodaballo’. Después de un libro, suelo esculpir: en comparación con la literatura es algo tonto, mecánico, no necesitas el cerebro, que te puede incluso molestar. Aquí organizamos muestras de otros escritores-artistas: los dibujos de Hermann Hesse u Otto Pankok, las acuarelas de Goethe…”.

Subimos con él varios pisos por una estrecha escalera que conduce a un desván en penumbra, donde unas vigas de madera pintadas de azul celeste dan un toque de color. Grass se sienta junto a una amplia mesa, para encender tranquilamente su pipa. Unas escalerillas metálicas conducen todavía a un altillo, que imaginamos último refugio del artista. En el alféizar, reposan otras dos esculturas suyas, éstas de arcilla: dos bailarines entrelazados y una cabeza de la que brota un falo. Al otro lado de la ventana, entre casas de ladrillo rojo, desfila un grupo de niños, todos con un violín en la mano.

En una especie de atril descansa una máquina de escribir de las de antes, con cinta de colores. Una autentica Olivetti-Letera, sus favoritas. “¡No, no es una pieza del museo! ¡Yo las utilizo! Tengo varias: una en mi casa de Portugal, donde paso el invierno, otra en la isla danesa de Mon, para el verano, y otra en Behlendorf. Están en una posición elevada porque yo escribo siempre de pie. Para mí, escribir no es tan diferente de pintar o esculpir; escribo en bruto, como si trabajara con arcilla: introduzco irregularidades en el manuscrito y luego las voy moldeando”.

En las estanterías se amontonan libros, papeles, carpetas y clasificadores, en un aparente desorden. Hay una pelota de fútbol con frases de escritores alemanes sobre este deporte. Grass mantiene la pipa en la mano, pero se le apaga a menudo, lo que refuerza la idea de que se trata más de una cuestión estética que de otra cosa. En la pared, hay varios cuadros suyos.

El autor de “El tambor de hojalata” ha recuperado la energía. Un amigo suyo nos confesó, unos días antes, que el escritor “había sufrido mucho” con la polémica originada cuando sus memorias de juventud, “Pelando la cebolla”, fueron publicadas en Alemania. Las fuertes críticas consiguieron, entonces, abatirle anímicamente. Los hechos que narra en el libro no ofrecen lugar a dudas e interpretaciones: “Milité en las juventudes hitlerianas -nos recuerda ahora-. En la guerra, me presenté voluntario para el ejército, quería ir a un submarino. Pero fui destinado a las SS, los temibles cuerpos de elite del nazismo. En mi caso, no disparé un solo tiro, solamente entre en acción dos veces y fui herido y hecho prisionero por los norteamericanos. Ir a las SS no me causó ningún susto o desconcierto. No tengo disculpa y ese es mi oprobio: creí en el Führer, creí en la Victoria Final de Alemania. Desde los 12 años viví el nazismo con fascinación y deslumbramiento: los jóvenes nos dejamos seducir. De los crímenes de las SS sólo tuve conocimiento después de la guerra, fue algo muy penoso. Pero que nadie se esfuerce: no existe ningún atenuante, no se puede empequeñecer lo que hice diciendo que fue una tontería juvenil ”. Grass tiene todavía esquirlas de metralla que le impiden lanzar piedras con el brazo derecho, como un recuerdo físico, permanente, del horror.


Fuente y resto de la entrevista.



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Re: “No quiero que nadie me excuse: fui de la S.S. nazi”: Günter Grass

Mensaje por Walther Model » 15 04 2015 12:14

Un claro ejemplo de como la vision, algo enferma? Seria acaso esa la palabra? De unos pocos hombres con ideales terribles pueden marcar la vida de muchas personas, en este caso de una manera tan detestable.
La propaganda, la mentira celestial en avalancha de un futuro épico y lleno de odio logro que millares de jovenes truncaran sus futuros por la idea de un individuo.
Cuantos desconocidos habrían sufrido ese arrepentimiento? Y cuantos mas no habrían soportado la carga, de entender demasiado tarde, el tiempo y esfuerzo que dedicaron a uno de los hechos mas lamentables de la historia de la humanidad.

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LewisNixon
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Re: “No quiero que nadie me excuse: fui de la S.S. nazi”: Günter Grass

Mensaje por LewisNixon » 15 04 2015 13:16

"Desde los 12 años viví el nazismo con fascinación y deslumbramiento: los jóvenes nos dejamos seducir"
Esto es lógico. Cuando a un niño se le educa bajo un régimen, es altamente probable que lo adopte con naturalidad. Si el niño crece sabiendo con los judíos deben ser exterminados, casi como un asunto superior, casi como una guerra santa, es obvio que así lo entenderá y lo vivirá, hasta cuando sea adulto, y quizás se transforme en un buen ser humano y entienda de los horrores sucedidos.
Todas las culpas las tienen los adultos que generaron todo esto, Hitler y sus secuaces. La culpa las tienen los adultos que se dejaron seducir.
"Pero que nadie se esfuerce: no existe ningún atenuante, no se puede empequeñecer lo que hice diciendo que fue una tontería juvenil"
Es verdad, haber sido de la SS, haberle creído todo al Führer no tiene ningún atenuante, pero tampoco es una razón suficiente como para decir que es "culpable" de algún crimen.

Es mi pensamiento.

saludos camaradas.
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Re: “No quiero que nadie me excuse: fui de la S.S. nazi”: Günter Grass

Mensaje por abhang » 16 04 2015 10:14

Cita del camarada amarok:

En cuanto a los comentarios anteriores, el uniforme es muy probablemente (y la insignia) del RAD (Reichsarbeitsdienst). No hubiese entrado a una unidad de policía con 17 años. Sirvió como cargador en un P-IV de la SS-PzDiv Frundsberg en 1945. No está claro si como voluntario o por leva (desde el 20/7/44 en adelante, tras el nombramiento de Himmler como Comandante en Jefe del Ersatzheer, las Waffen SS recibían también levas de reemplazo).

Saludos.
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