El último comandante del levantamiento del gueto de Varsovia de 1943, Marek Edelman, rindió este sábado homenaje a sus camaradas muertos combatiendo al ejército alemán.
Acompañado por familiares de los caídos y por dirigentes políticos, Edelman se sumó a los actos del 65 aniversario de la revuelta en el monumento dedicado a los luchadores del gueto. Desafiando a la lluvia, los asistentes depositaron flores ante el monumento.
Edelman, de 85 años, empujado en su silla de ruedas, visitó luego el emplazamiento del búnker en el que el líder de la revuelta, Mordechai Anielewicz, de 24 años, y otros 80 camaradas se suicidaron cuando se aproximaban las fuerzas nazis.
El homenaje se trasladó a continuación a la Umschlagplatz, desde donde salieron más de 300.000 judíos en tren hacia el campo de exterminio de Treblinka, en el noroeste de Polonia.
Edelman, que asumió el mando de la rebelión del gueto tras la muerte de Anielewicz, rara vez acude a ceremonias oficiales de alto rango y prefiere tomar parte en las conmemoraciones más discretas que, como la de este sábado, tienen lugar el 19 de abril, el día en que comenzó el levantamiento. El gran acto oficial de homenaje tuvo lugar el martes pasado en presencia del presidente polaco, Lech Kaczynski, y el de Israel, Shimon Peres.
En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, Polonia era el centro judío de Europa, con más de 3,5 millones de judíos, 400.000 de ellos en Varsovia. Tras la invasión de Polonia en 1939, los nazis crearon guetos en todo el país para aislar a los judíos y facilitar la 'Solución Final'. La mitad de los seis millones de judíos que murieron en el Holocausto eran polacos.
Más de 450.000 judíos llegaron a amontonarse en el gueto de Varsovia. Unos 100.000 murieron de hambre, enfermedades y ejecutados por los nazis y el resto fue trasladado a Treblinka en las grandes deportaciones iniciadas en 1942.
En el gueto se constituyeron varios grupos mal armados e integrados básicamente por jóvenes -Edelman tenía sólo 20 años- que llegaron a formar una fuerza de unos 1.000 miembros. La bandera de uno de aquellos grupos era una estrella de David azul que ondeó durante la revuelta y que acabó siendo adoptada por el Estado de Israel. Este sábado se repartieron brazaletes con aquel emblema que los participantes lucieron al formar una cadena humana mientras sonaban las sirenas y la guardia de honor del ejército polaco disparaba salvas de honor.
Los combatientes del gueto se enfrentaron por primera vez a los nazis entre el 18 y el 22 de enero de 1943, logrando dificultar las deportaciones. El 19 de abril de 1943 volvieron a rebelarse, coincidiendo con la tentativa nazi de acabar con los últimos 60.000 moradores del gueto. "Sabíamos perfectamente que no podíamos ganar", dijo Edelman a la AFP en una entrevista reciente. El levantamiento "era un símbolo de la lucha por la libertad. Un símbolo de resistencia al nazismo, de no rendirse", agregó. Los combatientes resistieron casi un mes a los 3.000 soldados alemanes que arrasaban el gueto con explosivos y fuego.
Tras el suicidio de Anielewicz el 8 de mayo, Edelman y varias decenas de sus camaradas lograron escapar por las cloacas. Los nazis celebraron su "victoria sobre los judíos" destruyendo la principal sinagoga de Varsovia el 16 de mayo. Unos 7.000 judíos murieron en la revuelta, la mayoría quemados vivos, y más de 50.000 fueron deportados a Treblinka. Además de minar el sentido de superioridad de los nazis, la rebelión logró matar o herir a un total de 300 militares alemanes.
Edelman y otros supervivientes tomaron luego parte en el levantamiento de Varsovia, iniciado el 1 de agosto de 1944 por la resistencia polaca. La fallida revuelta duró 63 días. La brutal respuesta nazi se saldó con la muerte de 200.000 civiles y 18.000 miembros de la resistencia y la casi total destrucción de Varsovia por los nazis.
afp.google.comEdelman, de 85 años, empujado en su silla de ruedas, visitó luego el emplazamiento del búnker en el que el líder de la revuelta, Mordechai Anielewicz, de 24 años, y otros 80 camaradas se suicidaron cuando se aproximaban las fuerzas nazis.
El homenaje se trasladó a continuación a la Umschlagplatz, desde donde salieron más de 300.000 judíos en tren hacia el campo de exterminio de Treblinka, en el noroeste de Polonia.
Edelman, que asumió el mando de la rebelión del gueto tras la muerte de Anielewicz, rara vez acude a ceremonias oficiales de alto rango y prefiere tomar parte en las conmemoraciones más discretas que, como la de este sábado, tienen lugar el 19 de abril, el día en que comenzó el levantamiento. El gran acto oficial de homenaje tuvo lugar el martes pasado en presencia del presidente polaco, Lech Kaczynski, y el de Israel, Shimon Peres.
En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, Polonia era el centro judío de Europa, con más de 3,5 millones de judíos, 400.000 de ellos en Varsovia. Tras la invasión de Polonia en 1939, los nazis crearon guetos en todo el país para aislar a los judíos y facilitar la 'Solución Final'. La mitad de los seis millones de judíos que murieron en el Holocausto eran polacos.
Más de 450.000 judíos llegaron a amontonarse en el gueto de Varsovia. Unos 100.000 murieron de hambre, enfermedades y ejecutados por los nazis y el resto fue trasladado a Treblinka en las grandes deportaciones iniciadas en 1942.
En el gueto se constituyeron varios grupos mal armados e integrados básicamente por jóvenes -Edelman tenía sólo 20 años- que llegaron a formar una fuerza de unos 1.000 miembros. La bandera de uno de aquellos grupos era una estrella de David azul que ondeó durante la revuelta y que acabó siendo adoptada por el Estado de Israel. Este sábado se repartieron brazaletes con aquel emblema que los participantes lucieron al formar una cadena humana mientras sonaban las sirenas y la guardia de honor del ejército polaco disparaba salvas de honor.
Los combatientes del gueto se enfrentaron por primera vez a los nazis entre el 18 y el 22 de enero de 1943, logrando dificultar las deportaciones. El 19 de abril de 1943 volvieron a rebelarse, coincidiendo con la tentativa nazi de acabar con los últimos 60.000 moradores del gueto. "Sabíamos perfectamente que no podíamos ganar", dijo Edelman a la AFP en una entrevista reciente. El levantamiento "era un símbolo de la lucha por la libertad. Un símbolo de resistencia al nazismo, de no rendirse", agregó. Los combatientes resistieron casi un mes a los 3.000 soldados alemanes que arrasaban el gueto con explosivos y fuego.
Tras el suicidio de Anielewicz el 8 de mayo, Edelman y varias decenas de sus camaradas lograron escapar por las cloacas. Los nazis celebraron su "victoria sobre los judíos" destruyendo la principal sinagoga de Varsovia el 16 de mayo. Unos 7.000 judíos murieron en la revuelta, la mayoría quemados vivos, y más de 50.000 fueron deportados a Treblinka. Además de minar el sentido de superioridad de los nazis, la rebelión logró matar o herir a un total de 300 militares alemanes.
Edelman y otros supervivientes tomaron luego parte en el levantamiento de Varsovia, iniciado el 1 de agosto de 1944 por la resistencia polaca. La fallida revuelta duró 63 días. La brutal respuesta nazi se saldó con la muerte de 200.000 civiles y 18.000 miembros de la resistencia y la casi total destrucción de Varsovia por los nazis.
