El hundimiento del DKM Bismarck

Descripción: Perseguido por las mejores unidades de la Royal Navy, el mas temible de los acorazados alemanes se va a pique después de una larga y desesperada batalla.

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El hundimiento del DKM Bismarck

Mensaje por cocinilla » 14 02 2015 13:14

El hundimiento del DKM Bismarck


Trayectorias de los distintos protagonistasTrayectorias de los distintos protagonistas
Perseguido por las mejores unidades de la Royal Navy, el mas temible de los acorazados alemanes se va a pique después de una larga y desesperada batalla.

  1. WINSTON CHURCHILL ORDENA: ¡HUNDIR EL DKM BISMARCK!
  2. ALARMA EN LA HOME FLEET: ¡HA ZARPADO EL DKM BISMARCK!
  3. COMIENZA LA CAZA DEL ACORAZADO FANTASMA
  4. PARTIDO EN DOS, EL HMS HOOD SE HUNDE
  5. LA BATALLA DE LOS EQUÍVOCOS
  6. GALERÍA FOTOGRÁFICA
    F1. Mandos
    F2. Naves
    F3. Fotografías varias
  7. FUENTES



A. WINSTON CHURCHILL ORDENA: ¡HUNDIR EL DKM BISMARCK!

En la primavera de 1941, el Mando Supremo de la marina Alemana "OKM" (Oberkommando der Marine) celebró una serie de reuniones para establecer la estrategia mas funcional en el inmediato futuro. El Gran Almirante Raeder (Oberbefehlshaber der Kriegsmarine "Comandante Supremo de la Marina de Guerra"), sabía que estaba solo defendiendo el papel de los grandes navíos en la guerra contra los convoyes atlánticos, pero estaba decidido a imponer su punto de vista a sus principales contradictores, porque tenía razón para suponer que también Hitler lo compartía. Y para Reader esto anulaba toda discusión e incertidumbre.

La razón principal en la que el gran almirante basaba su opinión era esta: las grandes unidades habían dado excelentes pruebas en este tipo de operaciones. Poco días antes había en el puerto de Brest (base de partida para las cacerías atlánticas), dos acorazados que se había portado soberbiamente, el DKM Scharnhorst y el DKM Gneisenau. A las ordenes del Almirante Günther Lütjens, las dos unidades habían sembrado el terror y la muerte por algo mas de un mes.

La justificación de la satisfacción de Reader es posible deducirla de lo que escribió Winston Churchill:

"A finales de Enero de 1941, los Cruceros Acorazados DKM Scharnhorst y el DKM Gneisenau... recibieron la orden de hacer una salida al Atlántico septentrional mientras el DKM Hipper batía la ruta de Sierra leona. En el primer intento de romper el bloqueo, estos cruceros acorazados... huyeron milagrosamente de la destrucción a cargo de la "Home Fleet". Fueron salvados por nieblas persistentes. El 3 de febrero lograron pasar inadvertidos por los estrechos daneses. A la vez, el DKM Hipper había dejado Brest, dirigiéndose al sur".

"El 8 de febrero, los dos cruceros acorazados alemanes, al acecho de la ruta de Halifax, avistaron un convoy británico que se acercaba. Las naves alemanas se separaron para prepararse para el ataque concéntrico. Improvisadamente, y con sorpresa, se dieron cuenta que el convoy estaba escoltado por el Acorazado HMS Ramillies. El Almirante Lütjens rompió inmediatamente el contacto. En sus instrucciones fundamentales tenía la orden de evitar el encuentro con un adversario de la misma potencia, lo que debería sonarle como como referente a cualquier acorazado británico con cañones de 15 pulgadas".

"Su prudencia fue recompensada, y el 22 de febrero hundió cinco barcos que formaban parte de un convoy procedente de Inglaterra. temiendo nuestra reacción, marchó mas al sur, y el 8 de marzo encontró un convoy procedente de Freetown. Pero esta vez encontró entre los barcos de escolta a un acorazado, el HMS malaya, y no pudo hacer mas que invitar a los submarinos a convergir sobre el convoy y atacarlo. Los submarinos atacaron a cinco barcos. Encontrándose al descubierto en esta zona, volvió otra vez al Atlántico occidental, donde logro su mayor éxito".


"El 15 de marzo intercepto seis petroleros vacíos, alejándose de un convoy procedente de Inglaterra, y los hundió. Al día siguiente hundió otros diez barcos pertenecientes en su mayoría a un mismo convoy. Así, mas de 80.000 toneladas de buques. Pero el HMS Rodney, que escoltaba un convoy a Halifax, estaba acercándose. El Almirante Lütjens había arriesgado mucho y tenía muchos logros de que vanagloriarse. Al alba del 22 de marzo entraba en Brest. Durante su crucero de dos meses, el DKM Scharnhorst y el DKM Gneisenau habían hundido o capturado a 22 barcos con un total de 115.000 toneladas".

Esto escribía Churchill, y esto explica de manera clara la razón que llevaba a Hitler y al Almirante Raeder a repetir el crucero. Al punto en que había llegado la guerra, Inglaterra parecía vulnerable sobre todo en el mar. El Almirante Lutjens, sin embargo, opinaba que esta estrategia profundamente equivocada y peligrosa. Equivocada porque, a su juicio, los grandes navíos de guerra, no eran lo mas adecuado para las emboscadas, ya que esto imponía enviarles en cierto sentido, a la aventura, sin ninguna protección. El hecho de que los cruceros DKM Scharnhorst y el DKM Gneisenau (del que había sido gran protagonista) hubiera terminado de modo satisfactorio e incluso extraordinario, no debería inducir a erro. Bastaba un torpedo bien dirigido, una andanada bien centrada, para echar a pique un acorazado o un crucero, que para la Marina de Guerra Alemana (Kriegsmarine) seria materialmente imposible de remplazar.

En ayuda de Lütjens venía el Almirante Karl Doenitz,comandante de la flota de submarinos (Befehlshaber der Unterseeboot). El no perdía ocasión de recordar a Reader que para el acecho de los convoyes atlánticos, el arma mas adecuada eran los U-Boot (submarino). El Cuartel General tenía la tendencia de utilizar a los submarinos como auxilio táctico. Una de las cosas que enfurecía a Doenitz era la obstinación en recurrir a los submarinos alemanes para la guerra a los convoyes británicos en el Mediterráneo además del Atlántico. Doenitz sostenía ue en aguas del Mediterráneo los italianos tenían que arreglárselas por si mismo, ya que un submarino alemán enviado al otro lado del Estrecho de Gibraltar, podía considerarse prácticamente perdido. El almirante se maravillaba de que sus experimentados e ilustres colegas se mostrasen tan ignorantes en materias que eran obvias para cualquier joven guardiamarina submarinista.

"La travesía del estrecho de Gibraltar en superficie (escribe Doenitz) contra corriente, en tiempos de guerra, duraría demasiado para poder ser realizado en la oscuridad de la noche. La atresia bajo el agua, a los que los submarinos serían probablemente obligados por la vigilancia enemiga, es casi imposible en el centro del estrecho. porque la corriente arrastrara demasiado hacia atrás al Mediterráneo a los submarinos en inmersión, mientras que la navegación por las orillas del estrecho, donde se pueden aprovechar las contracorrientes, es demasiado en tiempo de guerra. Los submarinos atlánticos, una vez entrados en el Mediterráneo, se encontrarían allí, como expreso en mi diario de guerra, cogidos en una trampa. Por tanto, hacia falta reflexionar mucho sobre que fuerzas se debían enviar al Mediterráneo, porque así venían a faltar definitivamente para su empleo en otras zonas de operaciones".

El Gran Almirante Raeder no habría tenido nunca el valor de sostener estas idea con Hitler, porque esto hubiera requerido contradecirle. Había sido uno de los primeros altos jefes que acepto las ideas propugnada por el nacionalsocialismo, y estaba entro los mas satisfechos cuando Hitler subió al poder, declarándose decidido a rearmar Alemania, a pesar de las limitaciones del Tratado de Versalles. Apenas Hitler, pisoteando la Constitución de Weimar, se proclamo dictador, a Reader le vasto saber que le gobierno dedicaría algunos millones de marcos a la marina. Desde entonces, su entrega al Tercer Reich había sido total, y su devoción al Führer, incondicional. Había quien murmuraba que precisamente a Hitler, ademas de su fe nacionalsocialismo, debía Reader su elevado cargo.

El resultado de las reuniones de aquella primavera, en estas condiciones, fue lo que era previsible. Lütjens y Doenitz tuvieron que inclinar la cabeza y aceptar las órdenes de Raeder. El plan del gran almirante copiaba el que había inspirado el afortunado crucero recién concluido: el DKM Scharnhorst y el DKM Gneisenau se hicieran a la mar lo antes posible (apenas se hubiera terminado las reparaciones de que tenían necesidad), junto con el DKM Bismarck. Cuando el nombre de DKM Bismarck sonó por primera vez en torno a la mesa de reunión, todos los presentes bajaron los ojos a la carpetas que tenían delante, visiblemente incómodos. El DKM Bismarck era la insignia de la flota alemana, y parecía evidente que unido a su gemelo, el DKM Tirpitz, para construir la mas fuerte formación de batalla que Alemania había lanzado al mar.

Hitler había presenciado su botadura el 14 de febrero de 1939. Cuando empezó su construcción en los Astilleros Blohm and Voss, de Hamburgo, Hitler había declarado abiertamente que con tal decisión Alemania proclamaba bien alto, una vez mas, que consideraba derogado el tratado de Versalles. la construcción misma del DKM Bismarck quería ser un desafió. Y, francamente, parecía temerario mandar aquella espléndida y moderna máquina de guerra a la aventura en el océano sin ni siquiera la protección un torpedero.

La obstinación de Raeder llegó al punto de que, cuando se supo que las averías sufridas por el DKM Scharnhorst eran mas graves de lo que se pensaba, y que el barco necesitaba largas reparaciones en Brest, el gran almirante ordenó sustituir el DKM Scharnhorst por el DKM Prinz Eugen y efectuar el crucero sin mas dilación. De allí a poco, otra noticia desagradable llegó al Alto Mando de la marina alemana. Durante una incursión aérea sobre el puerto de Brest, un avión torpedero británico había averiado gravemente al DKM Gneisenau, inmovilizándolo para algunos meses.


B. ALARMA EN LA HOME FLEET: ¡HA ZARPADO EL DKM BISMARCK!

El Almirante Lütjens esperó que esto haría reflexionar a Raeder, pero el gran almirante era obstinado como un mulo; el DKM Bismarck partiría junto al DKM Prinz Eugen. El almirante tenía prisa. Como defensa a esta testarudez de Reader hay que decir que, además de las razones ya indicadas, influía en el y en los demás jefes de la marina alemana una especie de complejo. Al final de la Primera Guerra Mundial, la marina alemana (Kaiserliche Marine) había sido acusada de haber tratado de economizar sus grandes navíos hasta casi la cobardía. También para evitar una acusación de este género, Reader mando a la refriega sus unidades mas potentes.

Anclado en el Puerto de Gdynia, en el Golfo de Danzig, el DKM Bismarck zarpó para su primera y última acción de guerra, el 19 de mayo, seguido por el DKM Prinz Eugen. Una seca orden cifrada bloqueó la navegación a todas las buques militares y civiles en amplios sectores del Mar Báltico, a fin de mantener oculto la salida del gran acorazado. Pero, a pesar de todas las preocupaciones, un mensaje en clave llegó al Almirantazgo británico mientras seguía la navegación. Los dos navíos pasaron sin incidentes el Belt y atravesaron el Kattegat y el Skagerrak, y se dirigieron con rombo norte a refugiarse en el fiordo de Kors, en la costa noruega. Aquí, Lütjens decidió esperar un poco, para aventurarse en el Mar del Norte, y de allí apuntar al Atlántico para cumplir la misión encomendada: acercarse a la ruta de los convoyes destinados a abastecer a Inglaterra pasando por el norte de Islandia a lo largo del estrecho de Dinamarca.

Apenas el Almirantazgo tubo noticias de que el DKM Bismarck había salido al mar, la Home Fleet fue puesto en estado de alerta. Las intenciones alemanas parecían bastante claras: querían repetir el acierto del DKM Scharnhorst y el DKM Gneisenau. esta vez el peligro parecía aún mayor, porque pocos navíos empleados como escolta de convoyes podrían hacer frente al DKM Bismarck. Además, el raid de los dos acorazados había causado demasiados daños como para no correr a los refugios. Una lucha ingrata esperaba a la Royal Navy, ya que movilizar a toda la Home Fleet contra solo dos navíos alemanes no parecía enorgullecer a nadie, aunque la situación imponía quitarse de enmedio. ¿Que ruta recorrería el DKM Bismarck para llegar al Atlántico?. Tal interrogante, junto con la relativa al papel del DKM Prinz Eugen (¿lo usarían quizás para engañar a los ingleses sobre la ruta del DKM Bismarck?), incluso al Almirantazgo a colocar una serie de vigías entre el Mar del Norte y el estrecho de Dinamarca. Se intentaría todo para que el enemigo llegara al Atlántico.

Fotografía del El DKM Bismarck en Grimstadfjord, Noruega, tomada por el Oficial de Vuelo Michael SucklingFotografía del El DKM Bismarck en Grimstadfjord, Noruega, tomada por el Oficial de Vuelo Michael Suckling
El primer efecto de esta movilización fue la obligación por parte inglesa, de dividir sus fuerzas navales, diluyéndose en muchos centenares de millas de mar. Terminados los últimos preparativos, los dos buques alemanes se prepararon para partir, cuando un avión ingles (Oficial de Vuelo Michael Suckling, en un Spitfire del Coastal Command) voló sobre Kors, no lejos de la ciudad de Bergen. Un cierto presentimiento amargo a Lütjens y a su estado mayor, y la preocupación hizo menos entusiasmo a los jóvenes oficiales del DKM Bismarck y del DKM Prinz Eugen, que se lamentaban de tener que aventurase en aguas enemigas sin estar protegidos por alguna escolta. La suya era una misión ideal para un par de acorazados acompañado de un portaaviones, pero Alemania no disponía de portaaviones.

Por la tarde, llegaron las fotos del reconocimiento aéreo del Spitfire que permitieron a los británicos identificar al DKM Bismarck, y al DKM Prinz Eugen. Tovey ordenó a los Cruceros Pesados HMS Suffolk y HMS Norfolk, ambos bajo el mando del Contralmirante William Frederic Wake-Walker que vigilasen el estrecho de Dinamarca. A media noche, partieron desde Scapa Flow hacia Hvalfjordur en Islandia, al mando del Vicealmirante Lancelot Ernest Holland, el Crucero de Batalla HMS Hood y el Acorazado HMS Prince of Wales, acompañados por los destructores HMS Achates, HMS Antelope, HMS Anthony, HMS Echo, HMS Electra y el HMS Icarus.

En la tarde del 22 de mayo, otro piloto ingles sobrevoló el fiordo varias veces, comprobando que que los navíos alemanes habían desaparecido. Entonces dio la alarma. Inmediatamente el Almirantazgo británico transmitió la noticia al Almirante Sir John Cornyn Tovey (comandante de la Home Fleet): tres cuartos de hora después, éste ordenaba al HMS King George V levar anclas y dejar Scapa Flow junto con el Portaaviones HMS Victorious y una importante escolta de acompañamiento (los Cruceros Ligeros HMS Kenya, HMS Galatea, HMS Aurora, HMS Neptune, HMS Hermione, y los destructores HMS Active, HMS Inglefield, HMS Intrepid, HMS Lance, HMS Punjabi y el HMS Windsor. El Crucero de Batalla HMS Repulse navegando desde el Clyde se uniría a esta agrupación a la mañana siguiente). Había empezado la gran cacería.


C. COMIENZA LA CAZA DEL ACORAZADO FANTASMA

Tras la movilización se despliega sabiendo por parte británica que en el punto en que se encontraban las cosas, Alemania parecía que iba a vencer a Inglaterra, ganando exclusivamente la que Churchill había llamado "Batalla del Atlántico". Las naves corsarias alemanas había infligido una pérdidas de 750.000 toneladas, sin contar con los hundimientos realizados por los U-Boote, y nadie podría decir que desastres provocarías las naves alemanas, si se le dejará paso libre. La misma tarde en que el resto de la Home Fleet dejaba Scapa Flow, el Almirantazgo avisa al Primer Ministro y Churchill telegrafió en seguida al presidente Roosevelt. Ya anteriormente el tema de los riesgos a que estaban sometidos los convoyes por la ruta atlántica habían sido motivo, entre ambos, de largas cartas, memorandos e incluso de conversaciones a nivel diplomático-militar.

El 24 de abril, por ejemplo, Churchill había redactado un mensaje destinado a Roosevelt para señalar cuales eran, según el Almirantazgo británico, los puntos mas peligrosos de la ruta del Atlántico:

"Es bastante probable que la próxima ruta peligrosa sea sea la que esta al occidente del 35º de longitud oeste y al sur de Groenlandia, zona en la que para nosotros es difícil de operar. Seria, pues, de la mayor importancia que se pudiera realizar operaciones de reconocimiento aéreo, partiendo de Groenlandia, para inspeccionar tal ruta de modo que, donde sea localizado un submarino alemán, podamos, con una simple señal, desviar los convoyes y hacerlos pasar lejos del peligro".

Aunque oficialmente los Estados Unidos eran neutrales, y la aviación y marina norteamericana no podían permitirse actos abiertamente hostiles para contra los naves y sumergibles alemanes, estaba claro de qué parte estaba los americanos.-El Congreso había aprobado la "Ley de Préstamo y Arriendo" y eso ponía América de manera muy clara a un lado de la valla. Ahora Churchill pedía una intervención directa de los Estados Unidos a fin de hacer mas seguro el trayecto de los convoyes.

La noche del 22 de mayo, Churchill telegrafió a Roosevelt: "Ayer, el 21 de mayo el DKM Bismarck y el DKM Prinz Eugen y ocho mercantes fueron señalados en Bergen. esta tarde comprobamos que habían partido. Tenemos motivos para creer que tienen en programa una salida en el Atlántico. Por si no logramos sorprenderlos en su camino, su marina estaría ciertamente en disposición de avistarlos y de dar referencias. El HMS Prince de Wales, el HMS Hood, el HMS Repulse y el portaaviones HMS Victorious, junto con naves auxiliares, les darán caza. Dadnos la información y nosotros realizaremos el trabajo".


D. PARTIDO EN DOS, EL HMS HOOD SE HUNDE

Toda la noche y todo el 23, Sir John Cornyn Tovey apuntó al este navegando dentro de deshilachados bancos de niebla, a la espera de noticias que no llegaban. Hasta las 20:00 no anunció la radio que el HMS Suffolk (uno de los cruceros de vigilancia en la embocadura del Canal de Dinamarca), había visto a los dos navíos alemanes. Entonces el comandante del HMS Suffolk, el Capitán Robert Ellis Meyric, ordena dirigirse hacia el DKM Bismarck, para comprobar si se trata del navío alemán, y también para confirmar si el radar, cuyos milagros se elogiaban, servia para algo. Por entonces, el radar era un invento en continuo fase de desarrollo. El HMS Suffolk, por ejemplo, disponía de un aparato capaz de señalar exclusivamente una nave en posiciones anteriores. Esto indujo al comandante a virar hacia el enemigo, y cuando la pantalla blanquecina señalo los dos puntos correspondientes alas naves enemigas, no pudo contener un comentario maravilloso.

Margen de acción del Prince of Wales al avistar al BismarckMargen de acción del Prince of Wales al avistar al Bismarck
Con alegría aún mayor, el almirante Tovey se entero de que el DKM Bismarck y el KM Prinz Eugen han sido descubierto. Su intención es clara. Están tratando de entrar en el Atlántico por el Canal de Dinamarca. Ahora se vera la importancia de las preocupaciones tomadas. El mensaje del HMS Suffolk ha sido captado también por el vicealmirante Holland, al acecho al sur de Islandia a bordo del HMs Hood, un crucero acorazado de 46.000 toneladas, una nave gigantesca, quizás un poco anticuada, pero siempre impotente. Junto con el HMS Prince of Wales (35.000 toneladas, entrado hacia poco en servicio), Holland se lanza decisivamente contra el enemigo, y en la madrugada del 24 de mayo, los ingleses avistan al DKM Bismarck en el mismo tiempo el navío alemán descubre al HMS Hood. Son las 05:30 de la mañana.

Durante un par de minutos , los dos colosos parecen estudiarse. Los adversarios tienen los ojos pegados a los prismáticos y miran los grandes puntos oscuros que se detestan sobre la linea gris del horizonte, a una distancia de 23.000 metros. Holland esta pensando probablemente, con cierta tristeza, que algunos años atrás, cuando la marina pidió remodelar el HMS Hood, recibió una respuesta negativa de la Cámara de los Comunes. Ahora la gran nave esta trabada con un gigante del mar. ¿Como se comportaría?. Holland da la orden de fuego y sigue inmóvil, mirando por lo prismáticos.

El complot de artillería original del HMS Prince of Wales para la batalla del Estrecho de DinamarcaEl complot de artillería original del HMS Prince of Wales para la batalla del Estrecho de Dinamarca
En el mismo instante, el Almirante Lütjens esta valorando la alternativa que se le ofrece. Las ordenes que ha recibido son claras: debe llegar al Atlántico y dedicarse a cazar convoyes para hundir todas las naves que le sea posible. En cuanto al resto, debe evitar trabar combate con naves de semejante armamento, y menos, con naves con armamento superior,, a fin de poder dedicarse exclusivamente a su objetivo principal. ¿Que es lo que mas le conviene?. Quizás huir para llegar al Atlántico. Es evidente que la flota inglesa no le dará cuartel, por lo que decide enfrentarse inmediatamente en este duelo, que evidentemente sera a muerte. Tampoco Lütjens se mueve cuando da la orden de atacar. Ni necesita volver la vista al DKM Prinz Eugen para saber que también sus cañones están vomitando fuego contra el HMS Hood. En cuestión de pocos minutos, a la quinta salva, el almirante Lütjens ve al DKM Hood sacudirse por una tremenda explosión. Queda un momento observando para estar bien seguro de lo que ve por los prismáticos, y luego, con el acostumbrado tono frío y distante, ordena: "¡Cambio de objetivo a la izquierda!". Así es como la tripulación del DKM Bismarck se entera de que el HMS Hood ha sido puesto fuera de combate. Ahora los cañones de los dos navíos alemanes vomitan fuego contra el HMS Prince of Wales.

La tripulación de éste ha asistidos al desastre con el corazón angustiado. El HMS Hood ha sido alcanzado de pronto y una batería de cuatro pulgadas se ha incendiado. Todo suponían que el impacto había sido superficial, pero las planchas del HMS Hood se habían revelado demasiado ligeras para los proyectiles alemanes, de modo que el golpe ha repercutido en una santabarbara demasiado cerca de cubierta. A las seis en 06:00, desde el HMS Prince of Wales se ve al gigantesco acorazado estallar y levantarse en el aire. Cuando se disipa un poco el humo, son visibles dos mitades que se están yendo a pique.

Un hora después, a las 07:00, el teléfono despertó al primer ministro Churchill en su residencia campestre de Chequers. Churchill había trabajado hasta las tres de la mañana con algunos generales y el representante del presidente Roosevelt, Averell Harriman. Aunque sus relaciones personales con Harriman eran mas cordiales, el premier ingles sentía la necesidad de animarlo con alguna noticia positiva. Churchill tenía también la desesperada necesidad de dar alguna buena noticias al pueblo inglés y a los diputados que apoyaban a su gobierno con sus votos. Pero en las últimas semana no había hecho mas que comunicarle desastres: de los hundimientos logrados por el DKM Scharnhorst y el DKM Gneisenau, a la retirada del cuerpo expedicionario de Grecia, y al abandono de Creta. Todas las noches la atención de Churchill y de sus invitados había estado captada por la tensión de la espera. Se sabía que el DKM Bismarck había sido avistado y que la Home Fleet esperaban su paso. Churchill y Harriman se habían despedido deseándose un despertar menos tenso.

Como dijimos antes, a las 07:00, el premier se entera del hundimiento del HMS Hood. Churchill se preocupa en seguida de advertir a Harriman tratando de atenuar el golpe. Se hecho por los hombros una bata y fue al cuarto del representante americano, en el fondo del corredor. "El DKM Hood ha saltado por los aires (le dice), pero seguro que cogeremos al DKM Bismarck". En realidad, en este momento la gran nave alemana estaba en dificultades. El duelo con el HMS Prince of Wales se había resuelto positivamente, ya que el buque alemán había logrado poner en el blanco cuatro disparos de 15 pulgadas. Aunque el almirante Lütjens no podía saberlo, uno de los proyectiles había acertado de lleno en el puente del HMS Prince of Wales, matando o hiriendo a cuantos tuvieran la desgracia de encontrase allí. otro impacto había machacado el navío de modo que de dos de sus diez cañones de 14 pulgadas habían quedado inservible, y el comandante Leach, afortunadamente salvo de la explosión del puente, había sido obligado a alejar el navío.

Aunque había tenido éxito en este segundo encuentro, el almirante alemán debía reflexionar atentamente sobre los siguientes movimientos. También el buque alemán había encajado algunos golpes. Dos proyectiles de grueso calibre habían tocado bajo la linea de flotación; una de ellas había atravesado un deposito de gasolina, provocando una notable perdida de combustible, que tendría luego graves consecuencias, porque desde ese momento empezó el DKM Bismarck a dejar una estela bien visible. Apenas el HMS Prince of Wales se alejo del teatro del encuentro, el DKM Bismarck y el DKM Prinz Eugen re emprendieron el camino con ruta sudoeste. El contralmirante Wake-Walter asumió el mando de la persecución desde el puente del crucero HMS Norfolk.

A las 08:30, Churchill, que se había vuelto a la cama después de la visita matutina de Harriman, fue despertado definitivamente. Le toco a Martin, su secretario personal, entra en el cuarto y abre las ventanas. También Martin tenía el aire cansado de quien a dormido poco, u el hecho de que estuviera todavía en bata indica claramente que había un brusco despertar. Con su cara de niño aviejado, Churchill miró a Martin y pregunto: "¿Lo hemos cogido?". El otro contestó lacónicamente con un no. El primer ministro tuvo las ganas de volver a cubrirse con las sábanas y seguir durmiendo. Pensó que la semana estaba empezando muy mal y que el día siguiente, martes, la Cámara de los Comunes se reuniría y los diputados no se sentirían satisfechos de oír que el HMS Hood se había ido a pique mientras el DKM Bismarck seguía correteando por el Atlántico.

El Almirantazgo había desguarnecido algunos convoyes para utilizar a los acorazados en la caza de los navíos alemanes: y aunque la Home Fleet no se hubiera sentido obligado a impedir las presas, una gran cantidad de naves, algunas de ellas llenas de soldados, se encontraban a merced del enemigo. La sola cosa que parecía consolar al premier o al menos ponerle menos pesimista era el optimismo que emanaba de los despachos del Almirantazgo, donde se declaraban ciertos del inminente fin del DKM Bismarck. la gran nave no podía huir, pues estaba vigilado por todos lados, y algo parecía indicar que estaba también averiado, Además, había que tener en cuenta que desde Gibraltar había sido llamado con urgencia al Almirante Sommerville, que comandaba una fuerza compuesta del HMS Renown, el HMS Sheffield y el portaaviones HMS Ark Royal. Una gigantesca cacería se había abierto y en ella participaban lo mejor de la Royal Navy.

Por superior que fuera el armamento de las dos naves alemanas, los ingleses darían cuenta de ellos. Los dos navíos alemanes seguían siendo seguidos por el HMS Norfolk y la manada de cazadores, prosiguió algunas horas la ruta inicial. El Almirante Wake-Walter había señalado la posición del enemigo y esperaba de un momento a otro la llegada de Sir John Tovey con el HMS King George V y el portaaviones HMS Victorious. Tovey estaba aun muy alejado del DKM Bismarck, pero pensando alcanzarlo, con su escuadra a toda máquina, a las nueve de la mañana siguiente. Todo el 24 duró el seguimiento del HMS Norfolk, pero poco antes de las 19:00 el DKM Bismarck, invirtió la ruta, apuntando de nuevo hacia el norte. El HMS Norfolk y el resto de la manada de cazadores, tuvieron la impresión de que el enemigo iba a atacarles, y efectivamente se cambiaron algunos disparos sin consecuencias.

Los oficiales ingleses se preguntaban por que motivo Lütjens habría interrumpido la huida, pero la respuesta llego después. Con su imprevista maniobra, el comandante alemán había obtenido su objetivo: había distraído a los ingleses permitiéndose alejarse incólume al DKM Prinz Eugen.

Lütjens había comprendido evidentemente que la suerte del DKM Bismarck, ya está echada, y había ordenado a su compañero de viaje ponerse a salvo (unos días después, el DKM Prinz Eugen escapó afortunadamente a la caza inglesa, logrando refugiarse en el puerto de Brest). La alarma lanzada por el contraalmirante Wake-Walter indujo a Tovey a intentar inmediatamente un ataque aéreo sobre el navío alemán. Por lo que ordenó al Capitán de Navío Henry Cecil Bovell comandante del HMS Victorious proceder al lanzamiento de torpederos.

Tovey no tenía mucha fe en la posibilidad ofensiva de los aviones torpederos del HMS Victorious, que entre otras cosas, iban pilotados por novatos, pero se habría dado por contento si el ataque hubiera obligado al enemigo a frenar. Nueve aviones torpederos Swordfish del 825º Escuadrón al mando del Capitán de Corbeta Eugene Esmonde levantaron el vuelo a las 22:00 y dos horas después, ayudados por la radio del HMS Norfolk, avistaron al DKM Bismarck.

Los alemanes abrieron una gran cortina de fuego antiaéreo, pero los jóvenes pilotos ingleses atacaron la gran nave con total desprecio del peligro y lograron acercarse al DKM Bismarck, que recibió un único impacto a estribor, en el centro, a la altura del cinturón acorazado que aguantó bien y no tuvo mayores consecuencias, si bien causó la muerte al marinero Kurt Kirchberg (que sería la primera baja del acorazado alemán) e hirió a seis hombres. A pesar del intenso fuego antiaéreo, ninguno de los obsoletos Swordfish fue derribado por las baterías del DKM Bismarck, y todos pudieron regresar al HMS Victorious. Hacia las 03:00 de la madrugada del 25, el HMS Suffolk, que tenía el encargo de mantener el contacto con el enemigo, anuncio que ya no tenia contacto de radar. La desaparición había sido imprevista e inesperada. ¿Que estaba sucediendo?.
El Bismarck se escapa
Docenas de naves británicas estaban convergiendo al mismo punto con la certeza de encontrar allí al navío alemán, pero ahora el enemigo parecía haberse volatilizado, y esto exponía a hacer inútil la concentración. Simplemente había pasado que el HMS Suffolk, obligado a avanzar en zigzag para poner dificultades a posibles submarinos alemanes, se había alejado demasiado y ya no podía ver al enemigo. Este, por su parte, se sentía mirado por mil ojos y vigilado por toda la flora británica. No teniendo posibilidad de cumplir la misión que le había confiado, el almirante Lütjens había decidido intentar salvar la nave dirigiéndose a Brest. esto explica su ruta sudoeste, como había imaginado ya el Almirantazgo. la improvista inversión del rumbo para dejar libre al compañero de viaje y que se pusiera a salvo, había provocado, sin embargo, notables confusiones. Algunos se preguntaban si Lütjens no tendría ordenes de no regresar.

Mientras a bordo del HMS King George V y en la Sala de Operaciones del Almirantazgo se preguntaban preocupados donde se habría escondido el DKM Bismarck; un aviso de las estaciones de escucha anuncio que un barco alemán estaba lanzando largos mensajes. La nave transmitía desde el punto en el cual, según todos los cálculos, debía encontrase el DKM Bismarck.

El almirante Lütjens cometió su error mas grabe, rompiendo el silencio de radio en un momento como aquel: "Un acorazado y dos cruceros pesados mantienen contacto". Entre tanto, desde el centro de escucha de París, el Alto Mando de la Marina ordena callar al DKM Bismarck. La nave obedece, pero ya es muy tarde.

Los goniómetros ingleses han permitido establecer su posición. tras esto, Tovey ordena seguir al enemigo, virando al norte. Pero lo que no sabe el almirante inglés, es que el Almirantazgo al trazar la ruta del navío alemán, ha trazado dos líneas en el mapa de situación y en vez de comunicarle a Tovey la ruta del Bismarck con dirección al puerto de Brest, le comunican que ha tomado dirección norte. Durante nueve horas los navíos de la Home Fleet se alejan de su captura, ue se encontraba a centenares de millas.

Mientras las fuerzas británicas seguían su rumbo, Lütjens recibe un mensaje personal del Almirante Raeder y de Hitler, por ser este día su cumpleaños:

Almirante Raeder: "Calurosa felicitación en su cumpleaños. Tras el último gran hecho de armas, que su nuevo año le traiga muchos más éxitos como ése. Comandante en jefe de la Kriegsmarine".

[Hitler: "Mis mejores deseos en su cumpleaños. Adolf Hitler".

Poco después, Lütjens, al darse cuenta de la situación de su navío, se dirigió a la dotación con las siguientes palabras:

¡Marinos del acorazado Bismarck! ¡Os habéis cubierto de gloria! El hundimiento del crucero de combate Hood no sólo tiene valor militar, sino psicológico, ya que era el orgullo de Inglaterra... El pueblo alemán está con vosotros, y lucharemos hasta que los cañones se pongan al rojo vivo y la última granada haya abandonado sus bocas. ¡Para nosotros, marinos, la cuestión es vencer o morir!.

Durante la noche del día 26, la escuadra del Almirante Sommerville (que había sido llamado en ultimo momento desde Gibraltar), seguía dirigiéndose al norte navegando a toda máquina por un mar borrascoso, yendo sin saberlo en la dirección del DKM Bismarck. Al alba, el Almirantazgo ordena a dos hidroaviones Catalina del Coastal Command que despegaran desde la base de Lough Erne, en Irlanda del Norte en misión de reconocimiento. A las 10:30, uno de los Catalina pilotado por el Oficial de Vuelo Dennis Briggs, avista al DKM Bismarck e informó de su posición: "Un acorazado en demora 240º, a cinco millas, rumbo 150º. Mi posición es 49º 33´ norte, 21º 47´ oeste". Los alemanes respondieron con fuego antiaéreo y el Catalina tuvo que alejarse rápidamente tras ser alcanzado por metralla.

Dos horas después, otros dos aviones de reconocimiento vuelven a divisar al DKM Bismarck. Esta vez eran Swordfish, que habían despegado del HMS Ark Royal. Los informes transmitidos por los dos Swordfish confirmaron que aunque la flota inglesa estaba alejada de la nave enemiga, la posición del DKM Bismarck era tal que todavía los aviones de la Luftwaffe no podían protegerlo.


E. LA BATALLA DE LOS EQUÍVOCOS

Un grupo de navíos fue pronto dirigidos hacia el objetivo, aunque todos estaban de acuerdo en que de momento se trataba de vigilar al navío alemán sin atacarlo, a la espera del HMS King George V y el HMS Rodney, los únicos acorazados capaces de combatir con el. La gran persecución estaba ya en las últimas etapas, pero la sorpresa desagradable no había terminado aun. Por ambas partes a, aquella batalla debería pasar a la historia como una batalla de equívocos.

Apenas el almirante Sommerville fue advertido por los observadores del HMS Ark Royal sobre la efectiva posición del enemigo, ordeno al crucero HMS Sheffield (bajo el mando del Capitán de Navío Charles A. Larcom) proceder a la escuadra a fin de establecer contacto con el objetivo, y así guiar sobre el a los aviones. Era un movimiento hábil, pero un error estuvo apunto de convertirse en desastre. Confirmado por el HMS Sheffield, la posición del DKM Bismarck, el HMS Ark Royal hizo despegar sus escuadrillas (bajo el mando del Capitán de Navío Loben E. Maund).

Pero nadie había sido informado de la posición del HMS Sheffield, así que cuando los aviadores lo vieron, lo tomaron por el objetivo. A bordo del HMS Sheffield pasaron momentos de terror, mientras el comandante maniobraba para no ser alcanzado. Finalmente, el crucero logró identificarse, y los aviones, descargados de bombas y torpedos, volvieron al HMS Ark Royal. Desde un avión llego al HMS Sheffield un mensaje que interpreta la decepción y el embarazo de la tripulación: "Desolados por el despiste".

El DKM Bismarck a lo lejos fotografiado desde un Swordfish justo antes del ataque con torpedosEl DKM Bismarck a lo lejos fotografiado desde un Swordfish justo antes del ataque con torpedos
Otra vez la suerte parecía ponerse del lado alemán. Pero ahora era de verdad los últimos minutos. Pocos minutos después de la 19:00, quince Swordfish despegaron desde la cubierta del HMS Ark Royal y otra vez la radio del HMS Sheffield les acompañaba. Esta vez el DKM Bismarck fue avistado y alcanzado al menos por dos torpedos, uno de los cuales averió el timón de dirección de modo irreparable. El acorazado empezó a girar sobre si mismo. La noche empezó a caer mientras algunos destructores británicos se acercaban a la gran nave herida, atacándola con los torpedos siempre que les fuera posible. El crucero del DKM Bismarck había terminado cuando Brest, o sea, la salvación, se encontraba a tan solo 400 millas.

Poco antes de medianoche, volvió a emitir la radio del DKM Bismarck. Era un breve mensaje destinado a Berlín, pero a Lütjens no le importaba ya que el enemigo pudiera interceptar. Decía: "Barco no maniobrable. Combatiremos hasta el último proyectil. ¡Viva el Führer!". Mientras tanto, el Teniente de Navío Herbert Wohlfarth, comandante del U-556 que ya había llegado a la zona de operaciones y avistando al HMS Renown y al HMs Ark Royal, no pudo atacarlos por no disponer de torpedos. Al alba llego el HMS King George V y el HMS Rodney.

Este último abrió fuego a las 08:47, y el otro empezó un minuto después. El DKM Bismarck contesto y a la tercera salva, alcanzó al HMS Rodney, pero fue su último blanco. Al cabo de media hora, el DKM Bismarck había sido reducido al silencio; un espeso humo le rodeaba. Hacia las 10:15 el HMS Rodney se acerco a 4.00 metros y disparo con todas sus bocas de fuego, sin que el DKM Bismarck pudiera reaccionar. El gran acorazado estaba visiblemente herido de muerte, pero no se hundía.

El DKM Bismarck en llamas y hundiéndose en la mañana del 27 de mayo de 1941. En la fotografía, tomada desde uno de los buques británicos que le dieron caza, se observa el humo procedente del acorazado alemán y los impactos de los obusesEl DKM Bismarck en llamas y hundiéndose en la mañana del 27 de mayo de 1941. En la fotografía, tomada desde uno de los buques británicos que le dieron caza, se observa el humo procedente del acorazado alemán y los impactos de los obuses

A las 11:00, Churchill hablo a la Cámara de los Comunes. El tema principal era la pérdida de Creta, pero el primer ministro pudo dorar la amarga píldora a los diputados hablando del DKM Bismarck, que agonizaba sobre las borrascosas aguas del Atlántico. "En este momento, el DKM Bismarck está prácticamente incapacitado para moverse...". Parecía que los diputados no creían sus palabras, y Churchill se sentía aliviado al sentarse. En ese momento un ujier le paso una nota que leyó con aire cansado, y luego salto otra vez en pie y dijo: "He recibido en este momento la noticia de que el DKM Bismarck ha sido hundido". Por fin una buena noticia, después de tanto tiempo.

El acorazado se había ido a pique a las 10:40 después de una andanada de torpedos del Crucero HMS Dorsetshire. Con el barco se hundió el Almirante Lütjens y gran parte de la tripulación. Solo un centenar de hombres pudieron salvarse. la noticia del hundimiento del acorazado fue acogido con alivio por todos los ingleses. Los periódicos británicos le encabezaron con grandes titulares. Esto confirmaba que el viejo león seguía siendo temible en el mar, y que el Tercer Reich tendría que trabajar mucho para dominar el Atlántico. pero el miedo había sido grande. El alivio personal del premier británico se revela en el telegrama que envía a Roosevelt el día 28:

"Le enviaré más tarde la verdadera historia de la batalla contra el DKM Bismarck. Era una nave terrible, una obra maestra de la ingeniera naval. Su eliminación aligera la situación de nuestros acorazados, porque de otro modo tendríamos que dejar al HMS King George V, al HMs Prince of Wales y a dos unidades de la Clase Nelson prácticamente inmovilizados en Scapa Flow, para poder vigilar cualquier salida del DKM Bismarck o del DKM Tirpitz, y mientras éstos podrían escoger el momento oportuno , nosotros deberíamos siempre contar con una unidad de menos para las necesarias revisiones. pero ésto es otro asunto. El suceso tendrá repercusiones bastantes favorables sobre los japoneses. Supongo que estarán rehaciendo todos sus cálculos".

Por su parte el presidente americano había evaluado correctamente el significado del espectacular encuentro.Hablando por radio el 27 de mayo (el día mismo del hundimiento), el presidente dijo:

"La guerra se aproxima al borde del mismo hemisferio occidental... La Batalla del Atlántico se extiende ahora desde las aguas heladas del polo Norte al continente cubierto de nieve de la Antártida... Sería un suicidio esperar a que el enemigo estuviese a las puertas de nuestra casa... Por eso hemos extendido nuestras patrullas a las aguas del Atlántico septentrional y meridional".

Esto significaba que América había cogido la invitación inglesa de cooperar en la defensa de las rutas oceánicas. Los EEUU están a un paso de la guerra. Por parte alemana, el fin del DKM Bismarck conllevó a la derrota de la estrategia del gran almirante Raeder. Pagando con su vida y la de toda la tripulación, el almirante Lütjens había demostrado la locura de esta estrategia y la razón que tenia Doenitz a sostener la prioridad de los U-Boote en este tipo de guerra. Que esta estrategia fuera desastrosa lo confirmo el juicio de los ingleses. escribió Churchill:

"De ningún modo podía haber empleado Hitler los dos gigantescos acorazados mas eficazmente que teniéndolos en el Báltico en pleno orden de batalla. De vez en cuando, dejarían esparcirse la voz de una inminente salida. Así habríamos estado obligados a tener reunidos en Scapa Flow o en sus cercanías prácticamente todos nuestros navíos, mientras que ellos tendrían todas las ventajas de la elección del momento sin el esfuerzo de estar siempre preparados...".

Portada del diario ABC del 7 de junio de 1941Portada del diario ABC del 7 de junio de 1941
Al tiempo que el navío alemán entablaba su último combate contra los buques de la Real Armada Británica el Almirante Otto Schniewind, Jefe del Estado Mayor del SKL, solicitó a la Armada española el envío de naves de auxilio previendo el desenlace final de la batalla. El 27 de mayo de 1941 a las 11:40, cuando ya el acorazado había zozobrado, zarpó de la base de Ferrol el Crucero Pesado Canarias, que llegó a la zona del hundimiento en la noche del 29 de mayo. Allí se encontró con un submarino alemán y, en la madrugada del 30, con el buque meteorológico alemán DKM Sachsenwald. Tras recorrer la zona únicamente logró rescatar los cadáveres de dos marinos alemanes, que fueron devueltos al mar con todos los honores

F. GALERÍA FOTOGRÁFICA


F1. Mandos

Großadmiral Erich Johann Albert RaederGroßadmiral Erich Johann Albert Raeder

Almirante Günther LütjensAlmirante Günther Lütjens

Almirante Sir John Cronyn Tovey, Comandante en Jefe de la Home FleetAlmirante Sir John Cronyn Tovey, Comandante en Jefe de la Home Fleet

Capitán de Navío Otto Ernst Lindemann, comandante del DKM BismarckCapitán de Navío Otto Ernst Lindemann, comandante del DKM Bismarck

Contraalmirante William Frederick Wake-WalkerContraalmirante William Frederick Wake-Walker

Vicealmirante Lancelot Ernest HollandVicealmirante Lancelot Ernest Holland

Capitán de Navío Henry Cecil BovellCapitán de Navío Henry Cecil Bovell

Capitán de Corbeta Eugene EsmondeCapitán de Corbeta Eugene Esmonde

Oficial de Vuelo Michael SucklingOficial de Vuelo Michael Suckling


F2. Naves

HMS King George VHMS King George V

HMS Ark RoyalHMS Ark Royal

HMS RodneyHMS Rodney

HMS NorfolkHMS Norfolk

HMS HoodHMS Hood

HMS Prince of WalesHMS Prince of Wales

HMs VictoriousHMs Victorious

DKM BismarckDKM Bismarck

DKM Prinz EugenDKM Prinz Eugen


F3. Fotografías varias

Explosión del HMS Hood durante la Batalla del Estrecho de DinamarcaExplosión del HMS Hood durante la Batalla del Estrecho de Dinamarca

Vista del DKM Bismarck desde uno de los SwordfishVista del DKM Bismarck desde uno de los Swordfish

Supervivientes del DKM Bismarck siendo rescatados por el HMS DorsetshireSupervivientes del DKM Bismarck siendo rescatados por el HMS Dorsetshire

El Capitán Robert Ellis Meyric en el puente de mando del HMS Suffolk durante la cacería del DKM BismarckEl Capitán Robert Ellis Meyric en el puente de mando del HMS Suffolk durante la cacería del DKM Bismarck

El DKM Bismarck disparando su batería principal durante la Batalla del estrecho de DinamarcaEl DKM Bismarck disparando su batería principal durante la Batalla del estrecho de Dinamarca

El DKM Bismarck captado desde el DKM Prinz Eugen en el mar Báltico al inicio de la Operación RheinübungEl DKM Bismarck captado desde el DKM Prinz Eugen en el mar Báltico al inicio de la Operación Rheinübung

El DKM Bismarck fotografiado desde el DKM Prinz Eugen tras la Batalla del estrecho de DinamarcaEl DKM Bismarck fotografiado desde el DKM Prinz Eugen tras la Batalla del estrecho de Dinamarca

Ceremonia a bordo del Crucero Pesado Canarias, en la mañana del 31 de mayo de 1941, entierro de los Musikobergefreiter Walter Gaszczak y Marinesignalgast Heinrich NeuschwanderCeremonia a bordo del Crucero Pesado Canarias, en la mañana del 31 de mayo de 1941 (entierro de los Musikobergefreiter Walter Gaszczak y Marinesignalgast Heinrich Neuschwander)

G. FUENTES


Crónica Militar y Política de La Segunda Guerra Mundial; Editorial Sarpe; Volumen Segundo; Depósito Legal: M.41.059-1982
EL Acorazado Bismarck; Autor: Burkard von Müellehein-Rechberg; Editorial: Juventud; ISBN: 9788426119155
The Bismarck 1941: Hunting Germany's Greatest Battleship (Osprey Campaign 232); Autor: Angus Komstam; Editorial: Osprey; ISBN-10: 1849083835

http://es.kbismarck.com/
http://www.npgprints.com/image.php?imgref=110796
http://es.wikipedia.org/wiki/Acorazado_Bismarck
http://www.maritimequest.com/warship_di ... page_1.htm


Para saber mas:

El Capítulo Secreto del Canarias y el Bismarck
HMS Rodney [Acorazado]
HMS King George V [Acorazado]
HMS Hood [Crucero de Batalla]
HMS Ark Royal [Portaaviones]
HMS Victorious [Portaaviones]
HMS Duke of York [Acorazado]
HMS Renown [Crucero de Batalla]
HMS Prince of Wales [acorazado]
DKM Prinz Eugen (Crucero Pesado)
DKM Bismarck [Acorazado]
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Re: El hundimiento del DKM Bismarck

Mensaje por guti99 » 14 02 2015 14:54

Sublime articulo. He leido muchas veces esta batalla y aun asi nunca me canso de leer mas.
Soldier’s Medal (1) Purple Heart (1) Orden Trudovogo Krasnogo Znameni (1) Conspicuous Gallantry (1) Commendation Medal (1) Order Wojskowy Virtuti Militari (1) Eisernes Kreuz (1) Cruz al mérito militar con distintivo rojo (1)

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Re: El hundimiento del DKM Bismarck

Mensaje por Stephen Maturin » 14 02 2015 20:55

Al leer este artículo un poco superficial ya que dada la amplitud del tema es muy difícil de resumir en unas pocas líneas hay varias cosas que me han llamado la atención y que creo requieren comentarios mas detallados.

Lo primero es indicar que los británicos tenían un gran desconocimiento del "DKM Bismarck", sabían poco del mismo, una prueba de ello es que gran parte del interrogatorio de los supervivientes se dedicó a intentar averiguar cosas del buque, les interesaba conocer sus características técnicas, tanto de armamento como protección y máquinas, como era la vida abordo, cosas que pueden parecer tan poco relevantes como la comida de la tripulación eran de gran importancia, también les interesaba mucho como estaba formada la tripulación, su preparación, moral etc... al respecto y según parece desprenderse de dichos interrogatorios esta la mora inicialmente elevada decayó de una manera grande durante su corto crucero, llegando en el combate final a enfrentamientos entre oficiales y marineros, aunque parece que las relaciones entre estos, en general, nunca fueron muy buenas.

Ahora voy comentar unos párrafos del artículo que me han llamado la atención:
En ayuda de Lütjens venia el Almirante Karl Doenitz,comandante de la flota de submarinos (Befehlshaber der Unterseeboote). El no perdía ocasión de recordar a Reader que para el acecho de los convoyes atlánticos, el arma mas adecuada eran los U-Boot (submarino). El Cuartel General tenia la tendencia de utilizar a los submarinos como auxilio táctico. Una de las cosa que enfurecía a Doenitz era la obstinación en recurrir a los submarinos alemanes para la guerra a los convoyes británicos en el Mediterráneo a demás del Atlántico. Doenitz sostenía ue en aguas del Mediterráneo los italianos tenían que arreglárselas por si mismo, ya que un submarino alemán enviado al otro lado del Estrecho de Gibraltar, podía considerarse prácticamente perdido. El almirante se maravillaba de que sus experimentados e ilustres colegas se mostrasen tan ignorantes en materias que eran obvias para cualquier joven guardiamarina submarinista.

"La travesía del estrecho de Gibraltar en superficie (escribe Doenitz) contra corriente, en tiempos de guerra, duraría demasiado para poder ser realizado en la oscuridad de la noche. La atresia bajo el agua, a los que los submarinos serían probablemente obligados por la vigilancia enemiga, es casi imposible en el centro del estrecho. por que la corriente arrastrara demasiado hacia atrás al Mediterráneo a los submarinos en inmersión, mientras que la navegación por las orillas del estrecho, donde se pueden aprovechar las contracorrientes, es demasiado en tiempo de guerra. Los submarinos atlánticos, una vez entrados en el Mediterráneo, se encontrarían allí, como expreso en mi diario de guerra, cogidos en una trampa. Por tanto, hacia falta reflexionar mucho sobre que fuerzas se debían enviar al Mediterraneo, porque así venían a faltar definitivamente para su empleo en otras zonas de operaciones".
En la primera parte del párrafo llama la atención la mención de la oposición de Doenitz a trasladar sumergibles al Mediterráneo, lo cual es cierto, pero son hechos posteriores al hundimiento del Bismarck, la necesidad de pasar sumergibles al Mediterráneo vino derivada de las victorias de Rommel y el primer sumergible fue el U-371 la noche del 21-22 de septiembre de 1941 (cuatro meses después del hundimiento del Bismarck), creo que el mencionar esta opinión de Doenitz aquí se puede prestar a equívocos por estar fuera de tiempo.

También parece que el párrafo atribuido a Doenitz está sacado de contexto y se presta a equívocos, las corrientes predominantes en el estrecho de Gibraltar son en superficie son de oeste a este, es decir facilitan la entrada en el mismo, un sumergible de noche si para sus máquinas la misma corriente lo hace entrar en el Mediterráneo, esto se debe a que en este mar hay una mayor evaporación de sus aguas cálidas y de alta salinidad que se compensa con la llegada de las aguas mas frías y menos salinas del Atlántico, solamente a gran profundidad hay una corriente de salida y otras contracorrientes menores cerca de las costas. En conclusión este párrafo se debe referir a las posibilidades de regresar los sumergibles desde el Mediterráneo al Atlántico, no a la entrada de los mismos en el. Y de todas maneras aunque la salida sea mas difícil que la entrada también es factible, la prueba la tenemos en los sumergibles italianos que pasaron al Atlántico, que en pocas ocasiones pudieron se interceptados.

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Re: El hundimiento del DKM Bismarck

Mensaje por Stephen Maturin » 14 02 2015 21:17

Continuando con los comentarios al texto del artículo, este pone textualmente:
Por lo que ordeno al Capitán de Navío Henry Cecil Bovell comandante del HMS Victorious proceder al lanzamiento de torpederos. Tovey no tenia mucha fe en la posibilidad ofensiva de los aviones torpederos del HMS Victorious, que entre otras cosas, iban pilotados por novatos, pero se habría dado por contento si el ataque hubiera obligado al enemigo a frenar. Nueve aviones torpederos Swordfish del 825º Escuadrón al mando del Capitán de Corbeta Eugene Esmonde levantaron el vuelo a las 22:00 y dos horas después, ayudados por la radio del HMS Norfolk, avistaron al DKM Bismarck.

Los alemanes abrieron una gran cortina de fuego antiaéreo, pero los jóvenes pilotos ingleses atacaron la gran nave con total desprecio del peligro y lograron acercarse al DKM Bismarck, que recibió un único impacto a estribor, en el centro, a la altura del cinturón acorazado que aguantó bien y no tuvo mayores consecuencias, si bien causó la muerte al marinero Kurt Kirchberg (que sería la primera baja del acorazado alemán) e hirió a seis hombres. A pesar del intenso fuego antiaéreo, ninguno de los obsoletos Swordfish fue derribado por las baterías del DKM Bismarck, y todos pudieron regresar al HMS Victorious. Hacia las 03:00 de la madrugada del 25, el HMS Suffolk, que tenia el encargo de mantener el contacto con el enemigo, anuncio que ya no tenia contacto de radar. La desaparición había sido imprevista e inesperada. ¿Que estaba sucediendo?.
Lo primero es puntualizar el número de aviones atacantes, según el documento secreto CB4051 (24) de la inteligencia británica sobre los interrogatorios de los prisioneros del Bismarck, los aviones atacantes fueron "siete aviones Swordfish para llevar torpedos apoyados por cinco monoplanos Fulmar." , en el artículo se afirma que ninguno de los aviones atacantes fue derribado, pero según el mismo documento fueron derribados dos Swordfish y dos Fulmar, pudiendo ser rescatados los tripulantes de los dos Fulmar. En el Bismarck para elevar la moral de la tripulación y según declaraciones de los supervivientes se dio una cifra de 47 aviones atacantes derribados.

Sobre la potencia del fuego antiaéreo en este ataque se debe reseñar que el Bismarck disparó con todas sus armas incluidos los cañones navales de 150 mm y las grandes piezas de 381 mm. siguiendo con las declaraciones de los supervivientes estos indicaron que la pieza nº1 de 150 mm. derribo un avión que volaba a unos 15 pies sobre el agua y otro fue derribado por el rebufo de un disparo de 381 mm. de la torre "A", en total se llegaron a disparar unos 50.000 proyectiles de todos los calibres y algunas armas se calentaron tanto que los cañones se pusieron al rojo y se tuvieron que enfriar con las mangueras contra incendios.

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Re: El hundimiento del DKM Bismarck

Mensaje por cocinilla » 14 02 2015 21:22

Lo siento, si a ti te ha parecido superficial, pero sólo he intentado explicar más o menos la singladura del DKM Bismarck.

Otra cosa será, como tú has hecho en otros trabajos tuyos (Los buques de apoyo de la operación Rheinubung o El primer combate del Bismarck), la posibilidad de ampliar más las peripecias del DKM Bismarck, que para eso está.

Por lo demás, gracias por la ampliación.


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Re: El hundimiento del DKM Bismarck

Mensaje por James Doolittle » 18 02 2015 01:32

La posibilidad de ampliar los temas es una de las fortalezas de este Foro tan prestigioso. Ahora bien creo que tampoco es conveniente extenderlos tantos porque se vuelve tediosa la lectura, para eso estan las bibliotecas especializadas. Saludos
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