El pasado 23 de octubre del 2012, Hermann Historica subastó unos de los más codiciados tesoros para los coleccionistas de condecoraciones del III Reich durante la contienda de la Segunda Guerra Mundial
Ni más ni menos que la Cruz de Caballero (King Cross), las hojas de roble para la Cruz de Caballero (Oakleaves), las hojas de roble con espadas para la Cruz de Caballero (Oakleaves with sword), las hojas de roble con espadas y diamantes para la Cruz de Caballero (Oakleaves with sword and diamond), la Cruz Española con diamantes (Spanish cross with diamond), placa para aviadores con diamantes y sus correspondientes documentos acreditativos de Werner Mölders, famoso piloto alemán que participó en la guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial y que murió el 22 de noviembre de 1941 a la edad de 28 años cuando volvía del frente ruso en un H-111 para asistir al funeral de un gran amigo, el aparato perdió el motor y se precipitó al suelo muriendo todos sus ocupantes.
Hermann Historica decidió vender el lote por separado, un gran error a la vista de los coleccionistas por separar un lote de gran valor histórico. La casa de subasta recaudó casi un total de 160.000 € en comisiones.
Los precios de salida de los distintos objetos de subasta fueron:
Cruz de Caballero: 8.000 €
Documento acreditativo de la Cruz de Caballero: 12.000 €
Hojas de roble: 1.000 €
Hojas de roble con espadas: 25.000 €
Hojas de roble con espadas y diamantes: 150.000 €
Cruz Española con diamantes: 35.000 €
Documento acreditativo de la Cruz Española: 15.000 €
Placa para aviadores con diamantes: 60.000 €
Los precios finales de venta fueron:
Cruz de Caballero: 63.000 €
Documento acreditativo de la Cruz de Caballero: 54 000 €
Hojas de roble: 11.500 €
Hojas de roble con espadas: 56.000 €
Hojas de roble con espadas y diamantes: 260.000 €
Cruz Española con diamantes: 115.000 €
Documento acreditativo de la Cruz Española: 34.000 €
Placa para aviadores con diamantes: 96.000 €
Estos precios no llevan incluidos el 23% de comisiones de la casa de subastas.
Por favor, 11500 euros son unos 71000 pesos argentinos. El valor de un auto de gama media. Que barbaridad a cuanta gente podríamos dar de comer con eso.
Que desperdicio y como dice el camarada Doorman, prefiriera que lo colocasen en algún museo gratuito del mundo.
Precios desorbitados, si miramos las circunstancias sociales actuales, pero habrá personas para todo;
las condecoraciones, desde luego, son impresionantes.
Saludos.
El sudor ahorra sangre, la sangre ahorra vidas, y el cerebro, las dos cosas. (Erwin Rommel)
Por favor, 11500 euros son unos 71000 pesos argentinos. El valor de un auto de gama media. Que barbaridad a cuanta gente podríamos dar de comer con eso.
Que desperdicio y como dice el camarada Doorman, prefiriera que lo colocasen en algún museo gratuito del mundo.
Abrazo y buen fin de semana para todos.
No estoy en absoluto de acuerdo contigo, camarada. ¿Porqué desperdicio? ¿Donde pones el límite de lo que es un desperdicio y lo que no es? Si la familia de Mölders ha decidido vender las condecoraciones de su familiar, es su problema. Me imagino que se las habrá ofrecido a algún museo de Alemania y le habrán dicho que no les interesa y por eso han decidido venderlo al mejor postor.
Yo desde luego creo que no estará en mejores manos que en las de un coleccionista, que va a cuidar, a preservar y a apreciar las piezas que ha adquirido con mimo. Lo único malo que veo que que no hayan respetado el conjunto, que las hayan vendido por separado. Eso va a hacer que queden dispersas, algo que no es bueno.
Ojalá hubiera tenido yo el dinero para pujar y cometer el "desperdicio" de conseguir esas piezas.
Camarada te entiendo lo que me dices, y eso lo respeto. Pero mi parte de decir desperdicio, fue al que lo tenga una sola persona en vez de un bien cultural histórico mundial, nada más que eso.
Supongo que el haber elegido venderlas y además separadas, que seguramente sacarán más dinero, me hace entender que la familia está pasando algún mal bache económico.
Realmente impresionan estos montos, ejemplifican el nivel de interés que generan estos artículos.
Concuerdo en que para su aprecio general se hubiesen hallado mejor en un museo, pero ni modo, el dinero ya los volvió ultra exclusivos, y aún más, al estar separados, supongo que para algunos de estos coleccionistas, se puede volver todo un reto volverlos a unir.