La pregunta que lanzó el canal de TV ruso Dozhd sobre si habría sido mejor entregar Leningrado para salvar miles de vidas ha desatado la ira en la Duma de Moscú.
¿No habría sido mejor entregar Leningrado para salvar a cientos de miles de vidas?. Esta era la pregunta de una encuesta que el canal opositor Dozhd (lluvia) colgó en su página web en vísperas de la conmemoración de 70 aniversario del final del asedio nazi a Leningrado, uno de los episodios más trágicos de la IIGM.
Ante la avalancha de críticas, el canal optó por quitar la polémica pregunta de su página y al día siguiente, el redactor jefe pidió perdón, pero ya era demasiado tarde, el escándalo se había extendido por la blogosfera rusa, comenzaron a protestar políticos y autoridades, lo que finalmente derivó en una acoso del canal y en su retiro del paquete de televisión por cable de algunas importantes compañías rusas. Los diputados de la Duma, indignados por lo que calificaron de intento de rehabilitación del nazismo, condenaron la conducta blasfema e insultante del canal y manifestaron su intención de aprobar una ley especial para condenar y castigar a quienes enlodan "la memoria de los acontecimientos de la Gran Guerra Patria".
El escritor Daniil Granin, que luchó como voluntario en el frente de Leningrado y después escribió uno de los libros más escalofriantes y despiadados sobre este asedio, relataba en el Bundestag de Berlín el mismo 27 de enero pasado que coincidía con el Día Internacional de la Memoria del Holocausto, los horrores que vivieron los rusos en la ciudad a orillas del Nevá. No es de extrañar, pues, la reacción crítica de muchos rusos ante la encuesta. Lo que sí resulta extraño son las acciones que decidieron emprender, sin ninguna base jurídica, algunas autoridades televisivas. Así, el presidente de la Asociación de TV por cable, Yuri Prinpachkin, se pronunció por penalizar el canal y desconectarlo de las redes, cosa que algunos proveedores de internet y tv digital se apresuraron a cumplir.
Pripachkin, que es además propietario de uno de los mayores proveedores rusos, Akado, anunció la ruptura del contrato con Dozhd, argumentando el cambio de la política editorial del canal, el descontento de muchos de los usuarios y las posibles pérdidas por razones de prestigio. Y Beeline, una importante compañía telefónica móvil que también ofrece TV por cable, retiró, sin explicaciones, a Dozhd del paquete que da a sus suscriptores. Por último, Tricolor TV, otro gran proveedor de Internet y tv digital, anunció su decisión de unirse a sus colegas y desconectar el canal opositor a partir del 10 de febrero. En sus declaraciones durante una rueda de prensa el propietario de Dozhd, Alexandro Vinofúrov, comentó que la decisión de Tricolor TV puede significar de hecho el cierre del canal, pero que él está dispuesto a luchar por el canal y no tiene intención ninguna de cerrarlo.
El viceministro de comunicaciones ruso, Alexéi Volin, propuso al propietario despedir a los autores de la encuesta por idiotas, mientras que la Asamblea Legislativa de San Petersburgo se propuso estudiar posibles sanciones o incluso el cierre de Dozhd. La verdad es que Roskomnadzor, la agencia supervisora de los medios de información rusa facultada para tomar medidas para censurarlos, ni siquiera ha hecho al canal una advertencia oficial, que, de efectuarse, sí podría servir de pretexto para su cierre. Esta actitud del órgano supervisor es interpretada como un apoyo indirecto a Dozhd. en defensa directa del canal intervino por su parte el Consejo de Defensa de Derechos Humanos (CDDH) adjunto al presidente, que pidió a la fiscalía intervenir ante la des-conexión injustificada del canal que han hecho algunas compañías de TV por cable.
Fuente: El PaísAnte la avalancha de críticas, el canal optó por quitar la polémica pregunta de su página y al día siguiente, el redactor jefe pidió perdón, pero ya era demasiado tarde, el escándalo se había extendido por la blogosfera rusa, comenzaron a protestar políticos y autoridades, lo que finalmente derivó en una acoso del canal y en su retiro del paquete de televisión por cable de algunas importantes compañías rusas. Los diputados de la Duma, indignados por lo que calificaron de intento de rehabilitación del nazismo, condenaron la conducta blasfema e insultante del canal y manifestaron su intención de aprobar una ley especial para condenar y castigar a quienes enlodan "la memoria de los acontecimientos de la Gran Guerra Patria".
El escritor Daniil Granin, que luchó como voluntario en el frente de Leningrado y después escribió uno de los libros más escalofriantes y despiadados sobre este asedio, relataba en el Bundestag de Berlín el mismo 27 de enero pasado que coincidía con el Día Internacional de la Memoria del Holocausto, los horrores que vivieron los rusos en la ciudad a orillas del Nevá. No es de extrañar, pues, la reacción crítica de muchos rusos ante la encuesta. Lo que sí resulta extraño son las acciones que decidieron emprender, sin ninguna base jurídica, algunas autoridades televisivas. Así, el presidente de la Asociación de TV por cable, Yuri Prinpachkin, se pronunció por penalizar el canal y desconectarlo de las redes, cosa que algunos proveedores de internet y tv digital se apresuraron a cumplir.
Pripachkin, que es además propietario de uno de los mayores proveedores rusos, Akado, anunció la ruptura del contrato con Dozhd, argumentando el cambio de la política editorial del canal, el descontento de muchos de los usuarios y las posibles pérdidas por razones de prestigio. Y Beeline, una importante compañía telefónica móvil que también ofrece TV por cable, retiró, sin explicaciones, a Dozhd del paquete que da a sus suscriptores. Por último, Tricolor TV, otro gran proveedor de Internet y tv digital, anunció su decisión de unirse a sus colegas y desconectar el canal opositor a partir del 10 de febrero. En sus declaraciones durante una rueda de prensa el propietario de Dozhd, Alexandro Vinofúrov, comentó que la decisión de Tricolor TV puede significar de hecho el cierre del canal, pero que él está dispuesto a luchar por el canal y no tiene intención ninguna de cerrarlo.
El viceministro de comunicaciones ruso, Alexéi Volin, propuso al propietario despedir a los autores de la encuesta por idiotas, mientras que la Asamblea Legislativa de San Petersburgo se propuso estudiar posibles sanciones o incluso el cierre de Dozhd. La verdad es que Roskomnadzor, la agencia supervisora de los medios de información rusa facultada para tomar medidas para censurarlos, ni siquiera ha hecho al canal una advertencia oficial, que, de efectuarse, sí podría servir de pretexto para su cierre. Esta actitud del órgano supervisor es interpretada como un apoyo indirecto a Dozhd. en defensa directa del canal intervino por su parte el Consejo de Defensa de Derechos Humanos (CDDH) adjunto al presidente, que pidió a la fiscalía intervenir ante la des-conexión injustificada del canal que han hecho algunas compañías de TV por cable.