La mayor parte de ellos aseguran que Hitler fue un globalista insaciable, con ambiciones conquistadoras ilimitadas, Conociendo su personalidad, parece claro que no se habría quedado satisfecho con el triunfo sobre la Unión Soviética, seguramente habría seguido con más invasiones hasta que se enfrentara en una batalla decisiva con Estados Unidos por el dominio mundial, comentó el historiador alemán Andreas Hillgruber.
Otro historiador, el británico Michael Burleigh, detalla que Hitler probablemente habría instalado la capital del mundo en Alemania, desde donde sería dirigidas las guerras alrededor de la tierra y habría invadido el país con sus famosas fantasías arquitectónicas. Para los 70 una amplia red de autopistas habría conectado a la Europa alemana con los territorios ocupados de la península de Crimea en el mar Negro y Siberia. La primera se utilizaría como un balneario, el segundo como un gran asentamiento de esclavos.
La explicación es muy simple: todos los emigrantes de origen alemán habrían retornado a Europa. Para liberar espacio para que todos estos alemanes vuelvan, Hitler habría deportado a 31 millones de habitantes de Europa Oriental a Siberia. Mientras la autoproclamada élite disfrutaba de la vida en la "Rivera" alemana, en Siberia morirían millones de esclavos que trabajarían allí para garantizar su bienestar. Burleigh llegó a semejante conclusión al restaurar el famoso Generalplan Ost, un plan secreto nazi de genocidio y limpieza étnica elaborado entre el 40 y el 42.