Soldados estadounidenses custodian en 1951 el Monumento a los tanques soviéticos en Zehlendorf, después de que los indignados ciudadanos de Berlín Occidental la hubiesen dañado.
Debido al hecho se erigió el pedestal de hormigón sobre el que colocaron un tanque pesado del tipo IS-2 "Stalin", sobre mediados de octubre del mismo año pasó a considerarse un memorial del tanque, y, todavía sin probar, la tumba de diez soldados rusos. Los informes de prensa de la época no contenían ni una sola palabra al respecto, sin embargo, una foto del 46 parece mostrar que se introdujeron a ras en el revestimiento de piedra de la base, cuatro placas de metal con el nombre de cada uno de ellos.
El periodista Alexander Dowe describe, ahora, en un libro que acaba de publicarse, la historia del enterramiento de estos soldados. El documento muestra cómo un pequeño detalle histórico sobre la exhaustiva investigación llevada a cabo, puede llegar a ser cierta.
Al final del 51 las placas conmemorativas fueron destruídas y sustituidas por frases como "Fuera los tanques soviéticos" o otras con la letra "F" queriendo expresar "Libertad" sobre fondo blanco. Otros desconocidos también habían intentado dañar el tanque derramando gasolina sobre el, momento, a partir del cual, los soldados estadounidenses comenzaron a patrullar en ese sector de Berlín para evitar su destrucción.
La razón para querer destruir el monumento estaba clara, las fuerzas de ocupación soviéticas, al menos, desde el bloqueo de los tres sectores occidentales de la ciudad, eran odiados por la población.
Con un acuerdo que no gustó, el comandante de la ciudad permitió a los soviéticos a principios de junio del 53, rehabilitar el monumento bajo la protección de una "jaula", luego se trasladó al Berlín Oriental. El 17 de junio, al ver el tanque soviético sobre las calles de Berlín, hubo un levantamiento popular por el que 14 personas perdieron la vida.
Ocho días más tarde, adolescentes indignados erigían una cruz de cinco metros de altura de madera exactamente en la línea virtual de fuego del cañón del tanque. Fue uno de los monumentos más importantes.
En el 54 también un pedestal conmemorativo fue erigido en la cruz de madera con la inscripción "los oficiales rusos y los soldados que murieron porque se negaron a disparar contra los combatientes por la libertad el 17 de junio". Sin embargo, es probable que sea una leyenda; el comandante soviético en Berlín, Karl Horst y sus protegidos de la dirección de la SED eran verdaderamente despiadados y ordenarían disparar, sin duda, al Ejército Rojo, pero nunca se hallaron pruebas de que en realidad eso ocurriese.
De todos modos, se acordó actualmente la demolición del monumento erigido para la continuación de la autopista, aunque los trabajos todavía no han comenzado.
Para proteger el monumento los EEUU colocaron una jaula alrededor del tanque
Durante la renovación en el 53, el monumento se encontraba bajo protección policial
