La versión en cómic de la obra de Sven Hassel invita al reencuentro con el novelista y sus cosas
Sven Hassel de soldado
Miré las dos insignias que tenía en la mano, calaveras de plata sobre fieltro negro rodeadas de un hilo rosa: los parches de cuello de las tropas de los panzer en la Segunda Guerra Mundial. Muchos tanquistas del ejército regular alemán se los tuvieron que comer al caer prisioneros para evitar que los rusos los ejecutaran en el acto creyendo que pertenecían a las SS (en realidad las calaveras estaban asociadas a unidades de caballería desde Federico el Grande de Prusia y de ahí pasaron al arma acorazada).
Parecían difíciles de tragar y más con la boca seca que debes tener si caes en manos de los rusos. Estas que sostenía yo no eran unas insignias cualesquiera, que va, y no se me hubiera ocurrido nunca zampármelas –a no ser que se pusiera muy borde un comisario de la NKVD-. Eran nada menos que las de Sven Hassel.
El escritor aseguraba que sus novelas, de las que se han vendido 53 millones de ejemplares en todo el mundo, estaban basadas en sus experiencias auténticas como miembro del 27º Regimiento Blindado Disciplinario, una unidad inexistente que es como el Macondo de Sven Hassel.
Parecían difíciles de tragar y más con la boca seca que debes tener si caes en manos de los rusos. Estas que sostenía yo no eran unas insignias cualesquiera, que va, y no se me hubiera ocurrido nunca zampármelas –a no ser que se pusiera muy borde un comisario de la NKVD-. Eran nada menos que las de Sven Hassel.
El escritor aseguraba que sus novelas, de las que se han vendido 53 millones de ejemplares en todo el mundo, estaban basadas en sus experiencias auténticas como miembro del 27º Regimiento Blindado Disciplinario, una unidad inexistente que es como el Macondo de Sven Hassel.
Él, al parecer, se llamaba en realidad Borge Pedersen y al seudónimo Sven Hassel se le han buscado raíces tan variadas como que es un acrónimo de Leibstandarte SS Adolf Hitler leído al revés (LESSAH) o, muy al contrario, un homenaje al resistente antinazi Ulrich von Hassell. Cazar gazapos, exageraciones y trolas en las novelas –y en la vida de Sven Hassel- se ha convertido en un simpático pasatiempo.
El cómic, publicado por La Esfera de los Libros, sigue muy bien la novela, condensando en sus 120 páginas el relato de más de 300. Esencialmente está todo: la recogida de cadáveres tras el bombardeo, el pelotón de fusilamiento, la caída del unteroffizier Reinhardt, el combate de tanques en Cherkkassy (con los polémicos Tiger), la lucha bestial en la nieve, la decapitación de Plutón, la parturienta, las desertoras rusas, la chistera de Porta... Hasta parece emanar peste a machorka, el tabaco ruso. Pero no esperen un dibujo pormenorizado tipo Hugault: aquí no hay nada de línea clara, que, pensándolo bien, probablemente no era lo más adecuado para Sven Hassel. El dibujo es sucio (como la guerra), feísta, bordeando lo grotesco.
El cómic, publicado por La Esfera de los Libros, sigue muy bien la novela, condensando en sus 120 páginas el relato de más de 300. Esencialmente está todo: la recogida de cadáveres tras el bombardeo, el pelotón de fusilamiento, la caída del unteroffizier Reinhardt, el combate de tanques en Cherkkassy (con los polémicos Tiger), la lucha bestial en la nieve, la decapitación de Plutón, la parturienta, las desertoras rusas, la chistera de Porta... Hasta parece emanar peste a machorka, el tabaco ruso. Pero no esperen un dibujo pormenorizado tipo Hugault: aquí no hay nada de línea clara, que, pensándolo bien, probablemente no era lo más adecuado para Sven Hassel. El dibujo es sucio (como la guerra), feísta, bordeando lo grotesco.
"Su guerra me resultó oscura y fea, y así la he dibujado", afirma Jordy Diago
Para leer la noticia completa ven este enlace Los Panzer de la muerte
Fuente: http://forbiddenplanet.blog/2015/interv ... of-terror/