Johannes Böckler
"Al lado del castillo hay un pequeño cementerio rural en el que entonces solo existía una tumba identificada" , relata Garrido a ABC. Era una modesta cruz con el nombre de Joannes Bochler, que después sería corregido como Johannes Böckler, y la fecha de su muerte en abril de 1944. El joven piloto alemán, de apenas 21 años, murió en la IIGM cuando su avión, un Dornier que había partido del sur de Francia rumbo a Argelia, sufrió un problema en su motor y cayó cerca de Cabrera. Los cuatro tripulantes saltaron antes de que el aparato se precipitara al mar, pero solo el piloto Hans Kieffer logró salvarse y alertar con bengalas de su situación para ser rescatado. A Böckler una barca lo encontró muerto mientras que los otros desaparecieron. Días después se encontraría el cuerpo de uno de ellos, Peter Brühl, en una playa de Mallorca, mientras que del otro nada se sabe, según cuenta el autor de Cabrera mágica.
Imagen de archivo de la tumba del aviador
Garrido se convirtió en el padre putativo del fantasma , según sus propias palabras, cuando la historia que escribió a la vuelta de su estancia en Cabrera se hizo famosa. Tanto, que llegó a los oídos de la Comisión de Conservación de Tumbas Militares Alemanas (Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge). La Comisión exhumó los restos de Böckler del cementerio de Cabrera y los trasladó al cementerio militar alemán de Cuacos de Yuste, donde reposan 180 soldados del país germano que perdieron la vida durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial y sus cuerpos acabaron en territorio español por naufragios o derribo de sus aviones.
Aquel día no se hablaba de otra cosa en la isla, recuerda Garrido. Un pescador preguntó entonces qué cadáver se habían llevado: «¿El que está recto o el que está atravesado?».
Todos allí creen que se equivocaron de muerto y se llevaron al campesino "En Lluent" a Cuacos. Esa es la razón por la que, según aseguran, el fantasma del "Lapa" aún se sigue apareciendo en Cabrera.
En el pequeño cementerio de la isla ya no queda ninguna inscripción. La cruz del aviador alemán se rompió cuando éste fue exhumado y ya no se ven ni sus restos. Alguien la ha robado , señala el escritor, que recogió los últimos datos de esta leyenda en su último libro, "La Estrella fenicia". Tampoco hay flores en el lugar. Algunos las atribuyeron durante años a un piloto inglés que habría derribado el avión alemán y que de vez en cuando volvía a recordar a sus víctimas. El superviviente del avión que salvaron en Cabrera era el de las flores, asegura Garrido.
Lápida del aviador alemán en Cuacos de Yuste (Cáceres, España)
Texto de Carlos Garrido
Fotos y fuente: http://www.abc.es/cultura/20150407/abci ... inkname=CM