Batalla de Seelow

Descripción: La Batalla de las Colinas de Seelow la última acción defensiva en el Frente Oriental antes de la Batalla de Berlín entre la Alemania Nazi y la Unión Soviética.

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LARRY
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Batalla de Seelow

Mensaje por LARRY » 26 06 2008 12:58

BATALLA DE LAS COLINAS DE SEELOW
La Batalla de las Colinas de Seelow fue la última acción defensiva en el Frente Oriental antes de la Batalla de Berlín entre la Alemania Nazi y la Unión Soviética. En 1945 el Frente Oriental se encontraba en el patio trasero de Alemania-

Batalla de Seelow
El 9 de abril de 1945, la ciudad prusiana de Königsberg se rindió al Segundo Frente Bielorruso al mando del General Konstantin Rokossovsky.

Inmediatamente después, Rokossovsky y sus tropas avanzaron al frente del Oder.

La orden de Stalin a sus generales había sido la de avanzar velozmente por un amplio frente, sin dejar espacios en la orilla derecha el río Rhin que los aliados occidentales pudieran ocupar primero.

Debido a dicha orden, se realizó el despliegue de los Frentes de la siguiente manera:

- El Segundo Frente Bielorruso, al mando de Rokossovsky, avanzó por el norte, cubriendo el territorio desde el mar hasta Seelow.
- El Primer Frente Bielorruso, al mando de Zhúkov, avanzó por el área frente a Seelow, ya que a él se le había concedido el privilegio de llegar a Berlín primero.

- El Primer Frente Ucraniano de Koniev avanzaba al sur.

Snipers alemanes en la batalla de Bautzen. Abril de 1945Snipers alemanes en la batalla de Bautzen. Abril de 1945
El Ejército Polaco aportaba unos 79.000 hombres a los Frentes soviéticos, que sumaban 2,5 millones de hombres en total.

La ofensiva también incluía 6.250 tanques, 7.500 aviones, 41.600 piezas de artillería y morteros, 3.255 cohetes Katyusha y casi 100.000 vehículos, la mayoría prestados por los Estados Unidos.

Sumándose a esto, los rusos desplegaron unos 143 reflectores de luz que debían cegar a los defensores, así como iluminar el camino a Berlín.

El 20 de marzo, Hitler designó al General Gotthard Heinrici como reemplazo de un inoperante Himmler en el mando del Grupo de Ejército Vístula.
General Gotthard HeinriciGeneral Gotthard Heinrici
Heinrici, que era un hábil estratega, adivinó las intenciones de Zhúkov y preparó tres cinturones defensivos cerca de Seelow, protegiendo una autopista que llevaba directamente a la capital de Reich.

Debilitando el frente del Oder en otros puntos, trasladó soldados a Seelow y ordenó inundar la planicie que se extendía entre la población y el río Oder.

Dándose cuenta de lo inútil que sería intentar defender esta planicie, movió a todos sus hombres a la colina detrás de ésta y dejó a un puñado para disimular la retirada.

La localidad de Seelow era defendida por jóvenes soldados de la 9ª División de Paracaidistas, cedidos por Hermann Goering a Heinrici; estos inexpertos soldados sólo tenían dos semanas de entrenamiento en la Infantería y eran dirigidos por expertos pilotos, que no tenían ningún conocimiento de las tácticas de combate terrestre.

Zhúkov pensaba que las colinas no iban a ser gran problema para su ejército, y por eso, a las dos de la mañana del 16 de abril, 22.000 cañones rusos de largo alcance abrieron fuego a lo largo de todo el frente, concentrándose la mayor intensidad frente a Seelow, barriendo cada palmo de terreno en la planicie entre la localidad y el Oder, esperando con esto que los alemanes supervivientes se rindieran.

Para aquel momento, Heinrici había retirado el grueso de sus tropas y las bajas fueron pocas.

Columna de T-34Columna de T-34
A la luz del alba, los tanques rusos, acompañados de infantería, empezaron a cruzar la pantanosa planicie y a acercarse a la colina, pero los cañones anti-aéreos colocados en la cima de la misma empezaron a diezmar a los tanques rusos y los alemanes empezaron a despedazar a la infantería rusa que se batió en lenta retirada debido al lodo.

Por si fuera poco, la espesa niebla que cubría el terreno atenuaba la luz de los reflectores rusos y servía para delatar las formaciones del Primer Frente Bielorruso, más no era suficiente para cegar a los alemanes, como se había planeado...

Mientras tanto, en el sur, el Primer Frente Ucraniano de Koniev iba avanzando de acuerdo al plan, empujando hacia atrás al IV Ejército Panzer del Grupo de Ejército Centro al mando del General Ferdinand Schörner, dicha acción estaba afectando peligrosamente tanto a Heinrici como a Schorner, ya que sus Grupos de Ejército se arriesgaban a ser envueltos.

Stalin, molesto por los contratiempos en Seelow, dio permiso a Koniev para liberar Berlín, presionando a Zhúkov, que envió sus reservas a combatir, logrando avanzar solamente seis kilómetros.

Gueorgui ZhúkovGueorgui Zhúkov
Sin embargo, Zhúkov siguió presionando, sufriendo enormes pérdidas, y en la noche del 18 de abril, sus tropas finalmente llegaron al último cinturón defensivo que Heinrici había levantado.

Para el anochecer del 19 de abril el Frente Oriental había dejado de existir y los restos del 9º Ejército y el IV Cuerpo Panzer corrían el riesgo de ser rodeados por el I Frente Ucraniano que avanzaba desde el sur y el I Frente Bielorruso desde el este.

Éste último se encontraba a menos de sesenta kilómetros de Berlín y ninguna fuerza importante se les oponía.

Sin embargo, para lograr esto, las bajas fueron elevadas, en lo que iba el mes de abril, los rusos habían perdido 2.807 tanques.

La batalla de las Colinas de Seelow el último éxito estratégico del Ejercito Alemán en el Frente Oriental y permitió salvar, gracias a la pericia e inteligencia de Heinrici, a miles de soldados para su utilización en la defensa de Berlin, alargando el final de la guerra.

Las bajas alemanas fueron de 11.000 muertos y heridos, mientras que las soviéticas fueron de 30.000 muertos y desaparecidos.


Fuente: Artículo escrito por mi "De Barbarroja a Berlín" (http://moscu-berlin.blogspot.com/)



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Adler Goess
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Re: Batalla de Seelow

Mensaje por Adler Goess » 28 06 2009 03:47

Complementando un poco la información ya dada por el amigo LARRY, de lo que fue una de las últimas batallas defensivas, para contener el arrollador avance soviético sobre la capital Alemana.

Seelow es una pequeña localidad al este de la ciudad de Berlín a unos 65 km de la capital, característica por coronar las colinas del mismo nombre las cuales se extienden, por mas de 21 Km hasta las cercanías de la actual ciudad de Gusow -Platkow.

Durante la segunda guerra mundial, fue lugar de intensos combates entre las fuerzas Alemanes y Soviéticas durante los primeros meses de 1945 (Abril 16-18).

Las tropas implicadas en la lucha estaban conformadas de la siguiente manera para el 15 de Abril:

Alemanas:
  • 9º Ejército (Busse)
    156º División de Infantería
    541º División de Volksgrenadier

    CI Cuerpo (Sixt)
    25º División de Granaderos Panzer
    606º División de Infantería
    309º División de Infantería Berlín
    5º División de Infantería Ligera

    LVI Cuerpo Panzer (Weidling)
    9º División Fallschirmjager
    20º División de Granaderos Panzer
    División Panzer Müncheberg

    XI Cuerpo Panzer de las SS (Kleinheisterkamp)
    Divisin de Granaderos Panzer Kurmark
    169º División de Infantería
    303º División de Infantería Döberitz
    712º División de Infantería
Soviéticas
  • 1º Frente Bielorruso (Zhukov)

    47º Ejército (Perjorovitch)
    77º Cuerpo de Fusileros
    125º Cuerpo de Fusileros
    129º Cuerpo de Fusileros

    3º Ejército de Choque (Kutznetsov)
    7º Cuerpo de Fusileros
    12º Cuerpo de Fusileros de la Guardia
    79º Cuerpo de Fusileros
    9º Cuerpo de Carros

    5º Ejército de Choque (Berzarin)
    9º Cuerpo de la Guardia
    26º Cuerpo de la Guardia
    32º Cuerpo de Fusileros

    8º Ejército de la Guardia (Chuikov)
    4º Cuerpo de la Guardia
    28º Cuerpo de la Guardia
    29º Cuerpo de la Guardia
Hasta el inicio de 1945 el Frente Oriental se había mantenido relativamente estable desde agosto de 1944 tras las consecuencias de la Operación Bagration.

Rumanía y Bulgaria habían sido forzadas a rendirse y declarar la guerra a Alemania, además los alemanes habían perdido Budapest y la mayor parte de Hungría. De esta manera el llano polaco fue abierto al Ejército Rojo.

Monumento a los caídos en la batalla por las colinas de SeelowMonumento a los caídos en la batalla por las colinas de Seelow
Los comandantes soviéticos, después de su inacción durante el Alzamiento de Varsovia, avanzaron finalmente sobre la capital polaca en enero de 1945. Durante 3 días, con un amplio frente, cuatro ejércitos soviéticos comenzaron una ofensiva a través del río Narew y desde Varsovia.

Después de cuatro días de lucha el Ejército Rojo logró vencer la resistencia alemana y comenzó a moverse hacia el oeste, recorriendo hasta 40 kilómetros por día, tomando los estados bálticos, Danzig o Gda?sk, Prusia del Este, Pozna?, trazando un nuevo frente a sólo sesenta kilómetros al este de Berlín, a lo largo del río Oder.

Posiciones de la División Doberitz, 303ª División de Infantería, al sur de la ciudad de Zeelov. Abril, 1945Posiciones de la División Doberitz (303ª División de Infantería) al sur de la ciudad de Zeelov . Abril de 1945
A pesar de que la producción militar alemana había caído a niveles desesperantes y las reservas de combustible eran más que insuficientes, las tropas alemanas peleaban con mayor fiereza que nunca y por diversas razones.

El fanatismo nacionalista y anti-comunista, la humillación que suponía una rendición incondicional y los millones de refugiados que iban a ser capturados por los rusos eran las principales razones que tenía el soldado alemán para oponer resistencia al Ejército Rojo. De esta manera la ofensiva hacia Berlín resultaba más lenta de lo que a Stalin le gustaba. Además la negativa de Hitler a abandonar la capital del Reich obligaba a los generales alemanes a defenderla a todo costo, ya que habían hecho un juramento de lealtad al Führer, el cual también había ordenado no evacuar la ciudad.

Una soldado soviética, controla de tráfico en una carretera a 165 km de Berlín. 1945Una soldado soviética, controla de tráfico en una carretera a 165 km de Berlín. 1945
El 9 de abril de 1945 la ciudad prusiana de Königsberg se rindió al Segundo Frente Bielorruso al mando del General Konstantin Rokossovsky. Inmediatamente después Rokossovsky y sus tropas avanzaron al frente del Oder. La orden de Stalin a sus generales había sido la de avanzar velozmente por un amplio frente, sin dejar espacios en la orilla derecha el río Rin que los aliados occidentales pudieran ocupar primero. Debido a dicha orden se realizó el despliegue de los Frentes de la siguiente manera: El Segundo Frente Bielorruso al mando de Rokossovsky avanzó por el norte, cubriendo el territorio desde el mar hasta Seelow, el Primer Frente Bielorruso al mando de Zhukov avanzó por el área frente a Seelow ya que a él se le había concedido el privilegio de llegar a Berlín primero, por último el Primer Frente Ucraniano de Koniev avanzaba al sur.

El ejército polaco aportaba unos 79.000 hombres a los Frentes soviéticos, que sumaban 2,5 millones de hombres en total. La ofensiva también incluía 6.250 tanques, 7.500 aviones, 41.600 piezas de artillería y morteros, 3.255 cohetes Katyusha y casi 100.000 vehículos, la mayoría prestados por los Estados Unidos. Sumándose a esto, los rusos desplegaron unos 143 reflectores de luz que debían cegar a los defensores, así como iluminar el camino a Berlín.

Estos vehículos de préstamo resultarían cruciales para la movilidad del Ejército Rojo los últimos días de la guerra.

Gotthard Heinrici encargando para el 20 de marzo de 1945 del mando del Grupo de Ejércitos del Vístula, así como la defensa de Berlín ante la ofensiva del Ejército RojoGotthard Heinrici encargando para el 20 de marzo de 1945 del mando del Grupo de Ejércitos del Vístula, así como la defensa de Berlín ante la ofensiva del Ejército Rojo

Zhukov pensaba que las colinas no iban a ser gran problema para su ejército y por eso a las dos de la mañana del 16 de abril 22.000 cañones rusos de largo alcance abrieron fuego a lo largo de todo el frente, concentrándose la mayor intensidad frente a Seelow, barriendo cada palmo de terreno en la planicie entre la localidad y el Oder, esperando con esto que los alemanes supervivientes se rindieran. Para aquel momento Heinrici, y a pesar de las órdenes de Hitler de no retroceder voluntariamente, había retirado el grueso de sus tropas y las bajas fueron pocas.

A la luz del alba los tanques rusos acompañados de infantería empezaron a cruzar la pantanosa planicie y a acercarse a la colina, pero los cañones anti-aéreos colocados en la cima de la misma empezaron a diezmar a los tanques rusos y los alemanes empezaron a despedazar a la infantería rusa que se batió en lenta retirada debido al lodo. Por si fuera poco, la espesa niebla que cubría el terreno atenuaba la luz de los reflectores rusos y servía para delatar las formaciones del Primer Frente Bielorruso, más no era suficiente para cegar a los alemanes, como se había planeado y por el contrario cegaba a los soviéticos que no podían mirar siquiera hacia atrás.

Katyusha lanzacohetes Rusos bombardeando una posición alemanaKatyusha lanzacohetes Rusos bombardeando una posición alemana
Mientras tanto en el sur, el Primer Frente Ucraniano de Konev iba avanzando de acuerdo al plan, empujando hacia atrás al IV Ejército Panzer del Grupo de Ejército Centro al mando del General Ferdinand Schörner, dicha acción estaba afectando peligrosamente tanto a Heinrici como a Schorner, ya que sus Grupos de Ejército se arriesgaban a ser envueltos.

Para el anochecer del 19 de abril el Frente Oriental había dejado de existir y los restos del 9º Ejército y el IV Cuerpo Panzer corrían el riesgo de ser rodeados por el I Frente Ucraniano que avanzaba desde el sur y el I Frente Bielorruso desde el este. Éste último se encontraba a menos de sesenta kilómetros de Berlín y ninguna fuerza importante se les oponía. Sin embargo para lograr esto las bajas fueron elevadas (más de 70.000 hombres, cifra que se le "maquilló" a Stalin -se le dijo que "sólo" cayeron 30.000-). En el tema material, en lo que iba del mes de abril los rusos habían perdido 2.807 tanques.

T-34 destruidos, en su avance sobre Seelow, la resistencia de las tropas alemanas en este sector, se batió con enconada resistenciaT-34 destruidos, en su avance sobre Seelow, la resistencia de las tropas alemanas en este sector, se batió con enconada resistencia
Fuente: Berlin 1945 End of the Thousand Year Reich (Osprey Campaign)
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Re: Batalla de Seelow

Mensaje por Bertram » 28 06 2009 10:17

Mis felicitaciones a ambos. Seelow al igual que otros enfrentamientos se podrían haber evitado, miles de vidas de habrían salvado y Berlín no habría quedado completamente arrasada, ya se sabía que no podrían parar al enemigo, pero bueno mandaba el que mandaba y lo que dijo lo cumplió, hasta la última gota de sangre.
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Re: Batalla de Seelow

Mensaje por LARRY » 28 06 2009 21:32

Unas fotitos del tema, sacadas de mi Blog, "De Barbarroja A Berlín" ( http://moscu-berlin.blogspot.com):

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Saludos

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Re: Batalla de Seelow

Mensaje por Adler Goess » 29 06 2009 04:05

A los interesados en el frente Oriental Aleman y sus peripecias en 1945 asi como las consecuentes batallas por el Reich recomiendo leer este Articulo que salio publicado hace algun tiempo en la revista World war II Magazine.

La Batalla de las Colinas de Seelow
Por Colin D. Heaton


En 1945 el Frente Oriental se encontraba en el patio trasero de Alemania. Las fuerzas soviéticas habían entrado en Prusia Oriental en enero de ese año, situando a Hitler en un difícil dilema. Cuando el general Heinz Guderian, inspector de las tropas acorazadas, solicitó que Hitler autorizara la retirada de los 300.000 soldados situados en la región de Kurlandia, el Fuhrer se negó, condenando a todos aquellos hombres a una muerte segura. Desaparecerían para siempre entre las nieblas de la guerra.

Otro punto importante del Frente Oriental en esos momentos era la defensa alemana de Breslau, ciudad que los soviéticos querían tomar a toda costa. El Sexto Ejército Soviético se había detenido ante la capital de Silesia, y el mariscal Koniev necesitaba a ese ejército para el avance final hacia Berlín. Pero había todavía un obstáculo de importancia ante el avance soviético, las onduladas colinas y llanuras del área conocida como Colinas de Seelow, sólo a un poco más de 50 kilómetros de la capital de Alemania.

Desde 1210, cuando la Orden de los Caballeros Teutónicos había expulsado a los polacos de Prusia y cruzado el río Vístula, ningún enemigo se había aproximado a la frontera prusiana desde el este. Esas tierras estaban controladas por familias que se remontaban a las baronías instituidas durante el siglo XIII, y los soviéticos las encontrarían fuertemente defendidas. La política llevada a cabo hacía siete siglos por Federico I y los Hohenstaufen había arraigado profundamente y era todavía tangible, incluso en la era del nacionalsocialismo. Pero las cosas estaban a punto de cambiar.

El Ejército Soviético había abierto una cuña en Prusia, pero sus perdidas habían sido elevadas. Seis divisiones de infantería y dos divisiones de tanques habían sido puestas fuera de combate después de una serie de ataques en Vitebsk, Orsha, Allenstein y Konigsberg. Después de Enero de 1945, los soviéticos habían logrado grandes avances, pero hubieron de detenerse al quedar cortos de suministros. Entonces el Ejército Rojo se detuvo, permitiendo a los alemanes disponer de un tiempo precioso para organizar su defensa en las cercanías de Berlín.

El principal general alemán al mando de las unidades alemanas de vanguardia era Hasso von Manteuffel, que comandaba el Tercer Ejército Panzer. Manteuffel había tenido que retirarse a posiciones que se extendían más de 150 kilómetros, desde Stettin hasta la unión del Canal Hohenzollern con el río Oder. Un duro veterano del Frente Oriental, Manteuffel acababa de ganar los diamantes para su Cruz de Caballero aquel mes de Enero, una preciada y escasa condecoración. El menudo aristócrata (no medía más de 1,65m), se hallaba ahora en una precaria situación desde el punto de vista estratégico. Si no conseguía defender su frente el camino a Berlín quedaría totalmente abierto.

Subordinado a Manteuffel, y guarneciendo su flanco derecho, estaba el inteligente y joven general (47 años) Theodore Busse, al mando del Noveno Ejército. Él debía impedir cualquier movimiento de pinza por parte de Koniev, como era esperado que haría. El martillo comenzaría a golpear el yunque en la primera semana de Abril.

General der Panzertruppe Hasso-Eccard Freiherr von Manteuffel, Comandante del 3º ejercito PanzerGeneral der Panzertruppe Hasso-Eccard Freiherr von Manteuffel, Comandante del 3º ejercito Panzer
Koniev ordenó a sus fuerzas acorazadas atacar en un amplio frente, convergiendo después en una punta de lanza y bordeando el flanco izquierdo de los defensores alemanes. El 8 de Abril, después de varios pequeños ataques de tanteo, se comprobó que los carros soviéticos no eran lo adecuado para romper el frente, incluso con el apoyo de infantería. Las defensas alemanas, una mezcla de distintas unidades, disponían de gran número de armas anticarro Panzerfaust, así como cazacarros, baterías de cohetes Newelverfer y densos campos de minas, convirtiendo el avance de las unidades acorazadas soviéticas en un infierno. Y, lo más importante de todo, no tenían nada que perder.

Al final del primer día de ataques, los soviéticos comenzaron a darse cuenta de lo que costaría tomar los Altos del León. Sus pérdidas fueron de 75 tanques, 2.250 muertos, 3.400 heridos y 12 Ilyushin Il-2 derribados. Por la parte alemana las bajas fueron de 300 muertos, un número similar de heridos, 2 Tigre I, 4 semiorugas Hanomag, 3 Me-109 y 7 Stuka. Konev tenía que hacer algo, y rápido. El Kremlin quería resultados, y Stalin en persona había asegurado que se tomarían represalias si el ataque no tenía el éxito esperado. También el mariscal Zhukov estaba esperando los resultados de los planes de Koniev para presionar en dirección a Berlín.

El 9 de Abril el Ejército Rojo realizó otro esfuerzo masivo. La primera oleada de T34, aproximadamente 50 unidades, fue destruida por cohetes, Stuka, minas e infantería equipada con Panzerfaust. La segunda oleada atacó a las 11:50, siguiendo los pasos del ataque precedente, esperando encontrar una ventaja en los pasos abiertos por sus compañeros en los campos de minas alemanes. Los cazas soviéticos mantenían a raya a los Stuka, pero poco o nada podían hacer contra la infantería y sus anticarros. Aquel segundo ataque terminó como el primero, se perdieron 34 tanques y varios cientos de muertos quedaron para siempre en las llanuras.

Manteuffel sabía que no podría mantener la posición durante mucho más tiempo; no disponía de refuerzos ni en hombres ni en material. Dispuso como mejor pudo sus anticarros, unos pocos 88mm y varios 75mm PAK, así como una batería antiaérea local. El apoyo aéreo sería crucial, pero lo que quedaba operativo de los Jg54 y Jg52 se hallaban en desventaja de 20 a 1, y sus aeródromos estaban a punto de ser ocupados. La mejor ayuda procedía del Stukageschwader 2, la famosa Escuadrilla Immelman, pero debía cubrir todo el área. Aún así y todo sus pilotos llegarían a destruir 149 tanques rusos.

Una de las zonas más complicadas estaba defendida por el mayor SS Rudolf Falkenhahn, cuya compañía de 130 hombres había sido reducida para el 9 de Abril a tan sólo 58; pero habían puesto fuera de combate 9 tanques el día 8 y otros 11 el 9. La mañana del día 10 se pondría a prueba lo mejor de su capacidad.

A la derecha de Falkenhahn estaba la unidad del mayor Hannes Gottlieb, compuesta de una heterogénea mezcla de soldados convertidos en artilleros de los cañones anticarro PAK 40. Hasta la mañana del día 10 no habían entrado prácticamente en combate, y disponían de 12 cañones y 18 proyectiles por arma. Las armas cortas también estaban limitadas, y los soldados esperaban con impaciencia nuevos suministros por vía aérea. La comida y el agua eran prácticamente inexistentes desde el día 4, y muchos soldados se arriesgaban a correr por la tierra de nadie buscando cantimploras y munición entre los rusos muertos.

Koniev ordenó otro asalto, esta vez contra el debilitado flanco izquierdo alemán. Sus observadores habían descubierto irregularidades en las defensas alemanas tras los dos ataques anteriores, y Koniev pensó en moverse sobre esos huecos y dividir a los defensores en dos. Tan sólo esperaba que llegará el amanecer.

Manteuffel sabía de la debilidad de su frente, y durante la noche del día 9 ordenó que los vanos en la línea fueran cubiertos con cañones del 88, que tomaron posición y se ocultaron todo cuanto se pudo. El flanco derecho estaba cubierto por sólo una docena de cañones de 75mm en un frente demasiado abierto, pero lo único que los artilleros tenían que hacer era orientar sus armas hacia las brechas del frente y de ese modo cubrirlas con un fuego anticarro cruzado. Tambíen se plantaron más minas, en algunos casos desenterrando las ya existentes que permanecían intactas y creando nuevos campos de minas frente a las nuevas posiciones.

El pequeño general todavía dispuso de otro golpe de suerte a su favor. La 5ª División SS Wiking, apoyada por la 28ª SS Wallonien y grupos de rezagados alcanzaron el campo de batalla, llevando consigo varios cañones rusos capturados y dos T34. Pero todavía quedaba una sorpresa más para Koniev: Manteuffel tambíen podía disponer de la artillería de la 11ª División SS Nordland y de la 23ª SS Nederland. Sin embargo debe aclararse que la fuerza total de las cuatro divisiones era menor que la de una al 100% de sus efectivos, ya que habían sufrido terribles pérdidas en combate durante las semanas anteriores. Aún así y todo eran un obstáculo a tener en cuenta.

A primera hora de la mañana del 10 de Abril de 1945, las tropas alemanas, cansadas y hambrientas, fueron alertadas por un sonido lejano de motores. Inmediatamente después un sonido mucho más terrible rompió la calma de la mañana. Koniev había traido la artillería.

Los primeros 10 minutos de fuego artillero acabaron con los nuevos campos de minas y pusieron fuera de combate a dos de los 88 y a cuatro cañones de 75mm. Uno de los T34 capturados fue destruido y docenas de hombres cayeron muertos o heridos. Los pocos sanitarios disponibles estaban dispersos por todo el frente, y los heridos tan sólo podían esperar en sus refugios a ser atendidos en algún momento. Los proyectiles rusos de 152mm, letales en un radio de 150 metros y que creaban cráteres de un metro de profundidad, impactaban contra las líneas alemanas volándolas por los aires. La cortina de artillería se prolongó durante 30 minutos. El mayor Gottlieb perdió a la mitad de sus hombres, pero Falkenhahn y los suyos habían sido más afortunados. Al comenzar el bombardeo avanzaron más allá de sus posiciones y se acercaron a los tanques enemigos que se aproximaban protegidos por el bombardeo de la artillería.

Los hombres de Falkenhahn destruyeron más de una docena de T34 y JS1, y volvieron a sus posiciones en busca de protección. A las 6:45 el grueso de los efectivos acorazados soviéticos avanzaron todo lo rápido que pudieron para tomar ventaja de la confusión reinante, pero cayeron bajo el fuego de la artillería alemana, que comenzó a responder tan pronto como la rusa había cesado de disparar. Los tanques e infantería soviéticos fueron machacados por el fuego cruzado y Koniev vio como el ataque volvía a fracasar una vez más.

Sin embargo los alemanes se habían retirado de sus posiciones iniciales, aunque algunos pocos armados con Panzerfaust permanecían en sus posiciones. Se trataba en su mayor parte de heridos que no estando en condiciones de ir a ningún lado decidieron quedarse para ofrecer una última ayuda a sus camaradas en retirada.

Los rusos atacaron de nuevo a las 9:15. Koniev había amenazado a sus subordinados que si sobrevivían al próximo ataque sin haber conseguido que los alemanes se retiraran de las colinas, los haría fusilar por cobardía. Los comandantes de batallón tuvieron que avanzar detrás de sus hombres pistola en mano, y para los servidores de MG alemanes fue un regalo. Si no se hubieran quedado prácticamente sin munición las bajas soviéticas habrían sido todavía mayores. Desde la salida del sol los rusos habían perdido casi 2.000 hombres y otros 60 tanques, mientras que los alemanes habían tenido 400 bajas. Pocas, pero demasiadas para lo escaso de sus fuerzas. Falkenhahn y su tropa habían dado cuenta de 13 tanques, y Gottlieb había logrado destruir otros 18, tres de ellos él mismo. Los soldados alemanes heridos habían muerto la mayoría, prefiriendo suicidarse a caer en manos del enemigo.

Manteuffel sabía que sin refuerzos ni apoyo acorazado su defensa terminaría colapsándose con independencia de las bajas que pudieran causar al enemigo. El prometido apoyo aéreo era bienvenido pero inefectivo, la artillería poca y no siempre a tiempo, incluso las municiones de armas personales estaban comenzando a escasear y los cañones anticarro cada vez disponían de menos proyectiles. ¿Podría ir todavía peor?

Pero Koniev se estaba preguntado exactamente lo mismo que su enemigo. Había sufrido 4.000 bajas, 300 tanques habían sido destruidos, y sólo había avanzado dos kilómetros en tres días. Decidió que era el momento de utilizar sus reservas, dos divisiones acorazadas y tres regimientos de infantería. Ordenó a su artillería que disparará proyectiles de humo para ocultar el avance, y a las 10:50 se dio la orden de avanzar.

Manteuffel había ordenado a sus comandantes que actuaran por propia iniciativa. Falkenhahn y su ahora reforzada compañía (cerca de 90 hombres) recibió más Panzerfaust y minas magnéticas, pero la munición para el armamento personal todavía estaba de camino, al igual que los proyectiles para los cañones anticarro. Pero el mayor no era un soldado cualquiera. Con tan sólo 23 años, Falkenhahn había comenzado su carrera con los paracaidistas, y participado en el asalto al fuerte Eben Emael, y las campañas de Noruega y Creta, siendo después trasladado a las SS. Había servido en el Frente Oriental durante tres años, y la Cruz de Caballero con Hojas de Roble y Espadas daba fe de su capacidad de lucha.

Falkenhahn ordenó a sus hombres que atacaran a los tanques enemigos con los Panzerfaust, mientras otro grupo se servía de la protección del humo para acercarse a los tanques soviéticos y ponerlos fuera de combate con las minas magnéticas. Pronto algunos tanques rusos quedaron inmovilizados y comenzaron a ser usados por los alemanes para atacar al enemigo que avanzaba. Los que aún podían moverse fueron llevados a las líneas alemanas para proporcionar apoyo anticarro suplementario.

Ivan Stepanovich KonievIvan Stepanovich Koniev
Gottlieb y los supervivientes de su grupo se enfrentaban a un problema más serio. Los tanques soviéticos habían conseguido subir las pendientes bajo su posición, y aunque 20 de ellos habían sido destruidos, Gottlieb ordenó una retirada. Retrocedieron hasta la segunda línea defensiva, comandada por el mayor Heinz Wilker.

Wilker era un veterano de Stalingrado, y había sido testigo de ataques rusos como este con anterioridad. El combate fue muy similar al que ya había experimentado, con los soviéticos enviando oleada tras oleada sin aparentemente preocuparse por las grandes pérdidas en hombres y material. Wilker estaba al mando de un batallón de la Hitlerjugend y el Volkssturm, ahora apoyado por los hombres de Gottlieb y unos cuantos paracaidistas. Los tanques rusos se detuvieron al entrar en un campo de minas y comenzaron a dar marcha atrás. La improvisada tropa de Gottlieb atacó a los tanques que todavía avanzaban con los Panzerfaust y cócteles Molotov, causándoles aún más bajas. Pero la defensa alemana comenzaba a debilitarse. La ventaja numérica de Koniev, no ya su pobre estrategia, estaba a punto de hacerse con la victoria.

Anciano miembro de las Volksturm, con Panzerfaust, arma que causó grandes perdidas en tanques y vehículos blindados a los SoviéticosAnciano miembro de las Volksturm, con Panzerfaust, arma que causó grandes perdidas en tanques y vehículos blindados a los Soviéticos
Falkenhahn también estaba teniendo serios problemas en esos momentos. Había destruido personalmente cinco tanques, el último de ellos con un Panzerfaust a sólo 30 metros, pero había sido herido con graves quemaduras por la explosión del carro. Ayudado por uno de sus hombres consiguió ponerse a salvo, pero viendo como los rusos que avanzaban cada vez más disparaban a los alemanes heridos. Ninguna de las partes estaba tomando prisioneros. Los heridos que podían ser recogidos eran enviados a retaguardia en los vacíos camiones de suministro, pero eso no significaba la salvación. Falkenhahn, negándose a ser evacuado, consiguió poner a uno de sus hombres herido a bordo de un camión, y justo en ese momento el vehículo fue alcanzado por la artillería rusa, muriendo todos los que se encontraban en él. Finalmente toda la línea tuvo que retirarse, sumándose a las posiciones de la unidad de Wilker.

Por la tarde del 10 de Abril, Zhukov conversó por radio con Koniev, y le preguntó sobre el motivo del retraso en el avance. Le comentó que Stalin le había dicho que sería lo mejor que Berlín estuviera en manos soviéticas para el 1 de Mayo. El mensaje era muy claro. Koniev aseguró a Zhukov que podría apoyar su avance sobre la capital de Alemania para el día 12 de Abril.

Manteuffel vio que la situación era desesperada, e incluso transmitió a sus superiores en Berlín su opinión al respecto. Se le autorizó retirarse y se le aseguró que una fuerza de relevo estaba en camino.

El SS Gruppenfuhrer Felix Steiner, autor de la ofensiva sobre Kiev y un excelente táctico, ordenó de inmediato el despliegue en la zona de todas las tropas de la SS disponibles. Consiguió reunir una fuerza de relevo compuesta de efectivos dispersos de las divisiones Waffen SS Nordland, Nederland, Wiking, Prinz Eugen y Wallonien, así como elementos de la Reichsfuhrer SS. El total de fuerzas reunidas sumaban un total de 26.000 hombres, 24 tanques, 15 cazacarros y docenas de semiorugas y camiones. Las tropas que fueron capaces de recorrer en los medios de transporte disponibles los 200 kilómetros que les separaban del frente, debieron hacerlo por sus propios medios o a pie, ya que las líneas de ferrocarril habían sido destruidas.

Manteuffel rezaba por la llegada del relevo. Según sus cálculos podrían estar allí para el 12 de Abril, pero incluso esa fecha podría ser demasiado tarde.

Koniev estaba al corriente de los movimientos de tropas alemanas hacia el este, ya que el reconocimiento aéreo así lo había comunicado a Zhukov, pero éste no quería verse forzado a realizar un movimiento de flanco hacia el sur para interceptar los refuerzos alemanes, y perdió un tiempo valioso en reforzar a Koniev.

A las 17:00 del 10 de Abril, Koniev había logrado avanzar una milla más, pero había perdido otros 3.000 hombres y un total de 368 tanques. Sus blindados se habían mostrado inefectivos contra las defensas alemanas, e incluso empleando sus reservas acorazadas apenas podía agrupar a más de un batallón de blindados. Sin embargo Koniev estaba ganando la batalla, y lo sabía.

Artilleria Soviética sobre los altos de SeelowArtilleria Soviética sobre los altos de Seelow
Falkenhahn, Gottlieb y Wilker estaban encarando la dura realidad; la derrota era inminente. Los tanques soviéticos, aunque no eran una seria amenaza, seguían siendo una gravísima preocupación. Los bombarderos en picado de la Luftwaffe aún bombardeaban a los vehículos enemigos inmovilizados, pero en algunos casos también provocaban bajas entre las fuerzas alemanas de vanguardia.

Koniev ordenó a su aviación atacar. Antes de la puesta de sol del 10 de Abril, 30 Sturmovik realizaron tres salidas, destruyendo las posiciones alemanas que podían ser reconocidas. Pero los defensores se habían retirado a una zona segura, y tan pronto como calló la noche volvieron a ocupar sus antiguas posiciones. Durante aquella noche se sucedieron sangrientos combates de infantería, un asalto tras otro. Manteuffel seguía resistiendo en su cada vez más ligeramente defendido perímetro.

Wilker estaba situado en el flanco izquierdo, Gottlieb se encontraba en una posición más retrasada, dispuesto a cubrir cualquier posible flanqueo, y Falkenhahn defendía el flanco derecho un poco más al norte. El centro se sostenía con una mínima defensa, pero todavía protegido por los campos de minas y la artillería anticarro que todavía podía disparar. Desde las 19:00 a las 21:30, Koniev lanzó cuatro ataques. Un batallón dirigido por el mayor Ilya Kurov y la mayor Anna Nikolina fue prácticamente aniquilado, muriendo 300 de los 500 soldados que intervinieron en el combate. Pero los supervivientes lograron reagruparse y atacar de nuevo a las 22:15, bajo un cielo iluminado por las bengalas. Esta vez se lanzaron directamente contra el centro, muriendo muchos de ellos en los campos de minas, pero proporcionando a sus camaradas un paso seguro a través de él. Tan pronto como rebasaron el perímetro de defensa comenzó un brutal combate cuerpo a cuerpo.

Iluminados por las bengalas, las explosiones de las granadas y los tanques en llamas, los hombres se vieron envueltos en una lucha a muerte. Las pérdidas soviéticas fueron de aproximadamente 400 hombres, enfrentados a un número similar de defensores alemanes. La lucha cesó en torno a la medianoche, cuando el último soldado ruso dentro de las defensas alemanas hubo caído. Los supervivientes alemanes no eran más de 240 hombres, física y mentalmente exhaustos. Koniev estaba dispuesto a realizar otro ataque, pero prefirió esperar refuerzos.

El propio Manteuffel había resultado herido cuando un grupo de rusos entró en su cuartel general. Cuatro de sus asistentes cayeron en el ataque, y él mismo tuvo que acabar con dos de los rusos a golpe de pistola y bayoneta. La herida, un balazo en la parte superior del brazo, no era mortal, pero el general tuvo que ser asistido. Manteuffel, sin apenas dormir durante los cinco días anteriores, se rindió al cansancio y se derrumbó en un profundo sueño. Sin saberlo fue enviado a retaguardia por sus ayudantes, los cuales también habían sido heridos en varias ocasiones los últimos días.

Los alemanes combatían en un tiempo prestado, y ambos bandos lo sabían. La noche calló otra vez, sacudida por las explosiones, los fuegos e incluso los altavoces rusos que conminaban a los defensores a rendirse comunicándoles que toda resistencia era inútil. Pero Koniev no realizaría ningún ataque más hasta la mañana siguiente, cuando sus refuerzos estuvieran listos.

Cuando Falkenhanm intentó hablar con Manteuffel se encontró con que el general había sido evacuado por su herida. La iniciativa quedaba totalmente en manos de sus comandantes. Falkenhahn contactó con Wilker y Gottlieb, y decidieron abandonar sus posiciones. Coordinaron que tan pronto como alcanzaran a la columna de relevo contraatacarían y tomarían de nuevo las colinas. Sin embargo el movimiento de retirada debía realizarse cuanto antes ya que el amanecer llegaría en tan sólo cuatro horas.

Los alemanes se retiraron de sus posiciones, llevando consigo el mayor número de heridos posible. Sólo un pequeño grupo permanecería en sus posiciones para no alertar al enemigo de la retirada, pero debiendo a su vez retroceder tan pronto como se viera el menor signo de movimiento en las líneas soviéticas.

Los refuerzos de Koniev se encontraban a menos de 20 kilómetros, y estaba prevista su llegada para las 05:30. A las cinco en punto el sol comenzó a salir y Koniev ordenó un fuego de artillería de barrera. Los cañones soviéticos, bajo el mando del coronel Konstantin Durayev, están situados a sólo 3 kilómetros de la línea del frente, alcance más que suficiente para las grandes piezas de 122 y 152mm, y apoyados por cañones autopropulsados.

A las 05:45 del 11 de Abril, los tanques rusos alcanzaron el frente y el fuego de barrera cesó. Koniev ordenó que comenzara el ataque, y la infantería de apoyo avanzó. Recorrieron los primeros 2 kilómetros muy rápidamente, y los defensores alemanes que habían permanecido como señuelo dispararon débilmente a los atacantes y después se retiraron. Los tanques siguieron adelante, atravesaron las posiciones ahora vacías, pero se encontraron con los alemanes al rebasar una colina. Todavía fueron capaces de poner fuera de combate una docena de blindados antes de ser definitivamente rodeados. No hubo supervivientes.

Wilker se encontraba cubriendo la retirada, y ya habían sido cubiertos 25 kms. en dirección a las tropas de relevo que, según le fue confirmado, tomarían contacto con ellos en seis horas. Entretanto se solicitó apoyo aéreo para impedir el avance de las tropas rusas perseguidoras que no tardarían en aparecer.

Koniev se percató de la jugada y ordenó a sus tanques avanzar a toda velocidad en persecución de los alemanes que se retiraban. Wilker comunicó con radio con Falkenhahn y Gottlieb y les comunicó que tenía compañía. De pronto apareció en el cielo un grupo de Stukas. La primera oleada arrojó bombas de 250kg sobre los tanques soviéticos que avanzaban, y la segunda atacó a los blindados con sus cañones de 37mm antitanque. Cinco T34 fueron destruidos y el resto se retiró en busca de protección.

Gottlieb ordenó a sus hombres que se atrincheraran y se prepararan para repeler a los tanques rusos. Falkenhahn, por su parte, hizo lo propio más hacia el oeste y se preparó para la defensa, permitiendo a los hombres de Gottlieb retirarse a cubierto. Wilker distribuyó a su tropa entre las otras dos unidades con el propósito de reforzarlas en lo posible.

Koniev había asegurado entre tanto los Altos del Leon, y se dispuso a recuperar los dos días perdidos. Zhukov fue informado de que el objetivo había sido alcanzado y transmitió el siguiente mensaje a Stalin en Moscú: " Koniev ha cumplido sus objetivos, pero las pérdidas han sido, aparentemente, muy grandes. Espero alcanzar Berlín en dos días. Zhukov".

Manteuffel tuvo a su vez que informar de lo acontecido a Hitler: "Después de varios días de fieros combates no puedo culpar de lo sucedido a mis soldados, han luchado con todo en contra, superados cuatro a uno. Hemos causado serias bajas a la fuerza enemiga, pero no hemos podido detener el avance ruso. Asumo toda la responsabilidad. Manteuffel".

Las fuerzas alemanas en retirada fueron capaces de llegar a las afueras de Berlín. Zhukov llegó a los suburbios orientales de la ciudad con Koniev apoyando su flanco izquierdo, y la batalla de Berlín comenzó el 15 de Abril.

Wilker, Gottlieb y Falkenhahn pelearían en la defensa de la ciudad, y los tres sobrevivirían a los combates, permaneciendo como prisioneros de los soviéticos durante varios años. Falkenhahn fue una de las últimas personas que vio con vida a Hitler, y consiguió salir del bunker junto con el general Hans Baur (piloto de Hitler) y Martin Bormann justo antes de la caida final de la ciudad.

Zhukov y Koniev se repartieron la gloria de la toma de Berlín. Sin embargo, después de la guerra, cuando los diarios de Zhukov y las cartas privadas de Koniev vieron la luz, ambas fuentes mostraron una imagen mucho más sombría de la batalla de sus relaciones personales.

Hasta la actualidad, los rusos han sostenido que perdieron 10.000 hombres en la batalla de las Colinas de Seelow, y 100.000 en Berlín. Las cifras exactas se desconocen, pero no menos de 30.000 soldados rusos perecieron en Seelow y la cifra de bajas en la lucha por Berlín podría aproximarse a los 600.000.

Las bajas alemanas en Seelow fueron también muy elevadas, con 11.000 muertos de los 18.000 hombres que defendían las colinas más bajas, y el Tercer Ejército Panzer diezmado en 80.000 soldados en una semana de combates. La mayoría de los supervivientes, perecerían en Berlín, peleando hasta el final por una ciudad que estaba condenada a morir.

Gracias a Capitan Miller de DZW

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Re: Batalla de Seelow

Mensaje por LARRY » 29 06 2009 12:06

Excelente ampliación, camarada Goess.

Últimamente me estás dando mucho para leer y eso me gusta

Saludos

LARRY

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Re: Batalla de Seelow

Mensaje por DELTA-61 » 11 04 2011 23:28

Esta es una de mis batallas favoritas de la SGM desde que conocí su existencia a través de la colección de Osprey. Además de todo lo que explicas en tu pormenorizado y magnifico artículo y como "una imagen vale más que mil palabras", pues el ver una lámina donde se puede apreciar toda la magnitud de las defensas alemanas realmente me impresionó, ver en esas angostas trincheras luchando codo con codo a paracaidistas, tropas de la Luftwaffe armados con Panzerscherk, un 88 al fondo, un pak 40...., un ejército hecho de retazos pero dispuesto a dar la batalla y frente a ellos, ¡enormes masas de carros rusos!, realmente impresionante.

Os dejo la imagen, aunque solo he podido conseguirla en dos partes, pero aún así merece la pena verlas.
Imagen

Imagen
Fuente
El fin del Reich de los mil años (Berlín, mayo de 1945), Peter Antill y con ilustraciones de Peter Dennis. Osprey Publishing
Unidad US Army RangersUnidad: US Army Rangers

Rangers lead the way (Rangers por delante)
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Re: Batalla de Seelow

Mensaje por abhang » 03 03 2014 22:31

Artículo ya antiguo, pero entretenido, la batalla tuvo que ser tremenda, de vez en cuando da gusto leer estos artículos.

Saludos.
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Re: Batalla de Seelow

Mensaje por Lt. Van der Voort » 04 03 2014 00:54

En el libro de Anthony Beevor "Berlín 1945, la caída" hace un magnífico relato de esta batalla, sobre todo en la habilidad de Heinrici para retirar sus fuerzas detrás de las colinas...
Saludos!!!
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Re: Batalla de Seelow

Mensaje por CHESTERNIMITZ » 08 03 2014 23:52

Magnifico!!
Lastima que haya fotos que no se vean...
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