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Drôle de Guerre

Publicado: 22 03 2015 15:24
por cocinilla
Drôle de Guerre


Caricatura francesa de la Drôle de GuerreCaricatura francesa de la Drôle de Guerre
Tras la guerra relámpago de Polonia siguieron siete meses de calma, en que los combatientes reorganizaron sus fuerzas y trazaron planes para el inevitable encuentro. Aunque se produjo algunos incidentes (la RAF bombardeo unidades navales alemanas junto a Kiel, y un U-Boot hundió al SS Athenia, que transportaba niños a EE.UU) parecía como si las dos partes estuvieran a no llegar a los hechos, insultándose mutuamente... desde el cielo, o sea, bombardeando con octavillas propagandísticas a las ropas del frente.


  1. AQUELLA GUERRA EXTRAÑA
  2. LA GUERRA DE "CONFETI"
  3. LLUVIA DE PROHIBICIONES
  4. ¿UN NUEVO JEFE PARA LA GUERRA?
  5. SIGUE LA ESPERA
  6. LA PRIMERA VICTIMA INGLESA
  7. "INCURSIÓN DE CONTRA-VERDAD"
  8. LAS INVENTIVAS DE CHURCHILL
  9. EL FIN DE LA GUERRA EXTRAÑA
  10. GALERÍA FOTOGRÁFICA
  11. FUENTES




A. AQUELLA GUERRA EXTRAÑA
El Senador norteamericano Borah definió aquel periodo con la expresión PHONEY WAR (extraña guerra); Churchill, usando el término de Chamberlain, lo denomino TWILIGHT WAR (guerra vaga), mientras que el equivalente alemán era SITZKRIEG (guerra de despacho). Pero la expresión que dio origen a todas las citadas es DRÔLE DE GUERRE, que fue como definió el presidente del Consejo de Ministros francés, Daladier, a este periodo.

Fueron tiempos en que los combatientes se observaron mutuamente desde detrás de sus respectivas fronteras, intentando averiguar cada uno lo que pretendía el otro. Sin embargo, la guerra se había iniciado con un torbellino de actividades. Poco después del anuncio que hizo Chamberlain, el domingo 3 de septiembre (precisamente en el momento en que sonaban las sirenas, en la primera falsa alarma), una escuadrilla de la RAF, en misión de inspección en un sector del Canal de Kiel, descubrió numerosos de guerra alemanes anclados.

El objetivo invitaba a un ataque aéreo. Pero la temperatura era bajísima, y cuando el jefe de la escuadrilla, el Oficial de Vuelo Andrew McPherson (pilotando un Bristol Blenheim VI (N6215) del 139º Escuadrón "Jamaica"), intentó comunicarse con la base, advirtió que el hielo había dejado inservible la radio de abordo. Cuando aterrizó era ya demasiado tarde para organizar un ataque, pero Winston Churchill, como Primer Lord del Almirantazgo, autorizó una incursión para el día siguiente.
Un Bristol Blenheim VI del 139º Escuadrón Jamaica al que pertenecía Oficial de Vuelo Andrew McPhersonUn Bristol Blenheim VI del 139º Escuadrón "Jamaica" al que pertenecía Oficial de Vuelo Andrew McPherson
Andrew McPherson efectuó, pues, un segundo vuelo de reconocimiento; obligado a volar a baja altura, debido a la abundante nubosidad, localizó de nuevo a los buques alemanes anclados en las proximidades del canal.

Basándose en sus indicaciones, el capitán Doran, al mando de un grupo de veintinueve bombarderos, puso rumbo a Kiel a mediodía del 4 de septiembre. Cuando alcanzaron la zona del objetivo, el cielo estaba despejado, por lo que los aviones ingleses pudieron cumplir su misión volando a gran altura.

Las bombas alcanzaron a dos buques: el Acorazado de Bolsillo DKM Admiral Scheer y el Crucero DKM Emden. Sin embargo, los efectos fueron limitados. Las bombas rebotaron en la cubierta del DKM Admiral Scheer y cayeron al mar, donde hicieron explosión; no fueron mayores los daños producidos al DKM Emden, pero si suficientes para dejarlos fuera de servicio durante varios días (aunque se debe puntualizar que la mayor parte de las averías del DKM Emden se debieron al hecho de que un bombardero se estrelló contra el buque).

La misión resultó muy costoso para la RAF, pues de los veintinueve aviones que partieron hacia Kiel, siete no regresaron a su base. A pesar de todo, Andrew McPherson y Doran fueron condecorados con las Distinguished Flying Cross (Cruz al Mérito Aeronáutico) por el papel que habían desempeñado en aquel primer ataque aéreo.
El teniente Julius Lemp junto al Almirante Karl Dönitz en la barandilla del U-30, agosto de 1940El teniente Julius Lemp junto al Almirante Karl Dönitz en la barandilla del U-30 (agosto de 1940)
La noche que transcurrió entre la primera localización de los buques alemanes en Kiel y el consiguiente ataque tuvo un significado negativo, pero que entonces nadie advirtió. El dia de retraso permitió a los alemanes aludir el primer golpe, circunstancia que se repetiría varias veces en el transcurso de la guerra.

A las 21 horas de aquel domingo, el U-Boot U-30, mandado por el Teniente Fritz-Julius Lemp, torpedeo al buque de pasajeros norteamericano SS Athenia, que se dirigía a Canadá. Según informó después, Lemp creyó que buque era un crucero en misión de reconocimiento o de escolta, puesto que avanzaba en zigzag y con las luces apagadas.

Sea como fuere, lo cierto es que el buque de pasajeros se hundió, y que entre los 1.102 pasajeros y 315 tripulantes hubo 112 muertos, entre ellos 28 norteamericanos. El incidente causó gran inquietud en todo el mundo, incluida Alemania; pero Goebbels, ministro de Propaganda del Reich, intentó aprovechar para sus propios fines, proclamando desde los micrófonos de radio Berlín que Churchill había ordenado colocar a bordo del SS Athenia una bomba con objeto de provocar la ruptura de relaciones entre los EE.UU y Alemania.
SS AtheniaSS Athenia
Las autoridades alemanas que habían ordenado que los U-Boot se abstuvieran de atacar buques de pasajeros, por lo que la acción de Lemp ni siquiera encontró la aprobación de sus compatriotas; después de este episodio, Hitler ordenó que no se torpedearan más buques mercantes, a no ser que navegaran en convoy.

No obstante, ante el temor de ser objeto de un nuevo ataque, los supervivientes del SS Athenia, a quienes habían trasladado a Glasgow, que no embarcarían mas para América si no se les asignaba una escolta de protección (exigencia a todas luces comprensible).

Tras muchos aplazamientos, el día 19 de septiembre zarparon al fin sin escolta, pero antes hubo de darles seguridades de que por la noche todas las luces del barco permanecieran encendidas y que la bandera estadounidense, que ondeaba en el mástil, seria iluminada con reflectores.
Embajador polaco en Londres Edward Bernard RaczynskiEmbajador polaco en Londres Edward Bernard Raczynski
Mientras en occidente tenía lugar esto incidentes aislados, Polonia sufría el terrible azote de la invasión alemana y suplicaba a Inglaterra que interviniese en su ayuda, bombardeando inmediatamente los campos de aviación y las zonas industriales situadas dentro del radio de acción de la RAF.

El 9 de septiembre, los polacos estaban tan desesperados que su embajador en Londres recibió las siguientes instrucciones: “Por favor, exponga con claridad la situación al Gobierno inglés y pida una respuesta más precisa respecto a los planes de guerra y ayuda a nuestro país”.

Cuando el embajador expuso el punto de vista polaco, se le respondió que el Gobierno inglés no consideraba la idea de bombardear Alemania mientras esta no bombardease gran Bretaña.; los ingleses dijeron haber tomado esta decisión por cuanto la realización de actos agresivos, como los que se les pedían, les vendrían la animadversión de la opinión pública de los Estados Unidos. Habida cuenta de la ayuda que Inglaterra y Francia habían garantizado a los polacos tan solo un mes antes, la respuesta era cualquier cosa menos satisfactoria.



B. LA GUERRA DE "CONFETI"
De hecho, la principal respuesta inglesa a los acontecimientos de Europa oriental no fueron las incursiones aéreas, sino “las incursiones de la verdad”, como lo definió Sir Kingsley Wood, Ministro del Aire. Estas incursiones de la verdad consistieron en el lanzamiento, desde aviones de la RAF, de millones de octavillas de propaganda sobre territorio alemán.

Estas acciones se basaban en la convicción optimista e ingenua de que si se facilitada a los alemanes información acerca de la perversidad de sus gobernantes, se rebelaría contra ellos y los depondría. Por otra parte, se confiaba en que tales incursiones atemorizarían a los alemanes y a sus jerarcas al demostrarles que su país era muy vulnerable a los ataques aéreos. La primera incursión se realizado durante la noche del día 3 de septiembre: se lanzaron sobre territorio germano 6 millones de copias de una “nota al pueblo Alemán”. En total, más de trece toneladas de papel. Pero la acción no impresionó a los alemanes; creyeron, eso sí, que seguirían los ataques aéreos, por lo que tomaron eficaces medidas de defensa antiaérea.
Lady Juliet Duff posa junto a una ventana tapada y al lado de su mayordomo y su chófer, ambos en el ejercitoLady Juliet Duff posa junto a una ventana tapada y al lado de su mayordomo y su chófer, ambos en el ejercito
Las incursiones se repitieron durante casi todas las noches, hasta el punto de que, según el Ministerio del Aire, solo el 27 de septiembre se arrojaron unos 18 millones de octavillas sobre territorio alemán, lo que las autoridades inglesas consideraban con cierto orgullo. Pero no todos los representantes parlamentarios participaban en el optimismo el ministro.

El General Spears, diputado conservador, expresó con estas palabras su disgusto: “Es indigno hacer una guerra de confeti contra un enemigo inhumano. Estamos haciendo el ridículo”. Mas adelante, el General de Aviación Harris diría: “Mi opinión personal es que el único resultado que se obtuvo con las incursiones propagandísticas fue, sobre todo, el de satisfacer las necesidades europeas de papel higiénico durante los cinco largos años de guerra.

Muchas de aquellas circulares eran tan estúpidas e infantiles que quizás habría resultado contraproducente dárselas a conocer al pueblo inglés, y, sin embargo, perdimos hombres y aviones para lanzarlos en territorio enemigo”
.

Sin duda, tanto el riesgo como los gastos fueron muy elevados. Especialmente desafortunado resultó la incursión que se llevo a cabo la noche del 27 de octubre. El frío era intensísimo. Cuatro bombarderos del 51ª Grupo lanzaron circulares sobre Fráncfort, Múnich y Stuttgart.

En uno de los aviones se pararon dos motores, la radio se estropeo, los timones de dirección y de profundidad quedaron agarrotados por el hielo y dos tripulantes perdieron el conocimiento. Los restantes miembros de la tripulación consiguieron efectuar un aterrizaje forzoso, en el que el avión resultó con serias averías, y, tras extinguir un conato de incendio que se declaró en un motor, subieron de nuevo a la cabina… y se durmieron.

Afortunadamente habían aterrizado en Francia. Los tres aparatos restantes consiguieron regresar a sus bases, pero todos ellos en muy mal estado a causa del frío intensísimo y de las averías, y maltrechos sus tripulantes.
Una pancarta en el lado alemán dice El pueblo alemán no atacará al pueblo francés, si los franceses no atacan a los alemanes, más propaganda para mantener el frente inactivoUna pancarta en el lado alemán dice "El pueblo alemán no atacará al pueblo francés, si los franceses no atacan a los alemanes", más propaganda para mantener el frente inactivo
El efecto más real que produjeron estos métodos inofensivos fue el de suscitar un amplio sentimiento de indignación en Gran Bretaña ante la incapacidad que demostraba el Gobierno para intervenir de manera adecuada en ayuda de Polonia. Hubo quien pidió que a la declaración de guerra le siguiese una acción más concreta; y, puesto que no se quería recurrir a los ataque aéreos sobre ciudades y objetivos industriales, proponían que la aviación inglesa incendiara a la Selva Negra mediante bombarderos sistemáticos con bombas incendiarias.

Hugh Dalton, destacado miembro del partido laborista, que tenía muchos amigos personales en Polonia, se enfureció con Kingsley Wood. “El humo y el olor a quemado de los bosques (le hizo observar) enseñarían a los alemanes, que tanto amor demuestran por sus árboles, que la guerra no es siempre agradable y ventajosa, y que no se puede librar en territorio de los demás”.

Pero la única respuesta que recibió fue que incendiar la Selva Negra supondría contravenir la Convención de La Haya. Cuando Leo Amery planteó, a su vez, la misma demanda. Kingsley Wood le respondió: “No podemos hacerlo, porque se trata de una propiedad privada. Si accediese, al día siguiente me pedirían ustedes que bombardeara el Ruhr”.

Desesperado, el mismo Dalton formuló otra sugerencia para ayudar a los polacos: propuso efectuar un vuelo a Polonia, en un gesto simbólico que demostrara que persistía, entre los dos días, el espíritu de solidaridad. Pero Kingsley rechazó también la sugerencia, clasificándola de “inoportuno”. En términos generales, la actitud del Gobierno inglés hacia los enemigos del país parecía poco belicosa; y, sin embargo, el menos en las fases iniciales, se habían llevado a cabo ciertos esfuerzos para afrontar los problemas de la defensa.

Como medida preventiva ante el inminente conflicto, la “EMERGENCY POWERS (DEFENCE) BILL (Ley de Poderes de la Defensa en caso de Emergencia)" superó con rapidez las diversas fases de aprobación, hasta que, el 24 de agosto de 1939, fue aprobada definitivamente.

La ley facultaba al monarca para promulgar, por medio de los decretos pertinentes “las previsiones de defensa que se consideren necesarias y oportunas para garantizar la seguridad pública, el mantenimiento del orden, la defensa del reino y la actuación eficaz en cualquier guerra en que su Majestad pueda verse comprometida, así como para asegurar la continuidad de los abastecimientos y de los servicios indispensables para la vida de comunidad”.

Con carácter inmediato, las disposiciones de defensa concedían atributos para:
  • Proceder a la detención, juicio y condena de quienes contraviniesen estas disposiciones, así como el arresto sin mandamiento judicial, siempre que, a juicio del ministro secretario de Estado, ello fuera necesario para la seguridad y la defensa pública
  • Autorizar el embargo o control de cualquier propiedad o empresa, así como la adquisición de toda propiedad que no fuera inmobiliaria
  • Autorizar el allanamiento de cualquier edificio y el consiguiente edificio
  • Proveer a la enmienda, la suspensión o la aplicación de cualquier ley, con modificaciones o sin ellas



C. LLUVIA DE PROHIBICIONES
El 28 de agosto de 1939 se publicó una larga lista de medidas restrictivas mediante las cuales se podía obligar a los agricultores a cultivar determinados productos y asimismo se podrían suspender los derechos pesqueros; además se recordaba la obligación que tenían los ciudadanos de alojar en sus casas a cualquier persona designado por el oficial encargado del alojamiento de la tropa; se prohibía también liberar palomas sin un permiso especial de la policía, a la cual debía entregarse toda paloma sobre la que se encontrase un mensaje.

La lista comprendía muchísimas prohibiciones. En resumen, cuando se examina aquella retahíla de normas, casi se tiene la impresión de que el Gobierno inglés se inclinaba a demostrar mas comprensión para la opinión pública alemana que para la inglesa. Pero esta característica se advirtió también entonces.

El 31 de Octubre, en la Cámara de los Comunes, numerosos oradores criticaron las disposiciones gubernamentales. Dingle Foot manifestó que le país parecía hallarse ante un doble peligro: la agresión nazi del exterior y la tendencia nazis en el interior.
Frank Kingsley GriffithFrank Kingsley Griffith
En este un punto muy importante. Frank Kingsley Griffith advirtió que los nuevos mandatos implicaban la abolición del Habeas Corpus, y que la parte referente a la detención y a las restricciones de las actividades personales concedía al ministro secretario de Estado al poder suficiente para implantar en Inglaterra las condiciones de un campo de concentración alemán.

Otra áspera crítica fue formulada por Herbert Morrison, quien ataco la introducción del toque de queda, observando que si con ello se pretendía evitar que la gente anduviera por las calles durante los ataques aéreos, la finalidad era sencillamente ridícula; cuando se produjeron ataques, los ciudadanos ya tendrían buen cuidado de no andar por las calles.

Entre unas cosas y otras, la jornada del 31 de octubre no resultó muy buena para El Primer Ministro Chamberlain. A partir del 1 de septiembre, cada noche, después de la puesta de sol al alba, el país debería permanecer en la más completa oscuridad. Esta norma se dio a conocer anticipadamente, por medio de un Memorándum publicado por el Ministerio del Interior.
George Bernard ShawGeorge Bernard Shaw
El oscurecimiento originó innumerables contratiempos; entre otras cosas, el número de accidentes de tráfico aumento de un modo considerable.

En diciembre, con objeto de atenuar las dificultades, en las calles del distrito de Westminster se autorizó una débil iluminación, que luego se extendería a otros lugares, excluía una franja de unos 20 km a lo largo de la costa oriental y meridional.

el 22 de enero de 1940 no se hizo obligatorio el empleo del tipo de faro oficialmente aprobado para los automóviles. Cuando se comprobó, sin lugar a dudas, que la causa principal del incremento de los accidentes de tráfico era debido a la falta de iluminación, el ministro de transporte dispuso que en las zonas urbanas la velocidad máxima se redujo a unos 30 km por hora.

A fin de obligar a la población a aceptar los efectos deprimentes del oscurecimiento, casi todas las formas de diversión fueron severamente limitadas. George Bernard Shaw expresó su protesta y descontento ante estas medidas en las páginas del Times:

“¿Qué agente del Canciller Hitler (decía el escritor) ha sugerido que los ingleses se agazapan en la oscuridad durante todo el tiempo que dure la guerra?”.

El 14 de septiembre, puesto que el peligro de un ataque parecía haber disminuido, se permitió la reapertura de los teatros.
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Re: Drôle de Guerre

Publicado: 23 03 2015 15:47
por cocinilla
D. ¿UN NUEVO JEFE PARA LA GUERRA?
En el terreno político, casi desde el principio, se experimentó una honda inquietud respecto al modo de enfocar la guerra por parte de Chamberlain, así como acerca de las dotes de mando del Primer Ministro. La dificultad estribaba en encontrar la persona idónea para sustituirle.

El destino facilitó un presagio (que en aquel momento muchos ponderados y respetables miembro del parlamento consideraban del mal agüero) en el curso del debate que tuvo lugar el 26 de septiembre en la Cámara de los Comunes. En un discurso aburrido e intrascendente, Chamberlain informó al parlamento de la situación militar.

La Cámara reaccionó con la actitud que era de esperar: con indiferencia: Luego, conforme a un acuerdo previo al que había llegado Chamberlain, Churchill hizo uso de la palabra por primera vez desde había entrado a formar parte del Gobierno, unas siete semanas antes.
Arthur Neville ChamberlainArthur Neville Chamberlain
Fue el suyo un discurso frío, brillante, concreto y detallado. Tras exponer el conocido problema causados por el U-Boot y resumir esquemáticamente las medidas que se habían adoptado para hacer frente al enemigo, mencionó también las pérdidas sufridas por la flota mercante; semana tras semana, las cifras se habían reducido; de los 65.000 toneladas de la primera semana de septiembre, se pasó a 46.000 en la segunda, a 21.000 en la tercera, y a solo 9.000 durante los seis días precedentes a su discurso.

Churchill evitó con todo cuidado formular “previsiones optimistas”, pero, indudablemente, las cifras hablaban por sí mismo.. El discurso produjo un efecto sorprendente en el Parlamento, y toda la nación agradeció a Churchill su exposición honesta, escueta y clara de los datos más recientes sobre la marcha de la guerra. Desde luego, en Inglaterra se habló mucho de la posibilidad de que Churchill asumiese cuando antes la dirección del país.

A todo ello, todavía había quien alimentaba la esperanza de que tal vez aún fuera posible la paz, pues Polonia estaba sucumbiendo frente a los invasores y una triste calma se iba apoderando del desgraciado país. Sin embargo, en su quinto discurso sobre la situación bélica, pronunciado el 3 de octubre, Chamberlain no alentó tales esperanzas. Había decidido adoptar una actitud firme frente al enemigo:

“No aceptamos una simple promesa del actual Gobierno Alemán. Con demasiada frecuencia, en el pasado, ese Gobierno ha demostrado estar dispuesto a romper sus compromisos en cuanto le ha parecido conveniente. No obstante, si hacen alguna propuesta, la examinaremos teniendo en cuenta tales precedentes. Nadie desea que la guerra continúe ni siquiera un dia mas de lo necesario, pero la gran mayoría de la opinión pública de este país y, para satisfacción nuestra, también de Francia, está decidida a conseguir que se entierre la violencia y que las palabras empeñadas por el Gobierno se respete de forma coherente”.

Por una ironía del destino, entonces fue Lloyd George quien se convirtió en el abanderado de la política de “poner la otra mejilla”, apelando al Gobierno para que “no se apresure” a rechazar eventuales propuestas de paz que pudiera llegar a través de los Gobiernos Rusos e italiano, a la sazón, neutrales ambos. Chamberlain aseguro que no se precipitara en responder a propuestas que merecieran un atento examen, y que, en todo caso, antes de dar cualquier contestación consultaría con la Cámara de los Comunes. No obstante, el diputado conservador Duff Cooper atacó a Lloyd George, sosteniendo que era muy probable que las frases del Primer Ministro se interpretaran erróneamente en el extranjero como un sondeo de rendición. Pero si el gobierno inglés no se mostraba dispuesto a ceder, tampoco parecía decidido a tomar la iniciativa. Todos los esfuerzos se encontraban en el aspecto defensivo.

Cuando estalló la guerra, la Flota inglesa se hallaba en Scapa Flow, en las Islas Orcadas. Allí todavía se conservaba aun restos de las improvisadas defensas que se utilizaron en la Primera Guerra Mundial, pero en 1939, la velocidad y la potencia de los submarinos alemanes había aumentado de modo considerable, por lo que era imprescindible que estas defensas se prepararan convenientemente. Además, existía el peligro de los ataques de los aviones alemanes; y frente a las acciones aéreas, que constituían las mas grave amenaza para la seguridad de Gran Bretaña, la base de Scapa Flow estaba indefensa.
David Lloyd GeorgeDavid Lloyd George
Se instalaron nuevas redes antisubmarinas, y se confió la misión de neutralizar la amenaza aérea a dos escuadrillas de caza de la marina. Pero el hundimiento del Acorazado HMS Royal Oak por obra de un submarino alemán, en la propia bahía de Scapa Flow, demostró cuán inadecuado era aquellos sistemas defensivos.

El incidente repercutió de forma muy negativa en la opinión pública, y el 31 de octubre, Churchill se trasladó por segunda vez a Scapa Flow para discutir los problemas referentes a la defensa de la base. En principio se decidió reforzar las defensas con la colocación de nuevos cajones sumergibles, barreras flotantes y redes antisubmarinas, así como disponer de zonas de minas y dotar a la base de más piezas de artillería y de unidades de reconocimiento.

Se acordó también mejorar las defensas antiaéreas, para lo cual se reforzó con más cazas a los dos escuadrillas de guarnición en la base. Sin embargo las medidas adoptadas no podían llevarse a la práctica totalmente antes de la siguiente primavera, por lo que entonces se eligió Rosyth como base provisional de la Flota.



E. SIGUE LA ESPERA
En Europa la guerra presentaba las mismas características irreales, defensivas y extrañas que se registraban en Gran Bretaña. Se había trasladado al frente occidental un cuerpo expedicionario inglés, como refuerzo de las mejores unidades francesas que lo guarnecían.

El mando del contingente británico se confió a Lord Gort, quien, a su vez, estaba a las órdenes de los generales francesas (aunque tenía el derecho a apelar al Gobierno de su país siempre que las órdenes que recibiera pusiesen poner en peligro las fuerzas inglesas). Parecía como si hubiera hecho mucho, pero en realidad no sucedió nada.

Hasta el 27 de septiembre, la Royal Navy había transportado al otro lado del Canal de la Mancha, sin pérdida alguna por su parte, 152.000 soldados del Ejército de Tierra y 9.400 de Aviación, más 24.000 vehículos, 36.000 toneladas de munición, 25.000 toneladas de carburante y unas 60.000 toneladas de carne congelada. En Inglaterra se estaban instruyendo a 50.000 voluntarios.

En Francia había 76 divisiones aliadas (72 de ellas francesas y las cuatro restantes británicas), frente a las 32 divisiones alemanas atrincheradas tras la Línea Sigfrido.
Frente a la Línea Maginot, cerca de Estrasburgo, una banda alemana toca piezas francesasFrente a la Línea Maginot, cerca de Estrasburgo, una banda alemana toca piezas francesas
No obstante, y pese al acuerdo del 15 de mayo de 1939, los franceses no habían ayudado a los Polacos desencadenando un ataque en el frente occidental, lo cual había obligado a los alemanes a retirar por lo menos parte de sus tropas de Polonia.

Para justificar su inhibición, los franceses afirmaron que su Ejército, aunque muy numeroso, no estaba aún preparado para entrar en acción, que la aviación se hallaba en un estado de deplorable debilidad y que las fortificaciones de la Línea Sigfrido eran tan sólidas que un ataque en aquellas circunstancias sería un completo fracaso.

Los franceses definían su inactividad como una “espera estratégica”. Una vez más, el aplazamiento constituyó un grave error. A finales de septiembre, el comandante en jefe alemán, Brauchitsch, reforzó el frente occidental, al que trasladó las fuerzas que conquistaron Polonia, tropas aguerridas por la victoriosa campaña.

Así, a comienzo de octubre, las divisiones germanas eran más de cien. Los occidentales habían dejado escapar la gran ocasión. Y esto lo confirman las palabras del General von Mellenthin, quien, al inspeccionar la Línea Sigfrido, escribió:

“En seguida me di cuenta de que la campaña de Polonia había constituido un peligroso juego de azar, y que nuestro Alto Mando se expuso a un gravísimo riesgo. Los reservistas que defendían la frontera occidental estaban mal equipados y deficientemente instruidos, a lo que se añadió el hecho de que las instalaciones defensivas estaban muy lejos de ser las inexpugnables fortificaciones descritas por nuestra propaganda. Cuanto más observaba aquellas fortificaciones, menos comprendía la absoluta pasividad de los franceses. Esta actitud negativa no podía sino repercutir de modo desfavorable en la moral de la tropa, ocasionándoles daños mucho mayores que los provocados por nuestra propaganda, aunque ésta fuera muy eficaz”.

Más adelante, los Generales Jodl y Keitel afirmaron que un ataque en el frente occidental durante la campaña de Polonia habría tropezado con una débil resistencia; pero, en lugar de atacar, los Aliados se dedicaron a reforzar sus fortificaciones. En realidad, ambas partes no hacían sino levantar fortines y tender alambradas, tratando de disimular su actividad con el enmascaramiento. Unos y otros efectuaron limitados reconocimientos aéreos; y, prácticamente, todo se redujo a esto. Un observador inglés comentó:

“Vive y deja vivir era todavía la actitud predominante en el Sarre, y si alguien disparaba se le consideraba como un ser totalmente antisocial. Veinte años de paz habían dado como resultado que a la gente le repugnase matar; el soldado inglés se mostraba muy reacio a empuñar su fusil y disparar contra un alemán que no le había provocado. En abril, los alemanes efectuaron por dos veces lo que se podía considerar parodias de ataque, y en la segunda ocasión destruyeron algunas fortificaciones francesas situadas en nuestro flanco; esta forma de proceder se consideró como extremadamente incorrecta e indigna de ser imitada”.

Por su parte, un observador alemán escribió durante aquel periodo:

“Por medios de periscopios podemos observar a los franceses. Están cortando leña. Llevan pesados capotes; en grupos de dos o tres, fuman, y al parecer, se aburren”.

Durante el primer mes de hostilidades, los franceses se jactaron de haber entrado en territorio alemán, aunque admitían que dicha penetración se realizó en un frente muy reducido y que se profundizó muy poco. Por espacio de algunas semanas, las patrullas galas, con notable torpeza e infinita cautela, se movieron al otro lado de la Línea Maginot. Pero en octubre, cuando se comprobó que los alemanes recibían refuerzos y se dejaron sentir los primeros fríos invernales, los franceses adoptaron las debidas precauciones, se retiraron al acogedor y tranquilo ambiente de sus fortificaciones.



F. LA PRIMERA VICTIMA INGLESA
Para hacer más llevadero el aburrimiento de las inactivas tropas inglesas, del 5 al 9 de diciembre, el rey de Inglaterra visitó el frente occidental, de modo que se hallaba presente cuando (a los tres meses de la declaración de guerra) los ingleses sufrieron la primera baja.

Se trataba del cabo T.W. Priday, quien, al mando de una patrulla que entró inesperadamente en contacto con los alemanes, resultó alcanzado por una bala. Si se tiene en cuenta que en los tres primeros meses de la Primera Guerra Mundial los ingleses perdieron más de 50.000 hombres, no se puede decir que esa segunda contienda fuera para Gran Bretaña demasiado onerosa en cuanto a efectivos humanos, de todos modos, ello no fue óbice para que Chamberlain comentase con el General Montgomery, cuando en diciembre visitó la división de éste. “No creo que los alemanes tengan la menor intención de atacar, ¿no le parece a usted?”.
Mapa de la frontera alemana durante la Drôle de GuerreMapa de la frontera alemana durante la Drôle de Guerre
Es significativo el hecho de que los hombres de Montgomery figuraban entre los más activos en todas las operaciones que se realizaron.

En el caso de que los Aliados hubiesen atacado, su misión habría sido la de avanzar y ocupar un sector en la zona de Lovaina. Montgomery entrenaba a sus hombres a base de operaciones nocturnas, efectuando movimientos de retirada en territorio francés, hacia supuestas líneas defensivas. Y es que el general inglés se convenció muy pronto de que los franceses se encontrarían en una situación muy difícil si se producía un ataque alemán.

Puesto que las unidades inglesas u francesas decidieron defender la Línea Maginot, sin intentar siquiera un ataque combinado, Hitler logró convencer a sus escépticos generales de que la declaración de hostilidades no había representado más que una resistencia simbólica. De este modo, el primer periodo de la guerra dio como resultado que se reforzara la confianza de los generales en Hitler y que el poder personal del Führer aumentara de modo considerable.
Organización defensiva de la frontera FrancesaOrganización defensiva de la frontera Francesa
El 27 de septiembre, Hitler convocó a dos de sus altos jefes militares para que le informase acerca de los planes con vistas a un eventual choque en occidente. Respondieron que los planes eran exclusivamente defensivos y que no se había hechos preparativos alguno para un ataque. El 30 de septiembre, Hitler les informo que estaba dispuesto a hablar de condiciones de paz. La conclusión del problema polaco señaló el principio de la “ofensiva de la paz” del Führer. El 6 de octubre pronunció en el Reichstag estas palabras:

“Para conseguir este objetivo, un día deberían unirse las grandes naciones de este continente para establecer y garantizar un acuerdo general que nos dé a todos nosotros una sensación de seguridad y de paz. Probablemente Churchill y sus amigos interpretaran estas observaciones mías como una muestra de debilidad o cobardía. Hago esta declaración solamente porque deseo evitar a mi pueblo nuevos sufrimientos. Pero si prevalece las ideas de Churchill y los suyos, combatiremos”.



G. "INCURSIÓN DE CONTRA-VERDAD"
El discurso de Hitler se imprimió en octavillas que habían de ser lanzadas sobre territorio británico en el curso de una “incursión de contra verdad”; pero la prensa inglesa se adelantó y lo público de un modo tan detallado que la maniobra alemana resultó inútil.

El 7 de octubre, el Gobierno inglés declaró: “No es probable que las propuestas de paz se consideren aceptables, a no ser que signifiquen para Europa una verdadera liberación de la amenaza de una agresión alemana… Las afirmaciones efectuadas por el Gobierno alemán en el pasado han resultado falsas tantas veces que ya no bastaba las palabras para restablecer la confianza, que debe ser la base de la paz”. El 11 de octubre, una áspera respuesta del primer Ministro francés al discurso de Hitler, Daladier dijo, entre otras cosas:

“Una vez más oímos hablar de la paz alemana, una paz que no haría sino consolidar las ganancias obtenidas con la violencia y preparar el camino para una nueva agresión. El discurso pronunciado por Hitler en el Reichstag significaba en realidad, - que he conquistado Polonia. Estoy satisfecho. Pongamos fin a la guerra. Convoquemos una conferencia que consolide mis conquistas-. Nosotros hemos empuñado las armas contra la agresión, y no las depondremos en tanto no hayamos recibido garantías de seguridad, una seguridad que no se ponga luego en peligro cada seis meses”.

Chamberlain adoptó también la actitud de Daladier en la respuesta que facilito el día 12 de octubre. “Si el Gobierno alemán no nos da pruebas convincentes de la sinceridad de sus deseos de paz, mediante actos concretos u ofreciendo garantías que nos permitan confiar en la firmeza de los compromisos establecidos, tendremos que perseverar en nuestro deber hasta el fin. A Alemania le toca elegir”.

De este modo terminó la “ofensiva de la paz” de Hitler. El 24 de octubre, en un discurso que pronunció en Danzig, Ribbentrop atacó a Gran Bretaña por su actitud poco conciliadora: “Si el Gobierno inglés persiste en su política, esta pasará a la historia como la tumba del pueblo inglés”. Por parte de otras personalidades hubo asimismo tentativas de paz.

El 6 de noviembre, por la tarde, el rey Leopoldo de Bélgica llegó a La Haya para entrevistarse con la reina Guillermina de Holanda. Poco después de que terminaran las conversaciones, en las que habían participado también los respectivos ministros de Asuntos Exteriores, ambos soberanos hicieron públicos un comunicado en el que ofrecían su intervención como mediadores entre las partes beligerantes, con objeto de establecer la paz. “Esperamos (se decía en el documento) que se acepten nuestras ofertas y que estas permitan dar el primer paso hacia la consecuencia de una paz duradera”.
Édouard DaladierÉdouard Daladier
El 9 de noviembre, Chamberlain expuso que, habida cuenta de las experiencias del pasado, los ingleses no se forjaban demasiadas ilusiones en lo referente a que el canciller alemán diese una respuesta satisfactoria, pero agregó que, antes de contestar en cualquier sentido, su gobierno consultaría con los aliados y con los países autónomos miembros de la Commonwealth.

El 15 de noviembre, Ribbentrop rechazo de modo explícito la oferta de mediación formulada por Bélgica y Holanda: “Puesto que Inglaterra y Francia han decidido claramente nuestra oferta de paz, el Gobierno alemán considera cancelada la cuestión”. Y seguirá cancelada durante mucho tiempo aun. Mientras tanto, los beligerantes prosiguieron con desganada resignación los preparativos de la guerra. El 9 de enero de 1940, en un discurso que pronunció en la Mansion House, Chamberlain resumió la situación con estas palabras:

“Este nuevo año, que será uno de los decisivos en la historia del Mundo, ha comenzado con tranquilidad; pero se trata de la calma que precede a la tempestad. Ingentes masa humanas, provisto de los más mortíferos elementos de destrucción que la ciencia puede producir, se están observando tras sus fortificaciones. De vez en cuando truenan los cañones, pero hasta ahora no se ha producido ningún encuentro en gran escala. No sabemos cuánto tiempo durará esta situación.”
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Re: Drôle de Guerre

Publicado: 24 03 2015 12:48
por cocinilla
H. LAS INVENTIVAS DE CHURCHILL
Fue Churchill quien consiguió galvanizar la situación internacional con un discurso inflamado que se radió el 20 de enero de 1940. Tras poner en relieve la superioridad de los Aliados en el mar, dijo:

“En el transcurso de los meses, esperamos poder garantizar a la navegación la debida seguridad para el normal desenvolvimiento de las actividades comerciales de todas aquellas naciones cuyos buques aceptaron nuestra guía, no solo para sobrevivir, sino para prosperar. Muy diferente es la situación en que se hallan los países neutrales.

Tanto en tierra como en el mar, contribuyen las víctimas sobre las cuales se abate el furor y el desprecio de Hitler… cada uno de ellos se pregunta quién será la próxima víctima…

Ahora bien, ¿qué sucedería si todos estos países neutrales, movidos por un espontáneo y unánime impulso, cumplieran con su deber, según lo que establece el tratado de la Sociedad de Naciones, y se aliasen con los imperios inglés y francés contra la agresión y el mal?. En la actualidad, su esfuerzo es deplorablemente escaso. Se doblegan, humildes y temerosas, antes las amenazas alemanas de violencia, y se consuelan pensando que Inglaterra y Francia vencerán, que impondrán de nuevo las leyes y convenciones.

A todos estos que consideran que se podrá mantener bien alimentado el cocodrilo, el cocodrilo terminara por devorarlos. Todos esperan que la tormenta remita antes de que les llegue el turno de ser devorados. Pero la tormenta no amainaba. Se extenderá hacia el sur; se extenderá hacia el norte.

La única posibilidad de detenerla con rapidez estriba en oponerle una acción una unánime, porque si en determinados momentos Inglaterra y Francia, cansado de combatir, se vieran obligados a aceptar una paz humillantes, el destino de los países Europeos menores no sería otra que el de quedar divididos entre las dos barbaries, opuestas pero semejantes, del nazismo y el bolchevismo”.


Un día antes de este enérgico discurso de Churchill, la Cámara Baja danesa había aprobado la siguiente declaración:

“Todos los estamentos del pueblos danés concuerdan en que tienen que salvaguardar la neutralidad del país y que, siempre será necesario, todos los medios de que disponen la nación se utilicen para mantener la integridad y la independencia del estado danés”.

En Bélgica, Holanda, Noruega, Suecia y Suiza, la prensa reaccionó en términos reprobatorios, afirmando una vez más la voluntad nacional de permanecer neutrales. Londres se apresuró a aclarar que la tesis expuesta por Churchill era absolutamente personales, no las del Gobierno.

El 27 de enero, en otro discurso pronunciado en la Cámara de Comercio de Manchester, Churchill expresó una vez más la perplejidad del país ante aquella guerra simulada. Hablando del curso de la contienda y de los problemas que planteaban, dijo: “¿Cómo se explica que Inglaterra no hayan sufrido todavía ningún ataque aéreo? Es un asunto sobre el que estoy meditado desde hace bastante tiempo”.
A muchos metros de profundidad, dentro de la Línea Maginot, soldados franceses toman un baño de luz ultravioletaA muchos metros de profundidad, dentro de la Línea Maginot, soldados franceses toman un baño de luz ultravioleta
Tres días después, Hitler habló en el Sportpalast de Berlín. Aunque no respondió directamente al interrogatorio de Churchill, el Führer dio a entender que no tardaría mucho en producirse el choque directo:

“La primera fase de la lucha ha terminado con la destrucción de Polonia” dijo. La segunda, o sea, la guerra de bombas por la que Churchill parecía mostrarse impaciente, podía comenzar a partir de aquel momento. En marzo, las actitudes exaltadas y belicosas que caracterizan aquel periodo trascendieron también el otro lado del Atlántico. El 19, James Cromwell, embajador de Estados Unidos en Canadá, condenó al Gobierno nazi, afirmando que, “descarada y abiertamente”

Alemania intentaba alterar el orden social y económico en que se base el gobierno de los EE.UU. pero tres días después, Cromwell fue reprendido públicamente por el secretario de Estado, Cordell Hull, quien manifestó que una declaración como aquella podría “enturbiar las relaciones con el Gobierno alemán e incluso con otros”.



I. EL FIN DE LA GUERRA EXTRAÑA
Pero ya se tenía la certeza de que la “guerra extraña” estaba a punto de finalizar. El 3 de abril, Churchill consiguió, por fin, que el Gobierno diera su consentimiento para minar ciertas zonas de las aguas territoriales noruegas. Mientras tanto, en el discurso que dirigió a la juventud alemana, el mariscal de Campo Goering predijo, con absoluta claridad, lo que estaba a punto de suceder.

“El golpe que hemos asestado a Polonia no nos ha debilitado, sino por el contrario, somos ahora mucho más fuertes. Como hemos hecho en esta ocasión, presentaremos batalla a nuestro enemigo en cuanto llegue el momento oportuno. Las fuerzas armadas alemanas hacen frente a Gran Bretaña y Francia en el Oeste. Ahí es donde debemos descargar el golpe decisivo, y precisamente con esta finalidad ha movilizado nuestro Führer todos los recursos del país”.

Soldado alemán instalando un altavoz para emitir música y propaganda a los aburridos francesesSoldado alemán instalando un altavoz para emitir música y propaganda a los aburridos franceses
En pocos días, los siete meses de guerra fingida concluyeron de una forma brusca y definitiva. El 8 de abril, precisamente mientras los destructores ingleses cumplían la misión de colocar minas a lo largo de la costa noruega, la flota alemana avanzaba a lo largo de la misma costa, transportando hombres y material para invadir el país, lo que suponía para Europa y el resto del mundo el principio de la guerra auténtica.



J. GALERÍA FOTOGRÁFICA

Un soldado alemán lanza globos con octavillas, con insinuaciones de esposas desamparadas y novias infieles... todo para hundir más la moral de los enemigosUn soldado alemán lanza globos con octavillas, con insinuaciones de esposas desamparadas y novias infieles... todo para hundir más la moral de los enemigos

Para mantener una estricta rutina, un oficial médico francés inspecciona las uñas de unos cocineros recién reclutadosPara mantener una estricta rutina, un oficial médico francés inspecciona las uñas de unos cocineros recién reclutados

Un relajado soldado francés en su puesto de vigilancia con su ametralladoraUn relajado soldado francés en su puesto de vigilancia con su ametralladora

En Berlín, durante un apagón, una escolta voluntaria aprovecha la ocasión para acompañar a una señoritaEn Berlín, durante un apagón, una "escolta voluntaria" aprovecha la ocasión para acompañar a una señorita

Soldado Francés en el SaarSoldado Francés en el Saar

Soldado británico del BEF en octubre de 1939, junto a una chica francesa en RouenSoldado británico del BEF en octubre de 1939, junto a una chica francesa en Rouen

El rey Jorge VI visita al BEF, diciembre de 1939El rey Jorge VI visita al BEF, diciembre de 1939

Un Hawker Hurricane Mark I perteneciente al Teniente J E Ian Scoular, comandante del Escuadrón Nº 73 de la RAF, en el aeródromo de Reims-ChampagneUn Hawker Hurricane Mark I perteneciente al Teniente J E "Ian" Scoular, comandante del Escuadrón Nº 73 de la RAF, en el aeródromo de Reims-Champagne

Personal de mantenimiento de la RAF quitan la nieve de un Fairey Battle durante el invierno del 1939 - 1940Personal de mantenimiento de la RAF quitan la nieve de un Fairey Battle durante el invierno del 1939 - 1940

Air Marshal A S Barratt, comandante de la RAF en FranciaAir Marshal A S Barratt, comandante de la RAF en Francia

Dos soldados del BEF en la frontera francesa, el 28 de Noviembre de 1939Dos soldados del BEF en la frontera francesa, el 28 de Noviembre de 1939

Primer ejercicio de defensa pasiva contra los ataques aéreos, realizado en barrio de Chelse, en LondresPrimer ejercicio de defensa pasiva contra los ataques aéreos, realizado en barrio de Chelse, en Londres

Personal de tierra de la fuerza aérea francesa el 28 de Noviembre de 1939Personal de tierra de la fuerza aérea francesa el 28 de Noviembre de 1939

Un miembro de una tripulación de un bombardeo de la RAF, preparándose para lanzar octavillas sobre AlemaniaUn miembro de una tripulación de un bombardeo de la RAF, preparándose para lanzar octavillas sobre Alemania

Un Morris CS9 del Escuadrón C, del 12th Royal Lancers es reparado por un mecánico en Villiers St SimonUn Morris CS9 del Escuadrón C, del 12th Royal Lancers (Prince of Wales's Own) es reparado por un mecánico en Villiers St Simon

16 de Enero de 1940, llegan a Dresde 10.000 kg de víveres en forma de paquetes-regalos enviados por el Almirante Horthy a los niños alemanes16 de Enero de 1940, llegan a Dresde 10.000 kg de víveres en forma de paquetes-regalos enviados por el Almirante Horthy a los niños alemanes

Tropas franco-inglesas preparándose la comida durante la Drôle de GuerreTropas franco-inglesas preparándose la comida durante la Drôle de Guerre

Tropas alemanas entrando en un búnker de la Línea Sigfrido durante la Drôle de GuerreTropas alemanas entrando en un búnker de la Línea Sigfrido durante la Drôle de Guerre

Centinela alemán haciendo guardia en un puesto fronterizo durante la Drôle de GuerreCentinela alemán haciendo guardia en un puesto fronterizo durante la Drôle de Guerre

Tropas alemanas en un búnker de la Línea Sigfrido durante la Drôle de GuerreTropas alemanas en un búnker de la Línea Sigfrido durante la Drôle de Guerre

Cañón inglés camuflado perteneciente al 1st Heavy Regiment, de al Royal Artillery de la BEF, en LaquielleCañón inglés camuflado perteneciente al 1st Heavy Regiment, de al Royal Artillery de la BEF, en Laquielle

Dos oficiales alemanes consultando un mapa en un bunker de la Linea Sigfrido durante la Drôle de GuerreDos oficiales alemanes consultando un mapa en un bunker de la Linea Sigfrido durante la Drôle de Guerre



K. FUENTES

Crónica Militar y Política de La Segunda Guerra Mundial; Editorial Sarpe; Depósito Legal: M.41.059-1982
Así fue la Segunda Guerra Mundial; Editorial Noguer S.A.; Año: 1972

http://www.historylearningsite.co.uk/phoney_war.htm
http://en.wikipedia.org/wiki/Phoney_War
http://www.artehistoria.com/v2/contextos/3872.htm
http://www.ecpad.fr/la-drole-de-guerre- ... -mai-1940/
http://www.cheminsdememoire.gouv.fr/en/ ... erre-39-40
http://www.forosegundaguerra.com/viewto ... =4&t=16628
http://betdenrire.over-blog.com/article ... 02269.html
http://www.exordio.com/1939-1945/codex/ ... uerre.html

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Re: Drôle de Guerre

Publicado: 26 03 2015 10:58
por abhang
Excelente artículo, cocinilla, la verdad es que personalmente me ha llamado la atención, estos meses de guerra "tranquilos", en los cuales parece que no pasaba nada, no se ha escrito mucho de este período.

Saludos.