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La Batalla de las Ardenas

Publicado: 28 02 2015 12:20
por cocinilla
La Batalla de las Ardenas


La Batalla de las Ardenas
A comienzos de diciembre de 1944, Hitler había llevado a cabo una empresa casi imposible: con el resto de los ejércitos que combatieron en Normandía, en Francia, en Bélgica y a poca distancia de la frontera del Reich, desintegrándose en la derrota, logró constituir un nuevo Grupo de Ejército en el Frente Occidental. Y lo que es aún más asombroso, esta nueva gran unidad no se había formado con el único fin de defender la línea del frente, sino con expectativa de atacar el punto más débil del sector americano y avanzar luego, de forma fulminante, hacia el Mosa, como en 1940, y llegar al Canal de la Mancha, lanzando la contraofensiva acorazada mas audaz de toda la historia. Este ataque, cuyo éxito dependía de la rigurosa sincronización de las acciones contra objetivos de importancia vital, requirió la utilización más masiva de fuerzas acorazadas del frente occidental


  1. FUERZAS ENFRENTADAS
    A1. Fuerzas Aliadas
    A2. Fuerzas Alemanas
  2. LA BATALLA DE LAS ARDENAS (ARDENAS, BÉLGICA, 16-19 DE DICIEMBRE DE 1944)
    B1. ¿Eran posibles cinco objetivos?
    B2. Un primer y fatal revés
    B3. Éxitos alentadores y graves reveses
    B4. La importantísima penetración de Peiper
    B5. Skorzeny siembra la confusión
    B6. Rumores, desorganización y pánico
    B7. El ataque del centro
    B8. El Schwerpunkt de las unidades acorazadas
    B9. La firme defensa americana
    B10. La superación de la primera crisis
  3. LA CRISIS (ARDENAS, BÉLGICA, 16-21 DE DICIEMBRE DE 1944)
    C1. La aproximación a Bastogne
  4. LA CONTRAOFENSIVA ALIADA (ARDENAS, BÉLGICA, 22 DE DICIEMBRE DE 1944 AL 28 DE ENERO DE 1945)
    D1. Bastogne liberada
    D2. Amenaza para la Bolsa de Colmar
    D3. En pleno invierno
    D4. El precio de la campaña
    D5. Apéndice a la batalla
  5. LOS ÚLTIMOS ESTERTORES (BÉLGICA, DICIEMBRE DE 1944)
    E1. Un heterogéneo conjunto de defensores
    E2. Una operación "por la muerte o por la gloria"
    E3. Casi otro Waterloo
  6. GALERÍA FOTOGRÁFICA
    F1. Mandos
    F2. Mapas
    F3. Fotografías varias
  7. FUENTES



A. FUERZAS ENFRENTADAS

A1. Fuerzas Aliadas


12º Grupo de Ejército de los Estados Unidos (Teniente General Omar Bradley)


I Ejército Estadounidense (General Courtney Hodges)


III Cuerpo (General Troy Middleton)
  • 4ª División de Infantería
  • 9ª División Acorazada.
  • 28ª División de Infantería
  • 106ª División de Infantería
V Cuerpo (General Leonard Gerow)
  • 2ª División de Infantería.
  • 99ª División de Infantería

A2. Fuerzas Alemanas

Grupo de Ejércitos Oeste (Mariscal de Campo Gerd Von Rundest)


Grupo de Ejércitos B (Mariscal de Campo Walther Model)


V Ejército Panzer (General Hasso Von Manteuffel)

XLVII Cuerpo (General Heinrich Von Lüttwitz)
  • 2ª División Panzer
  • 7ª División de Infantería Paracaidista
  • 130º División Panzer Lehr
  • 26ª División Volksgrenadier
LVIII Cuerpo (General Walter Kruger)
  • 116ª División Panzer
  • 560ª División Volksgrenadier
LXVIII Cuerpo (General Walter Lucht)
  • 116ª División Volksgrenadier
  • 560ª División Volksgrenadier

VI Ejército Panzer (Oberstgruppenführer SS Josep Sepp Dietrich)

I Cuerpo SS Panzer (Gruppenführer SS Hermann Priess)
  • 1ª División SS Panzer “Leibstandarte "Adolf Hitler”
  • 3ª División Paracaidista “Fallschirmjäger”
  • 12ª División SS Panzer “Hitlerjugend”
  • 12ª División Volksgrenadier
  • 227ª División Volksgrenadier
  • 150ª Brigada Panzer
LXVI Cuerpo SS Panzer (General Otto Kitzfield)

326ª División Volksgrenadier


VII Ejército (General Erich Brandenberger)

LXXX Cuerpo (General Franz Beyer)
  • 212ª División Volksgrenadier
  • 276ª División Volksgrenadier
  • 340ª División Volksgrenadier
LXXXV Cuerpo (General Baptist Kneiss)
  • 5ª División Paracaidista
  • 352ª División Volksgrenadier



B. LA BATALLA DE LAS ARDENAS


(ARDENAS, BÉLGICA, 16-19 DE DICIEMBRE DE 1944)

El 19 de agosto de 1944, inmediatamente después de los desembarcos aliados en el sur de Francia y el mismo día en que, prácticamente, las ultimas unidades acorazadas alemanas del frente occidental era aniquilada en la Bolsa de Falaise, Hitler cursó la siguiente orden: "Preparaos para reanudar la ofensiva en noviembre... Dentro de uno o dos meses deberán enviarse al frente occidental unas 25 Divisiones". Pero ¿cómo?, ¿Dónde podría encontrar Alemania 25 Divisiones después de las enormes pérdidas sufridas en hombres y material?. Los generales del Führer dijeron que se podía considerar un milagro si la Wehrmacht consiguiera reponer la mitad de las bajas; era completamente imposible pensar en constituir un nuevo Grupo de Ejércitos. Pero Hitler replicó afirmando que les demostraría, una vez más. que lo imposible era realizable.

Por primera vez, Alemania se puso incondicionalmente en pie de guerra. Se concedieron poderes dictatoriales a Goebbels para que incrementase la producción bélica y proporcionara nuevo potencial humano al Ejército. la edad de reclutamiento se rebajo hasta los 16 años, y nadie pudo escapar al reclutamiento masivo: obreros no estrictamente indispensables para la industria, comerciantes, empleados del estado, estudiantes universitarios, alumnos oficiales todavía en periodo de adiestramiento, hombres considerados antes como inútiles, presidiarios: a todos se les llamó a las armas: A pesar de los bombardeos masivos, la producción bélica aumentó, alcanzando cotas máximas.

Los recién enrolados, los llamados "Volksgrenadier" (la infantería del pueblo), estuvieron equipados y preparados para marchar a primera línea después de seis u ocho semanas tan solo de adiestramiento intensivo. Así, a principios de noviembre, Hitler había conseguido con gran desconcierto de sus generales, reconstruir la reserva móvil perdida y enviar al frente occidental 18 nuevas divisiones. El problema que preocupa a Hitler era acerca en qué sector debía lanzar su gran ofensiva, si bien hacía tiempo que estaba en consideración la zona de colinas cubiertas de espesos bosques y situada en la zona fronteriza entre Luxemburgo, Bélgica y Alemania, conocido por los alemanes con el nombre de Eifel y en el extranjero con el de Ardenas. Era el camino histórico de las invasiones alemanas, el escenario de sus arrolladora victoria en 1940, y, además mas débilmente guarnecidos del frente occidental. Este fue el factor determinante: la elección recaería, pues, en las Ardenas.
Ilustración Oficial del U.S. Army. El mapa de las Líneas del frenteIlustración Oficial del U.S. Army: El mapa de las Líneas del frente
En esta ocasión, Hitler preparó personalmente el plan, y aunque se había convencido al anciano, pero todavía muy considerado Feldmariscal von Rundstedt para que volviera la servicio activo u asumiera el mando nominal, por el efecto que ejercería sobre la moral de las tropas, en realidad fue el propio Hitler quien dirigió la batalla. Se reunieron tres ejércitos, dos acorazados y uno de infantería, que constituirían el Grupo de Ejército B, al mando del Feldmariscal Model. El VI Ejército Panzer, constituiría la unidad de cabeza en el ataque, bajo el mando de uno de los camaradas de Hitler, el Oberstgruppenführer SS Joseph Sepp Dietrich, un ex-sargento del Ejército, guardia de corps personal de Hitler en los tiempos de las luchas callejeras y que ya había sido comandante de la famosa 1ª Panzerdivision SS Leibstandarte Adolf Hitler, la guardia personal de Hitler.

Por el flanco del VI Ejército Panzer avanzaría el V Ejército Panzer, que reforzaría el brazo izquierdo de la tenaza, mandado también por otro de los generales combatientes de Hitler, el General Hasso Von Manteuffel. La importante misión de erigir una muralla que protegiera el flanco meridional del ataque se confió al VII Ejército del General Erich Brandenberger, un oficial de la vieja escuela, completamente desprovisto de fantasía pero decidido y tenaz. Hitler decidió a utilizar una vez más el desgastado Cuerpo de Ejército de Paracaidistas, que debería apoderarse de un importante nudo de carreteras tras las líneas americanas, manteniendo lo abierto para que las divisiones acorazadas avanzasen. Al Coronel von der Heydte, un veterano de Creta, se le encargó que constituyera otro Grupo para esta operación. El Führer tuvo asimismo una de las famosas ideas heterodoxas y mandó llamar a Otto Skorzeny, el hombre que había liberado a Mussolini. Skorzeny, recibió la orden de adiestrar unidades especiales de comando, vestidos con uniformes americanos, que debería procede al grueso de las fuerzas, montado en vehículos capturados al enemigo para conquistar los puentes sobre el Mosa y, naturalmente, para sembrar la confusión en las filas americanas.

Para romper el frente se eligió un sector de 136 km de longitud, desde Monschau, al Norte, hasta Echternach, al Sur. La infantería debía interrumpir en una docena de puntos, a través de las lineas americanas, después de una poderosa preparación artillera, abriendo brechas que permitieran a las fuerzas acorazadas lanzarse hacia los puntos de cruce del Mosa, en una clásica Blitzkrieg, antes de que los aliados se recuperasen. Una vez cruzado el río empezaría la segunda fase de la ofensiva: un amplio avance hacia Amberes a lo largo de dos direcciones. El ataque del Grupo de Ejército B iría apoyado por otra, lanzado por 15 Ejército del General Student, en Holanda, y en cuanto se hubieran reconquistado Amberes y el estuario del Escalda, las fuerzas aliadas se quedarían divididas en dos partes y sus cuatro ejércitos serian sin duda aniquilados. Hitler esperaba que así los aliados occidentales estaban dispuestos a estipular la paz por separado y Alemania podría lanzar todas sus fuerzas hacia el este.

Los comandantes alemanes de las grandes unidades operativas protestaron, objetando que el plan era demasiado ambicioso. El anciano von Rundstedt comenzó sarcásticamente: "¿Amberes?, ¡Si conseguimos llegar al Mosa tendremos que arrodillarnos y dar gracias a dios!". Pero Hitler ni siquiera quiso tomar en consideración de los planes modificados que le sometían, rectificando el suyo y recordando, a los que se atrevían a aconsejarle, que su único deber era el de obedecerle. Pero, con todo, la oposición de los generales y los enormes problemas logísticos impuestos por la operación hicieron imposible su comienzo en las fechas establecida en su momento, y Hitler se vio obligado a aceptar continuos aplazamientos. Al final perdió la paciencia y dijo que si hacía caso a los generales el momento del ataque nunca llegaría, y estableció un día y una hora improrrogable: las 05:30 del sábado 16 de diciembre de 1944.

Las fuerzas que el Mando Alemán habían conseguido reunir eran numéricamente inferiores a lo que se había prometido, pero aún así superior a los que los generales esperaban, por lo que su estado de ánimo cambió, pasando de un negro pesimismo a un prudente optimismo. Se consiguió situar 20 divisiones, 7 de ellas acorazadas, en el frente de ataque, donde los norteamericanos sólo disponían de seis, sin que sospecharan nada el Servicio de Información del enemigo. En conjunto, la superioridad numérica era de cinco a dos, lo que supone aproximadamente el mínimo indispensable para el éxito de una ofensiva. Pero, además, el atacante suele tener la ventaja de la elección del terreno y del tiempo, por los que el grueso de las fuerzas atacantes (8 divisiones Volksgrenadier y 5 Panzerdivisionen) estaban concentradas a lo largo de 72 km de las Ardenas, intencional guarnecida por dos divisiones de infantería y un escuadrón de exploración de caballería americana, que disponía como única reserva de un Combat Command (Grupo de Combate) y de una división acorazada que no había participado todavía en combate.

En el Norte, el frente de ataque alemán cubría la línea de la extrema ala derecha del 5 Cuerpo de Ejército, débilmente guarnecida por la 99 División de Infantería americana, y un vació de unos 3 km, inexplicablemente no defendida, entre el frente del V Cuerpo de Ejército y del VIII Cuerpo de Ejército del General Troy Middleton. Inmediatamente después del trecho de frente indefenso, entre los dos Cuerpos de Ejército, se encontraba unos 900 hombres del 18ª Escuadrón de Caballería, que no había establecido el enlace con una división recién llegada a su derecha y estaban dispuestos en una formación poco densa a lo largo de la garganta de Losheim, una de las mas difícil y tradicionales vías de acceso de Alemania a Bélgica.


B1. ¿Eran posibles cinco objetivos?

El resto del grupo de Ejército B actuaría a ambos lados del ataque principal, con la misión de destruir la línea americana y proporcionar protección al avance por ambos flancos. El 3 Ejército americano del General Patton, a la derecha del VIII Cuerpo de Ejército, estaba completando sus preparativos para una gran ofensiva a través del Sarre; a su izquierda, el V Cuerpo de Ejército había comenzado, tres días antes de la ofensiva alemana, un ataque hacia el Norte, contra los diques del Ruhr, y una fase de dicho ataque le impuso una maniobra insólita: la 2ª División de Infantería, una de las mas expertas, destacó una columna hacia delante que, procediendo por el centro de 99ª División, había conseguido un importante nudo de carreteras a 6,5 km en el interior de Alemania. La inesperada presencia de esta división y de su artillería de apoyo contribuiría a desbaratar los planes de la 6ª Panzerarmee SS.
7º Ejército en la ruta de ataque más meridional7º Ejército en la ruta de ataque más meridional
El Grupo de Ejército B debía alcanzar cinco objetivos iniciales y, además, rápidamente, pues de lo contrario se desvanecería en seguida la ambiciosa esperanza de llegar a Amberes. Los dos primeros objetivos consistían en establecer sólidas líneas defensivas en los extremos del frente de ataque, para proteger los flancos y defenderlos de un posible contra-maniobra de envolvimiento por parte del enemigo. El tercer objetivo preveía la ruptura de las líneas guarnecidas por los americanos y un avance fulminante hacia el Mosa, conquistando sus puertos en 24 o 48 horas como máximo; el cuarto objetivo era el asignado a las fuerzas acorazadas del General von Manteuffel, que debían avanzar al lado de la Panzerdivisionen SS, manteniendo la marcha de éstas, aunque su recorrido fuera más largo, y conquistar ademas, sobre la marcha, el importante nudo ferroviario de carreteras de St. Vith. Como quinto objetivo, el ala izquierda de las fuerzas de Manteuffel debía conquistar primero Bastogne, un nudo de carreteras muy importante, y después continuar el avance para apoderarse de los puentes en un tercer trecho del curso del Mosa.
6º Ejército Panzer en la ruta de ataque más septentrional6º Ejército Panzer en la ruta de ataque más septentrional
La larga noche del 15 de diciembre fue una de las más oscuras y frías de aquel invierno. A medianoche todo estaba preparado en el bando alemán: unos 200.000 hombres, que disponían de una dotación de carros de combate, cañones y munición más abundante que en los últimos tiempos, estaban dispuestos a lanzar la ofensiva más poderosa que habían llevado a cabo en el frente occidental de 1940. Más lejos, en la retaguardia, los 1.250 paracaidistas del Coronel von der Heydte esperaba la llegada de los camiones que les transportaría a los aeródromos. Así mismo, los hombres de Otto Skorzeny, vestidos con uniformes americanos y a bordo de vehículos capturados, estaban formados detrás de los carros de combate de la cabeza de la 1ª Panzerdivisionen SS.

Los hombres encargados de lanzar el ataque, muchos de los cuales iban a combatir por primera vez, intentaban descansar antes de que comenzara el fuego artillero de preparación. Su entusiasmo había sido debidamente preparado para una serie de "Órdenes del Día", destinadas a levantar su moral y cursadas por lo más prestigiosos jefes de la Wehrmacht, como von Rundstedt y Model, así como también por el propio Führer en persona. Muchos de aquellos soldados estaban convencidos de que iban a participar en una gran batalla, gracias a la cual, y por algún milagro, Alemania acabaría por ganar la guerra.

Frente a esta poderosa concentración había unos 80.000 americanos, la mayor parte de los cuales estaban dormidos tranquilamente, ajenos por completo a la inminente tempestad que caería sobre ellos, pues mientras el Servicio de Seguridad alemán trabajaba con admirable eficacia el Servicio de Información aliado había demostrado su desoladora ineptitud.
El Quinto Ejército Panzer en la ruta de ataque centralEl Quinto Ejército Panzer en la ruta de ataque central
A las 05:30, la artillería alemana abrió fuego y casi todas las posiciones americanas se vieron atacadas durante un periodo que osciló entre 20 minutos a una hora y media. Cuando ceso la preparación artillera se encendieron centenares de reflectores que, apuntando hacia las nubes bajas, iluminaron indirectamente el campo de batalla. Poco después, antes de que los aturdidos americanos tuvieran tiempo de recuperarse, irrumpieron las tropas alemanas. El objetivo tácticamente más importante era construir una solida protección en los flancos, estableciendo fuertes líneas defensivas en cada extremo del frente de ataque. Estas líneas, aunque no tenían la importancia del ataque de los medios acorazados, eran vitales, pues sin ellas las potentes unidades aliadas, situadas al norte y al sur de las Ardenas, podrían bloquear la ofensiva efectuando a su vez una maniobra de envolvimiento en forma de tenaza.

La línea septentrional se debía extender desde la ciudad de Monschau hasta Eupen, a lo largo de una carretera elevada.

Sepp Dietrich decidió lanzar primero un ataque a la derecha y a la izquierda de Monschau, y una vez sus tropas hubieran hundido las líneas americanas, abriendo una brecha para las Panzerdivisionen SS, les haría efectuar una conversión a la derecha para formar una muralla defensiva ininterrumpida hasta Lieja.


B2. Un primer y fatal revés

El ataque al norte de Monschau lo bloqueó, antes del amanecer y en el punto en que se había obstruido la carretera, el 102º escuadrón de Caballería, que, a la luz de las bengalas, infligir a la Volksgrenadier numerosas bajas y paralizó el ímpetu del ataque. Al sur de Monschau, los Volksgrenadier se enfrentaron con un batallón de la 99 División de Infantería, establecido en buenas posiciones defensivas sobre una elevación. En cuanto cesó la preparación artillera, las tropas alemanas avanzaron impetuosamente y en formación cerrada hacia los americanos atrincherados. Entonces, lo que se produjo no fue un combate, si no una carnicería; pero los jóvenes soldados alemanes continuaron avanzando. Por lo menos en tres ocasiones llegaron a las líneas de las posiciones alemanas; más, a pesar de su arrojo, no pudieron rebasarla, pues su número era demasiado escaso. El ataque fue rechazado, y sufrió la misma suerte otros intentos efectuados aquel mismo día.
Granaderos alemanes descansando durante la ofensivaGranaderos alemanes descansando durante la ofensiva
Al final de la primera jornada, el plan de construir una solida línea defensiva en el sector septentrional había fracasado, lo cual fue un golpe cuyas consecuencias se harían más graves para los alemanes. Unos 136 km más al sur, la modalidad táctica para el ataque adoptado por el General Brandenberger preveía que una de las cuatro divisiones de Volksgrenadier cruzase el Sauer, antes del amanecer, al oeste de la ciudad. Después de unirse al sur de la misma, las dos divisiones deberían apoderarse de las alturas situadas detrás de las posiciones de la artillería americana para obligarlos a retroceder. Una vez efectuada esta parte del plan, sería posible tender sobre el Sauer un puente de barcazas para que los cañones pesados y el equipo necesario para construir la línea defensiva meridional pudieran cruzar el río. Al mismo tiempo, una tercera división cruzaría el Sauer más al norte, y efectuaría una conversión a la izquierda para extender en aquella dirección la línea defensiva meridional.

Defendían el sector de Echternach del frente americano, el 12º Regimiento de Infantería, perteneciente a la 4ª División de Infantería, cuyos efectivos no estaban completos. Los Volksgrenadier atacantes eran unos 12.000 hombres, por lo que la relación a su favor era de 4 a 1; no obstante, hay que tener en cuenta que se trataba en gran parte de muchachos de 16 años, del último reclutamiento, que disponían de un pequeño número de vehículos, de ningún carro de combate y de un escaso número de cañones autopropulsados, lo que contribuía a compensar la inferioridad numérica de los americanos. En algunos puntos, pequeñas unidades norteamericanas consiguieron resistir a pesar de la desigualdad de las fuerzas: 21 hombres transformaron una solida casa campesina de piedra en un fortín y durante cuatro días rechazaron todos los ataques. En otro lugar, 60 americanos, con una sola ametralladora y atrincherada en un hotel hicieron de él un reducto desde el que contuvieron el avance alemán el tiempo suficiente para que la infantería propia acudiera a liberarlos. Pero en otros muchos puntos las escasa fuerzas americanas fueron arrolladas.

El LX Batallón Acorazado de Infantería, que desde hacía unos días se encontraba en un pequeño sector del frente para efectuar ejercicios de combate, recibió la alarma con una hora de antelación, pues la División Volksgrenadier que debía atacarles avanzó lentamente a causa de la niebla. Los alemanes, aunque eran numéricamente muy superiores a los defensores, no disponían de cañones autopropulsados, mientras que la infantería acorazada americana estaba perfectamente equipada y, por consiguiente, pudo infligir graves pérdidas a la artillería alemana, arrastrada por caballos, y a los medios de transporte no acorazados. La línea defensiva de los americanos cedió varias veces; pero la llegada de reservas salvó la situación y al atardecer la infantería acorazada seguía manteniendo sus posiciones, haciendo fracasar el intento de los Volksgrenadier de enlazar con los atacantes de Echternach y constituir con ello la línea defensiva meridional.

En este frente los alemanes no habían conseguido conquistar los objetivos mas importantes. Arrollaron las posiciones avanzadas americanas y penetraron con fuerza al oeste de Sauer, pero no pudieron rechazar a la artillería de la 4ª División de Infantería, cuyos hombre habían demolido los puentes provisionales. Aunque la posición de los americanos en el extremo del flanco meridional del frente de las Ardenas era precaria y lo sería aún más mientras no llegaran los refuerzos, se había conseguido retrasar el avance alemán, desbaratando el orden previamente establecido por las diversas fases de la contraofensiva. También este contratiempo, como el del sector septentrional, tendrá consecuencias graves para el desarrollo de la batalla.


B3. Éxitos alentadores y graves reveses

Pero a lo largo de la dirección principal de ataque, en las primeras 24 horas, se produjeron notables éxitos alemanes, un éxito parcial, una derrota grave y tres reveses de duración limitada, cosas que la operación no se podía permitir. El gran éxito y la grave derrota tuvieron como escenario el frente del VI Ejército Panzer: un grupo de combate, que marchaba en cabeza de la 1ª División SS Panzer “Leibstandarte Adolf Hitler”, pasó a través del espacio no guarnecido entre los V y VIII Cuerpo de Ejército americanos e interrumpió en las zonas indefensas de la retaguardia; pero, en cambio, la 12ª División SS Panzer “Hitlerjugend”, junto con la 12ª División Volksgrenadier y la 227ª División Volksgrenadier, que debían abrir una brecha para los carros de combate, quedaron paralizadas ante los americanos durante todo el día.
Soldados alemanes avanzando en el sector montañoso de las ArdenasSoldados alemanes avanzando en el sector montañoso de las Ardenas
El segundo e importante éxito lo consiguió al norte del Schnee-Eifel el Grupo de Manteuffel, que cruzó fulminante las posiciones del 18º Escuadrón de Caballería en la garganta de Losheim y llegó a la carretera principal que conducía a St. Vith, avanzando hasta unos 15 km de distancia de este importante centro. Sin embargo, también allí, el ataque clave que debía permitir envolver por el sur del Schnee-Eifel para efectuar la conjunción con el ala derecha de las fuerzas atacantes, permaneció inmovilizado todo el día a un kilómetro y medio, aproximadamente de línea de partida. El intento principal del General Manteuffel para llegar al Mosa lo efectuó el ala izquierda, donde el XLVII Panzerkorps escogido, formada por una Panzerdivision, dos divisiones de infantería y una división paracaidista del VII Grupo de Ejército, bajo el mando del General Erich Brandenberger, proyectaba cruzar el Our, cortar la carretera estatal y apoderarse de los puentes sobre el siguiente río, el Clerve, que discurría más al oeste, en el breve tiempo de 24 horas. Si la maniobra salía bien, al día siguiente los alemanes podían ocupar Bastogne y lanzar los carros de combate por las buenas carreteras que conducían al Mosa.

Pero también en este intento del centro fue insatisfactoria, pues una Panzerdivision y la división de infantería de apoyo no consiguieron cruzar el Our en su sector y los vehículos acorazados se vieron obligados a desplazarse hacia el sur para avanzar por otro puente. Sin embargo, la 2ª Panzerdivision que en el plan tenía la misión de proceder a todas las demás unidades combatientes, cruzo el Our y avanzó, subiendo por las pendientes boscosas para apoderarse de la carretera estatal Skyline Drive (carretera del horizonte, como la designaban familiarmente los conductores de los camiones americanos que la recorrían para transportar los abastecimientos del 9º Ejército norteamericano) consiguiendo con ello una victoria una victoria parcial. La 28º División de Infantería norteamericana, a pesar de su inferioridad numérica y del estado de agotamiento de sus hombres, consiguió impedir que el enemigo cruzara el rio Clerve durante todo el segundo día, y su valiente resistencia permitió ganar unas horas valiosísimas, necesarias para reforzar Bastogne.

Aunque entonces ninguno de los dos bandos podía darse cuenta, el esquema que se podía trazar al final de los dos primeros días de combate determinó el resultado de la batalla. Vale la pena detenerse a examinar con más detalle los acontecimientos. La confianza en la victoria había llegado al máximo en las filas del 6ª Panzerarmee SS, pues se le había confiado la mayor y más corta dirección de ataque hacia el Mosa y además se le asignaron los contingentes más numerosos de carros de combate, artillería y hombres. Habían proyectado lanzar dos ataques acorazados principales: la 12ª División SS Panzer “Hitlerjugend” efectuaría el de la derecha, y su gran rival, la 1ª División SS Panzer “Leibstandarte “Adolf Hitler” avanzaría por la izquierda.

Cada una de estas unidades esperaba lanzarse al ataque detrás de una División Volksgrenadier que debía llevar a cabo la ruptura inicial; frente a estas divisiones, se encontraban tan solo cuatro batallones de la inexperta 99º División de Infantería norteamericana. Sin embargo, como en aquel momento estaba en su apogeo el ataque aliado contra los diques del Ruhr, inmediatamente al norte, había en este frente una masiva concentración de artillería americana. La preparación artillera alemana fue más fuerte allí que en cualquier otro sector. Precisamente, un par de días antes, un informe del servicio de contraespionaje americano afirmó que el frente alemán que se oponían a uno de los batallones de la 99º División de Infantería parecía muy débil, añadiendo de qué disponían tan sólo de dos cañones arrastrados por caballos. Poco después de una hora de cañoneo ininterrumpido, el oficial que mandaba el batallón exclamo:”Indudablemente, van a matar de agotamiento a sus dos caballos”.
Junto a un vehículo oruga norteamericano abandonado por las tropas en retirada, un oficial alemán anima a sus tropas para el asaltoJunto a un vehículo oruga norteamericano abandonado por las tropas en retirada, un oficial alemán anima a sus tropas para el asalto
En cuanto ceso el cañoneo, las unidades alemanas atacaron con fuerza en todas las zonas avanzadas americanas y la mayor parte de los defensores murieron o cayeron prisioneros. Sin embargo, cuando los Volksgrenadier trataron de aprovechar la victoria se vieron inmovilizados por un denso fuego de morteros y de artillería y no pudieron avanzar. Algunos hombres de las Hitlerjugend, perdieron la paciencia por el retraso, trataron de hacer avanzar solos a los carros de combate; pero fueron detenidos por las granadas rompedoras de gran calibre. Al oscurecer, hacia las 16:30 horas, los supervivientes americanos habían formado reductos alrededor del puesto de mando del batallón, en la espesura del bosque, y, aunque reducidos a la mitad de sus efectivos, mantenían el frente. Estos jóvenes soldados inexpertos, tan solo dos semanas de su incorporación a primera línea, lograron detener a dos Panzerdivisionen escogidas de las SS durante 24 importantísimas horas; es decir, el tiempo necesario guarnecer sólidamente las elevaciones situadas detrás de la serie de colinas de Elsenborn, contra las cuales la Hitlerjugend, en los días que siguieron, acabó sufriendo perdidas irremplazables antes de renunciar a sus intentos y trasladarse a otro sector.

Pero el grupo de combate a la cabeza de la 1ª División SS Panzer “Leibstandarte “Adolf Hitler” estaba mandada por uno de los mas rígidos, severos y audaces oficiales de las divisiones acorazadas de las SS, el Coronel Joachim Peiper, que exigía y obtenía de sus hombres una obediencia ciega, que casi se podría definir como suicida. Indignado porque los Volksgrenadier no habían sabido abrir una brecha para su grupo de combate, Peiper continuo avanzando contra viento y marea y condujo personalmente a los carros de combate a través de las atrincheradas zonas de la retaguardia, ordenando que se derribaran todos los obstáculos que no pudieran evitar. Sus unidades de cabeza, interrumpiendo en tierra de nadie al anochecer, y aunque perdieron cinco carros, siguieron avanzando sin descanso toda la noche, y al amanecer del 17 de diciembre ocuparon la ciudad de Honsfeld, mucho mas allá de las líneas americanas, capturando numerosos vehículos y cañones abandonados por el enemigo.


B4. La importantísima penetración de Peiper

Los hombres de Peiper efectuaron entonces una conversión para trasladarse al sector de la Hitlerjugend, donde se apoderaron de un gran depósito de carburante en Bullange y obligaron a 50 soldados americanos a llenar sus depósitos. Después de mediodía localizaron una columna de refuerzos americanos que procedía del norte. Esta columna formaba parte de la 7ª División Acorazada americana, que se dirigía a St. With; y si la columna de Peiper hubiera llegado tan solo media hora antes se habría encontrado con el Combat Command acorazado americano y se hubiera desarrollado una gran batalla entre vehículos acorazados. Pero la ocasión había pasado y precisamente en aquel momento la casualidad condujo al cruce de Malmédy una batería de observación de artillería de campaña, con 125 hombres que nada pudieron hacer contra los carros de combate y los cañones de una Panzerdivision, siendo rápidamente capturados.
En las cercanías de Malmédy yacen en la nieve los cuerpos de los soldados norteamericanos muertos, la tarde del 17 de diciembre de 1944, por una unidad perteneciente a la División Acorazada de PeiperEn las cercanías de Malmédy yacen en la nieve los cuerpos de los soldados norteamericanos muertos, la tarde del 17 de diciembre de 1944, por una unidad perteneciente a la División Acorazada de Peiper
Peiper, que desde luego había conseguido romper el frente, esperaba llegar a su objetivo (el puente sobre el Mosa en Huy) a última hora de la noche o en las primeras horas de la mañana siguiente. Unos kilómetros más allá se encontraba Stavelot, desde donde partía una buena carretera que, casi en línea recta y a lo largo de 64 km, conducía al Mosa. Lo que sucedió a partir de entonces constituye un misterio. Sus fuerzas de cabeza se vieron obligadas a detenerse cuando los vehículos semiorugas quedaron inutilizados; pero este era in inconveniente ya calculado, y, por otra parte, la reacción alemana puso fuera de combate dos carros americanos y capturó aún más prisioneros. No obstante, aquel encuentro movió a los comandantes a obrar con cautela y por ello hasta el crepúsculo las vanguardias del grupo de combate no avanzaron hasta las elevaciones situadas al otro lado del río, mas allá de Stavelot. En este lugar, los alemanes vieron centenares de vehículos americanos y llegaron a la conclusión de que habían alcanzado una posición fuertemente defendida.

Pero lo cierto era que la única unidad que se encontraba en Stavelot era un batallón de ingenieros y no había ni carros de combate ni cañones contracarro. Los vehículos eran camiones que transportaban carburante desde un enorme depósito a unos kilómetros de distancia. Los carros de combate alemanes de cabeza fueron a parar a un campo minado establecido recientemente por los americanos, y los comandantes, que habían avanzado durante 36 horas, debieron considerar que ya habían tentado bastante a la suerte, pues exageraron notablemente la fuerza de los defensores. Peiper, en contra de su costumbre, no se trasladó al lugar y permitió que se hiciera una pausa. Probablemente comprendía que, de todas maneras, habría tenido que detenerse. Mas, sea cual sea la explicación de la detención del grupo de combate de Peiper en Stavelot , en el curso de la segunda noche de la ofensiva, lo cierto es que señaló el punto de inflexión decisivo en el avance de la 6ª Panzerarmee SS, pues a la semana siguiente, aunque seguían constituyendo la amenaza más grave contra el sector septentrional del frente, ya no estuvo en condiciones de continuar la penetración hacia el oeste por falta de apoyo y, sobre todo, por falta de carburante.

Los refuerzos americanos, constituidas por la 82ª División Aerotransportada y la 30ª División Acorazada, atacaron implacablemente a las fuerzas de Peiper, que entonces permaneció aislado del resto del 1ª Panzerdivision SS. La inesperada y tenaz resistencia de la 99 División americana ofreció al 1 Panzerkorps y el retraso provocado por los extensos campos minados que había en este frente crearon un gran embotellamiento en el tráfico de la retaguardia alemana, donde la artillería propulsada por tracción animal, los convoyes de abastecimiento, el material de pontoneros, las unidades de reserva y los gigantescos cañones de asedio intentaban avanzar para respetar los tiempos previstos en el programa de ataque.
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Re: La Batalla de las Ardenas

Publicado: 28 02 2015 22:23
por cocinilla
B5. Skorzeny siembra la confusión

Otto Skorzeny condujo personalmente a su grupo a través de este caos y evito las carretas congestionadas, avanzando por los campos y perdiendo al mejor de sus comandantes mientras cruzaba un terreno minado anteriormente por los alemanes; así pudo mandar a tres de sus comandos, hacia los puntos de cruce del Mosa. Uno de ellos consiguió llegar al puente de Huy y lo guarneció todo el día, difundiendo alarmantes rumores entre las unidades americanas que pasaban. Otro escuadrón volaron depósitos de munición y destruyeron las líneas de comunicación, pero la consecuencia más importante que produjo la presencia de los comandos fue la de provocar rigurosas medidas de vigilancia.
En las cercanías de un pueblo de las Ardenas, soldados alemanes observan vehículos abandonados por los americanosEn las cercanías de un pueblo de las Ardenas, soldados alemanes observan vehículos abandonados por los americanos
Los americanos detenían todos los jeeps y camiones para preguntar a sus ocupantes los nombres de los personajes de los tebeos, la clasificación de los equipos de beisbol o detalles acerca de la vida privada de los actores más conocidos de América. Con frecuencia, los oficiales americanos de grado más elevado no conocían la respuesta exacta y tenían que pasar horas bajo vigilancia. Todo ello, unido a los rumores de que estaban cayendo por todas partes paracaidistas alemanes, inmovilizando muchas unidades que eran más necesarias en el frente. En realidad, también el lanzamiento de paracaidista fue una farsa, como todas las operaciones de Skorzeny: la falta de carburante para los camiones de transporte mantuvo inmovilizados a los hombres la primera noche de la ofensiva y el lanzamiento se pospuso 24 horas, cuando ya había pasado el factor sorpresa y era casi seguro que los refuerzos americanos se estaban dirigiendo a las zonas escogidas por los alemanes.

Por otra parte, fuertes vientos contrarios dispersaron a las formaciones aéreas y los paracaidistas tocaron tierra a gran distancia unos de otros. Muchos de estos jóvenes valientes que se lanzaron por primera vez, fueron a parar a lugares remotos de las Ardenas, lejos de las poblaciones y de las carretas. Algunos se rompieron los brazos o las piernas al llegar a tierra; una parte de ellos los capturaron las patrullas de exploración americanas o los habitantes de la zona; otros permanecieron en la nieve y murieron. En la primavera siguiente aun se descubría de vez en cuando algún cadáver. Solo unos diez o quince aparatos localizaron la zona de lanzamiento y el Coronel von der Heydte descubrió entonces que no disponía de más de 250 hombres, con víveres insuficientes, sin prendas de abrigo, ningún aparato de radio que funcionase y ninguna arma más pesada que los pequeños morteros y los fusiles automáticos. En cuanto amaneció, los paracaidistas oyeron el ruido de camiones que se dirigían hacia donde ellos se encantaban y unos minutos después unos vehículos cargados con soldados americanos cruzaron su posición.
Un jovencísimo soldado alemán de las SS hecho prisionero, cerca de Malmédy, por la 82ª División AerotransportadaUn jovencísimo soldado alemán de las SS hecho prisionero, cerca de Malmédy, por la 82ª División Aerotransportada
Era la 1ª División de Infantería americana, la más experta de todo el ejército, veterana de tres desembarcos (en África, Sicilia y Normandía), que acudía a reforzar a las 2ª y 99ª División de Infantería y para proteger el repliegue de esta ultima hacia las alturas de Elsenborn. La citada división llegó con el tiempo justo para apuntalar el flanco meridional y a contribuir a detener el ataque de la 6ª Panzerarmee SS, en la que Hitler depositaba tantas esperanzas. En los días que siguieron, el Coronel van der Heydte se vio obligado a asistir el paso de dos divisiones americanas mas, la 7ª División Acorazada y la 30ª División de Infantería, sin poder intervenir. En aquellos momentos, la que Omar Bradley había definido como “el arma secreta americana”, es decir, las formaciones móviles, entraban en acción.

Pasados cuatro días, cuando los soldados habían consumido los víveres y sufrían terriblemente a causa del intenso frío, el Coronel von der Heydte ordenó a sus hombres que se dividieran en pequeños pelotones y trataran de volver atrás, cada uno por su cuenta. Dejó en libertad a los americanos que habían capturado y les confió a sus heridos, rogando al comandante que los cuidase. Dos días después, exhausto y hambriento, von der Heydte se rindió. Y este fue el gran final del Cuerpo de Ejército paracaidista alemán, cuyas hazañas habían merecido la admiración de los soldados en todos los frentes.

El general von Manteuffel había proyectado un avance en dos columnas alrededor de Schnee-Eifel, a la izquierda del 7ª Panzerarmee SS, teniendo como primer objetivo el envolvimiento de las unidades de la 106ª División de Infantería establecido en aquel sector, para ocupar a continuación St. Vith, el nudo de comunicaciones indispensable para la segunda parte de la ofensiva alemana. Novecientos hombres del 18ª escuadrón de Caballería que cubría el flanco izquierdo de la 106ª División ocupaban algunos reductos dispuestos en los pueblos situados más allá de la garganta de Losheim. Al amanecer, estos hombres se encontraron de pronto entre el ataque lanzado por los Volksgrenadier de Manteuffel y el de una división de paracaidistas del ala izquierda de Sepp Dietrich. El citado escuadrón de caballería formaba parte del XIV Grupo de Caballería, cuyo comandante, el Coronel Mark Devine, salió de Mandefeld para tratar de cubrir lo que estaba sucediendo en el frente.
Soldados americanos heridos en un puesto de socorro improvisadoSoldados americanos heridos en un puesto de socorro improvisado
En algunos puntos se habían rechazado los primeros ataques alemán, pero en otros las exiguas unidades de defensores fueron arrollados después de haber tenido apenas tiempo para pedir por radio la intervención de la artillería. Devine, comprendiendo que se trataba de una ofensiva en gran escala y que las posiciones avanzadas eran demasiado inferiores numéricamente, ordenó a los que estaban aun en condiciones de hacerlo que rompieran contacto con el enemigo y se replegaran. Luego, se presentó ante sus superiores en St. Vith, donde se encontraba el puesto de mando de la 105º División, proponiendo que se construyese una nueva línea defensiva en el flanco, a través del extremo occidental de la garganta de Losheim, desde la que se pudiera lanzar un contraataque en cuanto llegara la reserva. El consejo se escuchó porque nadie se dio cuenta, en el puesto de mando de la división, de que era imposible poner en práctica estas proposiciones teniendo en cuentas las fuerzas que los alemanes habían lanzado al ataque.


B6. Rumores, desorganización y pánico

Devine volvió a su puesto de mando, Manderfeld, hacia las 11:00 y lo encontró en un estado caótico, con el Estado Mayor preparándose afanosamente para abandonarlo y tratando de destruir los documentos. Columnas de fugitivos habían entrado en el pueblo hablando de terribles desastres y de victoria alemanas. Su terror era contagioso. En el puesto de mando del XIV Grupo de Caballería cundió el pánico y el Estado Mayor se precipitó hacia los vehículos con los pocos efectos personales que habían podido reunir; en el intento de destruir todo lo que podía ser útil a los alemanes acabaron incendiando el pueblo, destruyéndolo completamente. Esto señaló el comienzo de una serie de repliegues desordenados que se convirtieron en una pesadilla sin fin y que no terminaría hasta unas sesenta horas después.

Cuando la caballería interrumpió la acción y se retiro, el ala derecha de Manteuffel irrumpió desde la garganta de Losheim y continúo avanzando hasta que la detuvo la artillería, cerca del pueblo de Aux, frente a St. Vith. Allí, el general que mandaba la 106ª División, Alan Jones, recién llegado al continente, se encontró empeñado en su primer combate. Su preocupación principal era la suerte de los dos regimientos aislados en la vertiente oriental de Schnee-Eifel. Considerando erróneamente que el XIV Grupo de Caballería le cubría el flanco izquierdo, Jones destacó uno de los dos batallones de reserva para que reforzara el flanco derecho de Manteuffel, una unidad mixta de infantería y de cañones autopropulsados que estaban atacando las unidades de artillería de campaña de Aux. Esta batería logro retirarse y participar en los importantísimos combates por la defensa de St. Vith unos días después.[/align]
Prisioneros de guerra alemanes trasladan a un camarada herido al Hospital de CampañaPrisioneros de guerra alemanes trasladan a un camarada herido al Hospital de Campaña
La columna meridional de ataque de Manteuffel en torno a Schnee-Eifel había acabado bajo el fuego mortal de la 106 División de Infantería, establecida en la vertiente meridional de la altura y después del violento combate cuerpo a cuerpo por las calles de Bleialf, punto clave de la red de carreteras de la zona, los alemanes se habían visto obligado a detenerse a 3 km de la línea de partida. El General Manteuffel, muy irritada, ordenó que se reanudara el ataque al amanecer, se apoderasen a toda costa de Bleialf y avanzasen para enlazar con la columna septentrional, a fin de encerrar en una trampa a los dos regimientos americanos que se encontraban en el Schnee-Eifel. El primer día de la ofensiva la 106 División perdió poco terreno y probablemente el inexperto Estado Mayor no supo valorar con exactitud lo precario de la posición. Los alemanes continuaron haciendo avanzar su artillería e infantería a través de la brecha abierta durante toda la noche, preparándose para el ataque del día siguiente.

A la petición de refuerzos por parte de la 106 División, el VIII Cuerpo de Ejército le asignó un Combat Command acorazado, y así mismo el 16 por la tarde aseguró que la 7ª División Acorazada procedente del norte estaba ya en marcha; el grupo de combate de cabeza llegaría a la mañana siguiente, hacia las siete. Era una previsión extraordinariamente optimista, pues no se había tenido en cuenta ni las condiciones de viabilidad de las carreteras durante el invierno ni los embotellamientos creadas por la precipitada retirada de numerosas unidades de la retaguardia. En realidad, el grueso de los carros de combate de la citada 7ª División Acorazada no llegó a St. Vith hasta últimas horas de la tarde del domingo, cuando ya era demasiado tarde para salvar a los dos regimientos del Schnee-Eifel. Los vehículos acorazados tardaron cinco horas para cubrir los últimos 19 km, abriéndose camino entre una marea de elementos de los mandos de unidades de segunda línea que eran presa del pánico.

El 17 de diciembre por la tarde, unos 8.000 o 9.000 americanos se encontraron cercados en el sector de Schnee-Eifel, y dos días después se rindieron en masa. Fue uno de los revese más graves sufridos por las fuerzas armadas americanas en el teatro de operaciones Europeo, como asegura el mismo informe oficial americano. Entonces los alemanes avanzaron gozosos pata conquistar St. Vith.


B7. El Ataque del centro

La acción más importante confiada al 5º Ejercito, fue un ataque lanzado por el centro de los dos Cuerpos de Ejército acorazados, aunque fue en definitiva la que consiguió mayor éxito, no tuvo el rápido comienzo previsto en los planes. Una división Volksgrenadier del LVIII Panzerkorps, seguida por la 116ª Panzerdivision, debían pasar a través de las posiciones guarnecidas por un solo regimiento, el 112º, de la 28ª División de Infantería, atrincherado al este del río Our, y dirigiéndose luego directamente hacia el Mosa pasando por el sector situado entre Bastogne y St, Vith, un vació que, según las previsiones, se crearía por efecto de los ataques contra estas dos localidades.

Más al sur, la 26ª División Volksgrenadier del XLVII Panzerkorps debía apoderarse de los puentes sobre el Our, para que pudieran pasar por ellos los vehículos acorazados del 2ª Panzerdivision; luego, la infantería y los carros de combate hundirían el sector central del frente de la 28º División de Infantería americana, en el que estaba establecido su 110 regimiento, cruzarían el río Clerve y avanzarían para conquistar Bastogne. Como medida de precaución adicional, una de las divisiones paracaidistas del General Brandenberger avanzaría por el flanco de la dirección, llevándose a cabo la separación entre el 110 Regimiento de Infantería y el 109º, que se encontraba más al sur.

El plan estaba bien ideado y tenía buenas probabilidades de desarrollarse rápidamente. No obstante, como es lógico, solo una parte de las fuerzas alemanas podía participar en las fases iniciales del ataque. En el frente del LVIII Panzerkorps, los americanos, que se encontraban al este del Our, habían dejado intactos los puentes que podían soportar el peso de los panzer y de los cañones autopropulsados. Si los atacantes se apoderaban de ellos por sorpresa sus unidades acorazadas podrían intervenir con la rapidez necesaria para llegar al Mosa. Y el General Manteuffel, precisamente para garantizar el elemento sorpresa ordeno que no se sometiera a esta parte del frente a ninguna preparación artillera antes del amanecer y que las unidades de Volksgrenadier, con indumentaria mimética blanca, penetrasen silenciosamente, antes de que despuntara el día, detrás de las líneas americanas y en cuanto comenzara el ataque se apoderarían rápidamente de los dos puentes.
Tropas americanas avanzandoTropas americanas avanzando
Si aquellos Volksgrenadier hubieran tenido más experiencia o si la infantería americana que defendía el punto, no hubiera aguantado tanto, el plan podía haber triunfado; pero las divisiones alemanas estaban formadas por unidades heterogéneas, procedentes de las diversas zonas de ocupación de Noruega y de Dinamarca, y muchos soldados no habían participado nunca en una acción bélica. La primera parte del plan se desarrollo bien: las compañías Volksgrenadier llegaron durante la noche más allá de las líneas avanzadas americanas, y en cuanto comenzó el fuego de la preparación artillera (en este sector lo hizo una hora después que en las demás) avanzaron por la brecha abierta.

Los alemanes consiguieron la sorpresa más completa. En una ocasión, irrumpieron en un claro en el preciso momento en que una sección se había dispuesto en fila para recibir la primera comida del día. Muchos americanos cayeron bajo el inesperado de los fusiles y de las explosión de las granadas de mano, los demás se dispersaron. Las unidades vestidas con indumentaria mimetizada blanca se dirigieron rápidamente hacia los puentes y allí fue donde su inexperiencia les hizo fracasar. Embriagados por el éxito, avanzaron al descubierto hacia las casamatas y las trincheras y entonces los hombres del 112 regimiento de Infantería americano los sesgaron con las ametralladoras, y cuando buscaron refugio en las hondonadas del terreno, los machacaron con las granadas de los morteros. Las bajas de los atacantes fueron considerables, tanto allí como en otros puntos del sector del frente; y la consecuencia al anochecer fue de que todos los puentes seguían en manos americanas.

Los Volksgrenadier acababan de recibir un duro golpe; la Panzerdivision había perdido seis panzer y el ataque central de Manteuffel llevaba un notable retraso sobre los tiempos previstos. Con el fin de recuperar el tiempo perdido, la 116ª Panzerdivision recibió la orden de destacar un batallón de carros ligeros a unos 85 km más al sur, para cruzar el Our por el puente tendido por el XLII Panzerkorps. Luego los carros ligeros deberían efectuar una conversión al norte, volviendo atrás por el frente americano del Our, y apoderarse de los puentes sobre el frente del LVIII Panzerkorps, atacando por la espalda.


B8. El “Schwerpunkt” de las unidades acorazadas

El General Hasso von Manteuffel confiaba en que, por lo menos, llegaría al Mosa el XLVII Panzerkorps, la reserva numero uno de la Wehrmacht en el frente occidental. Para la contraofensiva de las Ardenas esta reserva consistía en una división de infantería escogida del frente ruso (“La Vieja 26ª”, rebautizada como 26ª División Volksgrenadier) y la famosa 2ª Panzerdivision, que había luchada con tenaz valor contra los aliados desde Normandía hasta las fronteras del Reich. Otra unidad escogida de la reserva, la Panzerlehr, intervendrían también para forzar el paso del Schwerpunkt, es decir, el asalto acorazado contra un sector limitado del frente enemigo para conseguir su hundimiento.

El cometido asignado a la 26ª División Volksgrenadier era muy difícil: debía cruzar el Our, avanzar de 11 a 13 km y cruzar luego el Clerve; mantendría abierto las dos brechas para que pudieran pasar los vehículos acorazados y después seguir a pie a los panzer a lo largo de 24 km, hasta Bastogne, localidad que debía conquistar. Para no alarmar prematuramente a los americanos, las unidades atacantes de la citada 26ª División Volksgrenadier recibieron la orden de no cruzar el Our antes del comienzo de la preparación artillera; pero su comandante, el General Kokott, hizo observar que todas las noches había mandado a cierto número de hombres al otro lado del río, para mantener una línea de posiciones avanzadas en la orilla americana hasta el amanecer, y que si ahora faltaba a esta norma probablemente haría entra en sospecha al enemigo.
Tropas alemanas combatiendo en las Ardenas. El soldado en primer plano está equipado con la nueva StG-44 de Heer, el primer rifle de asalto del mundoTropas alemanas combatiendo en las Ardenas. El soldado en primer plano está equipado con la nueva StG-44 de Heer, el primer rifle de asalto del mundo
Habiéndosele autorizado para seguir este sistema la noche anterior al ataque, Kokott aprovecho el permiso para mandar dos de sus tres regimientos al otro lado del Our y hacerlos avanzar silenciosamente a través de los bosques, hasta la carretera principal Skyline Drive, en el que el 110 Regimiento de Infantería americano había establecido su línea de resistencia principal. La carretera principal era uno de los principales objetivos del XLVII Panzerkorps. El grueso de las fuerzas acorazadas atacantes del General von Manteuffel, la 2ª Panzerdivision debía cruzar el Our por Marnach, en la Skyline Drive, ocuparla, avanzar después otros 5 km y conquistar la localidad de Clervaux, donde se encontraba el principal punto de cruce del Clerve.

La sucesión de las fases operativas establecidas en el plan alemán exigía que todos los puentes sobre el Clerve se conquistaran antes de la noche del primer día, es decir, antes de las doce horas a partir del comienzo de la preparación artillera, lo que suponía una concentración estricta de los movimientos; por ello, los comandantes de las unidades estaban impacientes por poner en marcha a sus hombres. El 110 Regimiento de la 28º División de Infantería, que defendía estos 16 km de frente, había establecido sus defensas en una serie de pueblos preparados con elementos de fortificación de campaña, guarnecidos cada uno con una compañía y que tenía detrás posiciones de artillería. Los mandos habían comprendido que era imposible impedir que los alemanes cruzaran el Our y que la franja situada entre el río y la Skyline Drive fuera, en realidad, una tierra de nadie, de la que se servían ambos bandos para acciones de patrulla. En el caso de ataque, el cometido esencial sería el de no ceder la Skyline Drive, la posición tácticamente más importante; en segundo lugar, los defensores tendrían que disputarse al enemigo el dominio de los puentes sobre el Clerve.


B9. La firme defensa americana

Tanto en aquel sector, como en todos los demás, el fuego de la preparación artillera tuvo como primer efecto la interrupción de las comunicaciones telefónicas. Sin embargo, los primeros contactos entre unidades no se produjo sobre la línea del frente, sino en Holzthum, al oeste del la Skyline Drive, a 8 km del Our y solo a 6,5 km de un importante puente sobre el Clerve. Los atacantes eran, naturalmente, parte de los Volksgrenadier de la 26ª División que penetraron, sin que los americanos se dieran cuenta, durante la noche. Los defensores alertados por la artillería, los rechazaron y entonces la alarma se trasmitió por radio a las 06:15 horas al puesto de mando del Regimiento, en Clervaux, lo que permitió a las demás posiciones preparase para resistir.

La 26ª Volksgrenadier, al no conseguir apoderase de Holzthum con una ataque frontal, intentó penetrar efectuando una conversión al norte, pero cayó bajo el fuego de un batallón de artillería que los inmovilizó en el terreno. El comandante alemán, irritado por este contratiempo, ordenó un ataque contra las posiciones de artillería, pero esta acción fracasó. Los Volksgrenadier atacaron repetidamente los pueblos de Holxthum y Consthum, que obstruían el camino hacia el puente sobre el Clerve, mas no consiguieron pasar. La resistencia ofrecida por los americanos era inesperadamente tenaz, e hizo que aquellas unidades alemanas, que esperaban ser las primera en pasar el río, perdiendo todo el tiempo que había ganado con el cruce nocturno del Our.
Situación en el frente occidental el 15 de diciembre de 1944Situación en el frente occidental el 15 de diciembre de 1944
Volvieron a atacar desesperadamente las posiciones artilleras americanas, pero los artilleros graduaron las espoletas a tiempo a un segundo y dispararon a ojo, con puntería directa, tanto que, en ocasiones, las esquirlas de granadas alcanzaron a sus propias tropas. La posición siguió en poder de los defensores, pese a la pérdida del comandante de la batería y de 15 sirvientes. También otras posiciones de este sector americano ofrecieron una resistencia encarnizada. En Wahlhausen, un puesto de observación americano defendido por solo una sesión, rechazo uno tras otro los ataque hasta que se les agoto la munición. Al anochecer, los alemanes atacaron a los defensores con cañones antiaéreos y lograron avanzar. El último mensaje de Wahlhausen fue una exhortación a la artillería a hacer fuego contra el atacante. Solo uno de los defensores sobrevivió.

El resto de la compañía a la que pertenecía esta sección se encontraba en el pueblo de Weiler, y también allí las oleadas sucesivas, fueron rechazados durante todo el día. Los americanos no cedieron hasta el anochecer. El General Kokott había ordenado a sus unidades que rebasaran el pueblo defendido de Hosingen, en el Skyline Drive, pero una compañía de fusileros y otra de ingenieros fijaron las columnas por ambos lados, lo que dio lugar a una verdadera batalla campal por la conquista del pueblo. También en este punto los tiempos de avance de los alemanes se vieron desbaratados, y los americanos, aunque se encontraban en número muy inferior, detuvieron durante dos días y medio al enemigo. Al final, aislados y sin munición, los supervivientes se rindieron.

Asimismo, la tenaz resistencia del ala derecha del 110 Regimiento de Infantería impidió que los alemanes de la 26 División cruzaran el Clerve antes del tercer día y permitió que se reforzará Bastogne para que pudiera rechazar después todos los intentos efectuados por los alemanes para apoderarse de ella. También la mitad izquierda del sector del citado regimiento, que se apoyaba en Clervaux, ofreció una inesperada y encarnizada resistencia. En Marnach, a mitad del camino entre el puente de Dasburg y la posición clave constituida por la localidad de Clervaux, una compañía de infantería americana rechazó, durante el primer dia, el ataque de los alemanes y no cedió hasta que los panzer del 2ª Panzerdivision interrumpieron en el interior de la población.

En Clervaux la resistencia fue muy tenaz, y durante dos días detuvo a las unidades mixtas de las fuerzas acorazadas de la infantería alemana; el mismo comandante del regimiento permaneció en su puesto de mando hasta que los atacantes irrumpieron en la planta baja del edificio. Con los supervivientes de su mando y algunos heridos en condiciones de andar salió por una puerta posterior del primer piso, que daba a una colina, aunque más tarde lo hicieron prisionero. El regimiento, desplegado en el centro de la 28 División de Infantería, perdió 2.750 hombres en dos días y medio para impedir que el enemigo tuviera acceso a los puentes del Clerve; pero su sacrificio no fue inútil, pues permitió que entre tanto se forzasen las defensas de Bastogne e impidió que von Manteuffel alcanzase el Mosa.

Este era, pues la situación en las Ardenas después de un centenar de horas de combate ininterrumpido. En el flanco septentrional, las alturas del Elsenborn estaban firmemente defendidas por cuatro divisiones de infantería americana y por numerosas unidades de artillería. No obstante, se había evitado el desastre por muy poco margen. La 99 División de Infantería se vio obligada a retirarse, y la 2ª, que había tenido que interrumpir su ofensiva, se replegó a su vez combatiendo desesperadamente a través del frente que se deshacía. La 9ª División había acudido desde Eupen para reforzar las posiciones de Monschau, donde los americanos no cedían ni un palmo de terreno a pesar de la presión continua de los ataques, y los veteranos de la 1ª División llegaron con el tiempo justo para apuntalar por la derecha la línea de la elevación, que sufría los repetidos ataques de las unidades acorazadas de las SS. De esta forma, con la mayor parte de la 6ª Panzerarmee SS contenida casi en las posiciones de partida y con el Grupo de Combate de Peiper (vanguardia de la Division Leibstandarte Adolf Hitler y único que había conseguido una victoria) atrapado en una bolsa, había naufragado la gran esperanza alemana de efectuar un avance arrollador hacia el Mosa en el sector septentrional; y con St. Vith y Bastogne atacadas, pero aún en manos americanas, el plan inicial no serbia prácticamente de nada.


B10. La superación de la primera crisis

En el bando americano no empezó a reinar una apariencia de orden hasta cuatro días después del caos provocado por la innumerables acciones enemigas, por la interrupción de las comunicaciones y por el pánico que se había difundido en algunas zonas de la retaguardia. Sólo entonces fue posible organizar una reacción. El General Bradley, aunque estaba convencido, en un principio, de que los alemanes habían lanzado un ataque de hostigamiento para detener la proyectada ofensiva de Patton contra el Sarre, envió en seguida a dos divisiones acorazadas al frente atacado. También el General Simpson, comandante del 9º Ejército, envió a la 5ª División Acorazada y la 30ª División de Infantería para ayudar al General Hodges. Además, se lanzaron a la batalla dos divisiones aerotransportadas, que constituía la única reserva del SHAEF.

A estas últimas la habían retirado de Reims para un periodo de descanso y reorganización, después de casi dos meses de combate en Holanda, y no debían de entrar en acción de nuevo antes de que pasara otro mes. El General Montgomery, desplazo a su vez una parte de la única reserva que le quedaba, el XXX Cuerpo de Ejército, para reforzar las posiciones situadas al oeste del río Mosa, aunque la ofensiva se desarrollase exclusivamente en el frente americano. El 19 de diciembre, cuando el SHAEF se dio plena cuenta la gravedad de la situación, anulo la proyectada ofensiva contra el Sarre, y el General Patton recibió órdenes de lanzar, lo antes posible, una contraofensiva en el flanco izquierdo alemán con dos de los Cuerpos de Ejército que formaban parte del 3er Ejército.

Pero eso requería cierto tiempo, por lo que se autorizo a las fuerza aliadas a replegarse si era preciso, pero no mas allá del Mosa. El General Eisenhower dijo que “eligiera la línea en la que podría resistir con menor número de bajas”, y también pidió a Montgomery, que examinara la posibilidad de ceder terreno en Holanda, a fin de reducir el frente y constituir una reserva. Mientras el General Patton trataba rápidamente de hacer que su frente efectuase una conversión de 90 grados y Bastogne y St, Vith esperaba el ataque alemán, el General von Manteuffel hizo pasar sus fuerzas acorazadas a través del corredor abierto entre las dos localidades. La maniobra amenazaba con partir en dos el frente aliado y hacia aun mas difícil el cometido del General Bradley. Fue entonces cuando el General Eisenhower hizo frente a la situación tomando una de las decisiones más difíciles para un comandante.



C. LA CRISIS


(ARDENAS, BÉLGICA, 16-21 DE DICIEMBRE DE 1944)

Los violentos y costosos combates que tuvieron lugar en las alturas de Elsenborn, sobre el Schnee-Eifel, en St. Vith, en la Skyline Drive y en el Clerve, así como en los puentes de del Sauer y en el Echternach, no fueron decisivos para el éxito de la ofensiva alemana. Consideradas en un conjunto, estas acciones iniciales invalidaron notablemente el efecto de la sorpresa táctica y estratégicas con la que contaban los alemanes y privaron a sus generales del rápido impulso del que tendrían necesidad para llegar a la meta estratégica de Amberes. La cruenta lucha ante las alturas de Elsenborn bloqueo el flanco septentrional de la penetración alemán, deteniendo la acción decisiva del 6º Panzerarmee. Después de los combates del Schnee-Eifel y de St. Vith, los alemanes habían conseguido adueñarse de las importantísimas carreteras que atravesaban esta localidad, pero con ello dificultaron en gran medida el movimiento hacia el oeste del ala septentrional de la 5ª Panzerarmee del General Manteuffel, en el centro del despliegue. Ambas detenciones estrecharon a las columnas acorazadas de Sepp Dietrich en un corredor situado entre St. Vith y las alturas de Elsenborn, corredor que apenas tenía 6,5 km de anchura.

Asimismo, los combates en la Skyline Drive y en los puentes del Clerve, cerca de Clervaux, habían frenado notablemente el avance del 5ª Panzerarmee, lo cual según los planes, debía interrumpir con gran rapidez a través de la zona central de las Ardenas, apoderándose en el curso de su avance de Bastogne, y desde este punto debería asegurarse los puentes de cruce del Mosa para proteger el flanco izquierdo de la 6ª Panzerarmee. La resuelta resistencia norteamericana en los puentes del Sauer y en la base meridional de Echternach impuso una demora análoga al 7ª Ejército, del General Erich Brandenberger, que debía establecer una solida protección defensiva extendida hacia el oeste con el fin de evitar que Manteuffel y Dietrich se vieran expuestos a una rápida contraofensiva americana lanzada por un comandante a quien todos los generales alemanes tenían en la mas alta consideración: el General George S. Patton.
Tropas americanas de la 28º Division de Infantería, marchan en dirección a la sitiada BastogneTropas americanas de la 28º Division de Infantería, marchan en dirección a la sitiada Bastogne
La tenaz defensa de estas posiciones avanzadas tuvo también el mérito de permitir al comandante del VIII Cuerpo de Ejército norteamericano, el General Troy H. Middleton (cuyas unidades situadas en el despliegue demasiado extraño habían soportado el peso del ataque alemán) de trasladar a la línea de fuego a sus reservas, con lo que contribuyó a la demora impuesta a los alemanes. Middleton envió una de las dos Combat Command de la 9ª División Acorazada, que constituía la única reserva, a St. Vith, y había desplegado el segundo a lo largo de la carreta situada tras Clerve y que conducía a Bastogne. Además, existían también otras reservas, aunque oficialmente no figuraban como tales, en condiciones de hacer sentir su peso, una especie de residuo bélico, compuesto por Compañías de Plana Mayor, de Unidades Logísticas y Auxiliares y de hombres desbandados que volvían en pequeños grupos aislados, supervivientes de unidades desbaratadas o cercadas. Estos soldados sostuvieron centenares de combate improvisado, que en el terreno desigual de las Ardenas tuvieron una gran importancia en comparación con su exiguo número.

Esto ocurrió, por ejemplo, en Stavelo, pequeña población en el Valle de Ambleve, a 24 km al sudoeste de las alturas de Elsenborn, donde la única unidad alemana que durante los primeras horas del día logró romper el frente quedó empeñado en combate y obligado a perder un tiempo valiosísimo. Se trataba de un grupo de combate al mando del Obersturmbannführer de las SS Joanchim Peiper, de la 1ª Panzerdivision SS, que había realizado un rápido avance hacia el Oeste, exterminando durante el mismo a todos los prisioneros norteamericanos que había capturado. Esta dilación no había sido fatal, en sí mismo, para Peiper; pero algunos pequeños grupos de defensores, decididos a no darse por vencidos, estaban preparados y a la espera en otros puntos.
Una posición defensiva americana del 1er Batallón, del 157º Regimiento, de la 45ª Division de InfanteríaUna posición defensiva americana (del 1er Batallón, del 157º Regimiento, de la 45ª Division de Infantería)
Un comandante norteamericano ordeno a una unidad belga, de guardia en un enorme depósito de carburante, que arrojase gasolina en una cuneta de la carretera y la incendiase, para impedir que se acerque Paiper al depósito. Un solo cañón entretuvo a los carros de Peiper en la siguiente localidad el tiempo suficiente para permitir que los ingenieros demoliesen dos puentes que habrían sido muy útiles a los alemanes. Asimismo, un breve desgarrón en las pesadas nubes cargadas de nieve, que había protegido a los alemanes desde el principio de la ofensiva, permitió a su vez a los cazabombarderos norteamericanos asestar un golpe fugaz pero duro a los medios acorazados adversarios que avanzaban a toda velocidad. A falta de otros recursos, estas acciones retardadoras fueron los mejores logros que se podían conseguir en aquel momento. Sin embargo, si se quería rechazar total y definitivamente la marea arrolladora que había invadido las Ardenas (unos 200.000 hombres y más de un millar de carros de combate) era necesario emplear algo más que los 83.000 hombres y los pocos carros (ni siquiera 300) de que disponía Middleton al comienzo de la acción.
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Re:La Batalla de las Ardenas

Publicado: 02 03 2015 12:01
por cocinilla
En el mando del 1ª Ejército norteamericana del General Courtney S. Hodges, necesitaron cierto tiempo antes de darse cuenta del alcance del ataque. Como quiera que la preparación artillera alemana hubiera destruido la mayor parte de las líneas telefónicas de las unidades avanzadas, los informes de algunos sectores llegaron con retraso. Los primeros mensajes procedentes de las divisiones situadas en los extremos septentrionales del frente parecían indicar tan solo un ataque de hostigamiento local, lanzado con el fin de dificultar la ofensiva americana contra los diques del Rur en las cercanías de Monschau.

Pero ataque local o no, el Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas, General Dwight D. Eisenhower, y el comandante del XII Grupo de Ejército, Teniente General Omar N. Bradley, comprendieron inmediatamente que Middleton tendría necesidad de ayuda para hacer frente al adversario. Por ese motivo se envió a la 7ª División Acorazada al sur del 9º Ejército, para reforzar las posiciones de St. Vith; la 10ª División Acorazada, del 3er Ejército, se destinó a reforzar la pilastra meridional en Echternach y Bastogne. También el General Hodges se apresuró a trasladar algunas unidades situados en los sectores más septentrionales del frente que defendía el 1er Ejército para mandarles a las alturas de Elsenborn, mientras el general Simson, comandante del 9º Ejército, enviará asimismo dos divisiones con el fin de extender en dirección oeste las defensas a los largo de Ambleve.
Un ametrallador alemán marchando por las Ardenas en diciembre de 1944Un ametrallador alemán marchando por las Ardenas en diciembre de 1944
Puesto que en los partes que seguían llegando durante todo el 17 de diciembre al puesto de mando de Hodges daban noticias catastróficas, el general se dirigió a Eisenhower pidiéndole el envió de la reserva que tenía a su disposición, la cual estaba constituida únicamente por dos divisiones aerotransportadas estadounidenses y además en fase de reorganización después de haber luchado en le Operación Market Garden. Eisenhower, aunque a disgusto, cedió a las solicitudes de Bradley, que apoyaba la petición, y las dos unidades (la 82 y la 101 Divisiones Aerotransportadas) iniciaron un avance desesperado de 160 km, en plena noche. Una de ellas, la 82 División Aerotransportada debía formar un cordón en el extremo occidental, cerca de la pequeña población de Werbomont, a fin de detener a los panzer de Peiper, mientras 101 reforzaría las defensas de Bastogne.

A media noche del día 17, segunda jornada del avance alemán, unos 60.000 hombres se encontraban en marcha para unirse al 1er Ejército. Una semana más tarde, los refuerzos que se dirigían en aquel frente eran ya tres veces superiores. La consigna que imperaba entonces era movilidad, y, desde luego, en cuestión de movilidad los americanos eran auténticos maestros. Desde Middleton al comandante supremo, todos habían empezado a aplicar las contramedidas, adoptándose casi instintivamente las teorías que tiempo se habían estudiado en las academias militares norteamericanas. La primera regla para contener y luego eliminar un saliente, creado a consecuencia de una gran ofensiva era mantener sólidamente las defensas en los flancos de la penetración enemiga, porque esto privaba al adversario del espacio de maniobra necesario si las fuerzas que empleaban eran muy numerosas. A continuación, un contraataque lanzado por los flancos podría rechazarlo mas fácilmente. Fue por esto por lo que el mando americano, casi orientado en una sola y firme resolución, al impedir que los alemanes se adueñaran de la importantísima red de carreteras de Bastogne, se dispuso a acometer la empresa.
Infantes americanos pertenecientes al 290º Regimiento, preparan sus posicionesInfantes americanos pertenecientes al 290º Regimiento, preparan sus posiciones
Sin embargo, los movimientos iniciales fueron solo repliegues improvisados, con el único objetivo de hacer frente a los peligros inminentes. Todavía se tenía que adoptar las grandes decisiones de máximo alcance. El general Eisenhower las discutió el 19, cuando reunió a sus oficiales en su cuartel de Verdún. Con el se encontraba Bradley, Patton y el Teniente General Jacob L. Devers, comandante del VI Grupo de Ejército, constituido por un ejército americano y uno francés, establecidos en el extremo meridional del frente aliado. Como preámbulo, el general Eisenhower dijo que deseaba ver a su alrededor solo caras alegres. Anunció que ya había llegado a Francia una nueva división de infantería, la cual se trasladaría rápidamente a la línea de fuego. Otras tres nuevas divisiones anticiparían su embarque en los puertos británicos, y además pediría que las divisiones que se encontraban en los EE.UU, dispuestas a partir, enviaran los regimientos de infantería, haciéndoles desembarcar directamente en Francia. También procuraría que las unidades de artillería abstuvieran la autorización para emplear las espoletas de proximidad (inventadas hace poco y que se mantenía en secreto).

Por orden de Eisenhower se suspendieron las ofensivas norteamericanas ya iniciadas en el norte y al sur de las Ardenas. Asimismo, tanto Bradley como Montgomery tenían que examinar las posibilidades de repliegues limitados para poder poner a disposición otras reservas; pero, en ningún caso, deberían retirar las tropas más allá de la orilla occidental del Mosa. Simpson extendería hacia el sur el despliegue del 9º Ejército, para que quedaran disponibles las divisiones del 1er Ejército establecidas alrededor de Aquisgrán, mientras el VI Grupo de Ejército, del general Devers, debería extender su propio sector hacia el norte, a fin de dejar espacio libre al grueso del 3er Ejército de Patton, que se preparaba para la contraofensiva.

Aunque el sistema más evidente y más prometedor para montar la contraofensiva era el de atacar simultáneamente por el norte y por el sur, a lo largo de la base del saliente alemán, Hodges estaba tan ocupado en un intento por contenerlos, que solo Patton estaría en condiciones de moverse rápidamente. Y además, en el estado en que estaban las cosas, no lanzaría la ofensiva a lo largo de la base del saliente, sino hacia Bastogne. Desde allí avanzaría en dirección nordeste, apuntando a Houffalize, otro importante nudo de carreteras, donde se uniría con las unidades de Hodges que descendía desde el norte. La maniobra no eliminaría el saliente, pero sin duda serviría para contenerlo.

Poco después de haberse realizado la conferencia de Verdún, el Jefe del Servicio de Información de Eisenhower, el General británico Kenneth W. D. Strong, manifestó que la ofensiva alemana no tardaría en partir en dos al XII Grupo de Ejército y que, en consecuencia, todas las fuerzas aliadas al norte del saliente deberían pasar al mando de Montgomery. La sugerencia cayó como una bomba, pues hasta aquel momento Eisenhower siempre se había negado a transferir al mando de un extranjero grandes contingentes de tropas norteamericanas, e incluso, había rechazado específicamente la propuesta, a menudo planteada, de nombrar a Montgomery comandante en jefe de las fuerzas terrestres en el frente occidental. Sin embargo, esta vez la proposición parecía con un valor especial, porque las comunicaciones telefónicas directas estaban casi interrumpidas, las radios de gran alcance no podían sustituir a al teléfono y el saliente alemán hacía muy precario los enlaces entre los mandos de Bradley, que se encontraba en la ciudad de Luxemburgo, y los de Hodges y Simpson, situados más al norte. Desde el comienzo de la contraofensiva alemana, Bradley se había encontrado personalmente con Hodges una sola vez.

Sin embargo, lo más importante a los ojos Eisenhower era el hecho que de asignando a Montgomery al mando del sector norte del saliente se podrían utilizar las reservas británicas, que comprendían todo un Cuerpo de Ejército con cuatro divisiones y muchas brigadas acorazadas. Esto se tradujo rápidamente a la práctica, pues Montgomery se apresuró a ordenar a su XXX Cuerpo de Ejército que abandonase las posiciones entre Lieja y Bruselas, donde se encontraba en reserva, y anunció que los ingleses asumieran la responsabilidad de defender los puentes del Mosa desde Lieja hasta el gran recodo del río, cerca de Namur. Este cambio de dependencia habría sido más fácilmente aceptable para los comandantes americanos si Montgomery hubiera sido americano también o si hubiera tenido un carácter algo menos imperioso y seguro de si mismo. El 20, Montgomery se presentó en el puesto de mando del 1er Ejército “como Cristo se presentó en el templo para arrojar a los mercaderes”, comentó un miembro de su Estado mayor. Desdeño el mapa detallado de las operaciones del 1er Ejército y consulto, por el contrario, el suyo, más pequeño, en el que había anotado las informaciones recibidas de los oficiales de enlace británicos. También rehusó la invitación que le hizo Hodges y se limitó a consumir un piscolabis de su tartera y de su termo, cosa que, en honor a la verdad, era costumbre suya.
Tropas pertenecientes a la 82ª División Aerotransportada en marcha por el terreno boscoso de las ArdenasTropas pertenecientes a la 82ª División Aerotransportada en marcha por el terreno boscoso de las Ardenas
Pese a todo, Montgomery aprobó las disposiciones y medidas adoptadas por Hodges. La 30ª División, que acudía como refuerzo, le explico Hodges, había cortado el camino a los abastecimientos de Peiper, reconquistando Stavelot; otras unidades de la misma división se estaban batiendo contra las fuerzas avanzadas de Peiper para cubrir la zona de concentración de la 82º División Aerotransportada; una parte de la 3ª División Acorazada se encontraba en marcha de aproximación y St. Vith se mantenía todavía, aunque la posición norteamericana estaba reducida en aquel momento a un angosto saliente en forma de herradura y con escasos contactos con las otras fuerzas americanas. Aun aprobando los movimientos de Hodges, Montgomery aconsejo que se abandonase las dos posiciones de su línea defensiva: St, Vith y las alturas de Elsenborn. Era una maniobra típica del general británico, un paso para “devolver un poco de orden al campo de batalla”, eliminando el saliente de St. Vith, peligroso de cualquier forma que se considerase, y “aplastando” el vértice septentrional, decididamente demasiado agudo, del saliente alemán en las alturas de Elsenborn. Pero, ante la reacción de indignada sorpresa de Hodges y se su Estado Mayor, Montgomery no insistió.

Después de haber cedido en este punto ante la voluntad de los americanos, Montgomery llevo su condescendencia mas allá aun, aprobando una maniobra ya aprobada por Hodge: hacer avanzar ala 82ª por el oeste, a lo largo del flanco meridional de las fuerzas de Peiper, hacia el río Salm, que constituía la retaguardia de la herradura de St. Vith. SA diferencia del grupo de combate de Peiper, que entonces las fuerzas americanas estaban embotelladas, los panzer de la 6ª Panzerarmee tenía todavía que cruzar el Salm, y, por lo tanto, detenerlos allí, aunque fuera solo temporalmente, significaba asegurar una vía de retirada a los defensores de St. Vith y ofrecer, al mismo tiempo, una cobertura a las unidades que se estaban concentrando para la contraofensiva. Montgomery quería que la misión de desencadenar la contraofensiva se confiase al comandante de Cuerpo de Ejército que él consideraba como el más audaz y resultó de todo el 1er Ejército, el General de División J. Lawton Collins, que desde hacía tiempo se había ganado el sobrenombre de Lightning Joe (Joe el Rayo). El VII Cuerpo de Ejército de Collins sería retirada del frente en Aquisgrán y se prepararía para la contraofensiva, que debería lanzar apenas los alemanes hubieran extendido su frente, avanzando hacia los puntos de cruce del Mosa.


C1. La aproximación a Bastogne


Mientras Montgomery se disponía a apuntalar el extenso dispositivo de defensa septentrional, algunos Combat Command de la 9ª y 10ª División Acorazada americanas llevaban a cabo una dura acción retardadora ante Bastogne, permitiendo que la 101ª División Aerotransportada llegase a la ciudad antes que los alemanes. Pero desde Bastogne hasta el punto, en las cercanías de Werbomont, donde la 82ª División Aerotransportada se estaba concentrando, no existía ningún frente americano, pero si de un vacío de más de 31 km en el que se encontraba la población de Houffalize. Dos Panzerdivisionen escogidas del general von Manteuffel (la 2ª y la 116ª), después de haber rebasado St. Vith por el sur, avanzaron por este corredor casi sin ser hostigados.

Por la tarde del 19, una columna de la 116ª alcanzo Houffalize, mientras algunas unidades de exploración avanzaron 16 km, en dirección sudoeste, hacia el brazo occidental del río Ourthe. Afortunadamente para los americanos, las unidades desplegadas en defensa de Bastogne habían extendido el perímetro septentrional hasta Noville, población a medio camino entre Bastogne y Houffalize, dejando libre una sola carretera hacia el oeste, ya ocupada por la 116ª División Panzer. La posición de Noville cerraba el paso a la 2ª División Panzer. Otra circunstancia afortunada fue que el general Middleton procediera a enviar una parte de su heterogénea reserva a destruir los puentes y guarnecer el brazo occidental del Ourthe, de manera que la carretera quedó bloqueada por la avanzadilla y se hicieron saltar los puentes antes de que los panzer de la 116ª División llegara a tiempo para alcanzar la otra orilla.[/align]
Camiones norteamericanos en BastogneCamiones norteamericanos en Bastogne
La tercera circunstancia favorable fue que la 2º y la 116ª Panzerdivisionen pertenecían a dos Cuerpos de Ejércitos diferentes. La 116ª tenía que realizar una conversión al noroeste una vez rebasado el brazo occidental del Ourthe; pues, puesto que ya no existían puentes, el comandante del Cuerpo de Ejército juzgo que no tenía otra elección que concentrar todas sus unidades en Houffalize y reemprender el avance a lo largo de la orilla septentrional del brazo principal. Mas, esta maniobra implicó un retraso de 24 horas. Mientras tanto, la 2ª Panzerdivision se había empeñado en combate con los defensores de Noville, a los que logró arroyar en el curso de la tarde del 20. Esta división formada parte de la XLVII Panzerkorps del General barón von Lüttwitz, a quien se la había asignado la tarea de conquistar Bastogne.

Es evidente que la conquista de esta ciudad constituía para él un motivo de preocupación, pero disponía de otras fuerzas para llevar a cabo, entre ellas, la División Panzerlehr. Mientras esta tropa se acercaba a la ciudad, lanzo un ataque de sondeo a todo lo largo del perímetro defensivo. Lüttwitz ordeno a la 2ª Panzerdivision que avezase por el oeste. Al caer la tarde del 20, el batallón de exploradores de la 2ª División atravesó el Ourthe en Ourtheville, valiéndose de un puente que la 116ª Panzerdivision no ocupo suponiendo que los norteamericanos lo habían destruido como los restantes. Pero el puente había quedado indemne, y la citada división lo atravesó. Ahora el Mosa se encontraba a solo 37 km. Pero en aquel momento, la 2ª Panzerdivision, por un motivo que los defensores americanos que aun permanecían en la zona, no lograron explicarse, se detuvo.
Civiles belgas asesinados por unidades SS,Schutzstaffel, durante la ofensivaCiviles belgas asesinados por unidades SS (Schutzstaffel) durante la ofensiva
En el norte, mientras tanto, la decisión de enviar a la 82ª División Aerotransportada al río Salm, detrás del saliente de St. Vith, pasando por el flanco meridional de los panzer de Peiper, encerrado en una trampa, demostró ser verdaderamente providencial. La 82ª, que avanzaba sin encontrar resistencia, dejo algunas unidades a lo largo de la carretera, para que se desplegasen cara al sur, en dirección a Houffalize, de manera que, si la 116ª Panzerdivision y las unidades de infantería agregadas a ella efectuaban una conversión al norte, pudieran oponerle resistencia. La mañana del 21, l resto de los paracaidistas estaban desplegados a lo largo del Salm, cara al oeste: en el curso del mismo día los alemanes lograron ocupar al fin St. Vith, que la 7ª División Acorazada y las unidades mixtas habían defendido durante más de cinco días.

Al anochecer del 21, el balance de la batalla era todavía desconsolador para los norteamericanos:
  • St. Vith y sus carreteras estaban abiertas ante los alemanes y parecía inevitable la retirada de los americanos de aquel sector del saliente. Peiper, aunque embotellado, continuaba constituyendo un peligro.
  • La situación en el flanco meridional del saliente alemán era todavía fluida.
  • Las unidades ocupadas en la acción retardadora frente a Bastogne habían sido prácticamente destruidas y la 101ª División Aerotransportada, equipada con armas ligeras, se encontraba cercada en la ciudad, a fin de dar todo su escaso apoyo posible a la defensa contra un Cuerpo de Ejército alemán completo.
  • Una división acorazada alemana había atravesado el Ourthe y se encontraba a 37 km del Mosa; otra había ocupado Houffalize, y, con toda probabilidad, se prestaba a reanudar el avance hacia el oeste.
  • Desde el 16, primer día del ataque alemán, la niebla y las nubes bajas habían impedido casi por completo las salidas de los cazabombarderos norteamericanos.
Pero el adversario, como ocurre a menudo en el combate, consideraba la situación desde un punto de vista distinto. A partir del 18, tercer día del ataque, el Feldmariscal Walter Model, comandante del Grupo de Ejército alemán, había llegado a la conclusión de que la contraofensiva no había conseguido su objetivo. Quizás su actitud obedecía a la desilusión que le causo el hecho que los primeros ataques no lograron el rápido derrumbamiento del frente norteamericano, como se había previsto. Pero también Hitler acabó manifestando implícitamente su propia preocupación al revocar la orden del ataque de apoyo que el 15ª Ejército debería desencadenar contra el débil despliegue norteamericano en las cercanías de Aquisgrán. Sin embargo, todo esto había sucedido antes de que la 2º Panzerdivision llevase a cabo su espectacular empresa de atravesar el Ourthe. Luego el entusiasmo del Führer fue tal que le indujo a confiar al Mariscal von Rundstedt dos divisiones de la reserva general a fin de que las emplease a su entera discreción.

Pese a ello, en el campo alemán se planteaba continuamente nuevos problemas. Las defensas americanas resistían todavía en el ángulo septentrional de las alturas de Elsenborn, reduciendo a dos las cuatro carreteras que las columnas acorazadas de Dietrich deberían recorrer en su avance hacia el oeste. Esta era la razón por la cual el resto de la 1ª Panzerdivision SS se demoraba en mantener el paso de las vanguardias de Peiper y por las que el mismo Peiper había caído en una trampa, perdiendo 39 panzer y el resto de los vehículos y del equipo. Además, perdió también gran parte de sus hombres: en efecto solo 800 de los 2000 hombres que lograron penetrar en las líneas aliadas consiguieron ponerse a salvo.

Tampoco las otras tres Panzerdivisionen SS de Dietrich pudieron rebasar el angosto pasillo y todos sus intentos no consiguieron otro resultado que sobrecargar y embotellar el tráfico en el sector del 5ª Panzerarmee, en las cercanías de St. Vith donde, en ciertos momentos, el Feldmariscal Model en persona intento descongestionarlo. El embotellamiento llego a ser tan grande que, el 21, el Feldmariscal von Rundstedt se vio precisado a ordenar que dos de las Panzerdivisionen SS de Dietrich se trasladaran al sur, pasando a las órdenes de Manteuffel, de modo que su 5ª Panzerarmee tuvo que sostener desde entonces todo el peso de la ofensiva. Pese a los éxitos de la 2ª y de la 116ª Panzerdivisionen al envolver St. Vith y la consiguiente penetración hacia el oeste, el impetuoso avance de Manteuffel hacia el Mosa había sido notablemente frenado por el hecho de que no se había conquistado los dos nudos de carretas. E incluso después de que las vanguardias del General von Lüttwitz avanzaran hacia Bastogne, el había tardado demasiado en lanzar el ataque general, porque la artillería de apoyo se demoraba a su vez en su avance por las carretas que ascendían de los valles de los ríos.
Prisioneros americanos son conducidos al cautiverioPrisioneros americanos son conducidos al cautiverio
Las operaciones de los alemanes se vieron obstaculizadas en todas partes por la escasez de carburante, y la 2ª Panzerdivision fue la que más sufrió por ello, puesto que esta unidad, que avanzaba frontalmente, se vio obligada a detenerse durante todo el día 21. Ese mismo día, cuando von Rundstedt ordenó que se transfiriera a Manteuffel dos de las divisiones de Dietrich, la ejecución de la orden se demoró 36 horas porque no había carburante suficiente ni para permitir en movimiento de una división. Por último, los comandantes alemanes debían mantenerse en guardia a la izquierda, porque era previsible que Patton no esperara mucho antes de lanzar su 3er Ejército contra el flanco meridional de los atacantes. Y también era previsible que apenas se disipara la niebla y las nubes bajas los mortíferos cazabombarderos americanos intervendrían en la batalla.

En aquel momento nadie podía darse cuenta de ello con seguridad, pero lo cierto es que el 22 de diciembre de 1944, marco el comienzo del punto álgido de la Batalla de las Ardenas. Aquel día, en medio de una tormenta de nieve, el General Patton cumplió la promesa de lanzar un contraataque. Mientras enviaba una división de infantería a la línea situada al nordeste de la ciudad de Luxemburgo para forzar una débil posición americana en la base meridional del saliente, lanzaba otra división y la veterana 4ª División Acorazada a un ataque destinado a romper el cerco de Bastogne. El 3er Ejército se había retirado ante los ojos del enemigo, efectuando una conversión de 90 grados en la dirección del ataque a una velocidad sin precedentes. El mismo día, además, los alemanes que asediaban Bastogne estrecharon más el cerco y mandaron un ultimátum de rendición, que fue rotundamente rechazado.
Blindado británico Sherman Firefly en Namur sobre el río Mosa, diciembre de 1944Blindado británico Sherman Firefly en Namur sobre el río Mosa, diciembre de 1944
Asimismo, el 22, los alemanes dieron comienzo a lo que creían que sería la última etapa del avance hacia el Mosa, con la 2ª Panzerdivision ya al otro lado del ramal occidental del río y la 116ª Panzerdivision avanzando hacia Houffalize, por la orilla septentrional del ramal principal y dispuso a cruzar el río cerca de Hotton. El General von Manteuffel esperaba reforzar estas dos divisiones con la División Panzerlehr y con la 2ª Panzerdivision SS, sustraída del ejército de Dietrich. Sin embargo los alemanes habían perdido demasiado tiempo cruzando Noville, esperando carburante en la otra orilla del Ourthe y retrocediendo hasta Houffalize para gozar de las ventajas de un “rápido descenso sin obstáculos”, como ya habían gozado con anterioridad. En efecto, las divisiones destinadas a reforzar el VII Cuerpo de Ejército de Joe Collins para el contraataque está ya al llegar.
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Re: La Batalla de las Ardenas

Publicado: 03 03 2015 16:07
por cocinilla
El primero en llegar era un Combat Command de la 3º División Acorazada, que Hodges empeño a ambos lados de la carretera principal Houffalize-Lieja para extender hasta el Ourthe las posiciones orientadas hacia el Sur, guarnecidos por la 82º División Aerotransportada entre los ríos Salm y Ourthe. En segundo lugar la 84º División de Infantería, que, concentrándose detrás del Ourthe, cerca de la ciudad de marche, se encontraría precisamente en el itinerario que debería seguir la 2ª Panzerdivision al noroeste de Ourtheville, hacia el Mosa. Y antes de que acabase la batalla al sur del Mosa, las otras dos divisiones que iban a unirse al VII Cuerpo de Ejército de Collins también tomarían parte en la batalla.
Un zapador de la 3ª División Acorazada coloca una mina anticarro M-1A1 en las inmediaciones de HottonUn zapador de la 3ª División Acorazada coloca una mina anticarro M-1A1 en las inmediaciones de Hotton
El 22 también se produjo otro movimiento: la retirada de los americanos del saliente en forma de herradura de St. Vith. Tras perder 8.000 de sus 22.000 hombres, los defensores de St. Vith, se retiraron siguiendo órdenes de Montgomery. Dichas órdenes aparecían mezcladas con aquel tipo de elogios épico que, desde hacía tiempo, había valido al Mariscal al aprecio de la infantería británica: “se autorizó a los heroicos defensores de St. Vith a retirarse con todos los honores… Se han comportado de forma maravillosa”. Las últimas retaguardias en retirada llegarían antes del amanecer del día 23, pero no para dirigirse a algún tranquilo y cálido refugio, sino para establecer de nuevo en primera línea, pues las posiciones de la 82ª División Aerotransportadas y de la 3ª División Acorazada, entre Salm y el Ourthe, estaban expuestos a un fuerte ataque.

Otro acontecimiento del día 22 iba a ejercer una influencia determinante en la batalla que se estaba librando. Al anochecer empezaron a soplar vientos helados. Por el este llegó lo que los meteorólogos llaman “anticiclón ruso”, que trajo consigo, después de las densas nevadas del día, un inesperado descenso de las temperaturas que hizo que se helase el terreno, facilitando así la libertad de movimiento tanto de los carros de combate americanos como lo el de los alemanes. Asimismo determinó un tiempo sereno, que permitió a los aviones de reconocimiento y los de ataque reanudar sus cometidos. Dado la total superioridad aérea de los aliados, este cielo sereno representaba una clara ventaja para ellos. Al amanecer del 23, cazabombarderos y bombarderos medios sembraron la confusión entre las columnas alemanas, que hasta entonces se habían visto completamente libres de ataques aéreos. También aparecieron los grandes aviones de transporte Douglas C-47 Skytrain, que dejarían caer abastecimiento para las tropas asediadas de Bastogne.
Un Jeep capturado utilizado por un oficial del Primer Cuerpo panzer de las SS intentan moverloUn Jeep capturado utilizado por un oficial del Primer Cuerpo panzer de las SS intentan moverlo
No obstante, a pesar todo el apoyo aéreo, hacia el mediodía del 23, la línea constituida apresuradamente por la 84º División en la orilla del Ourthe, alrededor del marche, se encontraba en grave peligro. Lo mismo ocurrió con la línea situada en Salm y el Ourthe, donde la 2ª Panzerdivision lanzó un ataque junto con la 116ª Panzerdivision. Los ataques alemanes contra el Combat Command de la 3ª División Acorazada eran tan violentos que fue preciso lanzar a esta batalla, contingentes de otras divisiones de infantería que debía unirse a la reserva de Collins para la contraofensiva, dejándose como reserva tan solo una división de vehículos acorazados. En cuanto los defensores supervivientes de St. Vith se encontraron seguros tras las líneas americanas, Montgomery intervino en la batalla, ordenando que las 82º División Aerotransportada se retirase al punto que, en Vielsalm, se había convertido ahora en un ángulo agudo a lo largo del río Salm, al oeste de S. Vith.

Allí la situación crítica se centraba entre el Salm y el Ourthe; mas, para los comandantes americanos, la crisis más grave estaba apuntando en la parte que representaba la punta del saliente, al otro lado del Ourthe, donde la 2ª Panzerdivision se había separado inesperadamente de la 84º División y continuaba avanzando hacia el Mosa. En este sector, el 23 al mediodía, llegó la última de las grandes unidades con las que Montgomery había esperado construir una reserva: la 2ª División Acorazada. Todos estos acontecimientos iban a conducir a un punto crítico, una especie de inconfesado conflicto de voluntades que se había creado entre Montgomery y el comandante del 1er Ejército americano, Courtney Hodges, desde que Montgomery asumiera el mando. El británico prefería un sistema de defensa elástico, en cambio los americanos, impresionados por el golpe que les había asestado el Ejército alemán, se resistían, exageradamente, a ceder terreno, sobre todo cuando se trataba de terrenos conquistados por los soldados americanos a costa de su sangre.
Infantes del 9º Regimiento de la 2ª División de Infantería atraviesa los bosques de Krinkelt el 13 de diciembre de 1944Infantes del 9º Regimiento de la 2ª División de Infantería atraviesa los bosques de Krinkelt el 13 de diciembre de 1944
La teoría de Montgomery era que, constituyendo al norte una línea corta y destinada las fuerzas así economizadas a la reserva, podría obligar a los alemanes a extender excesivamente el frente, después de lo cual atacaría con el VII Grupo de Ejército de Collins. Montgomery no se preocupaba demasiado por la posibilidad de que los alemanes llegaran al Mosa o lo cruzaran: había dispuesto ya una brigada acorazada británica como protección de los puentes en ambos lados del recodo del río, en Namur. Además, aun en el caso de que los alemanes cruzaran el río, disponía de un Cuerpo de Ejército de reserva desplegada en las posiciones adecuadas para aniquilarlos. Los comandantes americanos, que no tenían ninguna reserva preparada, no podían compartir tanto optimismo. El 22, tanto Patton como Middleton les preocupaba todavía el hecho de que los alemanes pudieran avanzar inesperadamente hacia el sudoeste, en dirección hacia Sedán y a los lugares de los triunfos alemanes de 1914 y de 1940.

Como había experimentado personalmente la potencia del avance alemán, Hodges seguía siendo el más preocupado de todos, Al haberse visto obligado, en contra del plan de Montgomery, y a utilizar las divisiones que llegaban mientras los alemanes continuaban avanzando hacia el oeste, le parecía, dadas las circunstancias, que este era el único modo posible de continuar la batalla. Sabía que las unidades de cabeza de las fuerzas de ataque de Manteuffel sumaban unas cinco Panzerdivisionen: La Panzerlehr al sur, la 2º y la 116ª Panzerdivisionen al noroeste, y, a la derecha de la 2ª Panzerdivision, Sepp Dietrich lanzaba finalmente al combate a las dos restantes Panzerdivisionen. Según Hodges, no utilizar las reservas mientras fuerzas de tanta entidad estaban todavía en movimiento significaba (aunque los mensajes por radio interceptados había revelado que los alemanes disponían de poco carburante) correr el riesgo de un desastre.
Fusileros del 117ª de Infantería de la 30ª División se prepara para echar a bajo una puerta en Stavelot, el 21 de diciembreFusileros del 117ª de Infantería de la 30ª División se prepara para echar a bajo una puerta en Stavelot, el 21 de diciembre
El 23, sin pedir autorización, el comandante de la 2ª División Acorazada, el general de División Ernest Harmon, mando uno de sus Combat Command hacia el sur, para comprobar qué había de cierto respecto a las noticias que habían llegado sobre panzer que avanzaban al sur de marche. El grupo le informo que solo se había establecido contactos con patrullas acorazadas británicas que operaban ya en la zona y que no había señales del enemigo. En realidad, lo cierto era que la 2ª Panzerdivision había encontrado el camino abierto al sur de Marche y avanzaba con dificultad hacia el Mosa a la altura de Dinant (la única patrulla disfrazada de Skorzeny que había avanzado hasta un puente sobre el Mosa llegó a Dinant aquella noche, pero la capturaron rápidamente por centinelas británicos). El 24 por la tarde, víspera de navidad, el General Harmon se dio cuenta de que numerosos Panzer se encontraban unas millas más al sur, y telefoneo a Collins, para que le autorizara a lanzar al ataque a toda la 2º División Acorazada.

Como Collins no estaba en aquel momento en su puesto de mando, el Estado Mayor del VII Cuerpo de Ejército pasó la petición al mando del 1er Ejército. Y entonces Courtney Hodges se encontró en un gran dilema. Aunque estaba todavía sometido a la orden general de Montgomery de construir una reserva y a la específica de evitar que entrara en combate la 2ª División Acorazada, Hodges, en su fuero interno, apoyaba a Collins y a Harmon. La orden que curso Hodges fue que Collins estaba autorizado a ceder ante la presión enemiga y a replegarse hacia el noroeste; pero, al mismo tiempo que rehusaba ordenar explícitamente la retirada, Hodges no prohibía un ataque. Al General Collins no le hacía falta ya ninguna otra autorización. Aquella noche, él y Harmon proyectaron un ataque que debía lanzarse a primera horas de la mañana del día de navidad, utilizando la 2º División Acorazada al completo.
Un Königstiger pasa junto a unos prisioneros, casi todos de ellos de la 99ª División, capturados durante los combates del día 17 de diciembre. La población de Merischeid aparece al fondoUn Königstiger pasa junto a unos prisioneros, casi todos de ellos de la 99ª División, capturados durante los combates del día 17 de diciembre. La población de Merischeid aparece al fondo
La decisión de Collins represento el momento culminante de la contraofensiva alemana en las Ardenas. El día de navidad, en colaboración con contingentes de las fuerzas acorazadas británicas y con los cazabombarderos americanos, la citada 2ª División Acorazada empezó a aniquilar a la 2ª Panzerdivision, que, precisamente en el apogeo de su éxito, se había quedado sin carburante en le ciudad de Celles, a solo 6 km del Mosa y a menos de 90 km de la línea de partida en la frontera alemana. Los alemanes perdieron más de 80 carros de combate, y, con las unidades avanzadas, también dejaron sobre la nieve todas sus esperanzas.


D1. Bastogne liberada

El día de navidad se produjo otros dos acontecimientos no menos desconcertantes para los alemanes. El primero se produjo en el noroeste, donde la 3ª División Acorazada americana, ayudados por los refuerzos de infantería, bloqueó un ataque desesperado por parte de la 2ª Panzerdivision SS, que tenía la finalidad de romper el frente entre Salm y el Ourthe; y, mientras tanto, en la orilla occidental del Ourthe, otras tropas americanas infligieron un duro revés a la 116ª Panzerdivision. El segundo acontecimiento se produjo en la ciudad de Bastogne. Obsesionados por la idea de que la 2ª Panzerdivision se encontraba en peligro, el General von Manteuffel consideraba a Bastogne como un obstáculo de debía eliminarse si se quería reforzar a la 2ª Panzerdivision y evitar que el contraataque de Patton hiciera fracasar toda la contraofensiva alemana. Así, en vez de enviar inmediatamente a la Panzerlehr para que ayudase a la 2º Panzerdivision, Manteuffel la retuvo y ordenó que el día de navidad el XLVII Panzerkorps de Lüttwitz lanzase un ataque en fuerza para conquistar la ciudad. Esta vez Lüttwitz debía arremeter contra el arco posterior occidental del perímetro americano, considerado más endeble y que hasta entonces nunca se había puesto a prueba. Precedido por un pesado bombardeo aéreo, efectuado durante la noche anterior, el nuevo ataque constituyo un peligro tan grande que, al nacer el día, muchos paracaidistas americanos dieron un apretón de manos a sus compañeros el último gesto de despedida. Sin embargo, los adioses demostraron ser prematuros.

Antes del anochecer, los paracaidistas de la 101ª, con sus refuerzos heterogéneos, habían resistido todos los intentos de penetración o bien había eliminado con gran rapidez las penetraciones efectuadas. Al día siguiente, 26 de diciembre, al anochecer, un batallón de guanacia un sector del extremo meridional del perímetro informó que se estaban aproximando “tres panzer ligeros, probablemente nuestros”. En efecto, había llegado la 4ª División Acorazada. El asedio había terminado. Así, el informe que Hitler recibió de Manteuffel, Model y Rundstedt el día de San Esteban fue que ya no quedaba ninguna esperanza de llegar a Amberes. La única posibilidad de aprovechar aún la victoria de las Ardenas era que la 5ª y la 6ª Panzerarmee efectuaran una conversión al Norte, cruzando el Mosa al oeste de Lieja y cercando Aquisgrán por la espalda.
El contraataque aliado, 26 de diciembre al 25 de eneroEl contraataque aliado, 26 de diciembre al 25 de enero
Esto presuponía la conquista de Bastogne y un ataque secundario desde el norte para unirse a las Panzerarmee. No obstante, si se quería crear estos supuestos indispensables, Hitler debería abandonar un nuevo proyecto que había tomado en consideración: una segunda contraofensiva en Alsacia. Esto constituía, en realidad, un retorno a lo que Hitler había definido anteriormente como “la solución menor”, una propuesta que sus generales habían alentado cuando expuso por primera vez la idea de una contraofensiva en las Ardenas. En efecto, considerando demasiado pobres los recursos alemanes para conquistar Amberes, había aconsejado como solución alternativa un ataque limitado para apoderarse de la base de abastecimiento americano de Lieja y para penetrar por la retaguardia de los Ejércitos 1º y 9º americano en las proximidades de Aquisgrán: Hitler rechazó entonces la “solución menor” y también la rechazó ahora.

“Hemos sufrido inesperados (admitió el Führer) pero ello ha ocurrido porque no se ha seguido al pie de la letra mi plan”. Hitler creía que los americanos habían debilitado sus fuerzas en Alsacia con la finalidad de permitir que Patton lanzase su contraofensiva y que la segunda que él se proponía lanzar en aquella región consiguiera echar a Patton de las Ardenas. La citada contraofensiva, a la que dio el nombre de “Nordwind” (viento del norte), debía comenzar el día de año nuevo. Hitler no quería aceptar la hipótesis de que Amberes era inalcanzable. Estaba de acuerdo en que, una vez se hubiera conquistado Bastogne, las dos Panzerarmee podrían avanzar hacia el norte para rastrillar la orilla oriental y la meridional del Mosa; pero no consideraba esto como un paso a la “solución menor”, si no como una desviación temporal del plan para hacer caer en una trampa a las unidades americanas que se habían lanzado contra el flanco septentrional del saliente. Todo ello prepararía el terreno para una reanudación del avance hacia Amberes.
Este PzKpfw IV Ausf. J procedente del Kampfgruppe Peiper fue neutralizado por un M-10 en la carretera de Büllingen a Wirtzfeld el 17 de diciembreEste PzKpfw IV Ausf. J procedente del Kampfgruppe Peiper fue neutralizado por un M-10 en la carretera de Büllingen a Wirtzfeld el 17 de diciembre
En el bando aliado, Bradley, el día de navidad, y Eisenhower unos días después, pidieron a Montgomery que lanzase rápidamente el 1er Ejército al ataque para poder aligerar la presión ejercida por el enemigo sobre Bastogne y ayudar a Patton a abrirse camino hacia la ciudad. Montgomery contestó que se esperaba que los alemanes lanzasen un nuevo ataque contra el 1er Ejército, pero que si esto no ocurría atacaría el 3 de enero de 1945. La resistencia de Montgomery a atacar irrito a los comandantes americanos. El Mariscal británico tenía todo un Cuerpo de Ejército de reserva; y aunque ni Bradley, ni Hodges ni Patton exigían que entrase en combate las fuerzas británicas, consideraban que mientras Montgomery dispusiera de su reserva no debía tener ulteriores ataques alemanes. Lo cierto es que no se produjo otro ataque alemán en el norte, sobre todo porque las tropas de Patton, situadas en Bastogne y en ambos lados del corredor que se había abierto el día 26, combatieron contra la 5ª Panzerarmee hasta inmovilizarla. La batalla alcanzó su apogeo el 30 de diciembre, cuando Patton, cuyas fuerzas habían aumentado hasta llegar a seis divisiones, trato de reanudar el ataque hacia el nordeste, en dirección a Houffalize.

Casi en el mismo momento, el General von Manteuffel efectuaba otro intento de cortar el corredor que conducía a Bastogne y conquistar la ciudad. Las pérdidas aumentaban en ambos bandos, y la bajísima temperatura causaba también muchas víctimas; pero las tropas americanas resistieron firmemente, aun después de que los alemanes consiguieran constituir un saliente en el lado oriental del corredor. Se trataba de una lucha por la supervivencia que Bastogne no había conocido nunca, ni siquiera en los días críticos del cerco.


D2. Amenaza para la “bolsa de Colmar”

Mientras en Bastogne se aproximaba el movimiento decisivo, se estaba creando una situación no menos crítica para las tropas del 7º Ejército americano, mandada por el General Alexander M. Patch, y para algunos de sus compatriotas que formaban parte del 1er Ejército Francés del General Jean de Lattre de Tassigny, y que constituían, todos juntos, el VI grupo de Ejército del General Devers. Con efectivos tan reducidos que no se le podía comparar con el XII Grupo de Ejército de Bradley ni con el XXI de Montgomery, las fuerzas de Denvers había tenido que debilitar aun mas su frente, ya poco profundo, para cubrir posiciones defendidas anteriormente por dos de los Cuerpos de Ejércitos del 3er Ejército, a fin de que Patton pudieran lanzar su contraofensiva.
Mapa de la bolsa de ColmarMapa de la bolsa de Colmar
Este nuevo despliegue dejaba al 7º Ejercito el cometido de defender 200 km de frente, la mayor parte del cual se extendía por la frontera alemana, ante la región industrial del Sarre y a unos 65 km a lo largo del Rhin, incluyendo la ciudad de Estrasburgo. Al sur de aquel punto se encontraba el sector defendido por los franceses de General Lattre, que comprendía lo que los franceses llamaban “bolsa de Colmar”, una extensa cabeza de puente alemana situada alrededor de dicha ciudad, en la orilla occidental del Rhin. Se trataba de una solida posición que las fuerzas de Devers no habían conseguido eliminar todavía y que representaba en opinión de Eisenhower, una amenaza constante desde que comenzara la contraofensiva en las Ardenas.

Como las posiciones del general Patton formaba un ángulo recto en el punto en que la frontera franco alemana encuentra en el Rhin, las divisiones americanas que se encontraban en esta extremo se vería amenazadas de envolvimiento si los alemanes lanzaban ataques convergentes contra ellas o atacaban con rapidez para apoderarse de los pocos pasos que crucen los Vosgos. Reconociendo que aquella llanura del curso del Rhin tenía muy poca importancia estratégica, el General Eisenhower le había indicado a Devers que cediera terreno antes de poner en peligro la integridad de las fuerzas. No obstante, una retirada hasta los Vosgos implicaría la renuncia a Estrasburgo, ciudad a que los franceses atribuían un gran valor simbólico como capital de las tan disputadas provincias de Alsacia y Lorena. Para los franceses, renunciar a Estrasburgo significaba renunciar a una parte del alma de Francia.
Un Granadero de la 1ª División Panzer de las SS en la carretera de Poteau-Recht el 17 de diciembreUn Granadero de la 1ª División Panzer de las SS en la carretera de Poteau-Recht el 17 de diciembre
Pero para defender 200 km de frente, incluyendo Estrasburgo, el 7º Ejército solo disponía de siete divisiones, más los regimientos de infantería de otras tres nuevas divisiones llegadas recientemente de Estados Unidos. Se disponía también como último recurso, de otras dos divisiones que Eisenhower consiguió retirar del frente para constituir una reserva del mando Supremo; pero podía ocurrir que a estas las tuviera que mandar a las Ardenas de un momento a otro. Así, el recurso de una retirada en el caso de un ataque alemán masivo seguía siendo tal vez el único medio al que se le podía recurrir. Durante la última semana de diciembre se hizo evidente para el VI Grupo de Ejército que los alemanes tenían intenciones de atacar el día de año nuevo o poco después. Y, en efecto, el ataque debía comenzar una hora después de las campanadas de año nuevo. Cuando Hitler propuso por primera vez una contraofensiva en Alsacia, el proyecto preveía un ataque con fuerza que condujera a los alemanes hasta la base de abastecimiento americano de Metz; pero hasta el mismo Hitler tuvo que reconocer que este plan era demasiado ambicioso. Así, como en las Ardenas, el mismo Führer proyecto el ataque que después se lanzó: la “Operación Nordwind”.

Atacando al oeste de la cordillera de los Vosgos, dos divisiones que dependían del Grupo de Ejército G (Generaloberst Johannes Blaskowitz) debía efectuar una penetración, y entonces una reserva de otras dos divisiones acorazadas lanzarían un rápido ataque en dirección sur para bloquear, por detrás, la garganta de Saverne, de importancia vital, que separa los Altos Vosgos, al sur, de los menos importantes Bajos Vosgos, al norte. Al mismo tiempo, tres divisiones de infantería presionarían, en misión de apoyo, por el dorsal de los Bajos Vosgos. Días después, una división cruzaría el Rhin al norte de Estrasburgo y dos nuevas divisiones deberían atacar en dirección norte desde la Bolsa de Colmar, establecer contacto con la cabeza de puente en el Rhin (cercando, mientras tanto a Estrasburgo) y lanzándose después en dirección oeste, hacia la garganta de Saverne. El resultado final seria embotellar en una trampa a todas las unidades americanas desplegadas al este de los Bajos Vasgos, es decir, el equivalente a cinco divisiones, y asimismo a las tropas francesas que guarnecían la periferia septentrional de la Bolsa de Colmar.
Soldados estadounidenses tomados prisioneros por los alemanes en la ciudad de Stoumont, Bélgica el 19 de diciembre de 1944. Tercer batallón del 119º de Infantería estadounidense por el Kampfgruppe Peiper en La GleizeSoldados estadounidenses tomados prisioneros por los alemanes en la ciudad de Stoumont, Bélgica el 19 de diciembre de 1944. Tercer batallón del 119º de Infantería estadounidense por el Kampfgruppe Peiper en La Gleize
Dándose perfecta cuenta de todas estas posibilidades, el General Eisenhower actuó rápidamente en cuanto se inicio el ataque alemán, y ordeno al General Devers que se retirase del saliente nororiental hasta los Vosgos, dejando en la llanura tan solo algunos efectivos con la misión de llevar a cabo acciones retardadoras. Eso suponía renunciar a Estrasburgo, lo que indujo al Jefe del Gobierno provisional francés, Charles de Gaulle, a expresar a Eisenhower su consternación. Antes que renunciar a la ciudad, decía el mensaje, de Gaulle había ordenado ya al General Lattre que extendiera su frente al norte y asumiera la defensa de la misma. Sorprendido por esta actitud de desafío, el Jefe del Estado Mayor de Eisenhower, Teniente General Walter B. Smith, amenazó con cortar los abastecimientos americanos y el suministro de equipo, sin los cuales el Ejército francés se vería reducido a la impotencia; pero el representante de De Gaulle rebatió la amenaza diciendo que los franceses estaban dispuestos a sustraer sus tropas del mando de Eisenhower.

Aunque parecía a primera vista una cuestión infantil, se trataba de un asunto serio. De Gaulle llegó incluso a telegrafiar al presidente norteamericano y al premier británico pidiendo su apoyo; pero su intervención no fue necesario. Cuando el general Smith le informó sobre la violenta oposición de De Gaulle y se enteró también (el 2 de enero de 1945) del éxito de las tropas de Patch en la contención del mayor ataque alemán en dirección a la Garganta de Saverne. Eisenhower retiro la orden. Entonces asignó a los franceses la responsabilidad de defender Estrasburgo y ordeno al General Davers que se replegase del saliente nororiental tan solo hasta el pequeño río Moder, unos 30 km detrás del frente.
Este granadero vestido con ropas americanas fue fusilado en Hotton el 26 de diciembre de 1944Este granadero vestido con ropas americanas fue fusilado en Hotton el 26 de diciembre de 1944
El 20 de enero había concluido este repliegue. Mientras, los alemanes lograban construir una cabeza de puente en el Rhin, al norte de Estrasburgo, avanzando hasta 12 km de la ciudad, difundiendo el pánico entre la población civil, antes de la utilización de una parte de la reserva del General Eisenhower les obligase a detenerse. El ataque con dirección norte, desde la Bolsa de Colmar, llegó hasta 34 km de Estrasburgo, pero los franceses lo detuvieron en el último puente antes de llegar a la ciudad. El VI grupo de Ejército de Devers se mantenía intacto y Estrasburgo permaneció en manos francesas. Empeñado a fondo en las Ardenas, los alemanes ya no estaban en condiciones de lanzar una segunda ofensiva: diez divisiones, con efectivos reducidos, no eran suficientes. Sin embargo, aquellos combates, con un frío terrible y sobre la nieve, costaron a los americanos 15.600 hombres; las bajas alemanas ascendían a 25.000. Mientras el VI Grupo de Ejército hacia frente a esa dura prueba en Alsacia, los alemanes aun dieron dos embestidas en las Ardenas.

El primer golpe se lanzo desde el aire y significó un esfuerzo extraordinario por parte de la Luftwaffe. El día de año nuevo, a primeras horas de la mañana, 700 aviones alemanes bombardearon aeródromos en Bélgica y Holanda. La incursión sorprendió por completo a los aliados y costos la pérdida de 156 aparatos, la mayor parte, destruidos en tierra. El segundo estuvo dirigido de nuevo contra Bastogne, donde el general von Manteuffel tuvo que detener su ofensiva el 30 de diciembre. Pero el mismo Manteuffel no aprobó este ataque, pues, en su opinión hacía tiempo que había llegado el momento de abandonar todo intento ofensivo en las Ardenas. Para evitar que las tropas desplegadas en la punta del saliente se vieran cercadas entre Patton y el 1er Ejército americano, cuyo ataque desde el norte parecía ahora inminente, pidió permiso al Feldmariscal Model, el 2 de enero por la tarde, para retirarse a una línea apoyada en Houffalize.
Jóvenes soldados de la 12ª División Panzer de las SS, son capturados durante la lucha de BüttgenbachJóvenes soldados de la 12ª División Panzer de las SS, son capturados durante la lucha de Büttgenbach
Aunque tanto Model como Rundstedt dieron su consentimiento, Hitler se negó. Y si bien reconoció que la contraofensiva, que preveía n un principio la conquista de Amberes y el envolvimiento de las fuerzas aliadas, no tenía ya ninguna probabilidad de éxito, dijo que había llegado a conclusiones muy definidas sobre cómo se podría aprovechar el saliente de las Ardenas a favor de los alemanes. Manteniendo el saliente, Hitler creía que había obligado al General Eisenhower a utilizar casi todas sus reservas. La prueba de ellos era que Eisenhower utilizaba divisiones aerotransportadas escogidas en misiones de defensa reservada, por lo general, a la infantería. Continuando en posiciones de este saliente, podría obligar a los aliados a mantener un frente más extenso y de escasa profundidad, en tanto él podría sacar algunas unidades de su frente para utilizarlas en ataques en hostigamiento en algún otro punto, como la Operación Nordwind. De este modo Hitler podría impedir que los aliados concentrasen sus fuerzas al norte para lanzar una nueva ofensiva que les permitieran cruzar el Rhin y conquistar la región industrial del Ruhr.

Sin embargo, también esta estrategia exigía la conquista de Bastogne, pues la ciudad era necesaria tanto para afianzar el flanco meridional del saliente como para impedir a los americanos la libre utilización de su nudo de carretas. La ofensiva final de Manteuffel contra Bastogne les pareció las tropas más bien una reacción a los esfuerzos de Patton para avanzar hasta Houffalize que un verdadero ataque concentrado. En efecto, a lo largo de toda su duración (del 3 al 4 de enero), la ofensiva alemana consiguió frenar el avance de Patton hacia la citada población de Houffalize; pero era demasiado débil, tanto para representar una verdadera amenaza para Bastogne como para hacer fracasar la ofensiva americana. El esquema del ataque para eliminar el saliente se esbozó durante la conferencia aliada de Verdún, el 19 de diciembre, decidiendo enviar a Bastogne al 3er Ejército. Aunque Patton insistió para que, una vez liberada la ciudad, se efectuase la clásica maniobra destinada a eliminar una profunda penetración cortándola por la base, no encontró apoyo por parte de Hodges ni de Bradley.
Bastogne, 19 al 23 de diciembre de 1944Bastogne, 19 al 23 de diciembre de 1944
Estos se preocupaban por la reducida red de carretas de la base septentrional y por el efecto de las temperaturas invernal en el terreno que se extendía por la frontera alemana. Montgomery estaba de acuerdo, y desplazó parte de dos divisiones hacia la punta del saliente para permitir que Collins desplazase ligeramente su VII Cuerpo de Ejército hacia el norte y atacase por el noroeste, en dirección a Houffalize. En cuanto los Ejércitos 1º y 3º se encontrasen en Houffalize, debería converger hacia la frontera alemana. En otras palabras, debían eliminar el saliente rechazando a las fuerzas que lo defendían, en vez de aislarlas en una bolsa. Esta era, como observaría el Feldmariscal von Rundstedt después de la guerra, la “solución menor”.


D3. En pleno invierno

La capa de nieve era más alta, la temperatura más baja, la niebla más densa y los vientos más fuertes que nunca en las Ardenas cuando, el 3 de enero por la mañana, el General Collins envió dos divisiones acorazadas, apoyadas por unidades de infantería, al Sudeste, hasta Houffalize. Solo tres de las divisiones de Sepp Dietrich, ya muy agotadas, les cerraban el paso, incluyendo algunos restos de la malparada 2ª Panzerdivision. Pero, teniendo en cuenta el estado del tiempo, bastaba para detener el avance aliado. El cielo estaba tan cubierto que ni un solo avión pudo despegar y apoyar el ataque, e incluso los pequeños aparatos de observación de artillería, no pudieron volar más de una hora. Durante la mayor parte del tiempo los soldados avanzaron a través de tormentas continuas, al cuarto día, por una fuerte nevada, a consecuencia de la cual se formaron capas de nieve de varios metros de profundidad en distintos lugares.
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Re: La Batalla de las Ardenas

Publicado: 04 03 2015 12:23
por cocinilla
Los carros de combate quedaban inmovilizados en largas filas en las pendientes heladas de las alturas, y los camiones que remolcaban los cañones contracarro o las piezas de artillería patinaban, se detenían, chocaban entre si y se obstruían las carretas. Dos camiones que arrastraban a dos obuses de 105 mm cayeron en un talud. Las barreras creadas intencionadamente por el enemigo, mediante árboles destruidos y minas contracarro dispuestas en las vías de acceso, las tenían que eliminar la infantería, que bajaban de los vehículos y efectuaban lentas maniobras de rodeo, con nieve alta y sufriendo a veces graves pérdidas.

Los puentes habían sido demolidos en todas partes, y las zonas en las que se encontraba estaban defendidas, por lo que la infantería, ya muy cansada por la condiciones infernales, debían abrirse camino en una u otra dirección para encontrar un punto de cruce no defendido y después pasar vadeando la helada corriente a fin de envolver a los alemanes; pero en la mayor parte de los casos se encontraban con que el enemigo se había retirado en el último momento para reanudar el combate otro día. Además, los alemanes contraatacaban de vez en cuando, aunque con pocos efectivos en cada ocasión. En estas condiciones, avanzar 3 km al día era ya una hazaña.
Un Jagdpanzer IV 70 perteneciente al 1er Batallón Cazacarros de las SS se halla en plena acción con el Kampfgruppe Hansen durante la lucha contra el 14º Grupo de Caballería en la carretera de Recht Poteau el 18 de diciembreUn Jagdpanzer IV/70 perteneciente al 1er Batallón Cazacarros de las SS se halla en plena acción con el Kampfgruppe Hansen durante la lucha contra el 14º Grupo de Caballería en la carretera de Recht-Poteau el 18 de diciembre
El 3er Ejército estaba pasando por parecidas dificultades, o quizás mayores, pues las defensas en las inmediaciones de Bastogne se resentían de los efectos de la densa concentración de tropas alemanas en aquellos lugares tras los diversos intentos de reconquistar la ciudad. Las tropas de Patton veían muy pocos cambios en una situación que les era familiar desde hacía demasiado tiempo. Los alemanes se encontraban ante ellos eran viejos y temidos enemigos: unidades como la 1ª, la 9ª y la 12ª Panzerdivisionen SS, la 5º de Paracaidistas y la Panzerlehr. También los nombres de los lugares les eran familiares, las mismas ciudades y los mismos pueblos donde pequeños núcleos de carros de combate y de infantería habían neutralizado, un par de semanas antes, los intentos de reconquistar Bastogne; pero ahora, aquellas ciudades y aquellos pueblos ya no eran más que macabros testigos de la potencia destructiva de la guerra.

Sin embargo, a pesar de la violencia de los combates, el 5 de enero se vio claramente que la crisis de Bastogne se había superado definitivamente. Cuando el Feldmariscal Model retiro una de las Panzerdivision para ayudar al 6º Panzerarmee, en el norte, el General Manteuffel asumió la responsabilidad de retirar del frente otras de las Panzerdivision para constituir una reserva. Y tres días después, el 8 de enero, el mismo Hitler autorizó la retirada del vértice del saliente, no hasta Houffalize, como había solicitado Manteuffel, pero si hasta una línea que se apoyaba en una serie de alturas situadas a 8 km al oeste de Houffalize. Fue la primera vez que Hitler reconoció, aunque de muy mala gana, que la contraofensiva de las Ardenas había fracasado por completo. La 6ª Panzerarmee de Dietrich, siguiendo las instrucciones de Hitler, debía pasar gradualmente a la 5ª Panzerarmee de Manteuffel el mando de todas las tropas, excepto las Panzerdivisionen, después de lo cual estas cuatro divisiones se concentraron en la retaguardia, en St, Vith, Allí, aparentemente, debía proteger de los ataques enemigos la base del saliente; pero, en realidad, estaban dando el primer paso para el abandono definitivo de las Ardenas.
Estos dos cañones antiaéreos Flak 36 de 37 mm, uno montado sobre un camión Daimler-Benz L4500A y el otro sobre un semioruga SdKfz 6 2 fueron destruidos el 18 de diciembre cerca de Lodometz por disparos de cazabombarderos sobre la columna de Kampfgruppe PeiperEstos dos cañones antiaéreos Flak 36 de 37 mm, uno montado sobre un camión Daimler-Benz L4500A y el otro sobre un semioruga SdKfz 6/2 fueron destruidos el 18 de diciembre cerca de Lodometz por disparos de cazabombarderos sobre la columna de Kampfgruppe Peiper
Los consejeros de Hitler en el este le habían advertido ya que se iba a lanzar de un momento a otro una fuerte ofensiva soviética, y el Führer dispuso que la 6ª Panzerarmee se desplazase con la mayor rapidez posible al frente oriental. Mientras tanto, el 16 de enero por la mañana, patrullas del 1er y 3er Ejército americano se encontraron en Houffalize. Los dos ejércitos se unieron en el centro del saliente, sin conseguir cercar a muchas tropas enemigas que intentaban huir. No obstante, sentaron la premisa para la vuelta del 1er Ejército de Hodges bajo el mando del general Bradley, vuelta que Eisenhower ordenó a partir del día siguiente. Al mismo tiempo, continuaba manteniendo al 9º Ejército de Simpson bajo el mando de Montgomery, con vistas a una reanudación de la ofensiva aliada en el Ruhr. Se necesitarían ocho días más para eliminar lo que quedaba al saliente, luchando constantemente contra las condiciones atmosféricas y contra la habilidad defensiva de los alemanes. Pero, al fin el 22 de enero, las nubes se disiparon, y los aviones aliados levantaron el vuelo y se lanzaron contra las columnas alemanas en retirada. El 28 de enero había desaparecido el último rastro del saliente de las Ardenas.


D4. El precio de la campana

De los 600.000 americanos, aproximadamente, que combatieron en las Ardenas, 81.000 resultaron muertos, heridos o fueron hechos prisioneros; las bajas británicas ascendieron a 1.400. Los alemanes perdieron probablemente 100.000 hombres entre muertos, heridos y capturados. Las pérdidas en armas y en equipo fueron graves para ambas partes: quizás unos 800 carros de combate en cada bando; por su parte, los alemanes perdieron unos 1.000 aviones. Pero los americanos pudieron reponer las pérdidas en poco más de dos semanas, mientras que los alemanes no estaban en condiciones de hacer lo mismo. No obstante, los alemanes consiguieron llevarse todo lo que habían traído a las Ardenas (excepto a los que había sido destruido durante los combates) gracias al mal tiempo, a la elección de la “solución menor” (reducir el saliente en vez de cortarlo) y a su gran habilidad.
Un cazacarros M-36 de 90 mmUn cazacarros M-36 de 90 mm
Las fuerzas germanas fracasaron no solo en las consecuencias de su objetivo estratégica, la conquista de Amberes, sino también en la del intermedio: el Mosa. Pero, no consiguieron arrancar a Eisenhower una orden de “espalda contra la pared” como hiciera en 1918 Sir Douglas Haig, habían había hecho pasar al mando americano varios momentos de honda inquietud. Sin embargo, ni Patton, ni Bradley, ni Eisenhower y tampoco Hodges, dudaron de que el final pudiera ser diferente de lo que se deseaba. El hecho de que los alemanes, dirigidos por Hitler, hubieran actuado irracionalmente, saliendo al descubierto de sus defensas, no podías, a la larga, tener ningún efecto positivo en su crítica situación. Engañándose al creer que en 1944 la Wehrmacht tenía aún la capacidad combativa suficiente para repetir las hazañas de 1940. Hitler no había conseguido más que asegurar una rápida victoria a la nueva ofensiva soviética y tal vez retrasar algunas semanas la ofensiva final aliada.
Un Pelotón del 9º de Infantería se acurruca en una zanja cubierta de nieve en las cercanías del llamado Cruce del Corazón Roo en las proximidades de Wahlerscheid, el 13 de diciembreUn Pelotón del 9º de Infantería se acurruca en una zanja cubierta de nieve en las cercanías del llamado Cruce del Corazón Roo en las proximidades de Wahlerscheid, el 13 de diciembre
El vencedor de las Ardenas fue el soldado americano, el mismo que había proporcionado a los aliados tantas preocupaciones, unos dos años antes, en el Paso de Kasserine, pero que había aprendido mucho desde sus primeras experiencias en el Norte de África. Precisamente aquellos soldados, de los que se decía que estaban viciados y carecían de motivos suficientes para combatir, habían demostrado, llegado el momento, estar a la altura de la situación, ganando para los comandantes, a pesar del fallo de los Servicios de Información, el tiempo suficiente para lanzar al combate a las fuerzas móviles y las de reserva. Aunque de todas maneras, las potencias aliadas estaban destinadas a dejar sentir su peso a largo plazo, el soldado americano en las Ardenas hizo más seguro que nunca el resultado final, con su valor y decisión, en las alturas de Elsenborn, en St, Vith, en Echternach, en Clervaux, en Stevelot, en Bastogne, en Celles y en otros muchos lugares.


D5. Apéndice a la batalla

Quedaba todavía un desagradable apéndice a la batalla. Tal vez, como reflejo de una campaña iniciada en la prensa británica para reavivar la vieja cuestión del nombramiento de Montgomery como comandante general de las fuerzas de tierra, éste, en una conferencia de prensa celebrada el 7 de enero, dejo escapar una afirmación irreflexiva, que no encontraba justificación en el desarrollo real de los acontecimientos: “En vi lo que estaba ocurriendo, tomé yo mismo ciertas medidas para asegurar que si los alemanes llegaban al Mosa no lo pudieran cruzar”. El “pensaba en el futuro”. Cuando “la situación empezó a empeorar… se abandonaron las consideraciones nacionalistas” y “el General Eisenhower me puso al mando de todo el frente septentrional”. Afirmó que él había “mandado a la lucha a todas las fuerzas combatientes disponibles del Grupo de Ejército británico”, lanzándolas a la batalla primero gradualmente y después “todas de una sola vez”. La operación fue “una de las más interesantes y delicadas que he dirigido”.
Columna del 14º Grupo de Caballería destruidos por el Kampfgruppe Peiper durante el 18 de diciembre entre Recht y PateauColumna del 14º Grupo de Caballería destruidos por el Kampfgruppe Peiper durante el 18 de diciembre entre Recht y Pateau
Aunque probablemente estaba muy lejos de las intenciones de Montgomery denigrar a los comandantes americanos, sus observaciones causaron más o menos ese efecto, sobre todo después de que los alemanes consiguieran interceptar una longitud de onda de la BBC para imitar una transmisión británica y dar una versión deformada de las observaciones de Montgomery. El General Bradley se indignó hasta tal punto que dijo a Eisenhower que si se colocaba bajo la dependencia de Montgomery solicitaba el retiro. Por su parte, Patton añadió que si Bradley se iba se iría él también. Bradley interpretaba las observaciones de Montgomery como ofensivas para su habilidad de comandante, y por su parte Eisenhower había nombrado a Montgomery porque no se atrevía a desplazar el mando de Bradley desde Luxemburgo a un punto situado más al oeste y porque también deseaba seguir contando con las reservas británicas en caso de necesidad.
Tripulación alemana de un PzKpfw IV de la 1ª Division Panzer charlan con prisioneros americanos en BaugnezTripulación alemana de un PzKpfw IV de la 1ª Division Panzer charlan con prisioneros americanos en Baugnez
Estas reservas había permanecido al alcance de la mano; pero pocas de ellas habían combatido, y ciertamente no en la cantidad que Montgomery dejaba entrever al decir que había lanzado a la batalla “de una sola vez” los “efectivos completos disponibles del Grupo de Ejército británico”. A lo sumo lanzó como máximo, una brigada acorazada y parte de dos divisiones, unidades que durante un breve periodo de tiempo intervinieron en los combates. El hecho de que Montgomery no hubiera empeñado a las unidades británicas, de potencial reducido, para poderlas emplear en la inminente ofensiva del Ruhr, estaba, en opinión de los americanos, plenamente justificado, pero no tenía justificación el hecho de que sirviera después de ella para alardear de que había actuado de otra forma. El cometido de curar esta herida le correspondió a Winston Churchill, como magnífico orador que era. En un discurso en la Cámara de los Comunes rindió homenaje al soldado americano y dejó bien claro el hecho de que las Ardenas habían sido una batalla americana, una batalla que él creía que se consideraría como “una batalla americana de fama imperecedera”.
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Re: La Batalla de las Ardenas

Publicado: 04 03 2015 15:58
por cocinilla
E. LOS ÚLTIMOS ESTERTORES


(BÉLGICA, DICIEMBRE DE 1944)

Después de seis meses de servicio continuo, los carros de combate de la 29ª Brigada Acorazada británica debía ser sustituido, y cómo se produjo un periodo de calma en las ofensivas sobre el frente del XXI Grupo de Ejército, a principios de diciembre de 1944, los tres regimientos acorazados de la citada brigada, el 23º de Húsares, 3º de carros y el 2º Fife and Fosfar Yeomanry, recibieron órdenes de trasladarse al centro de suministros de vehículos acorazados, situado en Bruselas para entregar los Sherman que había que desmantelar. Su material se renovaría con los nuevos Comet, dotados de una coraza más fuerte y armado con un cañón de 77 mm de alta velocidad, de los que se decía que podían competir contra los panzer de segunda categoría, o, por lo menos, con los de tercera.

Sin embargo, los Comet no habían llegado todavía, y las tripulaciones de los carros, muy contentos, fueron a vivir a casas particulares de la población civil en los alrededores de Yprès y empezaron a hacer preparativos para una inesperada “Feliz Navidad”. Los permisos se concedieron fácilmente, y dos días después de dejar la línea del frente muchos de estos soldados estaban disfrutando con la divertida interpretación de Errol Flynn en el papel de Robin Hood, cuando una V-2, lanzadas en las primeras fases de la ofensiva de las Ardenas, alcanzó el local donde se estaban proyectando la película y mato a mas soldados ingleses de los que murieron en toda la batalla de las Ardenas.
Infantería mecanizada de las Waffen-SSInfantería mecanizada de las Waffen-SS
Aquel mismo día, el Mariscal Montgomery, tras ultimar los planes para la próxima ofensiva en Renania, estaba jugando al golf con Dai Rees en el Club de Golf de Eindhoven. También él se alegraba de que se acercase Navidad, pues había conseguido de su inmediato superior el permiso para pasarlo en Gran Bretaña. Pero, de pronto, un mensaje que le llegó directamente al campo de golf y en el que se le informaba del ataque por sorpresa de los alemanes, hizo que se desvaneciera todos sus proyectos. Unos minutos después volaba hacia el puesto de mando táctico y reflexionaba, entre otras cosas, sobre el hecho de que la única reserva disponible en el XXI Grupo de Ejército era la 29ª Brigada Acorazada del XXX Cuerpo de Ejército, y que ésta carecía de carros de combate.

Ninguno de los componentes de los tres regimientos acorazados presto mucha atención a lo que estaba ocurriendo a unos 240 km de distancia, en el frente que correspondía al 1er Ejército americano. Las únicas informaciones al respecto las proporcionaban los partes sobre las situaciones, que llegaban con dos días de retraso, y los boletines de la BBC. De cualquier modo los expertos del Servicio de Información habían afirmado repetidamente que los alemanes disponían de poquísimos vehículos acorazados, y que aquel ataque tenía todas las trazas de ser una simple contraofensiva local que los americanos rechazarían fácilmente. El problema más importante por el momento, era conseguir víveres y bebidas para las fiestas que se avecinaban. Pero este ambiente de indiferencia se desvanecieron por completo en las primeras horas del miércoles 20 de diciembre, cuando llegaron llamadas telefónicas dirigidas a los oficiales de servicio con la orden de disponer la salida inmediata a los regimientos hacia el recinto de la feria internacional de Bruselas, donde tendrían que escoger entre los viejos carros de combate los que todavía estaban en condiciones de combatir, volver a instalar en ellos los aparatos de radio, poner en funcionamiento los motores, cargar carburante, hacer provisiones de víveres y de munición y avanzar lo más rápidamente posible hacías las zonas de combate en el Mosa.
Un grupo de soldados del 120º de Infantería de la 30ª División descansa en la ciudad de Malmedy el 29 de diciembre de 1944Un grupo de soldados del 120º de Infantería de la 30ª División descansa en la ciudad de Malmedy el 29 de diciembre de 1944
Su misión era “impedir que el enemigo llegue a los puentes de cruce del río”, desde Namur hasta Givet, a unos 48 km al sur, en territorio francés. Al batallón motorizado (8ª Rifle Brigade) de la 29ª Brigada Acorazada, que volvía del fango u del frio del sector del frente de Holanda, lo mandaron hacia las líneas más avanzadas con la orden de defender los puentes con las autoametralladoras y los semiorugas hasta que llegaran los carros de combate. Nadie sabía a la sazón hasta donde habían avanzado los Panzer alemanes, y la brigada debía de estar preparada para enfrentarse con una columna en pleno avance. Como se trataba de la zona americana, nadie disponía de planos, y en consecuencia los atlas escolares estaban muy solicitados.


E1. Un heterogéneo conjunto de defensores

El batallón motorizado cruzó una Bruselas alarmada y pesimista (se dejaba sentir ya la amenaza del gran ataque alemán) y, pasando por barreras preparadas a toda prisa y guarnecidas por un heterogéneo de tropas de retaguardia, llegó a Mosa hacia las doce del día siguiente. Los puentes estaban firmemente defendidos por la Fuerza R, una unidad improvisada de ingenieros y de carristas veteranos que conducían Sherman en mal estado y viejas autoametralladoras. Pero, afortunadamente, todavía no había rastro alguno del XLVII Panzerkorps alemán que iba avanzando. En aquel momento sus tres Panzerdivisionen se dirigían decididamente hacia aquella zona del Mosa, la única parte del frente de ataque alemán, a lo largo de 145 km de longitud, que avanzaba todavía en dirección oeste; y aunque fuerzas americanas se estaban desplegando hacia ambos flancos de esta penetración, no había aún ninguna fuerza que se interpusiera entre este punto y el Mosa.

A la cabeza de este ataque se encontraba un grupo de combate de la 2ª Panzerdivision, unidad escogida de la Wehrmacht, y mientras los británicos llegaban a las posiciones establecidas, los Panzer alemanes consiguieron cruzar el Ourthe, situado al este, abriéndose un camino, que se hallaba prácticamente inerme, hasta el puente sobre el Mosa, en Dinant. En esta localidad, el oficial que mandaba la 7ª Compañía de la Brigada de Infantería, Comandante Noell Bell, coordino las defensas existentes. Un nutrido destacamentos de los servicios de la aviación americana, compuesto por personal no combatiente, y una unidad de la Policía Militar, también americana, mandado por un gigantesco sargento, firmemente decidió a “hacer de Horacio Cocles” (Horacio Cocles, en latín Publius Horatius Cocles, fue un héroe mítico romano del siglo VI a. C. Según la leyenda, defendió en solitario el puente que conducía a la ciudad de Roma contra los etruscos liderados por Lars Porsena. Era el hermano de Marco Horacio Pulvilo que fue cónsul en 509 a. C. Cocles, significa 'con un solo ojo') en el puente de Dinat. Asimismo se encontraba allí un pequeño grupo de ingenieros británicos, que habían minado el puente y permanecía al lado de los detonadores preparados para volarlos en cuando los alemanes apareciesen en la otra orilla.
Columna del 372º Batallón de Artillería de Campaña de la 99ª División de Infantería se retira por un cruce de carretera en la localidad de Wirtzfeld el 17 de diciembreColumna del 372º Batallón de Artillería de Campaña de la 99ª División de Infantería se retira por un cruce de carretera en la localidad de Wirtzfeld el 17 de diciembre
Por último, se presentó el jefe de la Resistencia local, Capitán Jacques Vallefagne. Y en aquel momento, en que reinaba el caos y el ambiente estaba lleno de recelos y sospechas, poco faltó para que lo arrestaran cuando pidió que le proporcionaran granadas de mano y se ofreció para conducir por la noche patrullas oficiales, preferiblemente de grado superior, contra el enemigo. No obstante, se comprobó pronto su buena fe, y durante los cuatro días críticos que siguieron merodeo por los bosques y por los campos que también conocía para vigilar los movimientos y la disposición de los Panzer y de los cañones alemanes, solicitando sobre ello el fuego concentrado de la artillería y contando después con satisfacción el número de cadáveres de soldados alemanes.

Precisamente mientras acababa el día más corto del año, el escuadrón de cabeza del 3er Regimiento de Carros llegó a Dinant. El mando de todas las fuerzas pasó entonces a manos del Coronel A.W. Brown; a partir de entonces no se podría volar el puente sin una orden personal de él. Poco después también llegó, como a los demás lugares, el resto de los carros de combate, y antes de las 24 horas, el General Horrocks de la 29ª Brigada Acorazada se encontraba al completo (el 2º Fife and Forfar en Namur, el 3er Regimiento de Carros en Dinant y el 23ª de Húsares en Givet). Y esto sucedía tan solo unas 36 horas después de recibir la orden de ponerse en movimiento y cuando se encontraba a 160 km de distancia. El General Horrocks, estaba satisfecho, aunque su primer comentario, al recibir la noticia de que un ejército alemán avanzaba en dirección a Bruselas, había sido el consejo de dejarlo avanzar para, de esta forma, poder combatir una nueva Batalla de Waterloo. La mayor parte de Dinant, un pueblo de calles estrechas, está concentrada en la reducida franja de terreno relativamente llano que se extendía por la orilla izquierda del Mosa, entre el río y una empinada pendiente.
PM americanos atan al Unteroffizier Manfred Pernass, al poste de ejecución al amanecer del día 23 de diciembre en Henri-ChapellePM americanos atan al Unteroffizier Manfred Pernass, al poste de ejecución al amanecer del día 23 de diciembre en Henri-Chapelle
La principal de vía de acceso, por la que llegarían los alemanes, entra Dinant por el sur y corre a lo largo del río, pasando por un punto a través de una apertura excavada en la roca viva. Allí se organizó una barrera, y un poco más adelante se colocó un cinturón de minas Hawkins, preparado para rápido utilización en la carretera si algún vehículo se detenía. El 23 de diciembre, alrededor de la medianoche, un jeep, con los signos distintivos americanos, forzó la barrera y voló por los aires al topar con las minas, y como los cadáveres de sus pasajeros llevaban capotes americanos se temía haber cometido uno de los trágicos errores que a veces se producen en la guerra; pero luego, bajo los capotes, se descubrieron uniformes de las SS: aquellos hombres formaban parte de los comandos encargados de llevar a cabo la “Operación Greif”, organizada por Skorzeny.


E2. Una operación “por la muerte o por la gloria”

Las órdenes cruzadas por los alemanes para esta ofensiva, caídas en manos aliadas, habían acentuado la importancia de los combates nocturnos, por lo que, después de la primera noche en que las defensas se habían concentrado alrededor del puente, un escuadrón se desplazó al otro lado del río y se destino un carro de combate para cubrir cada una de las vías de acceso. Si los alemanes atacaban, el puente será volado y los carros de combate que quedaron al otro lado del río deberían fijar al enemigo durante el máximo tiempo posible, luego se dispondrían formando una barrera con sus vehículos en la carretera y por último deberían inutilizarlos. Lo que nadie debía hacer en ningún caso era retroceder. A esta operación se le llamaba por lo bajo una “operación por la muerte o por la gloria”; pero, como suele suceder cuando se espera lo peor, no ocurrió nada a lo largo de aquella primera noche de espera.
Posición artillera del 38º Batallón de Artillería de Campaña americana de la 2ª División de Infantería desplegado en la Cordillera de Eisenhorn el 20 de diciembrePosición artillera del 38º Batallón de Artillería de Campaña americana de la 2ª División de Infantería desplegado en la Cordillera de Eisenhorn el 20 de diciembre
No obstante, las órdenes no cambiaron en el curso de la noche del 23 al 24 de diciembre; más la falta de descanso empezaba a hacer sentir sus efectos, por ello, cuando las unidades avanzadas de la columna acorazada alemana, que avanzaban para tantear la resistencia, empezaron a marchar realmente por una carretera hacia un Sherman todavía invisible. La tripulación de este estaba profundamente dormida. Despertó a los hombres el ruido de los motores a toda marcha y de las cadenas, y en la confusión que entonces se produjo, el sargento que mandaba el carro, desconcertado, ordenó hacer fuego. El apuntador, no menos confundido, apuntó apresuradamente hacia el vehículo que marchaba en cabeza, pero el proyectil alcanzó un camión que se encontraba más atrás y que, evidentemente, estaba cargado de municiones: la explosión que se produjo incendio otros camiones llenos de carburantes y así, de este modo furtivo, se pudo detener el avance.
Un Sturmgeschütz del Kampfgruppe Y abandonado en Géromont, fotografiado el 15 de enero mientras el Teniente John Perkins, el Cabo Peter Piar y el Soldado Calvin Dupre del 291 de Ingenieros retiran una bomba trampaUn Sturmgeschütz del Kampfgruppe Y abandonado en Géromont, fotografiado el 15 de enero mientras el Teniente John Perkins, el Cabo Peter Piar y el Soldado Calvin Dupre del 291 de Ingenieros retiran una bomba trampa
La tripulación del Sherman, ya un poco mejor organizada, se dispuso a disparar metódicamente, destruyendo un PzKpfw IV, un semioruga y un vehículo de reconocimiento, hasta que un cañón autopropulsado alemán avanzando con decisión por encima de la chatarra incendiada, abrió fuego, y obligó al solitario Sherman a retroceder. La radio transmitía activamente por ambos bandos. “Fuerte resistencia de vehículos acorazados”, referían los alemanes, “los hemos destrozado”, proclamaban los británicos, y todo de ello fue un estímulo para la moral y puso en estado de alarma a las tripulaciones de los otros carros de combate. Un cuarto de hora después fue destruido otro PzKpfw IV en otra carretera de acceso, y también se destruyó a dos Panther que avanzaban por una carretera secundaria. Los alemanes caían ahora bajo el fuego aliado cada vez que se movían, y la artillería británica, al oeste del Mosa, disparando con los cañones de medio calibre a su máximo alcance, provocó daños de tal magnitud que la 2º Panzerdivision se detuvo donde estaba. Sus tropas habían avanzado más que cualquier otra unidad del Grupo de Ejército B (unos 96 km aproximadamente, en ocho días) y llegaron a la vista del Mosa (como habían llegado a ver Dunkerque en 1940 y las torres del Kremlin en 1941); pero, una vez más, sufrirían una gran decepción.


E3. Casi otro Waterloo

Si la 2ª Panzerdivision no se hubiera visto detenida durante dos importantísimos días, precisamente al comienzo de la ofensiva emprendida por la 28ª División de Infantería americana y después por la ilógica negativa a la rendición por parte de los defensores de Bastogne, habría llegado antes a Dinant y habría construido sin duda una cabeza de puente a través de lo cual hubiera podido avanzar el resto de vehículos acorazados del XLVII Panzerkorps. Y entonces el General Horrocks habría gozado de su “Batalla de Waterloo”. Pero, en realidad, aquellos retrasos hiciera que se agotara la reserva de carburante sin que fuera posible encontrar más, y así, la 2ª Panzerdivision perdió ímpetu y cuando se encontró entre el fuego de unos pocos carros de combate y de los cañones británicos titubeo incomprensiblemente durante todo un día.
General Brian Gwynne HorrocksGeneral Brian Gwynne Horrocks
Este titubeo les resultó fatal, pues, mientras tanto, avanzo rápidamente desde el norte la 2ª División Acorazada americana, compuesta de 14,000 hombres, 3.000 vehículos y 390 carros de combate, aproximadamente un tercio de Panzer que los alemanes podían utilizar en los tres ejércitos que había lanzado en la contraofensiva. Esta potente unidad aliada se desplazó de Norte a Sur, entre el débil despliegue británico y los alemanes exhaustos, y poco después grupos de Lockheed P-38 Lightning llegaron y comenzaron a disparar sobre todo lo que se movía, incluyendo por error al 3er escuadrón del 3er Regimiento de Carros, que, afortunadamente, no tuvo que lamentar más que la pérdida de uno solo de sus hombres.

Los británicos de la brigada de infantería gozaron de la visión de este ataque desde primera fila. Poco después de que los aviones hubieran reducido a chatarra casi todo el material que había en el sector, unos 50 carros de combate americanos avanzaron con lentitud, casi en formación de desfile, con las ametralladoras disparando continuamente y sin encontrar resistencia. “No hay duda (dijo con un poco de envidia uno de los jefes de carros británicos) de que si se tiene munición, este es el modo de usarlas”. La malparada 2ª Panzerdivision recibió la orden de retirase, y, abandonando sus vehículos (muchos de los cuales se encontraban indemnes pero sin una gota de combustible en el depósito) los hombres se retiraron a pie. Aunque no en su totalidad; efectivamente, en la zona donde se rompió la punta del avance alemán, la unidad tuvo que lamentar la pérdida de 1.100 prisioneros y dejó sobre el terreno 900 muertos.

Cuando acabó la lucha y los combatientes se hubieran alejado, el incansable Capitán Villenfagne reconoció “minuciosamente el campo de batalla. Era un gran cementerio de vehículos destruidos y de material abandonado y medio sepultado por la nieve. Contó hasta un total de 840 vehículos, entre ellos, 40 Panzer”. Final humillante de un avance que estaba destinado a trastornar toda la situación bélica en el frente occidental.



F. GALERÍA FOTOGRÁFICA

F1. Mandos

Montgomery, centro, posa junto a dos de sus subordinados americanos, Collins a su izquierda y Ridgeway a la derechaMontgomery (centro) posa junto a dos de sus subordinados americanos, Collins a su izquierda y Ridgeway a la derecha

El General de División Troy Middleton, izquierda, junto con Bradley, centro, y Eisenhower, derechaEl General de División Troy Middleton (a la izquierda) junto con Bradley (al centro) y Eisenhower (a la derecha)

El General de División Troy MiddletonEl General de División Troy Middleton

Bradley, Eisenhower y PattonBradley, Eisenhower y Patton

Bradley condecora al Teniente General Courtney HodgesBradley condecora al Teniente General Courtney Hodges

El Teniente General Courtney Hodges, comandante del 1er Ejército americanoEl Teniente General Courtney Hodges, comandante del 1er Ejército americano

El General Walter Robertson, izquierda, comandante de la 2ª División de Infantería habla con el Teniente General Omar Bradley, comandante del 12º Grupo de EjércitoEl General Walter Robertson (izquierda), comandante de la 2ª División de Infantería habla con el Teniente General Omar Bradley, comandante del 12º Grupo de Ejército

El general Gerhard Engel, izquierda, jefe del 12ª División Volksgrenadier del Ier Cuerpo Panzer, posa junto al Comandante del Grupo de Ejército B, Walter ModelEl general Gerhard Engel (izquierda) jefe del 12ª División Volksgrenadier del Ier Cuerpo Panzer, posa junto al Comandante del Grupo de Ejército B, Walter Model

Standartenführer Hugo Kraas jefe de la 12ª División Panzer SS HitlerjugendStandartenführer Hugo Kraas jefe de la 12ª División Panzer SS Hitlerjugend

El General Hasso von Manteuffel, jefe del 5º Ejército, derecha, charla con el Jefe del Grupo de Ejército B, el Mariscal Walter Model, izquierda y en el centro el Inspector de las Fuerzas Acorazadas en el Frente del Oeste, el Teniente General Horst StupfEl General Hasso von Manteuffel, jefe del 5º Ejército (derecha) charla con el Jefe del Grupo de Ejército B, el Mariscal Walter Model (izquierda) y el Inspector de las Fuerzas Acorazadas en el Frente del Oeste, el Teniente General Horst Stupf (centro)

El Comandante del 1er Cuerpo Panzer de las SS, el Gruppenführer Hermann PreissEl Comandante del 1er Cuerpo Panzer de las SS, el Gruppenführer Hermann Preiss

El Mariscal Walter ModelEl Mariscal Walter Model

Josef Sepp Dietrich, a quien sus tropas apodaban Obersepp comandante del Sexto Ejército PanzerJosef Sepp Dietrich, a quien sus tropas apodaban Obersepp comandante del Sexto Ejército Panzer

El General de los Panzertruppen Hasso von ManteuffelEl General de los Panzertruppen Hasso von Manteuffel

El Kampfgruppe Peiper estaba mandado por el Sturmbannführer Gustav Knittel, derecha, jefe del 1er Batallon Panzer de Reconocimiento de las SS, consulta un mapa con el jefe de su compañía de Plana Mayor y Mando, Heinrich Goltz, en las proximidades de La Goltz-Richard el 18 de diciembreEl Kampfgruppe Peiper estaba mandado por el Sturmbannführer Gustav Knittel (derecha), jefe del 1er Batallon Panzer de Reconocimiento de las SS, consulta un mapa con el jefe de su compañía de Plana Mayor y Mando, Heinrich Goltz, en las proximidades de La Goltz-Richard el 18 de diciembre

El General Ernest Harmon, comandante de la 2ª División Acorazada americanaEl General Ernest Harmon, comandante de la 2ª División Acorazada americana

SS-Ostubaf. Joachim Peiper, jefe de la SS-Panzer-Regiment 1SS-Ostubaf. Joachim Peiper, jefe de la SS-Panzer-Regiment 1

SS-Obersturmbannführer Otto SkorzenySS-Obersturmbannführer Otto Skorzeny

El SS-Oberführer Wilhelm Mohnke, jefe de la 1ª Division Panzer en pie sobre su Kubelwagen mirando el atasco donde se encuentraEl SS-Oberführer Wilhelm Mohnke, jefe de la 1ª Division Panzer en pie sobre su Kubelwagen mirando el atasco donde se encuentra

El SS Sturmführer Josef Diefenthal, jefe del III SS PzGren Rgt 2, contempla prisioneros del 119 de Infantería en Stoumont el 19 de diciembreEl SS Sturmführer Josef Diefenthal, jefe del III/SS-PzGren-Rgt.2, contempla prisioneros del 119 de Infantería en Stoumont el 19 de diciembre

F2. Mapas

El plan inicial alemánEl plan inicial alemán

Los objetivos iniciales están subrayados en líneas discontinuas rojas. La línea naranja indica su mayor avanceLos objetivos iniciales están subrayados en líneas discontinuas rojas. La línea naranja indica su mayor avance

F3. Fotografías Varias

La 5ª División Paracaidista alemana capturo seis carros M-4 en Wiltz y los pudo de nuevo en servicio. El que aparece en la imagen fue abandonado en Esch-sur-SüreLa 5ª División Paracaidista alemana capturo seis carros M-4 en Wiltz y los pudo de nuevo en servicio. El que aparece en la imagen fue abandonado en Esch-sur-Süre

Un Volksgrenadier capturado en las proximidades de Bütgenbach en enero de 1945Un Volksgrenadier capturado en las proximidades de Bütgenbach en enero de 1945

Secuencia fotográfica de fusilamientos de comandos alemanes pertenecientes a la unidad de Skorzeny
Secuencia fotográfica de fusilamientos de comandos alemanes pertenecientes a la unidad de Skorzeny
Secuencia fotográfica de fusilamientos de comandos alemanes pertenecientes a la unidad de SkorzenySecuencia fotográfica de fusilamientos de comandos alemanes pertenecientes a la unidad de Skorzeny

Dos soldados supervivientes de la 110ª División de Infantería de la 28ª División el 19 de diciembreDos soldados supervivientes de la 110ª División de Infantería de la 28ª División el 19 de diciembre

Vista aérea de StoumontVista aérea de Stoumont

Vista aérea de La GleizeVista aérea de La Gleize

Puente de piedra sobre el Ambleve, de la ciudad de StavelotPuente de piedra sobre el Ambleve, de la ciudad de Stavelot

Un PzKpfW IV destruido perteneciente a la avanzadilla del Kampfgruppe Peiper al mando del Obersturmführer Werner Sternebeck, es destruido por un M-10 de 76 mm del 644º Batallon Cazacarros el 17 de diciembre en BüllingenUn PzKpfW IV destruido perteneciente a la avanzadilla del Kampfgruppe Peiper al mando del Obersturmführer Werner Sternebeck, es destruido por un M-10 de 76 mm del 644º Batallon Cazacarros el 17 de diciembre en Büllingen

Prisionero norteamericano del 3er batallón del 119 regimiento de Infantería son sacados de un edificio por por confiados granaderos del III SS PzGren Rgt.2Prisionero norteamericano del 3er batallón del 119 regimiento de Infantería son sacados de un edificio por por confiados granaderos del III/SS-PzGren-Rgt.2

Suboficiales del SS Pz Aaufklärngs-Abt. 1, fotografiados en un punto donde Peiper paso el 17 de diciembreSuboficiales del SS-Pz-Aaufklärngs-Abt. 1, fotografiados en un punto donde Peiper paso el 17 de diciembre

Vista aérea de Krinkelt, izquierda, y Rocherath, derechaVista aérea de Krinkelt (izquierda) y Rocherath (derecha)

Un M-7 es emplazado en el cruce que conducía a la región de Eisemborn el 20 de diciembre de 1944Un M-7 es emplazado en el cruce que conducía a la región de Eisemborn el 20 de diciembre de 1944

Un obús de 155 mm del 254º Batallón de Artillería de Campaña da apoyo a la 82ª División Aerotransportada en las inmediaciones de Werbomont el 2 de enero de 1945Un obús de 155 mm del 254º Batallón de Artillería de Campaña da apoyo a la 82ª División Aerotransportada en las inmediaciones de Werbomont el 2 de enero de 1945

Prisioneros americanos capturados en los primeros días por la 1ª División PanzerPrisioneros americanos capturados en los primeros días por la 1ª División Panzer

Este Panther M10 marcado B10 empotrado involuntariamente en el café de La FalizeEste Panther M10 marcado B10 empotrado involuntariamente en el café de La Falize

Un Panther perteneciente al 12ª Regimiento Panzer de las SS es destruido por un M-10 de 76 mm del 664ª Batallón Cazacarros cerca de Krinkelt el 18 de diciembreUn Panther perteneciente al 12ª Regimiento Panzer de las SS es destruido por un M-10 de 76 mm del 664ª Batallón Cazacarros cerca de Krinkelt el 18 de diciembre

Un fusilero con una BAR perteneciente a la Compañía C del 325º de Infantería en la región de Schnee-Eifel el 23 de diciembreUn fusilero con una BAR perteneciente a la Compañía C del 325º de Infantería en la región de Schnee-Eifel el 23 de diciembre

Los ingenieros alemanes acaban de terminar este puente Tipo J sobre la trinchera de la vía férrea cerca de Losheim, un convoy de la 1er Panzerdivision lo cruza protegido por un antiaéreo de la Luftwaffe con su montaje Klak 38 de 20 mmLos ingenieros alemanes acaban de terminar este puente Tipo J sobre la trinchera de la vía férrea cerca de Losheim, un convoy de la 1er Panzerdivision lo cruza protegido por un antiaéreo de la Luftwaffe con su montaje Klak 38 de 20 mm

Tiger 008 de PLM de Bon después de ocupar TondorfTiger 008 de PLM de Bon después de ocupar Tondorf

Fusileros del 393º de Infantería de la 90ª División durante los combates en torno a RocherathFusileros del 393º de Infantería de la 90ª División durante los combates en torno a Rocherath

Un Sturmgeschútz III Ausf. G durante la ofensiva alemanaUn Sturmgeschútz III Ausf. G durante la ofensiva alemana

Avance del Tiger II del Schwere SS-Pz-Abt. 501 atravesando Tondorf camino de reunirse con el Kampfgeppe PeiperAvance del Tiger II del Schwere SS-Pz-Abt. 501 atravesando Tondorf camino de reunirse con el Kampfgeppe Peiper

Estos PM de la 84º División de Infantería están comprobando las identificaciones de los conductores en un cruce de carreteras en BaillonvilleEstos PM de la 84º División de Infantería están comprobando las identificaciones de los conductores en un cruce de carreteras en Baillonville

Láminas con la uniformidad usada en ambos ejércitos
Láminas con la uniformidad usada en ambos ejércitos
Láminas con la uniformidad usada en ambos ejércitos
Láminas con la uniformidad usada en ambos ejércitosLáminas con la uniformidad usada en ambos ejércitos



G. FUENTES

Crónica Militar y Política de La Segunda Guerra Mundial; Editorial Sarpe; Depósito Legal: M.41.059-1982.
Así fue la Segunda Guerra Mundial; Editorial Noguer S.A.; Año: 1972
Ejércitos y Batallas Nº 11: Ardenas 1944; Editorial Osprey Military; Edición Española: Ediciones del Prado; Año: 1994, Depósito Legal: 84-7838-483-9
La Batalla de las Ardenas (1): Saint-Vith y el Brazo Norte.; Editorial Osprey Military; Edición Española: RBA Colecciones; Año: 2008, Depósito Legal: 978-84-473-5948-6
La Batalla de las Ardenas (2): Bastogne.; Editorial Osprey Military; Edición Española: RBA Colecciones; Año: 2008, Depósito Legal: 978-84-473-5948-6
Ejércitos y Batallas Nº 12, Ardenas 1944: Peiper y Skorzeny; Editorial Osprey Military; Edición Española: RBA Colecciones; Año: 1994, Depósito Legal: 84-7838-472-3

http://www.army.mil/botb/
http://www.eurasia1945.com/batallas/con ... s-ardenas/
http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_las_Ardenas
http://www.ushmm.org/wlc/en/article.php ... d=10006178
http://www.panzertruppen.org/ww2/1944/ardenas.html
http://www.historyplace.com/worldwar2/d ... -bulge.htm

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Re: La Batalla de las Ardenas

Publicado: 04 03 2015 22:43
por guti99
Sublime trabajo. Una batalla como esta merece un artículo asi.

Re: La Batalla de las Ardenas

Publicado: 05 03 2015 11:36
por abhang
Impresionante artículo, camarada, ameno y conciso, sobre esta importante última ofensiva alemana en el Frente Oeste,
muy entretenido, merecedor de un lugar destacado este año en el foro.

Enhorabuena, cocinilla.

Re: La Batalla de las Ardenas

Publicado: 06 03 2015 10:23
por Toccoa
Menudo trabajo camarada Cocinilla, me ha aclarado decenas de dudas que tenía, ha sido muy ameno leerlo y creo que está extremadamente completo.

Mi mas sincera enhorabuena a ti y a todos los que podemos disfrutarlo.

Artículo a tener en cuenta para este 2015.

Saludos!

Re: La Batalla de las Ardenas

Publicado: 11 03 2015 20:32
por tigerwittmann
Saludos camaradas.

Enhorabuena por tan estupendo trabajo Cocinilla.
Poco más hay que decir sobre esta fracasada ofensiva alemana, que sin duda perseguía unos objetivos francamente complicados para lo que Alemania podía ofrecer en esos momentos.
Todas esas tropas y material desperdiciados en el mes largo de ofensiva y contraofensiva bien hubieran podido ser empleadas para defender el territorio del Reich tanto al este como al oeste.

Saludos.

Re: La Batalla de las Ardenas

Publicado: 24 07 2015 08:02
por tavoohio
Me costo mi tiempo pero estoy muy satisfecho de haberlo invertido en tan excelente articulo! Como se dice en los Estados Unidos...Sacaste la pelota del estadio con este batazo!

Re: La Batalla de las Ardenas

Publicado: 03 02 2017 06:41
por tavoohio
Lo he vuelto a leer debido a una información que oí en el Concurso de la Televisión Española llamado "Saber y Ganar".

Primero citare un párrafo de tu maravilloso articulo.

"El primer golpe se lanzo desde el aire y significó un esfuerzo extraordinario por parte de la Luftwaffe. El día de año nuevo, a primeras horas de la mañana, 700 aviones alemanes bombardearon aeródromos en Bélgica y Holanda. La incursión sorprendió por completo a los aliados y costos la pérdida de 156 aparatos, la mayor parte, destruidos en tierra. El segundo estuvo dirigido de nuevo contra Bastogne, donde el general von Manteuffel tuvo que detener su ofensiva el 30 de diciembre. Pero el mismo Manteuffel no aprobó este ataque, pues, en su opinión hacía tiempo que había llegado el momento de abandonar todo intento ofensivo en las Ardenas. Para evitar que las tropas desplegadas en la punta del saliente se vieran cercadas entre Patton y el 1er Ejército americano, cuyo ataque desde el norte parecía ahora inminente, pidió permiso al Feldmariscal Model, el 2 de enero por la tarde, para retirarse a una línea apoyada en Houffalize."

Creo y tan solo creo que la pregunta hacia referencia a la información que tu das en tu articulo. En "Saber y Ganar" la información habla de que en ese ataque los Aliados perdieron unas 400 unidades aéreas en el suelo y que los Alemanes perdieron aproximadamente 274 aviones. Se decía igualmente que esta es considerada una Victoria Pirrica ya que los Nazis perdieron a 274 experimentados pilotos y los Aliados solo a 14. A los pocos días los Aliados reemplazaron sus 400 aparatos pero los Nazis les quedo difícil reemplazar sus 274 pilotos.

Crees que esta información de Saber y Ganar hace relación a la información que tu tienes en tu articulo? Tienes el nombre de esta Operación Nazi? He buscado en Internet y no he logrado encontrar nada con relación y mucho menos el nombre de esta operación.
En "Saber y Ganar" dieron el nombre de esta operación durante la Batalla de Las Ardenas pero me fue imposible recuperar la información en ese momento y ahora tengo deseos de adquirir mas conocimiento acerca de este suceso.

Gracias Cocinilla por tan maravilloso articulo.

Re: La Batalla de las Ardenas

Publicado: 13 02 2017 20:47
por tigerwittmann
Saludos camaradas.

Estimado camarada tavoohio, yo también vi ese programa.

La acción de la aviación alemana es la Operación Bodenplatte, seguro que por ese título encuentras bastante en internet.
A grandes rasgos, Bodenplatte fue un asalto de la Luftwaffe sobre los aeródromos aliados en Bélgica y Holanda. Se realizó el día 1 de enero de 1945 y la operación fue llevada tan en secreto que la artillería antiaérea alemana causo un número importantes de bajas entre sus propios aviones. Sobre los datos de aparatos derribados las cifras varían, aunque no mucho, según las fuentes. Lo cierto es que durante esta operación la Luftwaffe consiguió destruir algunos cientos de aparatos aliados que estaban estacionados en sus bases.

Saludos.

Re: La Batalla de las Ardenas

Publicado: 14 02 2017 22:49
por James Rudder
Excelentísimo, completo, revelador, didáctico y un montón de adjetivos más.

Mi más sincera enhorabuena camarada.Me ha encantado.

Saludos cordiales.

Re: La Batalla de las Ardenas

Publicado: 14 03 2017 20:19
por Volkssturmmann
Excepcional trabajo cocinilla. Sin duda una referencia dentro del Foro. Enhorabuena :wink:

Un saludo,