Operación Market Garden
Publicado: 14 03 2015 10:20
Operación Market Garden
Después de una larga conversación, el General Eisenhower se dejó convencer para apoyar el osado y fantástico plan de Montgomery: un ataque lanzado por unidades aerotransportadas y medios acorazados, a través de Holanda, con el fin de envolver las defensas alemanas. Pero la "Operación Market-Garden" no contó con el apoyo necesario y la lamentable derrota de Arnhem neutralizar las restantes éxitos de los aliados.
La escasez de aviones de transporte obligó a los ingleses a efectuar lanzamientos fraccionados de paracaidistas, en medio de fuerzas enemigas que eran bastante más importantes de lo previsto. Las unidades que llegaron al puente de importancia vital que cruzaba el Rhin fueron aniquilados y su sacrificio marcó el final de las esperanzas de que la guerra terminara en 1944.
La escasez de aviones de transporte obligó a los ingleses a efectuar lanzamientos fraccionados de paracaidistas, en medio de fuerzas enemigas que eran bastante más importantes de lo previsto. Las unidades que llegaron al puente de importancia vital que cruzaba el Rhin fueron aniquilados y su sacrificio marcó el final de las esperanzas de que la guerra terminara en 1944.
- FUERZAS ENFRENTADAS
A1. Fuerzas Aliadas
A2. Fuerzas Alemanas - INICIO
- SOLO "PRIORIDAD LIMITADA"
- LA ZONA DE LANZAMIENTO LEJOS DE LA CIUDAD
- RESISTENCIA A ULTRANZA EN NIMEGA
- LOS ALEMANES SORPRENDIDOS
- UN FORMIDABLE "COMITÉ DE RECEPCIÓN"
- UN AVANCE PELIGROSAMENTE LENTO
- UNA META QUE NO SE ALCANZÓ POR MUY POCO MARGEN
- GALERÍA FOTOGRÁFICA
J1. Mandos
J2. Mapas
J3. Fotos Variadas - FUENTES
A. FUERZAS ENFRENTADAS
A1. Fuerzas Aliados
12º Grupo de Ejércitos: Teniente General Omar N. Bradley.
- 1º Ejercito USA (a partir del 24 de Septiembre): Teniente General Charles H. Corlett
2º Division Blindada.
30º Division de Infantería.
7º Division Blindada (a partir del 27 de Septiembre).
29º Division de Infantería (a partir del 27 de Septiembre).
113º Grupo de Caballería.
II Ejército Britanico: Teniente General Sir Miles Dempsey
- XII Cuerpo de Ejercito: Teniente General N.M. Ritchie.
7º Division Blindada: Mayor General G.L. Verney.
15º Division (Escocesa): Mayor General C.M. Barber.
53º Division (Galesa): Mayor General R.K. Ross. - VIII Cuerpo: Teniente General Sir Richard O´Connor.
11º Division Blindada: Mayor General G.P.B. Roberts.
3º Division: Mayor General L.G. Whistler.
4º Brigada Blindada: Brigadier R.M.P. Carver.
1º Brigada Belga: Coronel B. Piron. - XXX Cuerpo: Teniente General B.G. Horrocks.
2º Regimiento de Caballería: Household.
Division Blindada de la Guardia: Mayor General A.H.S. Adair.
43º Division Wessex: Mayor General G.I. Thomas.
50º Division (Northumbrian): Mayor General D.A.H. Graham.
8º Brigada Blindada.
Brigada Royal Netherlands "Princesa Irene". - I Ejército Aerotransportado: Teniente General Lewis H. Brereton.
IX Comando de Transporte Aéreo USAAF: Mayor General Paul L. Williams.
38º Grupo RAF
46º Grupo Aéreo RAF - XVIII Cuerpo Aerotransportado USA: Mayor General Matthew B. Ridgway.
82º Division Aerotransportada: Brigadier General James Gavin.
101º Division Aerotransportada: Mayor General Maxwell Taylor. - I Cuerpo Aerotransportado Britanico: Teniente General F.A.M. Browning.
1º Division Aerotransportada: Mayor General R.F. Urquhart.
1º Brigada Polaca de Paracaidistas: Mayor General Stanislav Sosabowski.
52º Division Aerotransportada: Mayor General E. Kakewell-Smith.
Elementos Aéreos Adjuntos
IX Mando de Transporte de Tropas de la Fuerza Aérea De Estados Unidos (USAAF): Mayor General Paul L. Williams
USAAF
- 52ª Ala de Transporte: 61º, 313º, 314º, 315º, 316º y 349º Grupos de Transporte de Tropas (Dakota).
53ª Ala de Transporte: 434º, 435º, 436º, 437º y 438º Grupos de Transporte de Tropas (Dakota).
50ª Ala de Transporte: 439º, 440º, 441º y 442º Grupos de Transporte de Tropas (Dakota).
RAF
- 28º Grupo de Transporte: Mariscal L.M. Hollinghurst.
Escuadrones: Nº 195, 299, 570 y 620 (Stirling).
Escuadrones: Nº 198 y 644 (Albemarle/Halifax). - 46º Grupo de Transporte: Comodoro A.D. Fiddament; reemplazado por el Comodoro L. Darvall el 15 de septiembre.
Escuadrones: Nº 48, 233, 271, 512 y 575. - 437º Escuadrón de la Fuerza Aérea Canadiense (RCAF).
Fuerza Aérea
Segunda Fuerza Aérea Táctica de la RAF: Mariscal Sir Arthur Coningham.
- 83º Grupo de la RAF: Vicemariscal H. Broadhurst.
Ala Nº 39 Reconocimiento Canadiense.
Alas 121, 122, 123, 143 (Typhoon).
Ala 125 (Spitfire).
Alas 126, 127 Canadienses (Spitfire). - 2º Grupo de la RAF: Vicemariscal B.E. Embry.
Alas 136, 138, 140 (Mosquito).
Alas 137, 139 (B-25 Mitchell). - 84º Grupo de la RAF: Vicemariscal E.O. Brown.
- Comando de Cazas de la RAF: Mariscal Roderick Hill.
- Comando de Bombarderos de la RAF: Mariscal en Jefe Sir Arthur Harris.
- Comando costero de la RAF: Mariscal en Jefe Sholto Douglas.
- 9ª Fuerza Aérea de EEUU: Teniente General Hoyt S. Vandenberg.
- 8ª Fuerza Aérea de EEUU: Teniente General James H. Doolittle.
A2. Fuerzas Alemanas
Comando de las Fuerzas Armadas en Holanda: General del Flieger Friedrich Christiansen
- II SS Cuerpo Panzer: Obergruppenführer Wilhelm Bittrich.
SS Kampfgruppe "Hohenstauffen": Obersturmführer Walter Harzer.
SS Kampfgruppe "Frundsberg": Brigadeführer Heinz Harmel. - Regimiento de entrenamiento de la Division "Hermann Göring": Oberstleutnant Fritz Fullriede.
- Kampfgruppe "Von Tettau": Teniente General Hans von Tettau.
- XV Ejercito General de Infantería Otto Sponheimer.
346º Division de Infantería: Teniente General Josef Reichert.
719º Division de Costa: Teniente General Karl Sievers. - LXXXVIII Cuerpo: General de Infantería Hans Reinhard.
Kampfgruppe "Chill": Teniente General Kurt Chill.
59º Division de Infantería: Teniente General Walter Poppe.
245º Division de Infantería: Oberst Gerhard Kegler.
712º Division Estática: Teniente General Friedrich-Wilhelm Neumann.
- LXXXVI Cuerpo: General de Infantería Hans von Obstfelder.
176º Division de Infantería: Oberst Christian Landau.
Kampfgruppe "Walther".
6º Regimiento de Paracaidistas: Teniente Coronel Friedrich Freiherr von der Heyde.
107º Brigada Panzer: Mayor Freiherr Wolfgang Erdmann.
- XII SS Cuerpo: Obergruppenführer Kurt von Gottberg.
180º Division de Infantería: Teniente General Bernard Klosterkemper.
190º Division de Infantería: Teniente General Ernst Hammer.
WEHRKREIS VI
- Cuerpo "Feldt": General de Caballería Kurt Feldt.
406º Division de Tropas: Teniente General Scherbeing.
B. INICIO
Mientras los Ejércitos aliados se aproximaban lentamente a la frontera de Alemania, la resistencia enemiga se endurecía. El General Dempsey, que dirigía las operaciones del 2º Ejército británico, advertía continuas señales de la cada vez más resuelta defensa opuesta por los alemanes. Muchas veces, sus vanguardias se vieron forzadas a detenerse frente a las unidades formadas por la Hitler Jugend. Estos combatientes fanáticos, atrincherados en grupos aislados de casas u ocultos en los pantanos inaccesibles, defendían con encarnizamiento las puertas de su patria. Fue en esta circunstancia cuando Montgomery concibió el plan de romper rápidamente las líneas defensivas alemanas mediante una serie de lanzamientos de paracaidistas. Esperaba que la conquista de determinado número de puentes entre la frontera holandesa y el bajo Rhin abriera camino al 2º Ejército, permitiéndole avanzar velozmente a través de Holanda para penetrar en las llanuras de Alemania septentrional.
Dos paracas británicos colocan un contenedor de armas Mark I a un avión antes de despegar de Inglaterra
Teniendo en cuenta que el impulso inicial del avance aliado había experimentado una disminución del ritmo a fines de la primera semana de septiembre. Montgomery tuvo la seguridad de que aquel era precisamente el momento más inoportuno para emplear las fuerzas aerotransportadas. Tras la conquista de los puentes holandeses, podría lanzar al 2º Ejército a un ataque que le situaría en un extenso frente vuelto hacia el Este, entre Arnhem y Zwolle; por lo tanto, una vez constituida una profunda cabeza de puente a través del Ijsselmeer, se encontraría en una posición muy fuerte, desde la que podría desencadenar aquel “poderoso y violento golpe al corazón de Alemania” que debía de lanzar. Los principales puentes para conquistar eran cinco. Uno, en el Canal Wilhelmina, a más de 30 km de la frontera holandesa; otro, en el Canal Zuid Willemsvaart, 16 km más al Norte, y los otros tres, respectivamente, en el Mosa, en el Waal y en el Bajo Rhin. Se lanzaría una división del Ejército aerotransportada en la zona comprendida entre Eindhoven y Uden, con el fin de conquistar los dos puentes sobre los canales y para desembarazar el camino entre uno y otro; una segunda división debería asegurarse la posesión del puente sobre el Mosa, en Grave, y del que cruza el Waal, en Nimega, mientras una tercera sería lanzada en Arnhem para ocupar el punto de cruce del bajo Rhin, de 135 metros de ancho.
Se trataba de un plan ambicioso, pero audaz y genial, y de haber tenido éxito las ventajas habrían sido incalculables. En efecto, se habría envuelto la Línea Sigfrido, con lo que los Aliados hubieran dispuesto de un trampolín de lanzamiento para entrar en territorio alemán, y además, una vez el 2º Ejército hubiera iniciado su avance hacia el Ijsselmeer, todas las unidades alemanas presentes en Holanda occidental habrían quedado aisladas. Naturalmente, el plan no dejó de suscitar críticas. El General Bradley hablaba desdeñosamente del “saliente de 96 km que sería preciso formar avanzando a los largo de una dirección secundaria”, y se mostraba preocupado por el peligroso vacío que se crearía entre el 2º Ejército británico y el 1er Ejército americano, ya duramente empeñado.
Se trataba de un plan ambicioso, pero audaz y genial, y de haber tenido éxito las ventajas habrían sido incalculables. En efecto, se habría envuelto la Línea Sigfrido, con lo que los Aliados hubieran dispuesto de un trampolín de lanzamiento para entrar en territorio alemán, y además, una vez el 2º Ejército hubiera iniciado su avance hacia el Ijsselmeer, todas las unidades alemanas presentes en Holanda occidental habrían quedado aisladas. Naturalmente, el plan no dejó de suscitar críticas. El General Bradley hablaba desdeñosamente del “saliente de 96 km que sería preciso formar avanzando a los largo de una dirección secundaria”, y se mostraba preocupado por el peligroso vacío que se crearía entre el 2º Ejército británico y el 1er Ejército americano, ya duramente empeñado.
Posicionamiento de las divisiones alemanas en Holanda
El General Dempsey, que recibía de los Servicios de Información noticias sobre la crecientes actividad alemana en Holanda central, sobre en torno a Arnhem y Nimega, era de la opinión de que sería preferible lanzar el golpe, juntamente con las fuerzas norteamericanas, en dirección este, hacia el Rhin y a la altura de Wesel, mas que “penetrar en Holanda por una dirección tangencial”. El 10 de septiembre, Dempsey fue a ver a Montgomery para convencerle de que aceptase su punto de vista. Pero Montgomery le dijo que acababa de recibir una comunicación del Ministerio de la Guerra en la que se le preguntaba qué se podría hacer para conquistar o neutralizar la base próxima a La Haya, desde que se lanzaban las V-2 alemanas. La demanda excluía toda discusión posterior y el ataque por el Norte no podía diferirse más. Dempsey, por lo menos, pudo tener la reconfortante certidumbre de que la dirección de avance que seguiría su Ejército sería imprevisible y que, en consecuencia, el enemigo quizás se viera sorprendido; además, también las operaciones preliminares al lanzamiento se podrían realizar a una distancia no excesiva de las bases británicas.
C. SOLO "PRIORIDAD LIMITADA"
A juicio de Montgomery y de Dempsey, resultaba completamente inadecuado, en lo que concierne a abastecimiento y a transporte suplementarios proporcionado por los americanos, la “prioridad limitada” que Eisenhower había decidido conceder a la operación aerotransportada. Por su parte, los norteamericanos consideraban injustificado incluso a esta “prioridad parcial”, pues ellos mismos no podían renunciar a aquella mínima cantidad de abastecimiento y de transporte. Pero Montgomery, que no tenía la menor comprensión para los problemas políticos de Eisenhower, continuó insistiendo en la necesidad de obtener prioridad absoluta sobre todas las restantes operaciones. Ya se habían utilizado en su totalidad las reservas del XXI Grupo de Ejército; de Inglaterra habían prometido el envió de nuevas compañías de transporte, pero lo cierto era que aún no había llegado, incluso los chasis de remolque (vehículos para el transporte de carros de combate) se empleaban para el transporte de abastecimientos esenciales y, en consecuencia, gran parte de la artillería pesado y los cañones antiaéreos del 2º Ejército se habían visto temporalmente inmovilizadas al ser privados de sus medios de remolque.
Vista aérea de la ciudad de Nimega
El Cuerpo de Ejército del Teniente General Brian Horrocks al que se le había confiado la misión de conducir el ataque del 2º Ejército en cuando las tropas paracaidistas hubieran conquistado los puentes, no podría contar con el apoyo del 1er Ejército norteamericano mientras Patton siguiera avanzando hacia el Sur; por ello se decidió que el apoyo se lo proporcionaría por el VIII Cuerpo de Ejército británico, trasladado a su derecha. Sin embargo, los vehículos de transporte del citado cuerpo ya se empleaban en gran parte en otras unidades del 2º Cuerpo y los suplementarios facilitados por los norteamericanos no serían suficientes para suplir aquella carencia. Por este motivo, el 11 de septiembre Montgomery comunicó a Eisenhower que la operación de desembarco aéreo no podría llevarse a cabo, como se había previsto, el 17 de septiembre, y que era preciso aplazar el ataque el ataque hasta el 21, o quizás más tarde aún, y que a causa de este aplazamiento se debía esperar “una resistencia mayor y progreso más lento”.
Esta advertencia, expresada sin ambigüedades, obtuvo el efecto deseado. Al día siguiente Eisenhower envió al Cuartel general de Montgomery a su jefe de estado mayor, con la promesa de que se pondría a disposición del mariscal británico bastantes compañías americanas de camiones, que se enviarían a Bruselas diariamente 1000 toneladas de abastecimiento, que se detendría el avance en dirección hacia el Sarre y que la mayor parte de los abastecimientos destinados al XII Grupo de Ejército americano se asignaría así un apoyo adecuado al XXX Cuerpo de Ejército sobre su derecha cuando se iniciara la ofensiva. Según parece, la inmediata reacción de Eisenhower a la solicitud británica obedecía esencialmente a su deseo de disponer de lo más pronto posible el puerto de Amberes, cuyos canales de acceso estaban todavía bloqueados por los alemanes.
Esta advertencia, expresada sin ambigüedades, obtuvo el efecto deseado. Al día siguiente Eisenhower envió al Cuartel general de Montgomery a su jefe de estado mayor, con la promesa de que se pondría a disposición del mariscal británico bastantes compañías americanas de camiones, que se enviarían a Bruselas diariamente 1000 toneladas de abastecimiento, que se detendría el avance en dirección hacia el Sarre y que la mayor parte de los abastecimientos destinados al XII Grupo de Ejército americano se asignaría así un apoyo adecuado al XXX Cuerpo de Ejército sobre su derecha cuando se iniciara la ofensiva. Según parece, la inmediata reacción de Eisenhower a la solicitud británica obedecía esencialmente a su deseo de disponer de lo más pronto posible el puerto de Amberes, cuyos canales de acceso estaban todavía bloqueados por los alemanes.
Paracaidista de la 1ª Brigada Paracaidista polaco se prepara para despegar, el 21 de septiembre
Pero los proyectos de Eisenhower fueron un tanto enredados por el exuberante Patton, quien, apenas se enteró e que probablemente recibiría la orden de pasar a la defensiva, actuó de forma que sus fuerzas se concentrasen empeñadas a fondo más allá del Mosela. Se le había autorizado exclusivamente “a desarrollar una continua actividad de reconocimiento para luego extenderla y, finalmente, pasar al ataque, según la disponibilidad de carburante y de munición” con las que pudiera contar. No pasó mucho tiempo antes de que el apoyo norteamericano a la operación de Montgomery resultase de poca importancia. Pues, apenas Hodges, que mandaba el 1er Ejército, hubo atravesado la frontera alemana, en las cercanías de Prüm, encontró la misma tenaz oposición que Patton hallaba al otro lado del Mosela. En efecto, la resistencia de los alemanes se iba endureciendo día a día a lo largo de todo el frente aliado, y el Feldmariscal Model, quien el 4 de septiembre había comunicado al Führer que la “desigual lucha no podría durar mucho”, ahora no se sentía ya tan pesimista. La Wehrmacht se rehacía y estaba recuperando parte de su potencia de antaño, por lo que las posibilidades de triunfo de la operación de desembarco aéreo en el Norte disminuirían cuando más se retrasasen.
El mismo día en que el General Dempsey visitó a Montgomery para intentar convencerle de que renunciase totalmente a la operación, en el puesto de mando del Ejército aerotransportado, en Gran Bretaña, ya se había comenzado a discutir los detalles para la ejecución de la misma. El Ejército disponía de cuatro divisiones para el proyecto de lanzamiento, dos británicas y dos norteamericanas, así como una brigada autónoma de paracaidista polacos, mandada por el hábil y valiente General Stanislaw Sosabowski. Las dos unidades americanas eran la 101ª División, del General de División James Gavin, y la 82ª División, del General de División Maxwell Taylor. Tanto Gavin como Taylor eran hombres dotados de profunda cultura y de amplia experiencia. Las dos divisiones británicas eran la 52ª División y la 1ª División Aerotransportada, al mando del General de División R.E. Urquhart.
El mismo día en que el General Dempsey visitó a Montgomery para intentar convencerle de que renunciase totalmente a la operación, en el puesto de mando del Ejército aerotransportado, en Gran Bretaña, ya se había comenzado a discutir los detalles para la ejecución de la misma. El Ejército disponía de cuatro divisiones para el proyecto de lanzamiento, dos británicas y dos norteamericanas, así como una brigada autónoma de paracaidista polacos, mandada por el hábil y valiente General Stanislaw Sosabowski. Las dos unidades americanas eran la 101ª División, del General de División James Gavin, y la 82ª División, del General de División Maxwell Taylor. Tanto Gavin como Taylor eran hombres dotados de profunda cultura y de amplia experiencia. Las dos divisiones británicas eran la 52ª División y la 1ª División Aerotransportada, al mando del General de División R.E. Urquhart.
Zonas de lanzamiento de las unidades aerotransportadas
El General Urquhart, al contrario que sus dos colegas norteamericanos, tenía poquísima experiencia en el empleo de tropas aerotransportadas. Era un hombre robusto de 42 años, escocés, querido por todos y que había combatido en África del Norte y en Italia. Pero, como el mismo confesó, nadie habría podido tan estupefacto como quedo el cuándo, nueve meses antes, le había puesto al mando de la división. Sufría terriblemente de mareo aéreo, no se había lanzado nunca en paracaídas, ni había participado nunca en un desembarco con planeadores. En realidad, su división no intervino en el Desembarco de Normandía, porque permaneció en Gran Bretaña como reserva estratégica, y en el curso de los tres últimos meses Urquhart y sus hombres se había preparado para una serie de operaciones que jamás se llevaron a cabo; a veces debido a las condiciones climáticas, en ocasiones porque la extrema dificultad relacionada con su realización se había reconocido a tiempo y, más a menudo, porque durante el tiempo en que la operación se proyectaba el éxito logrado por las columnas acorazadas de los aliados habían sido tan arrollador que hacían superfluas cualquier otra intervención.
Zonas de lanzamiento de la 82ª División Aerotransportada
La desilusión, al ver que sus colegas de la 6ª División Aerotransportada conquistaban todos los laureles en Normandía, junto con las semanas de preparación, de proyectos y de órdenes revocadas dio como resultado que la división, según las justas palabras de uno de sus oficiales, estuviera en aquel momento “inquieta, desilusionada y dispuesto a todo”. Estaba "animada por una manía de combatir”, dijo Urquhart, “que sólo quien ha tenido a su mando unidades numerosas, formadas por bien adiestrados, puede comprender plenamente”. “Los ingleses (dijo Eisenhower al Capitán Bucher, uno de los oficiales del Estado Mayor del SHAEF) insistía para que asignasen a su división aerotransportada las misiones más difíciles y más arriesgadas”. Y lo cierto es que lo lograron. Cuando el General Urquhart fue convocado al puesto de mando de su Cuerpo de Ejército, no tardó en darse cuenta de que se trataba verdaderamente de un cometido dificilísimo.
El Comandante del Cuerpo de Ejército, Teniente General F.A.M. Browning, le comunicó que la 101ª División norteamericana efectuaría el lanzamiento al Norte de Eindhoven para conquistar la ciudad, los cuatro puentes ferroviarios y de carreteras sobre el río Aa y el Canal Zuid Willemsvaart, en Vechel, así como los puentes sobre el Dommel, en St. Oedenrode, y sobre el Canal Wilhelmina, en Son. Al mismo tiempo, la 82ª División norteamericana conquistaría los puentes sobre el Mosa, en Grave, y sobre el Wall, en Nimega. Luego Browning trazando otro amplio círculo sobre el plano cubierto con una espesa hoja de material transparente, “con un amplio gesto de la mano”, como dijo Urquhart, había rematado: “Este es el puente de Arnhem, es preciso poseerlo a toda costa”.
El Comandante del Cuerpo de Ejército, Teniente General F.A.M. Browning, le comunicó que la 101ª División norteamericana efectuaría el lanzamiento al Norte de Eindhoven para conquistar la ciudad, los cuatro puentes ferroviarios y de carreteras sobre el río Aa y el Canal Zuid Willemsvaart, en Vechel, así como los puentes sobre el Dommel, en St. Oedenrode, y sobre el Canal Wilhelmina, en Son. Al mismo tiempo, la 82ª División norteamericana conquistaría los puentes sobre el Mosa, en Grave, y sobre el Wall, en Nimega. Luego Browning trazando otro amplio círculo sobre el plano cubierto con una espesa hoja de material transparente, “con un amplio gesto de la mano”, como dijo Urquhart, había rematado: “Este es el puente de Arnhem, es preciso poseerlo a toda costa”.
Zonas de lanzamiento de la 101ª División Aerotransportada
La operación, a la que se le denomino convencionalmente “Market-Garden”, era operación de desembarco aéreo más ambicioso que se había proyectado hasta entonces. A pesar de ello, se tuvo que proyectar en todo sus detalles en sólo seis días. Y la elaboración del plan presentaba enormes dificultades. Los mayores problemas, relacionados con la misión específica de la división de Urquhart, eran dos: la penuria de aviones de transporte y la convicción de que la artillería antiaérea en el sector de Arnhem era demasiado potente para permitir el lanzamiento de las inmediatas proximidades del puente y en ambas orillas del río. La prioridad en lo que respecta a aviones, afirmó Browning cuando Urquhart le pidió un número mayor para las divisiones británicas, debía concederse a los norteamericanos. Era obvio que la conquista del puente de Arnhem no tendría ninguna finalidad si los norteamericanos no lograban conquistar los del Mosa y del Waal. Así, mientras los paracaidistas de las dos divisiones norteamericanas tomarían tierra en Holanda en un solo lanzamiento, la división británica sería transportada en tres oleadas sucesivas, ya que o había más aviones disponibles.
Eran muy graves los peligros que entrañaba entre fraccionamiento de la división. En efecto, los hombres de la primera oleada deberían llevar a término, con éxito, una doble misión: apoderarse de los puentes y proteger el aterrizaje de los que les seguirían. Y aunque se admitiera que con el primer lanzamiento se podría efectuar un ataque por sorpresa, el enemigo tendría tiempo suficiente para organizar la defensa en el intervalo de tiempo entre la primera oleada y las siguientes. Para eliminar este riesgo, se aventuró la propuesta de que los aparatos disponibles realizasen el recorrido hasta Holanda dos veces en el mismo día. Pero esta propuesta fue rechazada por el comandante de los transportes aéreos, quien objetó que “el intervalo de tiempo entre dos misiones no sería lo suficiente largo para poder efectuar las operaciones normales de mantenimiento y de reparación de los daños sufrido en combate y para permitir algún reposo a los hombres de las tripulaciones”. La proposición de realizar el primer lanzamiento durante la noche y el segundo lo más pronto posible después del alba, también fue rechazada, por el hecho de que las tripulantes norteamericanas, encargadas de transportar a la mayor parte de las tropas paracaidistas, no estaban debidamente entrenadas para las operaciones nocturnas.
Eran muy graves los peligros que entrañaba entre fraccionamiento de la división. En efecto, los hombres de la primera oleada deberían llevar a término, con éxito, una doble misión: apoderarse de los puentes y proteger el aterrizaje de los que les seguirían. Y aunque se admitiera que con el primer lanzamiento se podría efectuar un ataque por sorpresa, el enemigo tendría tiempo suficiente para organizar la defensa en el intervalo de tiempo entre la primera oleada y las siguientes. Para eliminar este riesgo, se aventuró la propuesta de que los aparatos disponibles realizasen el recorrido hasta Holanda dos veces en el mismo día. Pero esta propuesta fue rechazada por el comandante de los transportes aéreos, quien objetó que “el intervalo de tiempo entre dos misiones no sería lo suficiente largo para poder efectuar las operaciones normales de mantenimiento y de reparación de los daños sufrido en combate y para permitir algún reposo a los hombres de las tripulaciones”. La proposición de realizar el primer lanzamiento durante la noche y el segundo lo más pronto posible después del alba, también fue rechazada, por el hecho de que las tripulantes norteamericanas, encargadas de transportar a la mayor parte de las tropas paracaidistas, no estaban debidamente entrenadas para las operaciones nocturnas.
Operaciones de la 1ª División aerotransportada británica del 17 al 21 de septiembre de 1944
Así, pues, no había más remedio que efectuar una serie de lanzamientos en pleno día y con amplios intervalos de tiempo. Y en consecuencia, el buen éxito de la operación británica dependía de que las fuerzas enemigas fueran relativamente exiguas de en sector de lanzamiento, a la eficacia de la sorpresa inicial y a una elección cautelosa de las zonas de aterrizaje. Además, la RAF, después de haber realizado numerosos vuelos de reconocimiento, sostenía que los lanzamientos en las proximidades del principal puente de carreteras tendrían que excluirse porque los paracaidistas encontrarían en la zona de Arnhem fuertes destacamentos de artillería antiaérea. A esto se añadía el peligro de que los aparatos que remolcaban a los planeadores, lentos, desarmados y vulnerables, fueran demasiado lejos y acabasen bajo el fuego de la barrera de las defensas antiaéreas de los aeródromos holandeses, sí, para volver a sus bases, se dirigían al Norte; o bien que obstaculizaran el vuelo de los aviones americanos que operarían sobre Nimega, en el caso que siguieran la ruta sur.