La Segunda Guerra Mundial

USS BARB (SS-220)

Los sumergibles estadounidenses de la Clase "Gato", habían sido concebidos inicialmente como submarinos de flota, con la misión de operar junto a fuerzas de superficie de gran tamaño (escuadras de acorazados o cruceros) como unidades de avanzada y reconocimiento. Pero el desarrollo de la guerra naval en el Pacífico no tardó en convertir en obsoleto el propio concepto de “submarino de flota”. Los combates directos entre grandes fuerzas navales fueron casi inexistentes, sustituidos por enfrentamientos aeronavales entre escuadras que raramente llegaban a verse entre sí. Sin embargo, pese a que no llegaron a ser utilizados en las funciones para las que habían sido diseñados, muchas de las características de los "Gato" (especialmente su robustez y su gran autonomía) los hacían idóneos para otro tipo de misiones: las de hostigamiento al tráfico mercante y a las líneas de abastecimiento en mares controlados por el enemigo.

Su quilla fue lanzada el 2 de abril de 1942 (patrocinado por la señora Charles A. Dunn, esposa del contralmirante Dunn.

Durante su primera patrulla, realizó tareas de reconocimiento antes y durante la invasión del Norte de África, principalmente en aguas de Marruecos.

Posteriormente, operando desde Rosneath, Escocia, hasta julio de 1943, realizó sus cuatro patrullas siguientes contra los corredores del bloque del Eje en aguas europeas. La quinta patrulla del Bard terminó el 1 de julio, regresando a la base en Nueva Londres, Connecticut, llegando el 24 de julio.

En la noche del 26 de diciembre del 1942, cuando navegaba por aguas próximas a la costa española, divisó un buque que navegaba por la costa portuguesa, con las luces encendidas e iba iluminado como los barcos de países neutrales, como no se tenía información del tránsito de buques españoles por la zona y se esperaba la posible partida de los petroleros alemanes Spichern y Max Albercht refugiados en La Coruña, el comandante Waterman no lo dudó y atacó lanzando dos torpedos.

Convencido que había hundido un buque alemán, abandonó la zona, pero en realidad el buque atacado fue el petrolero español Campomanes, el cual pertenecía a la petrolera española CAMPSA.

Éste fue alcanzado por babor a la altura de las máquinas. La explosión causó un desgarramiento de ocho metros de largo en el casco. Ante el riesgo de que se hundiera, la tripulación decidió abandonar la nave y embarcarse en los botes salvavidas, hasta que fueron recogidos por el pesquero Álvarez Feijoo. El buque quedó a media inmersión y pudo ser remolcado a Ferrol por los bous Santa Rosa,Tiburón y J. Ignacio, parte de la flotilla del Cantábrico que había sobrevivido a la Guerra Civil. Posteriormente, fue reconstruido.

Los estadounidenses, a la vista del error cometido y para evitar conflictos con el Gobierno español, silenciaron el hecho, sin embargo en la bandera de victorias del Barb figura una bandera alemana (una esvástica negra sobre fondo rojo), cuando oficialmente no consta que hundiera ningún buque alemán, en realidad la misma corresponde al Campomanes, que no solamente no era alemán sino que no resultó hundido, aunque sí fue dañado gravemente. En posteriores investigaciones en los años ochenta se pudo constatar que al regreso de su segunda patrulla el Bard regresó con veinte torpedos, dos menos de su dotación al inicio de la misma que era de veintidós torpedos, lo que se corresponde con los lanzados contra el Campomanes.

Después de una breve revisión, recibe la orden de dirigirse al Pacífico, llegando a Pearl Harbor en septiembre de 1943. Waterman lo llevó en patrulla al Mar de China Oriental. El 29 de marzo de 1944, hundió a un buque mercante japonés, el Fukusei Maru, y realizó una misión de doble bombardeo contra la isla Rasa con un submarino hermano, el Steelhead dirigido a las fábricas japonesas en tierra firme. A partir este viaje, el Bard comienza en las aguas del Pacífico una caza lucrativa de buques enemigos, submarinos, etc. Pasando a compilar uno de los expedientes de combate más grandes por los submarinos de la Segunda Guerra Mundial.

Con un total de 7 misiones en el Pacífico, las cuales estuvieron realizadas entre marzo de 1944 y agosto 1945, acreditándole oficialmente el hundimiento de 17 buques de guerra con un total de 96.628 toneladas, en los cuales se incluyen el portaaviones de escolta japonés Unyo, hundido el 16 de septiembre de 1944, cerca de las islas marianas, muriendo 239 marineros japoneses.

Su siguiente comandante, Eugene B. Fluckey, apodado "Lucky Fluckey, ya estaba a bordo para ser evaluado como el posible sustituto de Waterman.

Las últimas patrullas del submarino, ya al mando (21 de mayo 1944) de Fluckey, tienen especial relevancia, recorriendo desde el Estrecho de Formosa hasta el mar de China Oriental, hundiendo en esta patrulla cuatro mercantes japoneses.

El 22 de enero de 1945, con Japón asediado en todos los frentes, penetró en el puerto de Namkwan, en la costa de China, frente a las islas Matsu, y causó estragos en un convoy de unos 30 barcos enemigos anclados. Maniobrando en aguas peligrosamente poco profundas, de sólo cinco brazas, Bard lanzó sus torpedos al grupo enemigo y luego se retiró a la máxima velocidad en la superficie a través de aguas inexploradas, muy minadas y obstruidas por las rocas. En reconocimiento de esta patrulla excepcional, el comandante Fluckey le fue concedida la Medalla de honor, y el submarino recibió la Unidad Citación Presidencial:

Por un heroísmo extraordinario en acción durante las octava, novena, décima y undécima patrullas de guerra contra las fuerzas enemigas de la superficie japonesa en aguas restringidas del Pacífico. Paciente en su búsqueda de objetivos vitales, el Bard siguió sin cesar al enemigo y golpeó con indomable furia. A pesar de la oportunidad de ataque desfavorable y las contramedidas severas. Maniobró magníficamente, se mantuvo firme en su curso agresivo y, al ponerse en contacto con una concentración de buques hostiles en la parte inferior de un puerto, audazmente penetró en ese puerto fuertemente defendido. El Bard lanzó sus torpedos en el grupo enemigo para anotar golpes devastadores en los objetivos principales y, a continuación, se retiró a gran velocidad en la superficie en una carrera de una hora entera a través de aguas inexploradas, pesadamente minadas y obstruidas por rocas. Superó un tifón para rescatar a catorce prisioneros de guerra británicos y australianos, junto al Queenfish, que habían sobrevivido (a pesar de su estado lamentable, durante cinco días en el mar) al torpedeamiento y hundimiento de un barco de transporte hostil en el camino de Singapur al Imperio japonés. Determinado en llevar la lucha al enemigo, ha logrado un registro ilustre de la galantería en la acción, reflejando el crédito más alto en sus oficiales y hombres valerosos y en el servicio naval de Estados Unidos.

Cuando terminó esta última patrulla, el submarino fue enviado a Estados Unidos, para revisión general y la instalación de lanzadores de cohetes y un cañón más potente, por deseo expreso de su capitán. Algo revolucionario para la época de los submarinos.

De vuelta el 8 de junio de 1945, a su última patrulla en el Pacífico, en período de guerra, fue utilizado por primera el lanzamiento exitoso de cohetes, bombardeando varias ciudades japonesas, entre ellas Shikuka, Kashio, Shiritoru y Kaihyo To, en su recorrido del Mar de Okhotsk, al norte de Japón. En las semanas siguientes el Bard navegó por las costas del norte de Hokkaido y el este de Karafuto (el nombre japonés de Sajalin), bombardeando con sus cohetes todo tipo de objetivos militares y estratégicos.

Pero el hecho más insólito a lo que nos vamos a referir, ocurrió en las postrimerías de la guerra, su última patrulla era en una zona importante, patrullando por el mar comentado anteriormente, descubrió una línea férrea cerca de la costa, en la ciudad de Kaihyo, y ante la escasez de objetivos marítimos, el capitán decidió atacar.

En marzo de 1945, tras completar con éxito una patrulla en aguas costeras de China en la que el Barb causó estragos en la flota mercante enemiga, su comandante, el capitán Eugene Fluckey, recibió orden de dirigirse a San Diego. Allí, aprovechando unos trabajos de mantenimiento que tenían que hacerse en el buque, Fluckey solicitó que se instalasen en el Bard cinco lanzacohetes de 130 mm.. Aquello suponía una innovación revolucionaria en la historia de la guerra submarina. Cuando los sumergibles de la época tenían que atacar objetivos en la costa, como instalaciones defensivas, infraestructuras portuarias, almacenes o depósitos de combustible, las únicas armas con las que contaban eran sus cañones de cubierta (pensados para ser utilizados en superficie contra barcos cuando las condiciones lo permitiesen, ahorrando así torpedos) o sus armas antiaéreas. Por primera vez en la historia un submarino había sido equipado con armamento de gran potencia de fuego expresamente preparado para atacar objetivos terrestres.

Tras completarse los trabajos, el Barb regresó a Hawai. El 8 de junio de 1945 zarpó de Midway para iniciar la que sería su última patrulla en la guerra. En las semanas siguientes el Barb navegó por las costas del norte de Hokkaido y el este de Karafuto (el nombre japonés de Sajalin) bombardeando con sus cohetes todo tipo de objetivos militares y estratégicos.

Uno de los objetivos principales de la incursión del Bard en el Mar de Okhotsk era el ferrocarril de Karafuto. En 1920, aprovechando su intervención en la guerra civil rusa, Japón se había anexionado la mitad sur de la isla de Sajalin. En los años posteriores, pensando en explotar los recursos naturales de la región (especialmente la madera), los japoneses construyeron una línea férrea principal y varias secundarias que recorrían la isla de norte a sur y concluían en el puerto de Otomari (Korsakov en ruso), donde las mercancías se embarcaban para su transporte a la vecina Hokkaido.

La tripulación entonces es puesta al tanto del descabellado plan de su comandante, había que volar las vías ferroviarias, lo cual seria fácil de noche se desembarcara una partida y plantara las cargas de 20 kgs. de explosivos los cuales serian mas que suficiente, pero Fluckey quería ir mas allá, quería destruir un tren militar, con locomotora y todo.

El problema radicaba en no arriesgar la vida de los hombres que se destinaran en ir a la misión de desembarco y a la vez destruir uno de los frecuentes trenes de suministros para las bases militares del Imperio del Japón.

Mientras tanto, aparece una fragata japonesa a las 11:27 h., la cual termina sus días en el fondo. Se reúnen nuevamente los oficiales del submarino al frente su comandante, tras discutir la situación determinan, poner un dispositivo detonador y que el tren solo vuele en pedazos sin arriesgar a los tripulantes. Para esta acción, los cohetes eran inútiles.

En la partida estarían marinos solteros y sin cargas familiares, y con experiencia en el campo de batalla, Fluckey no pudo resistirse y fue quien lideró la partida, acompañado por solo 8 tripulantes, hubo muchísimos voluntarios que quedaron decepcionados al no ser seleccionados.

Finalmente, los que quedaron convencieron a Fluckey de que no podía dejar el barco, incluso lo amenazaron con informar sus intenciones al Comandante de Submarinos del Pacífico, a regañadientes, tuvo que quedarse, incluso un japonés prisionero de guerra estaba a gusto y se ofreció como guía, prometiendo no escaparse, obvio que no se aceptó tan gustoso ofrecimiento.

Los ingenieros a bordo habían creado un switch de presión para activar los explosivos en cuanto fueran presionados los raíles, lo habían testeado reiteradas veces, todo estaba listo, finalmente, el 22, después de dos días esperando, con clima ideal para el intento, con bruma, pasada la medianoche del 23 de julio, emerge a escasos 900 metros de la costa, rápidamente 8 hombres suben a dos botes inflables y atraviesan la distancia necesaria remando en poco mas de 20 minutos, el submarino baja a profundidad de periscopio.

La partida toca tierra, ocultan los botes hinchables, entran en el patio trasero de una casa, tras evitar ser vistos, evitan también una torre de guardia ocupada por un solitario y dormido soldado. Mientras estaban enterrando las cargas, apareció un tren, a nadie se la había ocurrido la posibilidad de un convoy nocturno y pudieron esconderse a tiempo, terminando la tarea minutos después.

Cerca de las 01:30 h., se envían señales al submarino indicando que la tarea estaba hecha, por lo que Fluckey se aproxima peligrosamente a poco mas de 500 metros de la costa mientras los botes se acercaban, a la 01:45 h., uno de los vigías del submarino divisa a lo lejos otro tren, no esperaban uno hasta la mañana, por lo que Fluckey por megáfono les ordena “remar rápidamente”, sabiendo que, de cualquier manera, no iban a llegar a cubierta antes de la explosión, aún estaban a medio camino.

Dos minutos después, una tremenda explosión iluminó todo el paisaje, la locomotora saltó por los aires mientras los vagones se amontonaban destrozándose detrás y explotaban con munición. Cinco minutos después, los saboteadores estaban a bordo mientras lentamente el submarino se retiraba en superficie por la poca profundidad de las aguas, en ese instante, el comandante Fluckey ordenó por el intercom que todos los que no estuvieran afectados a tareas de maniobra del buque podían subir a ver el espectáculo un incendio de proporciones, realmente el Bard había “hundido” un tren.

El 2 de agosto, entra al puerto en Midway, con una curiosa bandera izada, la silueta de un tren. En su bandera de combate, lucía ya el "Karafuto Express". La historia sobre este ataque es poco conocida, sin explicación de ello, máxime tomando en cuenta que este desembarco fue la única operación terrestre en territorio de la Isla Grande del Japón en toda la guerra, los marinos que desembarcaron fueron: Paul Saunders, William Hatfield, Francis Sever, Lawrence Newland, Edward Klinglesmith, James Richard, John Markuson, y William Walker. El submarino de Fluckey consiguió uno de los récords más altos de la Flota norteamericana, con 90.000 toneladas hundidas.

Después del cese de las hostilidades, Barb fue puesto en comisión en la reserva el 9 de marzo de 1946 y fuera de la comisión en la reserva el 12 de febrero de 1947 en New London, Connecticut. El 3 de diciembre de 1951, fue puesta en servicio y asignada a la Flota del Atlántico, operando desde Key West, Florida. Fue puesto fuera de servicio el 5 de febrero de 1954 y se sometió a la conversión del Programa de Energía de Propulsión Submarina Mayor (GUPPY).

Renovado el 3 de agosto de 1954, sirvió en la Flota Atlántica hasta el 13 de diciembre de 1954, cuando fue desmantelado y prestado a Italia bajo el Programa de Ayuda de Defensa Mutua.

El comandante Fluckey se retira de la Marina estadounidense como contraalmirante y luce, aparte de la incomparable Medalla de Honor del Congreso, el récord de cuatro Cruces Navales. Escribió un libro en 1992 sobre sus patrullas en el USS Bard (Thunder Below), y usó parte de las ganancias para organizar reuniones con los integrantes de las misiones. Ningún otro submarino hundió mas toneladas de buques en el Pacífico. El sumergible al mando de Fluckey no tuvo siquiera un muerto o herido en toda la campaña.

"Ninguno de los que sirvieron bajo mi mando recibió el Corazón Púrpura por haber sido herido o muerto, y todos nosotros trajimos nuestro Bard de vuelta sano y salvo."

El submarino fue rebautizado como Enrico Tazzoli, (S-511) por la Marina italiana. Vendido como chatarra en 1972 por aproximadamente 100.000 dólares, fue desguazado por una chatarrería, sin saber la historia del submarino.