MARGHERITA SARFATTI
La amante judía de Mussolini que vivió en Montevideo
Margherita Sarfatti
La amante judía de Mussolini que vivió en Montevideo
Margherita SarfattiNacimiento, juventud y casamiento
Margherita Sarfatti (nacida Margherita Grassini), nace en Venecia, 8 de abril de 1880, hija de una rica familia judía.
Inicia sus estudios superiores a los 14 años, interesándose por la Historia del Arte y la Poesía.
Al año siguiente toma contacto con un profesor socialista que la instiga a leer sobre el socialismo y la doctrina de Marx y otros teóricos, lo que produce un gran escándalo en la familia.
Ese mismo año conoce al abogado también judío Cesare Escarfatti, varios años mayor que ella, con el que se casa a los 18.
Ascenso
El 15 de octubre de 1902, el matrimonio se muda a Milán, donde empieza a publicar artículos sobre todo en el periódico “Avanti”, acerca de sus pasiones el arte y la política, fundamentalmente sobre el feminismo socialista local.
También conoce a Gabriele D'Annunzio, un viejo amigo de su esposo, siendo de esa época sus dos primeros hijos Roberto y Amodeo.
El 11 de diciembre de 1912, Mussolini es trasladado a Milán para asumir la dirección de “Avanti”, donde se produce el encuentro, que en poco tiempo termino en una relación amorosa.
Durante la Gran Guerra, ambos fueron expulsados del Partido Socialista, y empiezan a colaborar con el Popolo d’Italia.
En enero de 1918, muere su hijo Roberto en la Batalla del Monte Baldo.
Apenas iniciado los años veinte, los encuentra transformados en amantes, lo que todavía no había tomado estado público, pero era de conocimiento de los conyugues de ambos.
Auge
Durante los años 20 al 23, su salón de exposición en Milán era frecuentado por intelectuales, artistas, se convierte en la Directora de “Gerarchia” una revista de teoría política fundada por Mussolini. Junto a su galerista y varios artistas funda el movimiento artístico “Novecento”.
Estaba al lado de Mussolini, cuando este toma el poder en 1922.
Se convirtió en la mayor propagandística de los logros y avances del régimen Fascista, aun fuera de Italia; incluso en Estados Unidos, donde fue recibida por el Presidente Roosevelt, y su esposa, con honores.
Se decía que Roma volvía a ser la capital del mundo y que Roosevelt aplicaba las políticas económicas de Mussolini; Margherite era conocida como “La reina sin corona de Italia”.
Publico muchos libros referentes al arte, en 1925 comenzó a escribir la biografía oficial de Benito (Dux), la que fue traducida a dieciocho idiomas, reeditado innumerables veces, dándole fama mundial.
Tenía especial la particularidad de detectar futuros genios en el arte y promoverlo, y especial también era su capacidad para estimular y favorecer el desarrollo de todo lo que tuviera que ver con el arte, la cultura y de la arquitectura italiana.
Fue calificada como “zarina del arte”
Complot y caída
Varias causas convergieron y dieron lugar a la existencia de un complot, aunque en realidad solo una de ellas era realmente intencional, las demás fueron circunstanciales y fortuitas.
El Duce en un principio fue respaldado por unos 40 mil ciudadanos de la comunidad hebrea, hasta que su faceta antisemita se dio a conocer cuando su unión al eje Roberto (Roma-BERlin-Tokio), incluso su Ministro de Finanzas hasta el 1935, fue el judío Guido Jung.
Su luz empezó a apagarse entre 1936 y julio de 1938, cuando se publico el fatídico “Manifesto della razza”, una de las obsesiones de Hitler a las que Mussolini tuvo que avenirse.
En la misma medida que crecía el poder de Mussolini, decrecía su tolerancia a los disensos, máxime si eran de origen femenino, esto sumado a la popularidad y la gran importancia de Margherite en el estado, en el que había adquirido el curioso rango de “primera dama semioficial”. Además empezó a tener amantes cada vez más jóvenes, la infortunada Clareta Petacci, era 32 años menor.
La única causa verdaderamente intencional y la que más peso tuvo en su final caída provino de su gran enemiga la Condesa Edda Ciano, a la que su padre había prohibido su casamiento con un judío. Razones tenía varias para actuar así, era la amante de su padre por más de dos décadas, era judía, y se desempeñaba como la “primera dama semioficial”.
Urdió en connivencia con el jefe de policía y un gigoló al que pagó una importante suma para seducir a la ya madura Sarfatti, y conducirla a un lugar no acorde a su rango, y por supuesto hubo un allanamiento, donde fue encontrada sin documentos, detenida una noche en el destacamento policial. A la siguiente mañana Mussolini fue informado por su hija y el oficial que había realizado el procedimiento, eso fue la gota de derramo el vaso y decreto su muerte civil.
Esta última afirmación surge de un artículo firmado por el diplomático alemán Wermer von der Schulemburg (1881-1956), el gozaba de la confianza del Duce; dos primos de este Friedich Wemer y Fritz von Schulemberg, estaban entre los conjurados en el atentado del 20 de julio contra Hitler que fueron fusilados. (1).
Llegado este punto ella fue autorizada a partir hacia el exilio.
Exilio
Además de autorizada fue inducida a partir, por saberse bajo controles especiales, partió primero a unas “vacaciones” y a fines de julio de 1938, se instalo en unos baños termales en Suiza, en setiembre ya se encontraba en París. En esta ciudad frecuentaba a Jean Cocteau, y muchos otros ilustres personajes. En perfecto francés dio múltiples conferencias en el Louvre, sus conocimientos y su encanto dejaban asombrados a los participantes.
Al comenzar la guerra el cónsul italiano en Barcelona, amigo de Margherita, le aconsejo salir de Europa, eligiendo Montevideo como destino, ya que su hijo Amedeo también expulsado de Italia, trabajaba allí en un banco, el viaje lo hizo en el trasatlántico “Augustus”.
A su llegada encontró resistencia a su persona, fundamentalmente en la intelectualidad antifascista, tanto en Montevideo como en Buenos Aires.
Al poco tiempo se empezaron a publicar sus artículos sobre literatura de diversos países, en diarios y revistas acompañada de publicaciones firmadas por personalidades del momento, todas antifascistas.
En Montevideo vivió en el Hotel Nogaro en la Ciudad Vieja, y fue colaboradora de “El Diario”.
Repartía su estadía entre Montevideo y Buenos Aires, pasando los veranos en el primero y el invierno en el otro lado del Río de la Plata.
Siempre estuvo interesada en el desarrollo de la guerra, celebrando al final la victoria aliada.
También seguía con inquietud el desarrollo de los sucesos que intranquilizaron a la Argentina a principios de los cuarenta con el advenimiento del peronismo, lo que le hizo acordar de los inicios del fascismo por sus semejanzas, máxime sabiendo que Perón había sido agregado militar en Italia antes de la guerra; era admirador de Mussolini, a lo que se sumaba una visita a la Alemania Nazi.
Con este panorama en la región y ya terminada la guerra hacia dos años, emprendió el camino de regreso.
Vuelta a casa
El 18 de julio de 1947 partió de Buenos Aires en un vuelo de Aerolíneas Argentinas con destino a Roma, donde llega muy maquillada con un bagaje de años, historia y vivencias.
En su último libro “Acqua passata”, cuenta las memorias de su vida y la de sus amigos. La palabra “fascismo” aparece una sola vez en el libro.
Notas aclaratorias
(1) Pego textual y directo de la fuente, porque en algún lugar de este foro leí algo de una polémica sobre este personaje (creo que era sobre arte desaparecido durante la 2GM), y quizás sirva de pie para alguna posterior averiguación de quien pueda interesar.
“Se trata de un texto hallado en el archivo del historiador Renzo De Felice, un opúsculo de setenta páginas firmado por el diplomático alemán Werner von der Schulenburg (1881-1956) que De Felice había hecho traducir al italiano y que se disponía a publicar cuando la muerte lo sorprendió en 1996. Schulenburg procedía de una familia de aristócratas; dos primos suyos, Friedrich Werner y Fritz von Schulenburg, eran algunos de los conjurados que en 1944 atentaron contra la vida de Hitler y que fueron fusilados "por alta traición" junto a otros cinco mil rebeldes.”
El barón von der Schulenburg gozaba de la confianza del Duce; a partir de 1927 fue testigo privilegiado de la relación del líder con Margherita Sarfatti y detectó los celos que la intelectual judía generaba en el seno de la familia Mussolini. En su memorial, titulado Un Benito Mussolini, sindica a la condesa Edda Ciano, hija del dictador, como la artífice de un complot destinado a acabar con el prolongado vínculo de la escritora con el Duce. Los trazos con que describe a Edda llevándose a la boca un cigarrillo en una boquilla de marfil, con una mano colmada de zafiros "del tamaño de una estampilla", revelan la sutil e implacable mirada del barón: "Raramente he visto en mi vida una mujer física y psíquicamente tan obscena. En una recepción, la observé mientras departía con el príncipe Bismarck, inclinaba su cabeza a modo de signo de interrogación, como las muchachitas que esperan a los soldados en las esquinas del cuartel"...
Fuentes
http://www.larepublica.com.uy/cultura/2 ... montevideo
http://www.weinsteiner.net/2007_07_01_archive.html
http://www.storiadimilano.it/Personaggi ... rfatti.htm
Foto 1. http://www.lanacion.com.ararchivoanexos ... 256749.jpg
Foto 2. http://sarfatti_giovane - http://www.storiadimilano.it
Foto 3. http://www.haaretz.com
Foto 4. http://www.weinsteiner.net
Foto 5. http://www.misiti.it