La Segunda Guerra Mundial

IVÁN MIKHAILOVICH SIDORENKO

Nació en el seno de una familia campesina pobre, tras una infancia tranquila, donde estudia en la escuela elemental, se traslada con sus padres, para continuar sus estudios en la ciudad de Lipestk, donde el padre encuentra trabajo en una planta de metalurgia. Se matricula en la Escuela Superior de Arte en Penza, en 1938, donde está un año.

Una año más tarde, es llamado a filas por el Ejército, es enviado a estudiar en la Academia Militar de Infantería de Simferopol, en Crimea (Ucrania), graduándose en 1941 con el grado de subteniente.

En invierno de este año, junto a su unidad, una compañía de morteros, es trasladado con urgencia a los alrededores de Moscú, que estaba asediada la ciudad por el Ejército alemán.

Se convierte en francotirador de forma autodidacta, durante la batalla por la ciudad. Tras abatir a decenas de enemigos, incluso un carro y varios tractores con munición incendiaria, que él mismo había desarrollado, el Alto Mando le ordenó enseñar a otros jóvenes destacados, en los métodos y tácticas que había desarrollado.

Llegó a formar a unos 250 francotiradores, en las tácticas y métodos que él mismo había desarrollado, enseñándoles a actuar bajo cualquier condición climatológica, en las pericias de francotirador. Combinando la teoría con la práctica unía en sus clases las mediciones del terreno, el cálculo de la distancia, los horarios más factibles, la disposición física y psíquica del francotirador para desarrollar el tiro con incursiones reales al campo de batalla para poner en ejecución lo aprendido.

De manera encubierta, es nombrado ayudante del comandante del 1122º Regimiento, de la 334ª División de Fusileros, en el 1er. Frente Báltico, para engañar a los alemanes que le seguían su pista, para su eliminación. Su trabajo principal era enseñar a los nuevos francotiradores, aunque también ocasionalmente participaba en los combates, llevando consigo a varios de sus alumnos.

En 1942, como integrante del 4º Ejército, participa en los combates de la ciudad de Velizhu.

Fue herido varias veces, con más gravedad a principios de 1944, en Estonia, situación que le llevó a pasar varios meses en un hospital. Sus hazañas eran ampliamente difundidas por la propaganda de su país. El Soviet Supremo le concedió el 4 de junio de este año, ya capitán, la condecoración de Héroe de la Unión Soviética.

No se recupera de forma completa de su herida, y por orden superior, es retirado del frente, para evitar ser abatido o caer prisionero, aparte de ser un instructor muy importante.

Ya tenía acreditado unas 500 bajas confirmadas, haciendo honor a su lema: un disparo, un muerto, frase que se hizo muy famosa en la Unión Soviética. Utilizaba un rifle Mosin-Nagant M-1891/30, de 7.62 mm., con mira telescópica.

Al finalizar la guerra, fue desmovilizado, con el grado de Mayor. Deja el Ejército, y se instala con su familia en la ciudad de Korkine, en la provincia de Chelíabinsk, donde empezó a trabajar como encargado en una mina de carbón.

En 1974, se estableció en Kyzlar, ya jubilado, donde falleció.