Prostitución para las Fuerzas del Ejército Imperial japonés

Descripción: Desde antes de la Segunda Guerra Mundial, la prostitución era una actividad legal en Asia y en el Japón.

Estudios de la Segunda Guerra Mundial

Moderadores: Erwin Rommel, abhang

Responder
Avatar de Usuario
LARRY
Teniente General
Teniente General
Mensajes: 7881
Registrado: 20 01 2008 23:39

Prostitución para las Fuerzas del Ejército Imperial japonés

Mensaje por LARRY » 13 10 2008 21:08

PROSTITUCIÓN PARA LOS SOLDADOS JAPONESES

Desde antes de la Segunda Guerra Mundial, la prostitución era una actividad legal en Asia y en el Japón. Las "mujeres confort" (“ianfu”), eufemismo creado por los japoneses, existían desde la época de los samuráis, como una medida para evitar las violaciones por los soldados durante las guerras, y para satisfacer las necesidades de la tropa.

Por costumbre, las autoridades de una comarca que era vencida, organizaban los servicios sexuales con prostitutas (“Karayuki-san”), como medio para proteger a sus mujeres del acoso de los vencedores.

En China, tanto las “karayuki-san” como las “Ah Ku” (prostitutas chinas), trabajaron en prostíbulos militares donde las prostitutas, para servir a las tropas japonesas durante la ocupación, eran denominadas "jugun-ianfu".

Pero la historia del tráfico de mujeres en Asia data desde 1870, y se incrementó a partir de 1919, cuando el gobierno de Japón declaró ilegal el ejercicio de la prostitución.

Prostitutas coreanas forzosas Einbau son rodeadas por oficiales japoneses para hacer la selecciónProstitutas coreanas forzosas “Einbau” son rodeadas por oficiales japoneses para hacer la selección
Las mujeres japonesas y chinas eran reclutadas en los puertos de ambos países y luego eran transportadas en las bodegas de vapores mercantes británicos y holandeses o hasta en saipanes, para poblar los burdeles del sudeste asiático.

Eso ocurrió desde 1870 hasta 1940, estas mujeres prestaban servicio a los soldados coloniales e inmigrantes de las potencias europeas, en condiciones muchas veces infrahumanas.

Sin embargo, muchas de ellas también lograban enviar dinero a sus hogares, aunque la mayoría jamás regresó a casa, pues eran esclavizadas, vendidas y entregadas para saldar deudas que muchas veces los mismos tratantes de blancas provocaban.

El libro "Ah Ku and Karayuki-san: A History of Prostitution in Singapore, 1880-1940", (“Ah Ku y Karayuki-san: Una Historia de Prostitución en Singapur, 1880-1940”), de James Francis Warren, relata la desgraciada vida de esas mujeres que, muchas veces, con engaños, eran embarcadas al sudeste asiático.

El Ejército Imperial Japonés también reclutó mujeres en Corea para atender a las numerosas tropas japonesas en las islas del Pacífico, pero en ciudades como Singapur encontraron a las prostitutas chinas y japonesas que atendieron en prostíbulos a soldados británicos, antes de ser derrotados.

En los burdeles, las prostitutas (“ianfu”), que atendían a un promedio de 100 hombres diarios, a cada uno le dispensaban solamente 3 minutos, menos de la mitad del tiempo que se requiere para una cópula normal.

Las "chicas de confort", procedían de clases bajas de Corea. Su forma de vida y de trabajo, fue puesta en el tapete hace algunos años (en diciembre del año 2000) cuando movimientos feministas divulgaron la forma como funcionaban las "Casas de Confort" y la forma como esas mujeres fueron reclutadas.

Según esos movimientos feministas (tales como el “Tribunal Internacional de Mujeres sobre Crímenes de Guerra para el Enjuiciamiento de la Esclavitud Sexual a manos del Ejército Japonés" (o “Tribunal de Tokio”) , las mujeres escogidas eran vírgenes, para evitar que contagiaran a las tropas con enfermedades venéreas.

Eran transportadas a Japón con engaños y luego violadas a punta de pistola y esclavizadas. Se las esclavizada durante unos 4 años. Se les obligaba a trabajar sirviendo a 100 hombres diariamente sin, o con muy poca, paga.

No tenían libertad, trabajaban en lugares inadecuados, antihigiénicos y con escasa atención médica. Si trataban de escapar, eran asesinadas. Esas organizaciones feministas estiman que, entre 75 y 95% de esas mujeres, fueron muertas durante la guerra.

Recientemente, el gobierno japonés pidió disculpas a Corea por el trato que recibieron las mujeres. Muchos piensan que esas disculpas fueron forzadas por la presión internacional e interna, más que porque el gobierno japonés tuviera la convicción que todos los horrores, que las organizaciones feministas presentaron como pruebas, fueran verdad.

De cualquier forma, el caso de las "chicas de confort" coreanas es todo un movimiento social que no parece terminar, a pesar de que las mujeres supervivientes que exigen reparaciones económicas, son muy pocas.

La forma de cómo esos grupos feministas describen a las "casas de confort" y el trato que recibían las "chicas de confort" contrasta con un interrogatorio hecho en 1945, cuando las primeras "chicas de confort" fueron capturadas en Birmania por las tropas de EEUU.

La sofisticada organización de ese servicio de las prostitutas fue conocida por el interrogatorio al finalizar la guerra. El caso del control de la prostitución en Japón después de la rendición, merece un artículo aparte.

Fue aprobado por el gobernador militar de Japón durante la ocupación. Por último, es bueno recalcar que en los últimos años, miles de centímetros de columnas de periódicos y revistas, más otros tantos títulos de libros e incontables horas de radio y televisión, se han empleado para tratar el asunto de las "Mujeres de Confort" coreanas, pero muy pocas personas parecen acordarse de las cientos, tal vez miles, de "Karayuki-san" japonesas y "Ah Ku" chinas, que fueron encontradas por las tropas japonesas en los burdeles de las ciudades del sudeste asiático que fueron conquistando.


Anexo

SE CELEBRA EN TOKIO UN TRIBUNAL DE OPINIÓN PARA ENJUICIAR LOS CRÍMENES DE GUERRA Y CONTRA LA HUMANIDAD COMETIDOS POR EL EJÉRCITO JAPONÉS EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL CONTRA LAS MUJERES.

El "Tribunal Internacional de Mujeres sobre Crímenes de Guerra para el Enjuiciamiento de la Esclavitud Sexual a manos del Ejército Japonés" (o "Tribunal de Tokio") es un tribunal de opinión cuya celebración está prevista entre los días 8 y 10 de diciembre de 2000; obedece a una iniciativa de mujeres, en asociación y solidaridad con expertos y abogados internacionales, con vistas a sentar un precedente para el enjuiciamiento de los crímenes de guerra contra las mujeres desde la perspectiva de los derechos humanos de las mujeres.

Cientos de miles de mujeres jóvenes de la región del Pacífico asiático fueron violadas, o bien engañadas o secuestradas para devenir mujeres sometidas a esclavitud sexual al servicio del Ejército Imperial Japonés durante la Segunda Guerra Mundial.

A estas mujeres se les hacía prisioneras por períodos que oscilaban de una semana hasta más de cuatro años. Se trata de una iniciativa colectiva de las víctimas de los distintos países donde estos actos fueron perpetrados, es decir: Filipinas, Corea del Norte y del Sur, China, Taiwan, Indonesia, Holanda, Malasia y Japón.

El Tribunal viene siendo preparado desde 1998 por conocidos y reputados defensores/as de derechos humanos, abogados/as, historiadores/as, académicos/as, investigadores/as y las propias supervivientes.

En este final de milenio, el Tribunal de Tokio pretende que las víctimas, de edad ya avanzada, puedan llegar a vivir lo que es la justicia. Fueron muchos los países víctimas de la guerra de agresión y colonización desencadenada por Japón en la región Asia-Pacífico durante la década de los años 30 y 40. Se extienden éstos a lo largo de una franja que va desde el Pacífico hasta Asia Oriental y Sudoriental.

Los archivos históricos revelan que el Ejército Imperial Japonés implantó sistemáticamente centros destinados a la prostitución forzosa de mujeres en todos los países ocupados y colonizados.

En 1991, Kim Hak Soon fue la primera mujer víctima de estos crímenes en hacer pública su historia. Poco después, mujeres de otros países, Corea del Norte, Filipinas, Indonesia, Taiwan, China, Malasia, y las mujeres holandesas que fueron hechas prisioneras en Indonesia, rompieron sus 50 años de silencio para dar a conocer sus casos. Ya son unas 600 las que lo han hecho.

Organizaciones de mujeres, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil se sumaron a las peticiones de las víctimas en demanda de justicia y de que la violación y la esclavitud sexual fueran reconocidas como crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio.

Los Gobiernos de Taiwán, Corea del Sur, Corea del Norte, Filipinas y China han pedido al Gobierno japonés en distintas oportunidades que responda a sus responsabilidades derivadas del tiempo de la guerra.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la violencia sexual cometida por el Ejército Imperial Japonés no fue enjuiciada por el Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente, como habían establecido los aliados.

Una excepción vino dada por el Juicio de Batavia (Indonesia), en que 35 mujeres holandesas víctimas de estos crímenes llevaron sus casos, contra 12 oficiales del Ejército japonés, ante el tribunal de Batavia.

Los cargos se establecieron sobre la base de la comisión de crímenes de guerra y por infracción de las leyes y usos de la guerra.

Esto sucedió en las Islas Orientales Holandesas en 1944. Uno de los acusados fue condenado a muerte y otros fueron condenados a prisión con penas que iban de los 2 a los 15 años de cárcel. Este ha sido el único proceso en la historia que ha hecho justicia por estas mujeres.

En nuestros días, el Gobierno japonés continúa negando todo tipo de responsabilidad jurídica por los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad cometidos contra las mujeres durante la Segunda Guerra Mundial.

En la actualidad se están sustanciando 8 casos interpuestos por mujeres de distintos países que fueron víctimas de estos crímenes y que los han llevado ante los tribunales: Corea del Sur, China, Corea del Norte, Taiwán y Filipinas, ante los tribunales de Tokio y otros distritos, incluido el Tribunal Supremo.

Los tribunales japoneses, no sólo no han reconocido la responsabilidad del Gobierno, sino que además en algunos casos, han rehusado reconocer el hecho en sí mismo de que las mujeres fueron víctimas.

La actitud del Gobierno japonés puede verse reflejada también en la de la Fiscalía del Distrito de Tokio, que en 1994 se negó incluso a recibir el escrito de acusación que le traía un grupo de supervivientes coreanas, haciendo así caso omiso a sus esperanzas y al esfuerzo que realizaron para viajar desde Corea a Tokio para entregarla en mano.

Los tribunales ordinarios en Europa del Este han enjuiciado constantemente los crímenes de guerra cometidos por los nazis y han condenado a 6.000 personas hasta el momento.

En abril de 1999, un tribunal británico condenó a cadena perpetua a un antiguo miembro de la Gestapo. Países como Gran Bretaña y Francia aprobaron en 1990 legislación sobre el procedimiento jurídico a seguir para el enjuiciamiento de los responsables de crímenes bajo el régimen nazi.

La importancia del enjuiciamiento de criminales de guerra en Europa Occidental es creciente.

Del mismo modo, en muchas partes del mundo se reconoce cada vez más la necesidad de poner término a la espiral de impunidad en materia de crímenes guerra cometidos contra las mujeres.

Los dos tribunales ad hoc, para la Ex Yugoslavia y Ruanda, están enjuiciando actos de violencia sexual y esclavitud sexual.

El Estatuto de Roma de 1998 de la Corte Penal Internacional podrá ejercer su competencia sobre este tipo de crímenes, si bien no entrará en vigor hasta que 60 Estados hayan ratificado su Estatuto y carece de competencia sobre los crímenes cometidos antes de su entrada en vigor.

Al tiempo que las mujeres de Asia víctimas de esclavitud sexual y prostitución forzosa dan el paso hacia adelante y llevan sus casos a la sociedad y los tribunales, miles de mujeres están siendo y han sido también víctimas de violaciones masivas, y otras formas de violencia sexual, en la antigua Yugoslavia, Ruanda, Indonesia, Colombia y en otras situaciones de guerra y conflicto armado.

Es por ello que al término del tribunal, y con ocasión del mismo, se celebrará una Audiencia Pública sobre Crímenes contra las Mujeres en Guerras y Conflictos Actuales; esta audiencia tendrá lugar el 11 de diciembre en Tokio, Japón.

Durante la misma, se escucharán testimonios de crímenes contra las mujeres en situaciones de guerra y conflicto armado que se están cometiendo actualmente en todo el mundo.

La Audiencia Pública se desarrollará durante un día y agrupará a mujeres que han sobrevivido a violaciones en el marco de recientes y actuales situaciones de guerra y conflicto armado.

Esto servirá para ilustrar que la experiencia de estas mujeres víctimas de esclavitud y prostitución forzosa no es algo meramente del pasado y que la impunidad de los crímenes de violencia contra las mujeres persiste en nuestros días.

Las mujeres que presentarán sus testimonios y análisis son de muchos países, entre otros, Sierra Leona, Burundi, Colombia, Guatemala, Puerto Rico, Indonesia, México (Chiapas), Vietnam, Somalia, Burma, Okinawa, Bangladesh, Cachemira, Camboya, Corea, Afganistán, Argelia, y las bases militares de los Estados Unidos.

Se prevé también la celebración simultánea de un foro para hablar de iniciativas de reivindicación y defensa en cada uno de esos lugares, para obtener justicia, tomando experiencias como las de las mujeres que se unieron al movimiento de resistencia, que se organizaron para trabajar en pro de la paz y la justicia.

Esta audiencia pública estará coordinada por el Women's Caucus for Gender Justice (Foro de Mujeres para la Justicia de Género) y auspiciada por AWW-Net Japan y ASCENT.


COMPOSICIÓN DEL TRIBUNAL:

1) Jueces:

Gabrielle Kirk McDonald, USA (Ex Presidenta del Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia).

Carmen María Argibay, Argentina (Presidenta de la Asociación Internacional de Mujeres Jueces).

Christine Chinkin, Reino Unido (Experta en Género y Derecho Internacional, Universidad de Londres)

P.N.Bhagwati, India (Vicepresidente del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, ex Magistrado Presidente de la Corte Suprema de India)

Vitit Muntarbhorn, Tailandia (ex Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía, Profesor de Derecho en la Universidad de Chulalongkorn) Willy Mutunga, Kenya (Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Kenia, Profesor en la Universidad de Kenia)


2) Fiscales Jefe:

Ustinia Dolgopol (Universidad de Flinders, Australia)

Patricia VISEUR SELLERS (Asesora jurídica, Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia

3) Fiscales:

Corea del Sur: Park Won Soon (Abogada de Derechos Humanos)

Corea del Norte: Chuan Nam Yong (Miembro de la Ejecutiva de DPRK, Asociación de Derecho Internacional)

China: Zhou Hongdiao (Vicedirectora del Instituto de Derecho Financiero del Instituto Huadong de Derecho y Políticas).

Taiwán: Huan Chao Yuan (Presidente del Comité de Derecho Internacional de la Asociación de Derecho de Taiwan)

Filipinas: Merlín M. Magallona (Profesor de Derecho y Director del Instituto de Estudios Jurídicos Internacionales, Universidad de las Filipinas, Facultad de Derecho)

Indonesia: Nurshabahani Kajansunkana (Abogada, Presidenta de la Coalición de Mujeres de Indonesia).

COMITÉ INTERNACIONAL ORGANIZADOR

País agresor:

Japón: VAWW-NET Japón

Países víctimas:

Corea : The Korean Council for the Women Drafted for Military Sexual Slavery by Japan (Consejo Coreano de Mujeres Forzadas a Esclavitud Sexual por el Ejército Japonés).

Filipinas: Asian Center for Women's Human Rights (Centro Asiático para los Derechos Humanos de las Mujeres) <BR>China : Shanghai Research Center on "Comfort Women" (Centro de Investigación de Shanghai sobre "Comfort


Fuentes

Chai, Alice Yun. "Asian-Pacific Feminist Coalition Politics: The Chongshindae/Jugunianfu ('Comfort Women') Movement." Korean Studies v.17, 1993: 67-91.
Bailey, Beth and David Farber. "Hotel Street: Prostitution and the Politics of War." Radical History Review Winter, 1992: 54-77
Insa Meinen (35), Studium der Diplom-Pädagogik und Sozialwissenschaften, Doktorandin im Fach Geschichte, Stipendiatin des DAAD, führte unter der Leitung von Prof. Dr. Werner Boldt und Prof. Dr. Ahlrich Meyer ein Forschungsprojekt zum Thema "Wehrmacht und Prostitution während des Zweiten Weltkriegs im besetzten Frankreich" durch, das von 1996 bis 1998 von der Volkswagen-Stiftung finanziell gefördert. wurde
Japón se disculpa sobre el caso de sexo durante la Segunda Guerra Mundial
Kiichi Miyazawa, The New York Times, 18 de Ene 1992, v141 ,p2(N) p2(L), col 1
Exordio
“Ah Ku and Karayuki-san: A History of Prostitution in Singapore, 1870-1940”, de James Francis Warren, Singapore: Oxford U.P., 1993.
http://guiagenero.mzc.org.es/GuiaGenero ... 00071.html
http://www.eurasia1945.com/acontecimien ... -consuelo/



Peyo
Cabo 1°
Cabo 1°
Mensajes: 107
Registrado: 22 10 2008 09:13

Re: Prostitución para las fuerzas del Ejército Imperial Japonés

Mensaje por Peyo » 30 10 2008 10:25

Magnífico artículo. Un claro ejemplo de que las aberraciones en tiempos de guerra, no sólo se producen en el frente.

Taylor
Chief Petty Officer
Chief Petty Officer
Mensajes: 376
Registrado: 16 11 2008 19:34
Ubicación: 0>IX3W

Re: Prostitución para las fuerzas del Ejército Imperial Japonés

Mensaje por Taylor » 17 11 2008 18:40

Excelente articulo amigo :wink: todos los dias aprendemos cosas nuevas
Saludos
Taylor


Unidad: HMS Victorious

Avatar de Usuario
LARRY
Teniente General
Teniente General
Mensajes: 7881
Registrado: 20 01 2008 23:39

Re: Prostitución para las fuerzas del Ejército Imperial Japonés

Mensaje por LARRY » 06 12 2008 22:02

Anexo II


MUJERES COMFORT


Por el término eufemístico "mujeres comfort" (o "mujeres de solaz", se entiende a todas aquellas mujeres asiáticas (coreanas, chinas, japonesas, filipinas, thailandesas, vietnamitas, malayas, taiwanesas, de las Indias Orientales Holandesas indonesias, birmanas, de Nueva Guinea, de Hong Kong, de Macao, de la Indochina francesa...) que fueron secuestradas y forzadas a trabajar prostituyéndose en Burdeles Militares del Ejército Imperial Japonés durante la Segunda Guerra Mundial.

Todas ellas eran muchachas jóvenes que vivían bajo el yugo de la Ocupación Imperial Japonesa y que fueron secuestradas en sus propias casas.

En otros casos, las "mujeres comfort" eran "reclutadas" para servir en el Ejército Imperial Japonés (a veces a la fuerza, teoría negada por el Historiador Militar Japonés Ikuhiko Hata), y posteriormente se las llevaba a los Burdeles Militares, que en la mayoría de los casos eran regentados por propietarios particulares bajo supervisión militar de la Armada y el Ejército Japoneses.

Según las versiones, se calcula que las mujeres que se vieron involucradas en estas atrocidades oscilaron entre las 200.000 (cantidad considerada como verdadera tradicionalmente por los Medios de Comunicación Internacionales), 20.000 (versión japonesa) o 410.000 (según China).

Sin embargo, se sigue investigando y debatiendo para intentar concretar exactamente el número de mujeres afectadas, ya que el tema no gusta de ser tocado en Japón y el Lejano Oriente, lugares en los que las cicatrices de la Segunda Guerra Mundial aún no han cicatrizado y se siguen viendo como algo político y tabú.

Además, hay una gran falta de documentación oficial que pueda esclarecer los datos reales y exactos de "mujeres confort", en parte por la destrucción masiva y sistemática de Documentos Oficiales comprometedores, a la vista de los Juicios por Crímenes de Guerra, llevada a cabo por las Autoridades Japonesas.

De esta forma, las estimaciones numéricas se han debido llevar a cabo estableciendo una relación entre el número de soldados emplazados en un área y las mujeres allí presentes, y observando partes de sustitución de mujeres.

Las mujeres solaz siguen reivindicando que, como mínimo, el Gobierno japonés les pida perdón por las atrocidades cometidas contra ellas.

El tiempo corre para estas mujeres, y hace ya más de 60 años que volvieron a sus casas.

Desde entonces, han luchado para que las atrocidades vividas sean reconocidas por el Gobierno Japonés, que este pida disculpas y que otorgue una compensación económica a las supervivientes por los daños causados.

Las organizaciones de mujeres en el ámbito internacional se están movilizando para apoyar esta lucha por los derechos humanos en el contexto del creciente tráfico de mujeres para su explotación sexual en Asia.

El motivo de la creación de estos Burdeles Militares con mujeres comfort es similar al de la creación de la Organización RAA (que veremos en el siguiente artículo):

El Ejército Imperial Japonés deseaba facilitar centros sexuales para los soldados con el fin de prevenir los crímenes de violación cometidos por personal del Ejército Imperial y, por tanto, la disminución de la hostilidad entre los habitantes de las zonas ocupadas por el Imperio del Sol Naciente.

Habida cuenta de la bien organizada y abierta prostitución de Japón, se consideró lógica la existencia de una Organización Oficial para la prostitución en el Ejército nipón.

El Ejército japonés estableció la "Estaciones de Confort" para prevenir las enfermedades venéreas entre sus hombres, así como la violación de mujeres nativas por parte de la tropa, de forma que todos los soldados y los agentes de Inteligencia japoneses tenían acceso a estos prostíbulos oficiales.

Las "Estaciones de Confort" no solucionaron realmente los dos principales problemas (los dos primeros mencionados anteriormente: las violaciones y la hostilidad de la población ocupada), hasta el punto de que, según el Historiador Japonés Yoshiaki Yoshimi, se agravaron.

De hecho, Yoshimi afirmó, "El Ejército Imperial Japonés temió que el descontento latente y generalizado de los soldados, podía explotar en un motín o en una rebelión".

Anuncios de contratación de para desempeñar el "oficio" de mujer de solaz. En ellos se omitía la verdadera naturaleza del trabajo como mujer de comfort y se indicaba, falsamente, que este era un trabajo remunerado.

La primera "Estación de Confort" se estableció en Shanghai, en 1932.

En los comienzos, las mujeres de solaz eran prostitutas japonesas que se ofrecieron para realizar dicho servicio a su país.

Sin embargo, al continuar el expansionismo militarista del Imperio Japonés, había más demanda que oferta (por decirlo de un modo claro: había más soldados que prostitutas japonesas voluntarias).

De esta forma, muchas mujeres respondieron a las convocatorias de trabajo como "trabajadores en las fábricas" o "enfermeras", desconociendo que se entregaban voluntariamente a una vida de esclavitud sexual.

En las primeras etapas de la guerra, las Autoridades Japonesas "contrataron" a las mujeres de solaz por medio de vías convencionales: publicidad en los periódicos que circulaban por aquella época en Japón, y sus colonias en China Occidental, Manchukuo y Corea.

Sin embargo, estas fuentes se "secaron pronto", sobre todo de Japón.

El 17 de abril de 2007, Yoshiaki Yoshimi y Hirofumi Hayasi anunciaron el descubrimiento, en los Archivos de los Juzgados de Tokio, de siete Documentos Imperiales de índole oficial.

Este hallazgo sugiere que las Fuerzas Militares Japonesas, tales como el Tokei Tai (Policía Militar de Mar), obligaron a las mujeres cuyos padres atacaron a los Kempei Tai (Policía Militar del Ejército), a trabajar en Burdeles Militares de primera línea en China, Indochina e Indonesia.

Estos documentos fueron inicialmente hechos públicos en Juicios por Crímenes de Guerra.

En uno de ellos, se cita a un Teniente Japonés que confiesa haber organizado un Burdel Militar y haberlo usado él mismo.

Otra fuente se refiere al reclutamiento, por parte de miembros del Tokei Tai, de mujeres que, tras ser detenidas en las calles y de pasar un reconocimiento médico, eran introducidas en los Burdeles Militares.

El 12 de mayo de 2007, el periodista japonés Taichiro Kajimura anunció el descubrimiento de 30 Documentos del Gobierno de los Países Bajos, presentados al Tribunal de Tokio como prueba de un incidente de prostitución forzada y masiva, en 1944, en Magelang.

El Ministerio de Asuntos Exteriores Japonés se ha opuesto a la emisión de más visados de viaje para las ex-prostitutas japonesas, por la sensación de que "empañan la imagen del Imperio Japonés".

Algunos militares se dedicaron a la "adquisición" de mujeres de solaz fuera de Japón, especialmente de Corea y la China ocupada por Japón.

Un Informe de la Oficina del Ejército de EE.UU. detalla las entrevistas con 20 mujeres comfort de Birmania en las que las niñas aseguran que fueron seducidas por la falsa oferta de la abundancia de dinero en ese "trabajo", una oportunidad para saldar deudas económicas de sus familias.

Sobre la base de estas falsas representaciones, muchas niñas se alistaron en el Ejército Imperial y fueron recompensadas con una antelación de unos pocos cientos de yenes.

En las áreas urbanas, la publicidad convencional, a través de intermediarios, se empleó a menudo, junto con el secuestro de jóvenes por parte de soldados imperiales.

Sin embargo, a lo largo de las Líneas del Frente, especialmente en las zonas rurales, donde los intermediarios convencionales son poco frecuentes, los militares a menudo exigían directamente que los dirigentes locales entregaran a mujeres de las poblaciones para el sustento de los nuevos Burdeles Militares.

Esta situación empeoró a medida que la guerra avanzaba.

En virtud de la extensión de la guerra, las Redes de Suministro de Intendencia se vieron incapaces de proporcionar suficientes alimentos a las Tropas Japonesas del Frente.

Como consecuencia, los Soldados Japoneses comenzaron el saqueo sistemático de todos los bienes de las zonas ocupadas por las que pasaban.

Además, cuando la población local, especialmente en China, se consideraba "hostil", los Soldados Japoneses llevaron a cabo secuestros y violaciones indiscriminadas de las civiles locales.

El Gobierno títere de Corea, designado por Japón, llevó también a cabo dichos procesos de "reclutamiento" masivo y, en ocasiones, forzado, de muchachas locales, según ha indicado un Documento publicado en el año 2007 por el Gobierno de Corea del Sur.

De acuerdo con el profesor de la Universidad de Nueva York, Yoshiko Nozaki, y con el profesor de la Universidad de Chuo, Yoshimi Yoshiaki, existían unos 2.000 Burdeles Militares donde, alrededor de 200.000 japonesas, chinas, coreanas, filipinas, taiwanesas, birmanas, indonesias, holandesas y australianas fueron internadas.

Ikuhiko Hata, un profesor de la Universidad de Nihon, estimó que el número de mujeres que trabajaban en estos Burdeles fue de menos de 20.000.

Fueron, en tantos por ciento:

- El 40%, japonesas.
- El 20%, coreanas.
- El 10%, chinas
- El 30% restante: filipinas, taiwanesas, birmanas, indonesias, holandesas y australianas.


Decir que fueron 200.000 mujeres se podría tratar como una sobreestimación debido a que el número total de prostitutas anotado por el Gobierno fue de 170.000 en Japón durante la Segunda Guerra Mundial.

Todas ellas, vinieron de Filipinas, Taiwán, las Indias Orientales Holandesas, Japón y otras zonas ocupadas por Japón.

Algunas mujeres holandesas, que fueron capturadas en las Colonias Holandesas de Asia, también fueron obligadas a servir en los Burdeles Militares como “mujeres comfort.

En un análisis más detallado de los Registros Médicos para el Tratamiento de Enfermedades Venéreas del Ejército Imperial Japonés de 1940, Yoshimi llegó a la conclusión de que si los porcentajes de mujeres tratadas refleja la composición de la total población de mujeres de solaz, comprendía las mujeres coreanas 51,8%, el 36% chinas y el 12,2% japonesas.

Según la Declaración de Kono en 1993, el origen de las mujeres de solaz que fueron trasladados a las zonas de guerra, con excepción de las de Japón, las de la Península de Corea representan una gran parte.

Hasta la fecha, sólo una mujer japonesa ha publicado su testimonio.

Lo hizo en 1971, cuando la ex mujer solaz, obligada a trabajar para los Soldados Showa en Taiwán, publicó sus memorias bajo el seudónimo de “Suzuko Shirota”.

Se estima que sólo el 25% de las “mujeres comfort” sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, y que la mayoría no pudieron tener hijos como consecuencia de las múltiples violaciones o las enfermedades que contrajeron.

Según declaró el soldado japonés Yasuji Kaneko:

[…]no nos importa si las mujeres viven o han fallecido. Fuimos los soldados del emperador. Ya sea en burdeles militares o en las aldeas, que violó sin reticencias. Los golpes y la tortura física se dice que fueron comunes.[…]


Diez mujeres holandesas fueron tomadas por la fuerza en Campos de Prisioneros en Java por parte de miembros de la Mesa del Ejército Imperial Japonés para convertirse en esclavas sexuales, en febrero de 1944.

Las “mujeres comfort” fueron sistemáticamente golpeadas y violadas día y noche en las llamadas "Estación de Confort".

Como víctima del incidente, Jan Ruff-O'Hearn testificó en la Cámara de Representantes de la Comisión de los Estados Unidos de América:

"Muchas historias se han ha dicho acerca de los horrores, la brutalidad, el sufrimiento y el hambre holandés de la mujer en campos de prisioneros japonés. Pero una historia nunca se dijo, la más vergonzosa historia de las peores violaciones de los derechos humanos cometidas por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial: La historia de la "Mujeres de solaz ", lajugun ianfu, y cómo estas mujeres fueron incautadas en contra de su voluntad, para ofrecer servicios sexuales para el ejército imperial japonés. En las llamadas "Estaciones de Confort" Yo era sistemáticamente golpeada y violada día y noche. Incluso el Médico japonés violadas cada vez que me visitó el burdel a nosotros para estudiar las enfermedades venéreas.

A pesar de que fueron devueltas a los Campos de Prisioneros en los tres meses siguientes a la protesta de los presos holandeses en contra el Ejército Imperial Japonés, los nipones fueron los funcionarios no sancionados por las autoridades japonesas hasta el final de la guerra.

Después del final de la guerra, 11 oficiales japoneses fueron declarados culpables y condenados a muerte por la Corte Penal de Guerra de Batavia.

Se decidió que el caso no era un delito organizado por el Ejército Japonés, y que los que violaron a las “mujeres de solaz” violaron la Orden Imperial de contratar sólo a mujeres voluntarias.

Algunas víctimas de Timor Oriental declararon que se vieron, cuando aún no tenían edad suficiente para haber comenzado la menstruación, repetidamente violadas por los soldados japoneses.

Algunas de las mujeres que se negaron a cumplir las órdenes japonesas fueron ejecutadas.

Hank Nelson, profesor emérito en la Universidad Nacional de Australia, perteneciente a la División de Investigación de Asia y el Pacífico, ha escrito acerca de los Burdeles Militares, administrados por los militares japoneses en Papua Nueva Guinea durante la Segunda Guerra Mundial.

Cita del Diario de Gordon Thomas, un Prisionero Militar de los japoneses en Rabaul:

[…]Thomas escribe que las mujeres que trabajan en los burdeles "lo más probable es que sirve de 25 a 35 hombres al día" y que eran "víctimas de la trata de esclavos de color amarillo."”

Nelson también cita las declaraciones de Kentaro Igusa, un cirujano naval japonés que fue estacionado en Rabaul:

[…]Igusa escribió en sus memorias que la mujer continuó trabajando a pesar de las infecciones y del grave malestar, a pesar de que "lloró y suplicó por ayuda."


Agentes coreanos, japoneses del Kempei Tai (Policía Militar Japonés) y auxiliares militares estuvieron involucrados en la adquisición y la organización de “mujeres de solaz”, e hizo uso de sus servicios en los Burdeles Militares.

Una joven china perteneciente a las “mujeres de comfort” charla con un oficial Aliado tras su liberación.


Después de su derrota en 1945, el Ejército Imperial Japonés destruyó muchos documentos, ante el temor a la persecución por crímenes de guerra por parte de los Aliados.

Historiadores han buscado pruebas de las coacciones del Ejército y de la Armada Japoneses.

Ya se han descubierto algunas pruebas de estas atrocidades, tales como los documentos hallados en 2007 por Yoshiaki Yoshimi y otros casos.

Las esclavas sexuales supervivientes exigen una disculpa al Gobierno Japonés.

Abe Hiroshi, Primer Ministro Japonés en el año 2006, dijo que no hay pruebas de que el Gobierno Japonés huera establecido nunca una brutal industria del siervas sexuales para sus soldados.

Durante el régimen de Park (1963-1972), el asunto de las “mujeres de solaz” se tocó poco en Corea.

El tema salió salió a la luz sólo después de que las personas que participan en la los “Movimientos de la Mujer”, durante la Guerra de Corea, comenzaran a asistir a las prostitutas que los militares americanos estaban utilizando.

Las jóvenes activistas, descubrieron una conexión entre los Gobiernos Japonés, Coreano y Estadounidense.

En 1983, Seiji Yoshida publicó el libro “Chosenjin Kyosei Renko” (en español, “Mis Crímenes de Guerra: La Impresión de los coreanos”), en el que el autor manifestó la “adquisición” forzada de las mujeres de isla de Jeju, en Corea, bajo la orden directa de los militares japoneses.

En 1991, el “Asahi Shimbun”, uno de los principales periódicos de Japón, realizó una serie sobre “mujeres de solaz” que duró un año.

Este ha sido el comienzo de la “vida pública” del tema de las “mujeres de comfort” en Japón, donde el asunto ha provocado cierta controversia.

El libro de Yoshida fue citado a menudo en la serie del periódico y, posteriormente, fue citado en el Informe de la ONU realizado por el Doctor Radica Coomaraswamy.

Algunas personas dudaron de la veracidad del libro de Yoshida, ya que sólo él defendía la existencia de estos Burdeles Militares.

Cuando el profesor Ikuhiko Hata visitó las aldeas de Corea del Sur en las que Yoshida afirmó que se había secuestrado a muchas mujeres, nadie confirmó estos datos, y la situación se volvió contradictoria con su teoría.

Cuando Hata puso en tela de juicio a Yoshida en este asunto, éste admitió que se había tomado una “licencia artística” en lo que respecta a los lugares mencionados.

Inicialmente, el Gobierno Japonés negó toda relación oficial con estos burdeles durante la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, en junio de 1990, el Gobierno nipón declaró que todos estos Burdeles estaban a cargo de contratistas privados.

En 1990, el Consejo Coreano para la Mujer elaboró y presentó una demanda, exigiendo una compensación económica del Gobierno Japonés a las “mujeres de solaz” supervivientes.

Al mismo tiempo, varias “mujeres comfort” presentaron demandas individuales al Gobierno.

El Tribunal desestimó todas estas reclamaciones, basándose en el Estatuto de Limitaciones, la Inmunidad del Estado en el momento del acto de que denunciaba, y la no subjetividad individual del derecho internacional.

Sin embargo, en 1991, el Yoshiaki, descubrió documentos oficiales, incriminatorios en los Archivos de la Agencia de Defensa de Japón.

Según Yoshimi, estos documentos indican que los militares japoneses participaron de forma directa en la organización y funcionamiento de los Burdeles.

Por ejemplo, en la selección de los Agentes de Reclutamiento.

El ya mencionado Asahi Shimbun, publicó estos datos en primera plana, presentando el artículo "El Ejército Japonés secuestró a “mujeres de solaz”[/i.

Este hecho causó una molesta sensación en la opinión pública japonesa, y obligó al Gobierno Nipón, representado por el Primer Secretario del Gabinete, Koichi Kato, a reconocer algunos de los hechos el mismo día de la publicación del artículo.

El 17 de enero de 1992, el Primer Ministro Japonés, Kiichi Miyazawa, presentó sus disculpas formales por el sufrimiento de las víctimas de la organización de las “mujeres de confort” durante uno de sus viajes a Corea del Sur.

Después de la realización de algunos Estudios de Gobierno en la materia, el Primer Secretario del Gabinete del Gobierno Japonés, Yohei Kono, emitió una declaración el 4 de agosto de 1993.

En esta, el Gobierno Japonés reconoció que los "centros de solaz estuvieron operativos en respuesta a la petición de los militares japoneses", que "el Ejército Japonés fue directa o indirectamente involucrado en la creación y gestión de estas “Estaciones de Comfort” y en la transferencia de las mujeres a las mismas","La contratación de las mujeres de solaz se llevó a cabo, principalmente, por parte de los reclutadores, que actuaron en respuesta a la petición de los militares.

El estudio de Gobierno, ha puesto de manifiesto que, en muchos casos, fueron reclutadas contra su voluntad, a través de la coacción
".

El Gobierno de Japón "pide sinceramente disculpas y [expresa su] remordimiento a todas las personas, independientemente de su lugar de origen, que han sufrido el dolor inconmensurable y heridas psicológicas incurables".

En la declaración, el Gobierno del Japón expresó su "firme determinación de no repetir el mismo error y que grabar esas cuestiones mediante el estudio y la enseñanza de la historia".

A pesar de esta declaración, que dio la pretensión de ser una disculpa, el discurso estuvo muy cuidadosamente redactado, por lo tanto, la admisión de una función no especificada en el Burdeles Militares, sin embargo, el rechazo de la responsabilidad jurídica para ellos.

Japón continúa sosteniendo que los prostíbulos no eran un "sistema", ni un crimen de guerra o un crimen contra la humanidad.

En 1995, Japón creó una "Asia Women's Fund", para la expiación, en forma de la concesión de una indemnización material a cada superviviente de las “mujeres de solaz”, con una disculpa firmada del, entonces, Primer Ministro Japonés Tomiichi Murayama, afirmando que "como Primer Ministro de Japón, por lo tanto, extender de nuevo mis más sinceras disculpas y arrepentimiento a todas las mujeres que se sometieron a inconmensurables y dolorosas experiencias e incurable que sufren física y psicológica heridas como mujeres de solaz”.

El fondo para la concesión de estas indemnizaciones, está financiado por donaciones privadas y no gubernamentales, y ha sido criticada como una forma de evitar la admisión de los abusos que el Gobierno Imperial realizó contra las “mujeres de comfort”.

Sin embargo, debido a la naturaleza No Oficial de la Caja, muchas mujeres de solaz han rechazado estos pagos y siguen buscando una Disculpa Oficial y una indemnización gubernamental.

El 22 de junio de 1998 Gay J. McDougall, Relatora Especial de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, dio a conocer las Formas Contemporáneas de la Esclavitud.

El informe presentado estaba basado en una investigación de las Naciones Unidas realizada por Linda Chávez, que permitió documentar la violación sistemática, la esclavitud sexual y las prácticas análogas a la esclavitud en tiempo de guerra en general, sino que fue principalmente encaminadas a lograr una mayor atención a la profunda daño a los derechos humanos causados por el Japón del programa de mujeres de solaz durante la Segunda Guerra Mundial.

El Informe Oficial detalla la postura del Gobierno Japonés, así como de las Naciones Unidas, acerca de la propia situación jurídica.

MacDougall se adjudicó un Programa de Becarios MacArthur para Genios, con subvenciones, un año después de su análisis.

El Informe de la ONU de 1998 en el que figuran sus conclusiones acerca de la culpabilidad de Japón y la responsabilidad:

• El sistema de “mujeres de solaz” utilizado por el Gobierno Japonés durante la Segunda Guerra Mundial entra dentro de la definición internacional de esclavitud del momento, y la esclavitud (sexual o de otro tipo) es ilegal. La Convención sobre la Esclavitud de 1929 incluye tal definición.

• Las violaciones (incluyendo las realizadas por la fuerza o mediante coacción a la prostitución) fue un crimen de guerra en el momento, independientemente de si la prostitución está muy difundida durante la Segunda Guerra Mundial.

• La esclavitud y otros actos inhumanos cometidos por el Gobierno Japonés pueden considerarse "crímenes de lesa humanidad." En estos crímenes, la nacionalidad de la víctima es irrelevante y, por lo tanto, no importa si el Gobierno Japonés estaba cometiendo delitos en contra de sus enemigos o de sus propios ciudadanos, ya que siempre será culpable de los mismos.

• El Gobierno Japonés es responsable de crímenes de lesa humanidad debido a la considerable escala en la que estos crímenes fueron cometidos.

• Los argumentos de que la esclavitud y la violación de mujeres de solaz era perfectamente legal en el momento es similar a un argumento que se utilizó en los Juicios de Nuremberg, que fue desestimada.


El informe de la ONU declaró su comprensión de Japón de la situación jurídica respecto de la indemnización:

"Hasta comienzos del decenio de 1990, el gobierno japonés negó la medida de su participación en la creación de centros de solaz y los abusos cometidos contra las mujeres (mujeres de solaz). El gobierno japonés ha realizado diversas excusas desde comienzos del decenio de 1990. Una muy notable se disculpa por el Primer Ministro Tomiichi Murayama, en julio de 1995 en el que menciona específicamente los militares japoneses de la participación en los crímenes contra mujeres de solaz. A pesar de que aparentemente se ha disculpado en repetidas ocasiones para estos delitos, el gobierno japonés niega la responsabilidad jurídica para la creación y el mantenimiento del sistema de "Centros de solaz" mujeres de solaz y utilizado durante la Segunda Guerra Mundial. El gobierno japonés ha creado una “Asia Women's Fund”, que transmite las disculpas de Japón por los crímenes cometidos contra las mujeres durante la Segunda Guerra Mundial a través de donaciones directas desde el público japonés. A pesar de ésta, de acuerdo con el gobierno japonés, las mujeres de solaz no merecen una indemnización.”


El 2 de marzo del 2007, la cuestión se planteó de nuevo al Primer Ministro Japonés, Shinzo Abe, cuando negó que el Ejército Japonés hubiera obligado a mujeres a la esclavitud sexual durante la Segunda Guerra Mundial de una forma organizada.

Dijo, "El hecho es que no hay pruebas para demostrar que hubo coacción."

Antes de que hablase, un grupo de legisladores también había tratado de revisar la disculpa, en 1993, por parte de Yohei Kono, hacia las “mujeres de solaz”.

La declaración de Abe provocó una reacción negativa en Asia y los países occidentales.

El editorial del New York Times dijo: "Estos no son comerciales prostíbulos. Fuerza, explícitos e implícitos, se ha utilizado en la contratación de estas mujeres."

El 26 de marzo de 2007, el Primer Ministro Japonés, Abe, expresó su pesar por las violaciones de los derechos humanos con lo que se refiere a mujeres de solaz.

A raíz de las declaraciones de Abe, el ex Ministro de Educación, Nariaki Nakayama, declaró que se siente “orgulloso de que el Partido Liberal Democrático haya logrado obtener referencias de las "esclavas sexuales en tiempos de guerra"”.

Se mostró sorprendido de que la mayoría de los textos de historia autorizados para escuelas secundarias incluyeran estas referencias.

"Nuestra campaña funcionó, y las personas fuera del gobierno también inició la crianza de sus voces.", “Es bueno que las expresiones tales como mujeres de solaz y el trabajo forzado hayan disminuido en los libros de historia".

También declaró que está de acuerdo con un e-mail que se le envió, en el que se decía que las "ex mujeres solaz de Asia deberían estar orgullosas de serlo".

Ya que “Las mujeres merecían mucha simpatía, pero (está obligado a proporcionar sexo) no es tan diferente de lo que comúnmente se visto pobres de las zonas rurales en las comunidades japonesas en el pasado, donde las mujeres fueron vendidas a burdeles. Se puede decir que la ocupación es algo que podría tener el orgullo de, habida cuenta de su existencia angustiada, los hombres en el campo de batalla y siempre un cierto respiro y el orden".

El periódico de edición inglesa “Times de Taipei”, repartido en Taiwán, dijo que la primera exposición de la utilización de mujeres de solaz coreanas se puede encontrar en la novela del escritor japonés Tamura Taijiro, publicada en 1947, “Una prostituta de la historia”.

El Periódico Japonés “Yomiuri Shimbun”, dijo que las mujeres de solaz no eran tratadas como "paramilitares", a diferencia de las enfermeras militares.

El artículo dice que, durante la guerra, las mujeres de solaz no fueron llamadas en ningún momento “mujeres de solaz militares”.

El uso de la expresión diferencial se realizó en el período posterior a la guerra.

El término “mujeres de solaz militares” se dice que ha sido utilizado por el escritor japonés Kako Senda (1924-2000) en su libro titulado “Jugun Ianfu” (“Mujeres de Solaz Militares"), publicado en 1973.

El libro de Senda se convirtió en un “best-seller”.

Posteriormente, el uso de “jugun ianfu” prevaleció, y el término “jugun ianfu” (“mujeres comfort que prestan sus servicios durante una guerra), más tarde se convertiría en polémico, llegando a tener una amplia difusión.

En 2007, Mike Honde, de la Cámara de Los Representantes de Estados Unidos, en el Proyecto Casa Resolución 121, declaró que el Japón debe reconocer formalmente, pedir disculpas, y aceptar la responsabilidad histórica de forma clara e inequívoca, refutar las reclamaciones que la cuestión de las mujeres de solaz nunca ocurrió, y educar las generaciones actuales y futuras "acerca de este horrible crimen, mientras que siguiendo las recomendaciones de la comunidad internacional con respecto a las mujeres de solaz".

Honda ha declarado que "la finalidad de la presente resolución no es humillar a Japón."

Sin embargo, la Embajada de Japón en los EE.UU., declaró que la resolución es errónea en términos de los hechos, y que sería perjudicial para la amistad entre los Estados Unidos de América y Japón.

El 26 de abril de 2007, un grupo creado para apoyar la aprobación de la Cámara la Resolución 121 tuvo una página completa del anuncio en el Washington Post llamar la atención acerca de las "mujeres de solaz".

En respuesta, en la edición del 14 de junio, miembros de la LDP, DJP, independientes, profesores, comentaristas políticos, periodistas y estilo propios colectivamente como "Assentos" unido a un anuncio dirigido contra "los hechos".

El 26 de junio, la Cámara de Representantes de la Comisión de Asuntos Exteriores informó de la “Resolución Honda” por un voto de 39 a 2.

Abe no realizó comentarios acerca del asunto.

El 30 de julio de 2007, la fue resolución aprobada a través de la Cámara de Representantes después de media hora de debate en el que no hubo oposición.

Honda fue citado en el lugar, diciendo que "Debemos enseñar a las generaciones futuras que no podemos permitir que este que siga así. Siempre he creído que la reconciliación es el primer paso en el proceso de curación."

La Cámara Baja del Parlamento Holandés aprobó una moción por unanimidad el 20 de noviembre de 2007, instando a Japón a compensar económicamente a las mujeres forzadas a la esclavitud sexual durante la Segunda Guerra Mundial.

"Esto debería enviar un fuerte y clara señal de que el Gobierno Japonés y el Pueblo Nipón, que tantos años después de la Segunda Guerra Mundial, la gente en los Países Bajos todavía quiere los japoneses reconozcan los crímenes de guerra del pasado y a las víctimas", dijo Van Baalen, que presentó la moción.

"Es una cuestión todavía tomada en serio en los Países Bajos", dijo.

La Cámara Baja de la Casa de los Comunes de Canadá aprobó por unanimidad una propuesta de proyecto el 28 de noviembre de 2007, en la que se instaba al Gobierno Japonés a realizar una "disculpa formal y sincera" a las mujeres que se vieron obligadas por los militares japoneses a proporcionar sexo a los soldados durante la Segunda Guerra Mundial.

En el texto de la Moción, se dijo que el Gobierno Canadiense debía de hacer un llamamiento a el Gobierno Japonés "para asumir la plena responsabilidad de la participación de las Fuerzas Imperiales Japonesas en el sistema de la prostitución forzada, inclusive a través de una formal y sincera disculpa expresada en la Dieta a todos los que fueron víctimas, y para continuar con dirección a los afectados en un espíritu de reconciliación".

Asimismo, dijo, "algunos Funcionarios Públicos Japoneses han expresado recientemente un lamentable deseo de diluir o anular la declaración de 1993 del Primer Secretario del Gabinete Yohei Kono sobre las “mujeres de solaz”, que expresó las sinceras disculpas del Gobierno Japonés y su arrepentimiento por el calvario sufrido por estas mujeres."

La Moción, aunque no vinculante, también dijo que el Gobierno Canadiense debería instar a Japón a abandonar cualquier declaración que devaluara la expresión de pesar de la declaración de Kono y clara y públicamente rechazar cualquier reclamación de que la esclavitud sexual y la trata de las "mujeres de solaz" para el Ejército Imperial Japonés nunca se produjo.

Tras una campaña de Amnistía Internacional, que presionó a la Unión Europea para hacer una Declaración sobre la cuestión, el 13 de diciembre de 2007, el Parlamento Europeo, con sede en Estrasburgo, aprobó una Resolución, que pide al Gobierno Japonés que reconozca, oficialmente, su responsabilidad histórica en el tema de las “mujeres de solaz”, así como disculparse e indemnizar a las víctimas con capital estatal.

La moción fue presentada por Jean Lambert, un miembro del Parlamento Europeo.

Fue votada por 54 diputados.

La resolución, si bien reconoce las declaraciones anteriores del Gobierno Japonés, señaló que "algunos funcionarios japoneses han expresado recientemente un lamentable deseo de diluir o anular esas declaraciones" y pidió que el Gobierno Japonés reconociese "formalmente [su implicación], pidiese disculpas y aceptase su responsabilidad histórica y jurídica, de forma clara e inequívoca".

En la Resolución, también se pidió al Gobierno Japonés que eliminase los obstáculos legales para la indemnización de las víctimas, y que tomase medidas para educar a la gente acerca de estos eventos.

La principal oposición a las ideas acerca de las “mujeres de solaz”, es tal vez la opinión de Historiador Japonés y Profesor de la Universidad de Nihon, Ikuhiko Hata.

Éste, ha puesto en tela de juicio la credibilidad de ciertas pruebas utilizadas para demostrar la existencia y el alcance de los diversos crímenes de guerra cometidos por Japón en la Segunda Guerra Mundial, incluyendo el abuso de las “mujeres de solaz”.

Hata, sostiene que no hay pruebas factibles para demostrar que los Militares Japoneses participaran de forma directa en el reclutamiento de “mujeres de solaz”.

En su opinión, existió un trato violento hacia las “mujeres de solaz” por parte de los agentes privados, lo que haría que el Ejército Japonés sólo fuera responsable de la supervisión insuficiente.

Un cómic taiwanés, del autor japonés Yoshinori Kobayashi, representa a una mujer japonesa vestida con un Kimono ante una mesa presidida por un soldado imperial para alistarse en el Ejército.

El libro de contiene una entrevista con el empresario taiwanés Shi Wen-largo, que afirmó que ninguna mujer se vió obligada a servir en los Burdeles Militares, y que trabajaban en buenas condiciones higiénicas, en comparación con las demás prostitutas, porque el uso de preservativos era obligatorio.

Hata, estima que el número de “mujeres de solaz” más probable oscila entre las 10.000 y las 20.000.

Hata escribió que ninguna de las “mujeres de solaz” fueron reclutados por la fuerza.

La proporción de los países de origen de las mujeres también está en disputa.

Esta disputa se basa en que los “negacionistas” aseguran que los testimonios de las “mujeres de solaz” no son fiables.

Esta opinión es compartida por muchos políticos nipones.

Algunos Grupos en Japón han protestado por las principales ideas acerca de las “mujeres de solaz” que se están emitiendo en los medios de comunicación.

Esto, dio lugar a una controversia a principios del año 2001.

La cobertura de los Internacional de la Mujer Tribunal de Crímenes de Guerra en Japón de la esclavitud sexual militar era sumamente editada y una entrevista con Hata se inserta en el último minuto de apaciguar a los grupos derechistas.

stethorus
Soldado
Soldado
Mensajes: 2
Registrado: 08 12 2008 22:49

Re: Prostitución para las fuerzas del Ejército Imperial Japonés

Mensaje por stethorus » 08 12 2008 23:17

Muy buenos articulos Larry, no tenia una idea clara del tema.

Avatar de Usuario
LARRY
Teniente General
Teniente General
Mensajes: 7881
Registrado: 20 01 2008 23:39

Re: Prostitución para las fuerzas del Ejército Imperial Japonés

Mensaje por LARRY » 08 12 2008 23:18

Muchas gracias camarada.

La verdad es que el tema es desconocido para la mayoría, por desgracia.

Saludos

LARRY

Avatar de Usuario
Bertram
General of the Army
General of the Army
Mensajes: 11255
Registrado: 31 08 2007 09:42
País 2GM: Reino Unido
Zona/Región: Norte de África
Ubicación: España

Re: Prostitución para las fuerzas del Ejército Imperial Japonés

Mensaje por Bertram » 22 09 2009 19:40

Impresionante y repulsivo. 100 hombres por día, pobres mujeres. Según indicas en el artículo el gobieno japonés pidió disculpas por estos hechos a sus homólogos coreanos, sin embargo les queda tanto por que disculparse.

Gracias Larry, un tema que hasta hace unos minutos sólo lo conocía por encima y que me ha encantado de leer.
Distinguished Service (1) Mannerheim-risti (1) British Flying Cross (1) Navy Medal of Honor (1) United States Medal of Freedom (1) Orden Trudovogo Krasnogo Znameni (6) Order Wojskowy Virtuti Militari (1) Medal of Honor (1) Victoria Cross (1) Légion d'Honneur (1) Ritterkreuz mit Eichenlaub, Schwertern und Brillianten (1) Pour le mèrite (1) Laureada de San Fernando (1) George Cross (1)

Avatar de Usuario
abhang
General der Flieger
General der Flieger
Mensajes: 7260
Registrado: 18 06 2010 18:09
País 2GM: Alemania
Zona/Región: Montecassino
Ubicación: España

Re: Prostitución para las fuerzas del Ejército Imperial Japonés

Mensaje por abhang » 02 05 2015 22:59

ARTICULOS REVISADOS
Saludos.
El sudor ahorra sangre, la sangre ahorra vidas, y el cerebro, las dos cosas. (Erwin Rommel)
Orden Lenina (1) United States Medal of Freedom (1) Orden Trudovogo Krasnogo Znameni (4) Order Wojskowy Virtuti Militari (1) Cruz al Mérito Naval con distintivo blanco (1) Légion d'Honneur (1) Ritterkreuz mit Eichenlaub, Schwertern und Brillianten (1) Medalla militar individual (1) Pour le mèrite (1)

Responder