Pero un escocés juega un papel fundamental en una batalla olvidada de la Segunda Guerra Mundial, que ayudó a balancear el resultado a favor de los aliados.
Por primera vez, a sus 91 años de edad, Jim Purves revela su extraordinaria historia narrada al escritor Matt Bendoris...
Jim Purves tuvo que ajustar sus binoculares, porque no podía creer lo que estaba viendo.
La figura uniformada llenó totalmente su atención, el joven escocés podía ver claramente todos los detalles, desde sus prismáticos se podía notar la insignia de la cruz de hierro color negra.
Jim PurvesRommel estaba a menos de una milla de distancia del soldado nacido en Leith, bajo el abrasivo sol del norte de África.
Solo una bala habría asestado un duro golpe a los planes de guerra del eje en esa región. Pero Jim solo estaba en una misión de reconocimiento para localizar a las fuerzas alemanas y no tenía arma lo suficientemente potente como para llevar a cabo este preciado objetivo.
El veterano de la Royal Artillery, termino siendo condecorado con una medalla, la Cruz de Guerra, por luchar junto a los franceses, medalla que perdió poco después de la guerra en un incendio.
A pesar de que ahora cuenta con 91 años aún puede recordar aquel encuentro con los oficiales de alto rango del Afrika Korps hace ya casi 70 años, como si fuera ayer.
Por primera vez habla sobre esto en su actual residencia en Polmont, cerca de Falkirk, dijo:
“Yo era parte de una unidad de reconocimiento en busca de alemanes cuando dimos con Rommel, no podía creer que era él al principio y le pregunté a un compañero, para que echara un vistazo y también confirmara o no ¿Si en verdad era Rommel?... Recuerdo su uniforme inmaculado mientras permanecía de pie junto a su coche oficial, rodeado por vehículos blindados, parecía pavonearse con el pecho hinchado, no se nos hizo extraña su actitud, sabíamos que él era El Zorro del Desierto, un hombre que podía parecer que no hacía nada pero cuyas tácticas eran hasta ese momento insuperables”
Jim, que había estado trabajando para el Departamento de Parques de Leith antes de ser reclutado y enviado al centro de la acción de esa época.
El escocés había servido en la 1er Brigada de la Francia Libre, después de navegar desde Liverpool a Egipto en su primer misión en el extranjero.
El 1° de junio de 1942, Jim estuvo involucrado en la batalla de Bir Hakeim, en Libia, no es tan conocida como el D – Day en Normandía, Francia o La Batalla de Inglaterra, pero desempeñó un papel vital en el resultado de la Segunda Guerra Mundial.
Las tropas francesas y británicas fueron atacadas por cuatro divisiones armadas bajo el mando personal de Rommel, eran superados en proporción de 10 a 1, con solo 100 cañones en comparación con los 270 cañones del Afrika Korps y los 350 tanques. Rommel, a continuación, dio un ultimátum a deponer las armas pero el comandante general francés Koening insistió: “No estamos aquí para rendirnos”.
Pierre KœnigJim dijo: “Yo había ido a trabajar en el Departamentos de Parques y fue por muy poco tiempo, ya que estalló la guerra y fui reclutado. Teníamos muy poco entrenamiento para el desierto. El calor era increíble y teníamos quemaduras por el sol. Estábamos siempre disparando con los cañones "Bofors" antiaéreos, siendo constantemente atacados por Stukas, bombarderos alemanes.
Enviaban el terror de la muerte sobre nosotros… El ruido, cuando se dejaban caer en picada sobre nosotros, era ensordecedor, nuestro trabajo era tratar de eliminarlos del cielo, era un trabajo difícil pero lo teníamos que llevar acabo con nuestros cañones "Bofors".
Un proyectil cayó en realidad muy cerca de mí, esparció arena y rocas por todas partes, pero afortunadamente no explotó. De haberlo hecho no estaría aquí”.
Por último, agregó: “El 8º Ejército británico se supone que vendría y nos reemplazaría, pero después del octavo día nos dijeron que estaban siendo atacados y que tendríamos que mantener nuestra posición el mayor tiempo posible, para que les diéramos tiempo de reagruparse.
Por la noche terminábamos acurrucados en el suelo o en un pozo de tirador o cualquier espacio pequeño que se pudiera.
Con las primeras luces del día sabíamos que todo comenzaría de nuevo.
Los cañones alemanes eran más grandes que los nuestros y podrían disparar aún más, lo que significaba que podían quedarse fuera de nuestro alcance. Solo nos pudimos quedar con la necia idea del daño que les podíamos causar a sus aeronaves. Había estado en los bombardeos de Londres pero esto era diferente, era como estar en el fuego del infierno”.
Con el tiempo y sin agua ni alimentos y sin municiones, los 400 soldados recibieron la orden de retirarse. Aunque completamente rodeado, Jim y las tropas sobrevivientes, en medio de la noche, haciendo su camino a través de campos de minas mortales, antes de salir de las líneas enemigas que los asediaban.
Él reveló: " Yo no sabía que nos estábamos quedando sin munición y comida hasta el último minuto, usted no está contando ellos... Estás demasiado ocupado sobreviviendo, disparando y sin otras ideas, la noche que escapamos del cerco había un destello de luz y luego: La oscuridad total.
Flash, oscuro, Flash, oscuro… Era como una luz estroboscópica.
Pudimos ver sombras que se nos acercaban pero extrañamente no teníamos miedo.
Con el tiempo me metí en la parte trasera de un camión francés. Podía sentir este cuerpo pegajoso a mi lado pensé que alguien había recibido un disparo… Resulto ser una cabra babeante que era la mascota de la brigada francesa. Me hizo reír al pensar en mí y una cabra escapando de Rommel”.
Erwin Rommel
Croix de Guerre 1939Después de la guerra regresó a Leith y su antiguo puesto de trabajo en el Departamento de Parques. Sin embargo, un incendio destruyó sus medallas y hasta apenas este año el Ejército francés le otorgó otro galardón.
Se casó con una enfermera austriaca, Agnes, que estaba trabajando en Edimburgo. Tuvieron un hijo y dos nietos.
Jim es ahora uno de los cuidadores más antiguos de Escocia, él cuida también de su esposa ciega de 87 años de edad, a continuación Jim colabora con la Princess Royal Trust.
Jim dice: “Creo que mucha gente estaría desconcertada porque tengo una medalla francesa…
Nunca he hablado de ello, no era el tipo de cosa a mencionar ya que muchos de nuestros chicos habrían hecho lo mismo por ti”.
Todos sabemos lo que tiempo después le sucedería al Mariscal Erwin Rommel.
Para terminar, Jim Purves dijo: "Rommel tendría un final extremadamente difícil.
Pero nunca olvidaré el momento en que ayude a detener al Zorro del Desierto en seco aquel día”.
Fuentes:
http://www.thesun.co.uk/sol/homepage/ne ... th-me.html
http://www.facebook.com/
en el desierto y con el estrés de la guerra, ya se sabe, uno cree ver cualquier cosa que le obsesiona