La ley antitabaco la inventaron los nazis
Publicado: 24 03 2009 21:11
Colaboraron en el holocausto, asesinando y torturando mediante experimentos “pseudo-científicos”. Practicaron la “eutanasia” a miles de personas con discapacidades físicas y mentales. Esterilizaron a todos aquellos grupos que consideraban “biológicamente inferiores”. Los médicos nazis cometieron esas y otra incontable lista de atrocidades como parte de la descabellada cruzada de Hitler por conseguir una raza superior. Sin embargo la Alemania nazi también estuvo muy por delante, respecto al resto de países, en lo que a reformas sanitarias se refiere. Sus científicos fueron los primeros en descubrir la conexión entre el cáncer de pulmón y el tabaquismo, e incluso a día de hoy sus campañas para promover la salud nos parecerían progresistas… e incluso nos recordarán a las medidas tomadas ahora en España.
Junto con el alcohol, los cigarrillos eran considerados un “veneno genético” que podría propiciar la degeneración de la ‘raza alemana’. Esta sustancia era vista como un elemento a combatir dentro de la llamada “limpieza racial”.
En 1939 se llevó a cabo el primer estudio controlado sobre tabaquismo y cáncer de pulmón. Los resultados obtenidos pusieron en evidencia la relación entre el consumo elevado de cigarrillos y el desarrollo de este tipo de tumores.
Ley antitabaco
Los militares tenían prohibido fumar en las calles, durante las marchas y los periodos de permiso y, en la escuela, los niños y los profesores tampoco podían consumir. Lo mismo les ocurría a los menores de 18 años.
El tabaco también estaba vetado en los trenes y autobuses urbanos, lugares de trabajo, edificios públicos, hospitales y residencias. Y casi en los coches ya que, según indica el documento, los conductores que tuvieran un accidente mientras fumaban eran acusados de negligencia criminal.
La publicidad de esta sustancia estaba muy controlada y parece que incluso se llegó a debatir si los fumadores merecían los mismos cuidados sanitarios que el resto de las personas.
El tabaco no era el único objetivo de la política sanitaria, el gobierno también trató de impulsar el consumo de verduras y frutas, del pan integral y desaconsejó la nata montada.
“Madres, debéis evitar absolutamente el alcohol y la nicotina durante el embarazo y cuando cuidéis a los niños. Dificultan, dañan, trastornan el curso normal del embarazo. Bebed zumo de frutas”, reza uno de los manuales de salud de la época.
“Hermano nacionalsocialista, ¿sabes que tu ‘Führer’ está en contra del hábito de fumar y piensa que cada alemán es responsable de sus actos y misiones frente a todas las personas, y que no tiene el derecho de dañar su cuerpo con drogas?”. Este texto de una revista de la Alemania nazi muestra cómo los brazos de la dictadura de Hitler también aprisionaron el tabaco.
Ya veis… la locura de Hitler por conseguir una raza superior también lo llevo a promover actitudes positivas. Aunque para lograrlo, como en otras cosas, se basara en campañas propagandistas engañosas (usando falsas estadísticas, tratando de meter miedo con el gran coste que tenía para la seguridad social o incluso con el enorme poder de las compañías tabaqueras).
Y ahora os dejo quien descubrió la relación entre cáncer y tabaco.
El hombre que salvó un millón de vidas
10.000 personas mueren al día víctimas de los estragos del tabaco. Durante la Segunda Guerra Mundial, el cáncer de pulmón se convirtió en la principal causa de muerte sólo por detrás de las acciones militares. Sir Richard Doll, epidemiólogo inglés, fue el primer científico que relacionó empíricamente el cáncer con el consumo de tabaco. Sus informes y su lucha para convencer a un mundo entregado a la avaricia de las tabacaleras y al irónico destino del hombre Marlboro han salvado, según The Guardian, más de un millón de vidas.
William Richard Shaboe Doll, el médico epidemiólogo de mayor reconocimiento mundial, Nació en Hampton, Inglaterra, el 28 de octubre de 1912 y se graduó en Medicina en el St Thomas’ Hospital Medical School de Londres, en 1937. Cuando contaba con tan sólo 5 años apostó ingenuamente con su padre 50 libras a que llegaría a los 21 años sin probar el tabaco. A los 13 años -gracias a un hermano enganchado- ya fumaba pipa y cigarrillos con la connivencia de una sociedad extremadamente tabaquista. Durante su estancia en la universidad, el tabaco formaba parte de dieta y rituales de estudio y ocio; sin desaprobaciones sanitarias ni morales.
Al acabar la Segunda Guerra Mundial, algunos científicos empezaron a interesarse por el excesivo número de episodios oncológicos registrados en el frente. Los hospitales se llenaban de enfisemas pulmonares y terminales. La maquinaria sanitaria encontró motivos y excusas inherentes al contexto bélico: armas químicas, industria militar, mediocre alimentación, poluciones bélicas etc. No había motivo para achacar la incipiente pandemia a un vicio heredado hace más de 2000 años de los primeros indígenas Americanos.
“En los años treinta, ninguno de mis maestros de la escuela de medicina decía que fumar era perjudicial”, recuerda. “Los libros de texto médicos de los años cuarenta hacían muy breves referencias a los cánceres de labio y lengua, y a la ceguera causada por la combinación de pipas y la malnutrición […]” Sir Richard Doll
El artículo prosigue, leedlo desde el enlace que no lo pongo ya que no trata sobre la época de la SGM.
http://kurioso.wordpress.com/2009/03/23 ... -de-vidas/"
Junto con el alcohol, los cigarrillos eran considerados un “veneno genético” que podría propiciar la degeneración de la ‘raza alemana’. Esta sustancia era vista como un elemento a combatir dentro de la llamada “limpieza racial”.
En 1939 se llevó a cabo el primer estudio controlado sobre tabaquismo y cáncer de pulmón. Los resultados obtenidos pusieron en evidencia la relación entre el consumo elevado de cigarrillos y el desarrollo de este tipo de tumores.
Ley antitabaco
Los militares tenían prohibido fumar en las calles, durante las marchas y los periodos de permiso y, en la escuela, los niños y los profesores tampoco podían consumir. Lo mismo les ocurría a los menores de 18 años.
El tabaco también estaba vetado en los trenes y autobuses urbanos, lugares de trabajo, edificios públicos, hospitales y residencias. Y casi en los coches ya que, según indica el documento, los conductores que tuvieran un accidente mientras fumaban eran acusados de negligencia criminal.
La publicidad de esta sustancia estaba muy controlada y parece que incluso se llegó a debatir si los fumadores merecían los mismos cuidados sanitarios que el resto de las personas.
El tabaco no era el único objetivo de la política sanitaria, el gobierno también trató de impulsar el consumo de verduras y frutas, del pan integral y desaconsejó la nata montada.
“Madres, debéis evitar absolutamente el alcohol y la nicotina durante el embarazo y cuando cuidéis a los niños. Dificultan, dañan, trastornan el curso normal del embarazo. Bebed zumo de frutas”, reza uno de los manuales de salud de la época.
“Hermano nacionalsocialista, ¿sabes que tu ‘Führer’ está en contra del hábito de fumar y piensa que cada alemán es responsable de sus actos y misiones frente a todas las personas, y que no tiene el derecho de dañar su cuerpo con drogas?”. Este texto de una revista de la Alemania nazi muestra cómo los brazos de la dictadura de Hitler también aprisionaron el tabaco.
Ya veis… la locura de Hitler por conseguir una raza superior también lo llevo a promover actitudes positivas. Aunque para lograrlo, como en otras cosas, se basara en campañas propagandistas engañosas (usando falsas estadísticas, tratando de meter miedo con el gran coste que tenía para la seguridad social o incluso con el enorme poder de las compañías tabaqueras).
Y ahora os dejo quien descubrió la relación entre cáncer y tabaco.
El hombre que salvó un millón de vidas
10.000 personas mueren al día víctimas de los estragos del tabaco. Durante la Segunda Guerra Mundial, el cáncer de pulmón se convirtió en la principal causa de muerte sólo por detrás de las acciones militares. Sir Richard Doll, epidemiólogo inglés, fue el primer científico que relacionó empíricamente el cáncer con el consumo de tabaco. Sus informes y su lucha para convencer a un mundo entregado a la avaricia de las tabacaleras y al irónico destino del hombre Marlboro han salvado, según The Guardian, más de un millón de vidas.
Sir Richard Doll
Al acabar la Segunda Guerra Mundial, algunos científicos empezaron a interesarse por el excesivo número de episodios oncológicos registrados en el frente. Los hospitales se llenaban de enfisemas pulmonares y terminales. La maquinaria sanitaria encontró motivos y excusas inherentes al contexto bélico: armas químicas, industria militar, mediocre alimentación, poluciones bélicas etc. No había motivo para achacar la incipiente pandemia a un vicio heredado hace más de 2000 años de los primeros indígenas Americanos.
“En los años treinta, ninguno de mis maestros de la escuela de medicina decía que fumar era perjudicial”, recuerda. “Los libros de texto médicos de los años cuarenta hacían muy breves referencias a los cánceres de labio y lengua, y a la ceguera causada por la combinación de pipas y la malnutrición […]” Sir Richard Doll
El artículo prosigue, leedlo desde el enlace que no lo pongo ya que no trata sobre la época de la SGM.
http://kurioso.wordpress.com/2009/03/23 ... -de-vidas/"