La esvástica del Bosque de Zernikow
Hitler con Blondi en Berghof
... la belleza como sentimiento y la edad de oro perdida son, esencialmente... una naturaleza original, salvaje, pura, virgen, auténtica e irracional, accesible únicamente a través de las vías del sentimiento. Esta naturaleza original se define como tal incluso por su carácter extrahumano. Es exterior al hombre y anterior a él - exterior a su razón matemática y anterior a la aparición de la cultura artificial de la que el desvarío y el orgullo humanos son los únicos responsables."
Con esta idea pangermánica de la pertenencia a la propia tierra, la Naturaleza (así, con mayúsculas) era ejemplo y base: la ley del más fuerte que impera en la naturaleza, y el triunfo de los más preparados y los mejores genéticamente, es básica en la ideología y la propaganda nazi. De este modo, los dirigentes del partido nazi no tenían más deber que proteger y defender esta "naturaleza natural" que es fuente del modo de ser germánico. De ahí que la Naturaleza fuera protegida como madre amorosa y acogedora, abarcante del ser humano. Por ello en su ley de protección establecieron la figura de los "Monumentos Naturales", como "creaciones originales de la naturaleza cuya presentación resulta de un interés público motivado por su importancia y su significación científica, histórica, patriótica...".
Por su parte, el respeto a los animales está dado no por su visión utilitarista desde el ser humano, sino por su valor intrínseco como ser vivo . En cuanto a la Ley de Caza, delinea la figura y rol del cazador en tanto: "el deber de un cazador digno de este nombre no consiste sólo en dar caza a la presa, sino también en mantenerla y cuidarla para que se produzca y se preserve una situación de la presa más sana, más fuerte y más diversificada en lo que a las especies se refiere".
Con la lectura y comprensión de los conceptos anteriores, no es difícil entender porqué bajo la Alemania Nazi la protección a la naturaleza y los animales fueron impulsados y defendidos. La tierra madre, sus bosques, ríos, flora y fauna, debían ser preservados -además- de la crueldad humana y de la contaminación que comenzaba con la industrialización del país. Salvar el refugio y sostén de la raza aria era un deber ineludible. La paradoja es que mientras se instauraban zonas protegidas ecológicamente, millones de enemigos políticos eran humillados, gaseados y exterminados en los campos de concentración. De ahí que Luc Ferry insista en la necesidad de que la nueva ecología que se viene formando, esa misma que promueve el respeto de la naturaleza por sí misma, y de los animales más allá de la mera instrumentalidad para el hombre, respete a la vez la institucionalidad democrática y las personas del planeta.
http://ecosofia.org/2006/05/hitler_dere ... naturaleza