Quisiera aportar algunos matices.
En primer lugar, sobre la deportación de ciudadanos soviéticos por parte del Tercer Reich. No voy a concretar ahora cifras, pues resulta imposible dada la dispersión de los datos, pero es un hecho ampliamente documentado que el nazismo deportó a miles de ciudadanos y soldados soviéticos con el objetivo de despejar territorio en el Este para su "espacio vital". Esas deportaciones tuvieron como destino generalmente el Reich, para trabajos forzados, pero una parte de esas víctimas fueron deportadas a países alineados. El arquitecto de todo ello era Himmler: recomiendo nuevamente la lectura de su biografía, escrita por Peter Longerich, donde se documentan todos estos actos.
Con esto no afirmo que se deportasen ciudadanos soviéticos a España, que es otra discusión diferente. Pero el tráfico de mano de obra esclava procedente del Este era moneda de cambio corriente en Europa tras Barbarroja. Por ello, no me sorprendería el hecho en sí mismo, aunque por razones de pura lógica la masa de personas hacia España nunca pudo ser muy grande o existiría una constancia fehaciente que, al menos hoy, no tenemos.
Simo Häyhä escribió:El extremo catolicismo del regimen franquista, que en muchos casos pudo ser negativo, en el caso de los judios actúo en su favor pues alejaba al régimen español de las teorias nazis al respecto y de su catalogación como subhumanos. Siendo el antijudaismo franquista de base religiosa y en todo caso política pero no étnica como lo era en la ideología nazi. Siendo así el trato español a los judios mucho mejor que otros países en teoría también neutrales (aunque ocupados) como Francia y Holanda.
En este segundo caso, debo matizar más en detalle.
Camarada Simo Häyhä, creo que has generalizado en exceso.
El mundo católico europeo de los años 30 era un mundo muy complejo, imposible de definir en una sola frase. En Alemania, por ejemplo, hubo sacerdotes católicos que arrimaron el hombro para intentar denunciar la persecución a los judíos, pero no es menos cierto que otros colaboraron activamente con el Holocausto.
El caso de España es todavía más complejo. Hubo muchos católicos que, desde su religiosidad, abominaron de los judíos. Y los hubo en España, como se puede ver simplemete yendo a cualquier hemeroteca y leyendo los periódicos de la época. Sí existía una fuerte imagen de "subhombres" en España hacia los judíos, que eran tratados con extremo desprecio. También hubo anuncios y carteles antisemitas en nuestro país, para nada diferentes a los que se colocaban en Alemania, creando una presión social hacia los (pocos) judíos residentes en España.
El grado de la persecución a los judíos en España debe ser muy matizable.
Es un aspecto sobre el que se ha escrito mucho pero muy mal, porque se han consolidado los viejos tópicos de la Posguerra. La realidad histórica es que el Gobierno español fue informado de la dimensión del Holocausto y que buena parte de la alta sociedad española también lo fue, especialmente en la capital, a través directamente de altos representantes alemanes. El propio Himmler habló en Madrid en un discurso de lo que estaban haciendo con los judíos.
En los primeros compases de la 2GM el gobierno de Franco colaboró con el Tercer Reich en lo que se le pedía de cara a la persecución de judíos: favorecer el paso de judíos y su huída. Eso era exactamente lo que quería Hitler que se hiciese en esos momentos, muy anteriores todavía a la Solución Final. En la Posguerra, los historiadores profranquistas usaron un hecho indudable (el de que España favoreció el tránsito de judíos) como prueba de que Franco había querido salvar judíos, pero esto es una falacia insostenible: el propio Hitler favorecía en esa época la salida de judíos del suelo europeo, y era él mismo el que pedía a países afines (como España) que diesen la mayor agilidad a los judíos en tránsito para conseguir que se marchasen de Europa.
Cuando Alemania se decanta por la Solución Final, a raíz sobre todo de la gran cantidad de judíos que encuentra en territorio de la URSS, las relaciones con España ya eran frías. Es por ello que Franco no fue directamente cómplice de la misma: simplemente, ocurrió después.
Como digo, es un tema muy delicado sobre el que debemos todavía hacer mucha luz.
Saludos