Elisabeth Eidenbenz (12 de junio de 1913 - 23 de mayo de 2011) maestra y enfermera nacida en Zurich, fundó la Maternidad de Elna (Maternité Suisse d'Elne), lugar donde logró salvar a 600 niños entre 1939 y 1944, hijos de refugiados republicanos españoles y judíos que escapaban del nazismo.
Tras estudiar la carrera de Magisterio en su Suiza natal, Elisabeth Eidenbenz dio clases en escuelas para adultos en Dinamarca, donde conoció las nueva corriente pacifista posterior a la Gran Guerra. Con solo 20 años la joven maestra aparca su trabajo docente para marcharse a ayudar a los civiles víctimas de la Guerra Civil Española: aprende los primeros auxilios sanitarios y se alista en el primer grupo de voluntarios del Servicio Civil Internacional que atendía a niños y embarazadas dentro de la zona republicana.
En enero de 1939 se refugia de las tropas franquistas en Francia junto a muchos miles de españoles. Allí vivirá en primera persona la desastrosa gestión del desbordado Gobierno francés: el Departamento de los Pirineos Orientales, con unos 230.000 habitantes, recibe a unos 350.000 refugiados desde España. La marea humana será amontonada en las playas de Argelers, San Cebriàn y Barcarés con unas condiciones sanitarias precarias que hicieron ascender la mortalidad infantil hasta el 95%.
Como fruto de la indignación ante las lamentables condiciones en que se hacinaba a las mujeres refugiadas en Francia nacerá una gran iniciativa por parte de Elisabeth: buscar un lugar donde las embarazadas amontonadas en los campos de concentración de Argelès-sur-Mer, Saint-Cyprien y Rivesaltes puedan dar a luz en buenas condiciones sanitarias. Después de buscar un lugar idóneo, Elisabeth Eidenbenz logró ubicar la maternidad en un palacete de tres pisos semiabandonado a las afueras de Elne, en la carretera a Montescot: el castillo de Bardou, construido en 1900. Su restauración costó 30.000 francos suizos, que aportó la Asociación de Ayuda a los Niños de la Guerra.
El 7 de diciembre de 1939 nace el primer niño en la maternidad, José Molina. Después llegarían casi 600 más, entre los nacidos de exiliadas españolas y refugiadas judías que huían de la persecución nazi. El centro utilizaba para los suministros los corredores sanitarios de la Cruz Roja Internacional: leche condensada y en polvo, chocolate, queso, conservas, harina, azúcar y arroz, además de biberones y medicinas. El resto de material procedía de colectas y ayuda humanitaria. La escuela de enfermería suiza enviaba dos o tres profesionales cada seis meses, mientras el resto de actividades eran llevadas por voluntarias y refugiadas de los campos. Se atendían unos 20 partos mensuales, disponiendo de 50 camas, distribuidas por habitaciones de entre 4 y 8 camas cada una. La mayoría de estas habitaciones habían sido bautizadas con nombres de ciudades españolas: Barcelona, Bilbao, Madrid, Santander, Sevilla y Zaragoza. También había otras con los nombres de Suiza, Polonia, Marruecos y París.
Solo Hitler pudo frenar a Elisabeth Eidenbenz. Los alemanes ocuparon el sur de Francia en noviembre de 1942 y comenzaron su búsqueda para deportarlos a los campos de exterminio. La maternidad se vio obligada a tener que asociarse con la Cruz Roja en 1942, acatando su política sobre neutralidad. Esto le impedía acoger a refugiados políticos, cosa que Elisabeth no estaba dispuesta a permitir, por lo que se decidió falsear la identidad de gran parte de ellos. Su decidido afán por ocultar y salvar judíos la hizo sospechosa para la Gestapo, que hizo frecuentes visitas e inspecciones en la maternidad, ante la oposición de su directora, a la que llegaron a detener. La presión nazi culminó con el cierre de la maternidad por el ejército alemán la Pascua de 1944, cuando ya habían salvado centenares de vidas.
Su gesta, recordada especialmente por republicanos españoles y sus hijos, quedó en relativa oscuridad durante muchos años. Retirada en la población de Rekawinkel, a 30 kilómetros de Viena, en los últimos años obtuvo, por fin, el reconocimiento público: en 2001 Israel la incluyó en los Justos entre las Naciones, distinción que honra a aquellas personas no judías que ayudaron al pueblo hebreo durante la persecución nazi (ver listado de Justos nacidos en Suiza, en pdf); en 2006, el Gobierno español y la Generalitat de Cataluña le entregaron, respectivamente, la Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social y la Cruz de San Jordi, y en 2007 el Estado francés le otorgó su máxima distinción, la Legión de Honor.
Nota necrológica en 'El País'En enero de 1939 se refugia de las tropas franquistas en Francia junto a muchos miles de españoles. Allí vivirá en primera persona la desastrosa gestión del desbordado Gobierno francés: el Departamento de los Pirineos Orientales, con unos 230.000 habitantes, recibe a unos 350.000 refugiados desde España. La marea humana será amontonada en las playas de Argelers, San Cebriàn y Barcarés con unas condiciones sanitarias precarias que hicieron ascender la mortalidad infantil hasta el 95%.
Como fruto de la indignación ante las lamentables condiciones en que se hacinaba a las mujeres refugiadas en Francia nacerá una gran iniciativa por parte de Elisabeth: buscar un lugar donde las embarazadas amontonadas en los campos de concentración de Argelès-sur-Mer, Saint-Cyprien y Rivesaltes puedan dar a luz en buenas condiciones sanitarias. Después de buscar un lugar idóneo, Elisabeth Eidenbenz logró ubicar la maternidad en un palacete de tres pisos semiabandonado a las afueras de Elne, en la carretera a Montescot: el castillo de Bardou, construido en 1900. Su restauración costó 30.000 francos suizos, que aportó la Asociación de Ayuda a los Niños de la Guerra.
El 7 de diciembre de 1939 nace el primer niño en la maternidad, José Molina. Después llegarían casi 600 más, entre los nacidos de exiliadas españolas y refugiadas judías que huían de la persecución nazi. El centro utilizaba para los suministros los corredores sanitarios de la Cruz Roja Internacional: leche condensada y en polvo, chocolate, queso, conservas, harina, azúcar y arroz, además de biberones y medicinas. El resto de material procedía de colectas y ayuda humanitaria. La escuela de enfermería suiza enviaba dos o tres profesionales cada seis meses, mientras el resto de actividades eran llevadas por voluntarias y refugiadas de los campos. Se atendían unos 20 partos mensuales, disponiendo de 50 camas, distribuidas por habitaciones de entre 4 y 8 camas cada una. La mayoría de estas habitaciones habían sido bautizadas con nombres de ciudades españolas: Barcelona, Bilbao, Madrid, Santander, Sevilla y Zaragoza. También había otras con los nombres de Suiza, Polonia, Marruecos y París.
Solo Hitler pudo frenar a Elisabeth Eidenbenz. Los alemanes ocuparon el sur de Francia en noviembre de 1942 y comenzaron su búsqueda para deportarlos a los campos de exterminio. La maternidad se vio obligada a tener que asociarse con la Cruz Roja en 1942, acatando su política sobre neutralidad. Esto le impedía acoger a refugiados políticos, cosa que Elisabeth no estaba dispuesta a permitir, por lo que se decidió falsear la identidad de gran parte de ellos. Su decidido afán por ocultar y salvar judíos la hizo sospechosa para la Gestapo, que hizo frecuentes visitas e inspecciones en la maternidad, ante la oposición de su directora, a la que llegaron a detener. La presión nazi culminó con el cierre de la maternidad por el ejército alemán la Pascua de 1944, cuando ya habían salvado centenares de vidas.
Su gesta, recordada especialmente por republicanos españoles y sus hijos, quedó en relativa oscuridad durante muchos años. Retirada en la población de Rekawinkel, a 30 kilómetros de Viena, en los últimos años obtuvo, por fin, el reconocimiento público: en 2001 Israel la incluyó en los Justos entre las Naciones, distinción que honra a aquellas personas no judías que ayudaron al pueblo hebreo durante la persecución nazi (ver listado de Justos nacidos en Suiza, en pdf); en 2006, el Gobierno español y la Generalitat de Cataluña le entregaron, respectivamente, la Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social y la Cruz de San Jordi, y en 2007 el Estado francés le otorgó su máxima distinción, la Legión de Honor.
Nota necrológica en 'La Vanguardia'
Nota necrológica en 'L' Independant'
Fuentes
http://www.elpais.com
http://www.lavanguardia.com
http://www.lindependant.fr
http://www.yadvashem.org
http://es.wikipedia.org
