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El hundimiento del HMS Royal Oak

Publicado: 19 09 2009 01:22
por guscano
A continuación les paso un artículo que escribí para una revista que finalmente no se lanzó al mercado y por tanto no se ha publicado nunca. Narra detalladamente la operación realizada por Gunther Prien que culminó con el hundimiento del HSM Royal Oak.

HMS Royal Oak. Acorazado clase Revenge de la Royal Navy británicaHMS Royal Oak. Acorazado clase Revenge de la Royal Navy británica
El ataque al fondeadero de Scapa Flow fue una combinación de los nervios de acero de un jugador de póquer y la precisión de un cirujano que solo un as como Prien podía realizar con éxito. Para los británicos, supuso el fin de la carrera de varios prominentes oficiales y para los alemanes una de las mayores victorias de su máquina de propaganda.

Situado en las Islas Orcadas, al norte de Escocia, Scapa Flow constituía el fondeadero más importante de la Royal Navy (Armada británica) y se consideraba un fortín inexpugnable, en especial contra ataques submarinos. De hecho, los sumergibles alemanes habían intentado penetrar en la base en dos ocasiones anteriores, ambas durante la Primera Guerra Mundial. El submarino U-18 lo había logrado, pero su gesta fue inútil ya que encontró la bahía desierta, la totalidad de la flota se había echado a la mar. En 1918, el U-116 de Von Eisman intentó de nuevo la hazaña, pero los británicos lograron hundirlo antes de que causara daños.

Durante el periodo de entreguerras la base se dejó de utilizar, siendo detonadas las últimas minas defensivas en 1919. El último buque de la Royal Navy abandonó la bahía en 1920. No fue hasta finales de los años treinta, ante el resurgimiento del poderío naval alemán, cuando Scapa Flow recibió una nueva oportunidad de ser útil. No obstante, no todos pensaban que la base era inexpugnable. El Almirante Sir Charles Forbes, quien había inspeccionado las defensas en 1938, recomendó en su informe reforzar y asegurar los resquicios que quedaban desprotegidos en los accesos a la bahía. Sus recomendaciones cayeron en saco roto. En Septiembre de 1939 Scapa Flow se convirtió oficialmente en la base de la flota británica cuando Churchill fue nombrado Primer Lord del Almirantazgo

Hacía tiempo que el almirante Doenitz deseaba penetrar en las defensas de Scapa Flow y dar un golpe de mano a la flota británica. El plan del almirante tomó cuerpo pocos días después del comienzo de la guerra y consistía en lograr que un submarino penetrase en la base y atacara el mayor número de barcos posibles. De conseguirlo, forzaría a la Royal Navy a distribuir los buques en otras bases más seguras y por tanto debilitaría el bloqueo marítimo al que estaba sometiendo al mar del norte.

Doenitz estudió toda la información sobre Scapa Flow en poder del servicio de inteligencia y ordenó la toma de fotografías aéreas que mostraban los lugares de una posible penetración y sobre todo que la mayoría de la flota británica se encontraba en el puerto. También envió a un submarino para efectuar un informe sobre las mareas y corrientes de la zona. Tras estudiar la información, llegó a la conclusión de que la penetración se debería hacer avanzando por la superficie, de noche y durante la marea alta, cuando la corriente era más débil. La ruta que debía seguir el submarino era la de Kirk Sound, una entrada situada en el lado este de la bahía. La navegación por este canal era difícil, ya que debía transcurrir entre barcos hundidos, con una profundidad total de quince metros. Los laterales del canal también estaban llenos de barcos de bloqueo, por lo que la entrada era de sólo ciento setenta metros de ancho, dejando un pasillo de solo siete metros de profundidad en algunas zonas. Un error de navegación podía acabar en una colisión o dejar varado al submarino. Una vez diseñado el plan y la ruta, solo quedaba elegir al capitán idóneo para la operación. Doenitz consideró a Prien el candidato ideal, ya que creyó que poseía una gran técnica y las agallas suficientes para afrontar una misión de este calibre con posibilidades de éxito.

La primera reunión tuvo lugar el 1 de octubre ante la sorpresa de Prien. Lo último que esperaba un domingo durante la sobremesa en la sala de oficiales era ser interrumpido con una orden para presentarse ante el comandante en jefe. Prien estaba convencido que tanto él como los otros dos oficiales, el comandante Sobe y el teniente Wellner, que fueron también llamados a presentarse ante Doenitz, iban a ser degradados por algo que habían hecho. Los tres avanzaron hacia la oficina de Doenitz situada a bordo del Weichsel sin intercambiar una sola palabra. Prien fue el último en ser llamado. Cuando entró se encontró a los dos oficiales junto al comandante. Tras el saludo y la presentación de rigor, Doenitz dio la palabra al teniente Wellner, quien comenzó a hablar sobre las islas Orcadas, mientras que Prien observaba los mapas desplegados en la mesa marcados con el nombre “Scapa Flow”. Un nervioso Prien cayó en la cuenta en ese momento de lo que se esperaba de él. Doenitz tomó la palabra indicando que no iba ser una misión fácil, como los anteriores intentos atestiguaban. Tras pedirle su opinión, se le permitió revisar los planos y los informes y tomar la decisión en cuarenta y ocho horas. Prien, no obstante, había tomado su decisión casi de inmediato: quería hacerlo. Tras estudiar el plan se dio cuenta que era perfectamente realizable. Doenitz recibió la respuesta afirmativa en la segunda reunión con Doenitz que tuvo lugar el 3 de octubre


Comienza la misión

El domingo 8 de octubre de 1939, el U-47 partió discretamente del puerto de Kiel (Alemania). Ni siquiera la tripulación conocía el destino del submarino. Tras un viaje sin incidentes, el U-boat salió a la superficie el 13 de octubre para su acercamiento final. Cuando Prien subió al puente, la visión que apareció ante sus ojos no era la esperada. En lugar de la oscuridad con la que contaba, se encontró con una luna nueva especialmente brillante y sobre todo con una espectacular aurora boreal que lo iluminaba todo. A pesar del imprevisto, Prien decidió proseguir con la misión.

El acercamiento final a Scapa Flow duró cuatro largas horas. Tras llegar, Prien penetró por Kirk Sound sin tardanza, pasando a escasos metros del barco de bloqueo Thames, sufriendo una corriente inesperadamente fuerte. Siguiendo la ruta prefijada y avanzando a favor de la corriente, el sumergible de Prien se acercó a solo 15 metros del buque de bloqueo Numidian. Poco después ocurrió un incidente que puso a prueba los nervios de la tripulación. El buque se vio de pronto enredado con el cable del ancla de buque de bloqueo Soriano. Tras unos angustiosos segundos de inmovilidad, el U-47 logró zafarse y continuó navegando, llegando a situarse tan cerca de la orilla que se vio de pronto iluminado por un taxi que pasaba por la carretera del cercano pueblo de St. Mary. Los tripulantes que se encontraban en el puente estaban seguros que les habían descubierto, pero al ver que no sonaban las alarmas, siguieron su camino, penetrando por fin en el oscuro fondeadero.

La actividad en la bahía era visible desde el puente, a tan solo unos metros de distancia. La aurora Boreal permitía ver a los centinelas y los camiones aparcados. Con esa excelente visibilidad, Prien esperaba ver a sus víctimas sin problemas, pero sin embargo no había ningún barco a la vista. El U-47 navegó a lo largo de la bahía efectuando un largo círculo durante 30 minutos. La euforia inicial dio paso a la más amarga desesperación. El servicio de inteligencia había fallado. La flota no estaba en el puerto. Se había producido un terrible error. En un último intento de buscar algún barco, Prien navegó hacia el noroeste. A medida que se acercaba al extremo de la bahía, divisó un gran buque en el horizonte. Con sus prismáticos, Prien lo identificó como un acorazado y detrás de él, otro gran buque. El primero no era otro que el HMS Royal Oak, mientras que el segundo era el HMS Pegasus, un barco nodriza de hidroaviones de seis mil novecientas toneladas.

Tras acercarse más, el teniente Endrass dio la orden de disparar tres torpedos. De ellos, dos fallaron el blanco, y solo uno dio en el Royal Oak, causando una explosión que despertó a la tripulación. Pero su capitán atribuyó el estallido a una causa interna, no podía siquiera imaginarse que un submarino hubiese entrado en Scapa Flow. No se tomó ninguna precaución y los marineros volvieron a sus literas. Doce minutos más tarde un desconcertado pero decidido Prien ordenó el disparo de una nueva andanada de torpedos contra el Royal Oak, acertando tres en la línea de flotación del acorazado. Las explosiones iniciaron grandes incendios y una gran bola naranja se elevó al aire sacudiéndolo violentamente. El acorazado comenzó a escorarse. Era la 1:28 horas de la madrugada del 14 de octubre. A pesar de contar con más torpedos, Prien decidió escapar del puerto lo mas deprisa posible. Tomando esta vez la entrada sur, pasó entre los barcos de bloqueo Minich y Lamb Holm sin incidentes. A las 2:15 se encontraban en mar abierto. Mas tarde, Prien justificó su precipitada huida explicando que había visto signos de que su nave iba a ser detectada pronto, ya que el puerto se iluminó y Prien intuyó que se preparaba un contraataque. En realidad, los británicos no habían detectado al submarino en ningún momento.

Antes de que el U-47 regresara al puerto de Wilhelmshaven el diecisiete de octubre, toda Alemania se había enterado de su gesta. En el puerto, fueron recibidos por los almirantes Doenitz y Raeder, quien otorgaron a Prien la Cruz de Hierro de Primera clase, recibiendo su tripulación la Cruz de Hierro de Segunda clase. Pero un Hitler eufórico deseaba felicitar personalmente a la tripulación. Esa misma tarde volaron a Berlín, donde fueron recibidos como héroes en un desfile de automóviles que arremolinó en las calles a miles de personas que les vitoreaban a su paso. En la cancillería, Prien fue condecorado por Hitler con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro. El protagonista de Scapa Flow se había convertido en un héroe del Tercer Reich, siendo el primer militar en recibir el prestigioso galardón.


Consecuencias

La victoria alemana en Scapa Flow tuvo poco valor estratégico, pero sin embargo su valor propagandístico fue incalculable. El viejo acorazado Royal Oak era un veterano de la Primera Guerra Mundial, anticuado para los estándares de la época. Con una velocidad de tan solo veinte nudos, apenas podía mantener el ritmo del resto de la flota británica y difícilmente se podía enfrentar con barcos de combate de la Kriegsmarine de la clase Bismarck o Scharnhorst. Para Gran Bretaña, el hundimiento del HMS Courageous, el Hood o el Ark Royal fue mas perjudicial desde el punto de vista estratégico. Pero para Alemana, la victoria se vio amplificada por la conexión de este navío y de Scapa Flow con la derrota de la armada alemana en la Primera Guerra Mundial, logrando el ataque borrar para siempre el fantasma de la derrota en el pueblo alemán.

El ataque también demostró que un arma que antes había sido considerada primitiva y poco efectiva podía lograr, con un costo insignificante y una reducida tripulación, derrotar a un costoso gigante acorazado con una tripulación de mil doscientos hombres. Para los británicos, el ataque supuso el fin de la carrera de algunas figuras relevantes de la armada. Tras el ataque, las defensas de Scapa Flow fueron reforzadas con el hundimiento de nuevos barcos de bloqueo, sellando completamente los canales de entrada. Se construyeron nuevas barreras para reforzar las existentes. Mientras que todas las medidas para reforzar la bahía no estuvieron listas, la armada británica se vio obligada a dispersar sus barcos en otros puertos, tal y como Doenitz había predicho.

FIN

Fuentes:

Black Saturday: The Royal Oak Tragedy at Scapa Flow, Alexander McKee, Cerberus Publishing Ltd, 2004
El camino de Scapa Flow, Günther Prien, Ed. Nueva República, 2005 *
http://www.u47.org/
Archivos NARA
Archivos Bundesarchiv
Archivos U.S. Naval Historical Center

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Re: El hundimiento del HMS Royal Oak

Publicado: 19 09 2009 07:58
por Bertram
Excelente artículo y excelente historia la que cuenta. Sin duda un hecho heroico la incursión de Scapa Flow. Esta historia siempre me ha fascinado y la tensión de la tripulación provocadas durante las maniobras de entrada a la bahía debieron ser enormes.

Gracias Guscano por otro excelente artículo, he disfrutado mucho con su lectura y me ha proporcionado algunos datos que desconocía.

Re: El hundimiento del HMS Royal Oak

Publicado: 23 07 2017 21:43
por Donald Malarki
Siempre se ha restado importancia al hundimiento de viejos barcos, sin embargo es cierto que el valor propagandístico para el propio bando es muy grande cuando la prensa lo exagera o lo "maquilla" para que dé el efecto psicólogo deseado. Es algo que se lleva haciendo desde la edad media cuando se mitificaban las gestas de los caballeros hasta hoy en día cuando los países hacen gala de su poder militar.