Camarada escoces34.
Empiezo agradeciendo y aceptando sus disculpas. Como dije, internet y la comunicación escrita tienen sus limitaciones, siendo la más peligrosa de todas ellas la impersonalización de la expresión.
Le agradezco también sus matizaciones, pues detallan notablemente su respuesta original.
Entremos en materia.
1. Debo insistir en que los actos de Hitler no se deben a la locura ni a su condición de maligno. Lo explicaré en detalle, no con ello pretendiendo quitarle su opinión, sino detallar el problema desde un punto de vista histórico.
- Loco es aquel "que ha perdido la razón". Hitler, como mucho, perdió la razón en sus últimos meses de vida, especialmente fruto de su enfermedad y del atentado de Stauffenberg. Al menos esa locura de sus últimos días nos ha sido descrita por cuantos le conocieron de cerca. Sin embargo, para cuando sube al poder a principios de los 30, por ejemplo, era una persona tan cuerda como la mayoría de políticos que pudiese haber en Europa en esa época.
- Maligno es aquel "propenso a pensar u obrar mal". Si Hitler fuese un individuo maligno, por su propensión, habría sido maligna todas y cada una de sus obras, algo que dista mucho de la realidad. Una persona maligna hace el mal de forma constante. Hitler buscaba (a su peculiar manera) el bien de Alemania: de haber sido maligno, no haría tal cosa.
Y ahora, vayamos a la obviedad: gobernantes criminales de la talla de Hitler ha habido muchísimos a lo largo de la historia. Explicar los actos de cualquiera de ellos como "locura" o "maldad" es falsear la realidad, que no es otra que esos actos eran respaldados por cientos/miles de personas teóricamente libres, cabales y buenas.
Es decir: si Hitler era un loco o un malvado, todos los alemanes que le apoyaban lo eran también.
[Y lo mismo con Stalin, Mussolini, Hiroito, Franco, Tito, Castro, Sadam...]
¿Cree realmente que todos los que apoyaban a esos dictadores estaban locos o eran malvados?
No lo creo. De hecho, no lo eran: eran oportunistas, o gente sin escrúpulos, o personas desinformadas...
Reducir un problema como esta a bueno/malo o cuerdo/loco es un error, porque perdemos perspectiva.
2. Desde luego, yo no disculpo nada, ni muchísimo menos a Hitler. De hecho, precisamente apelar a "locura" o "maldad" han sido las clásicas excusas que se han interpuesto para los crímenes de Hitler. Recordemos que todavía hoy en día la locura es causa eximente para muchas penas jurídicas: un homicida demente se libra de la cárcel.
Digamos que, si Hitler estaba "loco", no era culpable de sus crímenes porque era un demente. ¿Esto es lógico?
Yo creo que no. Esto no es así. Cuando Hitler ordenó, por ejemplo, la Noche de los Cuchillos Largos, sabía perfectamente lo que hacía y lo hacía de forma totalmente consciente. No era el deseo de un demente, pues un loco no habría ganado jamás unas elecciones en el país más culto de Europa: era la decisión maquiavélica (y amoral) de un gobernante que quería tener un mayor control de su país. No era maldad ni locura lo que le guiaba, sino un instinto desatado que no se acogía a cortapisas de tipo ético.
Cuando Hitler permitió la persecución étnica y deportación de los judíos lo hizo con un motivo político y económico, además de por sus ideas radicales sobre la raza. Era una decisión muy meditada, desde hacía años, por él y por muchos otros personajes. Es más: la deportación de los judíos no fue una idea exclusivamente alemana, pues incluso en Gran Bretaña llegaron a considerar que lo mejor era deportar a los judíos a Madagascar.
Si creemos que Hitler inició el Holocausto porque estaba loco o porque era malvado deberemos creer, por tanto, que todos los demás que pensaban que esa persecución estaba
bien también eran, por fuerza, locos o malignos. El resultado sería más de la mitad de la población alemana en un psiquiátrico o exorcizados. No creo en brotes de enfermedad mental que afecten de golpe a millones de personas.
Por tanto,
amoral, extremista, nacionalista, radical o
trasnochado, entre otros, sí son adjetivos que definen a Hitler como persona. En cambio "loco" o "malvado" no sirven, pues no explican nada.
3. De hecho, se empezó a hablar de que Hitler estaba "loco" con posterioridad a la 2GM. Si uno lee las noticias o discursos de los Aliados occidentales durante la guerra, se hablaba a menudo de que el Tercer Reich era
el Mal, con mayúsculas, para elevar la moral de tropas y ciudadanos, pero rara vez se definía a Hitler como "loco".
Luego, en la posguerra, la demencia de Hitler fue la excusa perfecta para el pueblo alemán:
"Nos gobernaba un loco y éramos prisioneros de sus decisiones"
Con ese razonamiento millones de ciudadanos alemanes supervivientes pudieron vivir una transición en la posguerra, pasando por alto, claro, varios hechos innegables:
- Hitler llegó al poder democráticamente elegido en unas elecciones libres donde la mayoría de alemanes le votó.
- Todos los ciudadanos notaron las persecuciones a las minorías, pero muy pocos hicieron nada para evitarlo.
- En todo el Reich había millones de afiliados al NSDAP y, por tanto, cómplices de lo que hiciese Hitler.
4. Lo más importante: si Hitler hubiese sido "malo" o "loco" lo habría sido siempre, desde el primer momento.
Sin embargo, Hitler gobernó Alemania durante años antes de empezar a cometer grandes atrocidades. Llegó a ser Hombre del Año en la revista norteamericana 'TIME', y no creo que se lo diesen a un demente o un malvado: se lo dieron porque hasta los años finales de la guerra Hitler fue un gobernante bastante "normal". Al menos, sus persecuciones políticas no sonaban tan raras al principio porque no eran tan inusuales: Hitler despreciaba y apretaba las tuercas a judíos y gitanos mientras el Primer Ministro británico de entonces lo hacía con los habitantes de la India.
En caso de ser maligno o loco, habría cometido crímenes en masa desde el primer día (como Stalin).
Fíjese:
- 1933 (30 de enero) - Hitler es nombrado Canciller de Alemania.
- 1933 (5 de marzo) - Los nazis obtienen el 44% de los escaños en las elecciones.
- 1934 (30 de junio - 2 de julio) - Noche de los Cuchillos Largos [purga en el NSDAP].
- 1938 (9 de noviembre) - Noche de los Cristales Rotos [persecución antisemita]
- 1942 (20 de enero) - Conferencia de Wannsee: inicio de la "Solución Final".
Si observa verá que Hitler gobernó 9 años antes de darse luz verde al exterminio en los campos. De haber sido un criminal malvado o loco habría empezado haciendo estas barbaridades el primer día, no habría esperado tanto, pues ya desde 1934 su poder era absoluto en Alemania y en su partido.
Por cierto, aclaro una cosa: el hecho de ser
cuerdo hace que su responsabilidad sea todavía mayor que siendo un desequilibrado. Y, obviamente, Hitler tuvo toda la responsabilidad de todas las persecuciones que generó su política y doctrina en Europa, así como buena parte de las víctimas de la 2GM, de las cuales, no lo olvidemos, una parte mayoritaria eran alemanas (y rusas).
5. No creo saber mucho, ni nunca lo he creído. Siempre se puede aprender más, desde luego.
Tampoco tengo tan alta opinión sobre mis conocimientos como para no admitir otras opiniones, siempre que sean informadas. Y ahí está la clave: creo que para poder opinar sobre una persona hay que tener un cierto grado de conocimiento sobre la misma. A simple vista, cualquier opinión sirve.
Para hablar sobre Hitler, sus vida, su persona y sus actos, hay que entender su contexto histórico. Entre otras cosas, saber que muchísima gente pensaba como él sobre los judíos, por ejemplo. ¿Sabía usted que destacadas personalidades norteamericanas como Charles Lindbergh, Henry Ford o el padre del presidente Kennedy tenían la opinión de que las persecuciones de Hitler a los judíos estaban bien?
Le dejo unos enlaces de nuestro propio foro:
¿Debemos entender que estos tres personajes estaban también locos o eran malvados?
Igualmente que conocer el contexto y la sociedad de su época, para entender a Hitler hay que repasar su biografía.
Le he recomendado la de Ian Kershaw porque es relativamente breve (1.000 páginas en la nueva edición), muy fácil de encontrar en cualquier biblioteca y, sobre todo, porque es la más actualizada, moderna y rigurosa. Creo sinceramente que después de leerla cambiará notablemente su visión de Hitler y de la época.
Cuidado: Kershaw no es para nada partidario de Hitler; todo lo contrario.
No nos confundamos: no se trata de que sus partidarios hablen bien de él y sus detractores exageren sus maldades. Se trata de que el conocimiento histórico nos permite saber, objetivamente, que sus actos fueron terribles, criminales, repugnantes, pero también fueron el fruto de una forma de pensar y de ver el mundo.
Desde luego, no fueron los actos de un alucinado demente, sino los de un criminal muy consciente.