C2. Tumba del Soldado Desconocido
Este monumento (1925), situado en la plaza Pilsudski, está dedicado a los soldados polacos caídos durante la I Guerra Mundial. Se sitúa bajo un fragmento de pórtico, único vestigio del antiguo palacio de Sajonia. A éste se le añadieron en el s. XVIII unos suntuosos jardines franceses (los Jardines Sajones), rediseñados en estilo inglés en el s. XIX, de los que sólo queda la calle central. Hoy la plaza es un lugar de reunión dominical para asistir al relevo de la guardia (a las 12).
C3. Monumento a los Héroes del Gueto de Varsovia
C4. Umschlagplatz
Aunque nunca fue un campo de concentración o de exterminio como tales se le podría clasificar como campo de tránsito. Umschlagplatz era una zona próxima al ghetto de Varsovia (Polonia) y cercana a las líneas de ferrocarril en donde durante el tiempo que duró tanto la resistencia como el vaciado del mismo, los judíos era reunidos y mantenidos encerrados bajo vigilancia hasta que les llegase la hora de subir a los trenes que les llevaría a los campos de exterminio como Auschwitz, Treblinka o Chelmno (los 3 en Polonia). La ausencia de datos corresponde a que al ser una zona no específica por su función no había un personal fijo asignado al control de la misma. Solo se produjeron 4.000 muertes debidas principalmente a enfermedades, hacinamiento y hambre en los días en que el campo estaba repleto de prisioneros listos para el transporte.
C5. Prisión de Pawiak
La Prisión de Pawiak, de Varsovia, fue construida por los rusos entre 1830 y 1835, el edificio se hizo famoso durante la II Guerra Mundial porque se utilizó como prisión de judíos y de polacos, actualmente está en ruinas y se utiliza como museo. En la puerta hay un árbol seco cubierto de lápidas como recuerdo a los prisioneros que murieron aquí. Pawiak fue construida por las autoridades rusas del zarismo entre 1829 y 1835. Durante la sublevación de enero fue utilizado como un campo de transferencia para condenados a la deportación a Siberia. Su nombre, originalmente informal, fue derivado del nombre polaco de la calle que la prisión se localiza en Ulica Pawia. Después de que la independencia recuperada de Polonia en 1918 se convirtió en la prisión principal para los criminales masculinos de Varsovia.
Tras la invasión alemana de Polonia en 1939 fue una prisión alemana de la Gestapo y después parte del campo de concentración de Varsovia. Aproximadamente 100.000 hombres y 20.000 mujeres pasaron por la prisión, sobre todo miembros del Armia Krajowa, presos políticos y civiles tomados como rehenes. Aproximadamente 37.000 de ellos fueron ejecutados mientras que 60.000 fueron enviados más lejos a los campos alemanes de la muerte y de concentración. El número exacto de víctimas es desconocido puesto que los archivos nunca fueron encontrados. El 19 de julio de 1944, el ucraniano Wachtmeister Petrenko y algunos presos procuraron sublevarse, apoyados por un ataque del exterior, pero fallido. Petrenko y varios otros acabaron suicidándose. En represalias, 380 presos fueron ejecutados el día siguiente. El edificio no fue reconstruido después de la guerra. Su sitio ahora es ocupado por un mausoleo a la memoria del martirio y del museo de Pawiak.
C6. Monumento a la Resistencia Polaca
Placa Conmemorativa donde se encontraba una de las entradas a las alcantarillas utilizadas durante el levantamiento
C7. Museo de la Insurrección de Varsovia
Este museo está instalado en un edificio de ladrillo que fue en su día una central eléctrica de tranvías. Mediante una moderna escenografía (películas, fotos, ambientes sonoros) recrea el día a día de la sangrienta insurrección de Varsovia del 1 de agosto de 1944. Este episodio simbólico y desesperado de la resistencia polaca todavía está presente en la memoria. La visita es emocionante, sobre todo cuando se observan las fotos de los jóvenes que lucharon contra las tropas nazis en el escenario de una ciudad en ruinas (las fotografías no son de muy buena calidad, ya que las saque deprisa y corriendo con el móvil, ya que cerraban en 10 minutos).
Con esto termino ya, solo comentando que si podéis ir a Polonia, hacerlo, ya que para mi ha sido toda una sorpresa, tanto por su limpieza, sus gentes y su sentido de la historia, que ya nos valdría aprender nosotros (España) de ellos.