Según informa la BBC, para los exiliados fue una experiencia "liberadora"
En el pequeño archipiélago de Tremiti, en el Mar Adriático, la Italia fascista de Mussolini creó la primera comunidad abiertamente homosexual. El régimen, acusándolos de "degenerados", mandó a un grupo de hombres homosexuales a estas islas, pero se volvió contraproducente. Según informa la BBC, para ellos fue una "experiencia liberadora".
Este conjunto de islas, de poco más de 3 kilómetros cuadrados de superficie, fue el lugar donde Mussolini ordenó diseñar un régimen carcelario para reprimir la homosexualidad. "El fascismo es un régimen viril, y en ese contexto los italianos deben ser fuertes y masculinos y es imposible que pueda existir la homosexualidad en un régimen fascista", asegura Lorenzo Benadusi, profesor de historia de la Universidad de Bérgamo.
"En ese entonces, si eras gay no podías ni salir de casa, hacerse notar, porque la policía te arrestaría", explicó Giuseppe B., uno de los exilados, hace algunos años en la revista gay "Babilonia". Sin embargo, añadió "que en las islas celebrábamos el día de nuestros santos o la llegada de alguien nuevo, hacíamos teatro y podíamos vestirnos como mujeres sin que nadie nos dijese nada".
LAS NIÑAS
"Nos daba curiosidad porque las llamaban las niñas", confiesa Carmela Santoro, habitante de Tremiti, que era una niña cuando venían las personas homosexuales exiliadas. Según la cadena pública británica, llegaban esposados en un bote y los ubicaban en grandes dormitorios sin electricidad ni agua corriente. Santoro asegura, que pese al asombro que generaban, no llegaron a tener contacto con ellos.
Fuente de la noticiaBenito Mussolini
Este conjunto de islas, de poco más de 3 kilómetros cuadrados de superficie, fue el lugar donde Mussolini ordenó diseñar un régimen carcelario para reprimir la homosexualidad. "El fascismo es un régimen viril, y en ese contexto los italianos deben ser fuertes y masculinos y es imposible que pueda existir la homosexualidad en un régimen fascista", asegura Lorenzo Benadusi, profesor de historia de la Universidad de Bérgamo.
"En ese entonces, si eras gay no podías ni salir de casa, hacerse notar, porque la policía te arrestaría", explicó Giuseppe B., uno de los exilados, hace algunos años en la revista gay "Babilonia". Sin embargo, añadió "que en las islas celebrábamos el día de nuestros santos o la llegada de alguien nuevo, hacíamos teatro y podíamos vestirnos como mujeres sin que nadie nos dijese nada".
LAS NIÑAS
"Nos daba curiosidad porque las llamaban las niñas", confiesa Carmela Santoro, habitante de Tremiti, que era una niña cuando venían las personas homosexuales exiliadas. Según la cadena pública británica, llegaban esposados en un bote y los ubicaban en grandes dormitorios sin electricidad ni agua corriente. Santoro asegura, que pese al asombro que generaban, no llegaron a tener contacto con ellos.