Office of Strategic Services / Oficina de Servicios Estratégicos

1. INTRODUCCIÓN
El General Donovan se dirigió al Coronel Bruce: “Dispararé yo primero”, le dijo. El Coronel sorprendido le dijo a su vez, “No creo que podamos hacer demasiado con dos pistolas contra una ametralladora”. “Oh, no lo entiende… Quería decir que si llegamos a estar en peligro de ser capturados, le dispararé primero a usted y luego me pegaré yo un tiro. Después de todo, sigo siendo su Oficial Superior”.
Tal respuesta era un poquito exagerada, incluso para un General “con un par de narices” como Donovan, pero en aquellos momentos y en aquella situación era lo que el trabajo requería. No en vano el General de División William Donovan era el Jefe de la Oficina de Servicios Estratégicos, (OSS), el brazo unificado del espionaje y las operaciones especiales del Ejército Americano. Y el Coronel Bruce era el Jefe de la Oficina de la OSS en Londres.
Donovan y Bruce vivieron para ver el final de aquel día, aunque aquella no fue ni la primera ni la última vez que el destino les colocaba en esa tesitura. Se presentaba de nuevo ante ellos la cruda realidad de que uno de sus principales cometidos era el de nunca ser capturado.
La OSS dejó un legado de audacia e innovación que ha influenciado las ideas sobre la Inteligencia Militar del Ejército de los Estados Unidos desde la 2ª Guerra Mundial. La OSS le debe sus éxitos a múltiples factores, pero sobre todo a la visión adelantada a su tiempo del General de División William Donovan, que supo darles una unidad de objetivos a las diferentes misiones. Y teniendo en cuenta la dureza de los adversarios, y la dificultad de los cometidos asignados, tanto el General Donovan como sus lugartenientes pueden sentirse realmente orgullosos de los logros que consiguieron.


Por norma general las Agencias de Inteligencia de todo el mundo son sólo mostradas al público cuando la nación matriz es derrotada y los vencedores “exhiben” sus ficheros y archivos. El caso de la OSS es quizás único en la historia, ya que la disección de sus acciones, ficheros e historia se han hecho de una forma voluntaria. Durante las últimas dos décadas, la CIA, heredera de la OSS, ha ido transfiriendo casi todos los ficheros y archivos de la OSS a la Administración Nacional de Archivos y Grabaciones de los EE.UU., en College Park en Maryland, donde multitud de estudiantes y escritores están dándole forma a una creciente bibliografía, que ofrece una visión muy atinada y desde el punto de vista interno de lo que fueron los trabajos de la OSS.
La OSS ha sido quizás demasiado grande y prolija en sus operaciones, como para describirla en un solo ensayo. El General Donovan ofreció a su unidad como voluntaria para una gran diversidad y multitud de misiones, pero dejó bastante de lado el trabajo administrativo y centró a la OSS en el trabajo operacional, no intentando nunca llegar a crear una verdadera unidad de trabajo con capacidad administrativa propia. La OSS se reestructuró tantas veces y de una manera tan rápida que una simple descripción u organigrama sería tremendamente impreciso. De hecho la rápida proliferación de las diferentes oficinas y destacamentos, con una ingente cantidad de personal asignada a los mismos, hace que no se pueda centrar el trabajo en unos u otros, y se tenga que enfocar de una manera que permita una visión de conjunto que permita percibir lo que fue la OSS en el contexto de la 2GM.
2. ORÍGENES
Antes de la 2GM, el Gobierno de los EE.UU. siempre había dejado los temas de Inteligencia en manos de los principales actores de la política exterior americana. El Departamento de Estado y el Comité de Servicios Armados. Los diplomáticos y agregados de las diferentes Embajadas y Consulados, recogían el grueso de la información del extranjero, tanto en actos de asuntos estrictamente oficiales como en reuniones clandestinas con contactos secretos. En Washington, una serie de oficinistas revisaban sus informes en los servicios de Inteligencia Militar, tanto la Oficina de Información Naval cómo la División de Inteligencia Militar del Departamento de Guerra, (G-2). La información que era considerada como importante o relevante, se transmitía a la cadena de Mando y llegaba en ocasiones hasta el mismo Presidente de los EE.UU. Pero la verdad era que nadie se ocupaba de recopilar, almacenar y archivar esos informes. El Gobierno y el Ejército desarrollaban cada uno sus propios procedimientos de seguridad y contrainteligencia, e incluso el Ejército y la Armada tenían cada uno de ellos sus propias oficinas para descifrar y leer las comunicaciones que eran recogidas en el extranjero. El diplomático Robert Murphy declaró años más tarde que “debo confesar que en 1940 nuestra organización de inteligencia era primitiva e inadecuada. Era tímida, casera, y operaba estrictamente con los patrones existentes desde la Guerra contra España de finales del S. XIX”.
Pero la amenaza que en 1930 se comenzaba a cernir sobre Europa, que hacía vislumbrar otra Guerra, y la posibilidad de que existieran en los EE.UU. agentes “quintacolumnistas” tanto fascistas como comunistas, hicieron que el Presidente Franklin D. Roosvelt empezara a demandar una mayor coordinación entre las distintas ramas ocupadas de los asuntos de Inteligencia. Pero sus deseos fueron “desoídos” y en la primavera del año 1941, ya con la Guerra plenamente activa e Europa, volvió a insistir en la idea de dotar a los servicios de inteligencia de la nación de la entidad que requerían los desafíos a los que se enfrentaba. Y como a las pocas semanas seguía esperando por las soluciones que solicitaba, recurrió a una estratagema clásica de su mandato. El 11 de julio de 1941 Roosevelt creó una nueva organización que duplicara los servicios de las ya existentes, y designó la General William “Wild Bill” Donovan como Coordinador de Información, (COI), (con la misión de subsanar todos los “líos” que existían en materia de Inteligencia), que sería el líder de una nueva oficina civil dependiente directamente de la Casa Blanca.
La Oficina del COI, era la primera organización que no dependía de ninguno de los Departamentos gubernamentales que funcionaba en tiempos de paz. Contaba entre sus cometidos el recopilar y analizar toda la información y datos que llegaban desde las legaciones en el extranjero, y poner todos esos datos e información en condiciones de ser utilizados por los Departamentos y el propio Presidente para poder adoptar las medidas complementarias que se determinasen. Además tenían que asegurar esos documentos, datos e información para que no fuesen utilizados con fines distintos a aquellos para los que se habían recopilado.
Con la designación de William Donovan como su Coordinación de Información, el Presidente Roosevelt eligió a un civil muy enérgico que estaba dispuesto a hacer todo lo que fuera necesario para resistir al nazismo y al peligro que éste representaba para América. Donovan poseía un currículo brillante, con un brillante servicio militar, con experiencia legal y ejecutiva, y al que añadía un especial interés por la política de Asuntos Exteriores y una visión “privilegiada” de cómo deberían enfocarse los asuntos relacionados con la Inteligencia Militar.
Donovan era un hombre, nativo de Buffalo, en el estado de Nueva York, que se había licenciado en Derecho en la Universidad de Columbia. Se alistó en el Ejército, dónde alcanzaría el empleo de Comandante, siendo destinado al 165º Regimiento de Infantería, (heredero de las tradiciones del “69º Luchador”), con el que combatió en la 1ª Guerra Mundial, siendo condecorado en el transcurso de la misma con la Medalla de Honor del Congreso, con la Cruz de Servicios Distinguidos y con el Corazón Púrpura, finalizando la contienda ostentando el empleo de Coronel.


Roosevelt quedó impresionado con los informes remitidos por Donovan, así como por sus ideas en el terreno de la Inteligencia y el lugar que debía ocupar en la guerra moderna. Así que cuando el Presidente decidió forzar a los distintos departamentos de inteligencia, civiles y militares, a que cooperasen en el terreno de la inteligencia y la información, Donovan fue el hombre elegido para llevar a cabo esa misión.
Así que en ese mismo año 1941, Donovan empezó a trabajar para la administración Roosevelt imprimiendo desde el primer momento su peculiar carisma a las funciones y cometidos que le iban siendo encomendadas como COI. En diciembre de 1941, y tras la entrada de los EE.UU. en la guerra después del ataque japonés a Pearl Harbor, el Coronel William Donovan esperaba poder recibir un Mando en el Ejército y comandar unidades en alguno de los frentes de la guerra. Sus esperanzas quedaron arruinadas a las pocas semanas, ya que un accidente de automóvil sufrido en la primavera de 1942 agravó una antigua herida de guerra y el Coronel Donovan se dio cuenta de que no podría comandar tropas en combate. Y aún así, debido a su carisma dentro del Estado Mayor Conjunto, fue declarado como apto para el servicio siendo comisionado hasta el final de la contienda. Esto, unido a su nombramiento como Director de la OSS, le permitió ejercer el Mando sobre centenares de soldados y llegar a ostentar los empleos de General de Brigada en 1943 y de General de División en 1944.
El historiador Thomas F. Troy dijo que el COI fue un “intento novelesco en la historia de los EE.UU. de poner en marcha y desarrollar un programa de Inteligencia, Subversión, Propaganda y Operaciones Especiales, como un único cometido integrado dentro del concepto de guerra moderna. Una suerte de cuarto brazo del Ejército que sumar al de Tierra, a la Armada y a las Fuerzas Aéreas”. La oficina del COI creció de una manera muy rápida en el otoño anterior al ataque a Pearl Harbor, con Donovan, (todavía como civil), acogiendo a multitud de oficinas y plantillas “huérfanas” de los diferentes departamentos de origen.
Donovan se encontró entonces con una de las misiones que era totalmente desconocida para él, y por lo tanto nueva. El espionaje. Donovan había concebido la obtención clandestina de información como una herramienta a utilizar para nutrir a los brazos de Propaganda y Análisis. Nunca había pensado en asumir unas funciones que estaban claramente encomendadas a las Fuerzas Armadas. Pero como ocurría que esas mismas Fuerzas Armadas solían encontrarse incómodas haciendo aquellas tareas en tiempo de paz, la propia Oficina de Inteligencia Naval y la División de Inteligencia del Ejército le cedieron a su personal e infraestructura. Y con esa cesión, el COI se llevaba también la asignación de fondos de libre disposición del presupuesto de emergencia de la Casa Blanca. Ese dinero era la “sangre” que hacía posible que el organismo de las operaciones encubiertas pudiese seguir funcionando. Eran fondos proporcionados por el Congreso y que el Presidente ó uno de sus Asesores, (en este caso el COI), podían gastar como considerasen oportuno. No eran auditados al detalle y la simple firma de Donovan daban acceso a los mismos sin necesidad de muchos más trámites. Esos fondos y la “autoridad” para los cometidos de espionaje, sembraron la “semilla” de la actual Dirección de Operaciones de la CIA.
Donovan empezó a reclutar a ciudadanos americanos que hubieran viajado por el mundo ó que hubieran estudiado especialidades relacionadas con las políticas de asuntos exteriores ó las relaciones internacionales. Y, en aquella época, eso significaba frecuentemente el tener dirigirse a las Universidades de la Costa Este para poder encontrar a “los mejores y más brillantes” candidatos a esos puestos. Y a medida que la amenaza de una guerra contra Hitler se iba extendiendo, Donovan se encontraba con que no pocos americanos considerados “líderes” por sus entornos, estaban dispuestos a combatir el nazismo allá donde fuera necesario.
El propio Donovan había viajado mucho por el mundo, después de su servicio militar en la 1ª Guerra Mundial, observando todo el contexto social, político y militar de los diferentes países que había ido visitando. Y de la misma forma, en el desarrollo de su experiencia legal corporativa había ido documentando pacientemente esa información. Cómo COI, se dio cuenta de que sus experiencias le daban una magnífica oportunidad de poner en marcha una de las “habilidades” de su nueva agencia. Después de conseguir la cooperación del bibliotecario del Congreso, el poeta Archibald McLeish, comenzó un análisis de las debilidades y fortalezas de los países miembros del Eje. Y de manera simultánea el COI estableció una rama de Desarrollo y Análisis, para poder comprobar la exactitud de las hipótesis de Donovan:
“Hemos revisado multitud de memorándums y documentos de varios departamentos de nuestro gobierno, con tratados de potenciales de los ejércitos, las armadas y las fuerzas aéreas de los diferentes países del Eje, así como su potencial económico, los cuales estudiados con detalle, por personal instruido y con dominio de las diferentes leguas, y puestos todos en conjunto, pueden proveernos de unos resultados muy valiosos y que a la postre pueden resultar decisivos”.
En otoño de 1941, Donovan remitía orgulloso sus primeros informes, meticulosamente elaborados y preparados, al Presidente Roosvelt. La Sección de Desarrollo y Análisis era todavía muy pequeña y estaba totalmente centrada en el conflicto europeo, así que no puede achacársele responsabilidad alguna, ni operacional ni de inteligencia, en el cercano desastre del ataque a Pearl Harbor.
3. La OSS en la 2ª Guerra Mundial
Con la entrada en diciembre de 1941 de los EE.UU. en la 2GM se empezó a valorar la asignación de un nuevo rol para el COI y su organización, así como la búsqueda de un nuevo emplazamiento. Donovan y su nueva Agencia, con su presupuesto de 10 millones de dólares, sus 600 empleados y su carismático Director, habían suscitado el recelo del FBI, del G-2 del Ejército y de otras tantas agencias estatales para la Guerra. El Estado Mayor Conjunto, (EMC), recién creado, también compartía esa suspicacia inicial ya que tenían considerado a Donovan como un civil “advenedizo”, pero que podría serles útil si operase directamente bajo las órdenes de ese Estado Mayor. Y, para sorpresa de ellos, el propio Donovan fue el más dispuesto a ese nuevo rol y ese nuevo organigrama. En colaboración con el Secretario del EMC, el General de Brigada Walter B. Smith, Donovan empezó a diseñar un plan para poner el COI al servicio del EMC, de tal manera que pudiera mantener la autonomía de la Agencia y además tener acceso a los recursos y fuentes del Ejército.

El resto del COI, el 13 de junio de 1942, pasa a denominarse de forma oficial Oficina de Servicios Estratégicos, (OSS). Y aunque el cambio de nombre, implicaba la anteriormente mencionada escisión de la Agencia y la pérdida de las misiones de propaganda “blancas”, la nueva denominación ya incluía el concepto de “estratégico” para definir las misiones de la OSS, y eso era algo que, al reincorporado al servicio activo, Coronel Donovan le colmaba en una buena parte de sus aspiraciones de poner al nivel que se merecían las operaciones de inteligencia y clandestinas dentro de la Guerra Moderna.
Pero justo un mes después, las aspiraciones del Coronel Donovan recibían un serio revés. La aprobación de un Decreto de la Presidencia, a instancias del Departamento de Estado y del Comité de Servicios Armados, prohibía a la OSS el acceso y la decodificación de las comunicaciones del Eje interceptadas. Y a pesar de las protestas del Coronel Donovan, a las que las agencias del Gobierno hicieron oídos sordos, el resultado fue que la OSS no podía acceder a las comunicaciones interceptadas procedentes de Japón, (con el nombre en clave MAGIC), y sólo podía acceder a algunas comunicaciones procedentes de Europa, (con el nombre en clave ULTRA). Además empezaron a publicarse otra serie de edictos que limitaban de una forma notable la eficacia y la eficiencia de la OSS. Tanto el FBI cómo el G-2 y la Oficina de Información Naval, hicieron “piña” para preservar su monopolio de los trabajos de contrainteligencia domésticos. La OSS había desarrollado un notable aparato de contrainteligencia en ultramar, la Sección X-2, pero no tenía autorización para operar en el hemisferio oriental, que dominaban el FBI y la oficina del Coordinador de Asuntos Interamericanos, Nelson Rockefeller.
En 1942 la OSS empezó a desplegarse en el extranjero en todos los teatros de operaciones en los que el Coronel Donovan lo consideró oportuno. Los hombres que el Coronel Donovan había enviado en 1941 a las posiciones francesas del norte de África como “Vicecónsules”, habían elaborado sus propias redes de información que, con la información que habían ido obteniendo y elaborando, en noviembre de 1942 fueron de una utilidad importantísima para guiar los desembarcos de los Aliados durante la “Operación Torch”. Y fue el éxito de la “Operación Torch” uno de los principales motivos de la ganancia de prestigio y de apoyos en Washington por parte de la OSS. Desafortunadamente el General MacArthur y el Almirante Nimitz no consideraron necesario el apoyo de la OSS para el teatro de operaciones del Pacífico Central y la OSS quedó relegada de las principales operaciones del Ejército Americano contra el Imperio de Japón.

Esta implantación a nivel mundial, se vió muy beneficiada por los contactos establecidos con el Ejército Británico. Los británicos tenían mucho que enseñarles a sus “pupilos” americanos cuando en noviembre de 1941 el COI abrió su sucursal en Londres. Ambas partes salieron ganando en una especie de relación de simbiosis. La OSS necesitaba información, entrenamiento y experiencia, que eran cuestiones en las que los británicos estaban más que versados., y los británicos por su parte esperaban el apoyo de la OSS y de otras agencias norteamericanas para poder desarrollar sus propias operaciones contra los países del Eje. A pesar del mutuo deseo de colaboración, la colaboración entre los británicos y la OSS llevó su tiempo para fraguar entre ambas partes.
Esa lenta maduración de la cooperación interaliada, tuvo muchas causas. Los Servicios de Inteligencia británicos ya tenían en marcha un cierto número de operaciones y temían que trabajar demasiado “codo con codo” con los inexperimentados norteamericanos pudiera poner en peligro esas operaciones en la Europa ocupada. Ese recelo de los británicos hizo que los americanos desempeñasen un rol de “ayudantes” durante una buena parte del conflicto, sobre todo en los previos a lo concerniente al Día D. Por su parte los oficiales americanos estaban preocupados por hacer de su agencia algo subsidiario de otro servicio de inteligencia de un país aliado. Además la política también influía en esa relación de confianza entre los servicios de ambos países, sobre todo en lo referente a Asia y al Oriente Medio, ya que muchos de los oficiales americanos se oponían, (de una forma discreta y en privado), a lo que ellos consideraban que podía ser una maniobra de los ingleses para expandir el Imperio Británico. Pero a pesar de esas diferencias y esos recelos, los objetivos comunes de la lucha contra el Eje y los sacrificios compartidos por ambas partes, hicieron que esa relación de confianza se tornase lo suficientemente firme para poder limar las asperezas y hacer que los cuarteles generales de ambos países alcanzasen el grado de colaboración suficiente.
En su máximo “pico” de operatividad, la OSS empleó a 13000 hombres y mujeres, que en términos relativos era poco menos que una División de Infantería del Ejército. El General Donovan empleó a miles de oficiales, suboficiales y soldados, y también encontró roles y funciones para multitud de hombres y mujeres que llegaron a la OSS como civiles. Dos tercios de sus efectivos pertenecían al Ejército, y el resto provenían de la Armada, de los Marines y de la Guardia Costera. Así mismo un cuarto de esos efectivos eran civiles que provenían de una multitud de oficios y roles de la vida civil. Unos 7500 estuvieron desplegados en ultramar, de ellos 900 eran mujeres. En el año fiscal de 1945 la OSS gastó unos 43 millones de dólares, ascendiendo el gasto total durante los cuatro años de su existencia a unos 135 millones de dólares.

4. Sección de Análisis y Desarrollo
Aunque la sección sufrió en ocasiones alguna escisión y tuvo que colaborar “compartida” con otras agencias internas y que, por otro lado, algunas veces sus informes no eran tenidos en cuenta por nadie, los expertos de la sección llegaron a establecer una nutrida red de contactos, a veces incluso con contactos dentro de otras agencias rivales de la propia OSS. Incluso los críticos más acérrimos con la OSS, moderan el tono de esas críticas al referirse a la Sección de Análisis y Desarrollo, (A&D), y a las contribuciones que hizo durante el conflicto, y cuando al final de la guerra se decidió que la OSS debía disolverse, la Sección A&D fue una de las que todo el mundo estuvo de acuerdo en que había que mantener para el futuro.
Encabezados por el historiador de Harvard William Langer, la A&D llegó a contar con unos 900 analistas. El reclutamiento nunca fue un verdadero problema y la A&D se nutría de historiadores, economistas, politólogos, geógrafos, psicólogos, antropólogos, y diplomáticos.

La Sección A&D hizo sus principales contribuciones durante las campañas de bombardeo de objetivos en Europa. Los análisis elaborados por la Unidad de Objetivos Enemigos, un equipo de economistas de la A&D destinados en la Embajada de EE.UU., en Londres, enviaron a los bombarderos aliados sobre las fábricas de aviones alemanas en los años 1943 y 1944. Después de debilitar las defensas de intercepción de la Luftwaffe, los bombarderos aliados podían golpear sobre la producción de petróleo de los alemanes, que la UOE identificaba como el punto vital del esfuerzo de la maquinaria de guerra alemana. Y aunque la idea no era original de la OSS, los precisos y bien documentados informes de la UOE le dieron la suficiente entidad y credibilidad como para que los Comandantes de las Fuerzas Aéreas en Europa, decidieran ponerla en práctica. Cuando los bombarderos norteamericanos empezaron a bombardear las plantas de refinado de combustible alemanas, el sistema de interceptación de mensaje ULTRA detectó una serie de comunicaciones que indicaban que el alto mando alemán estaba en una situación cercana al pánico. Posteriormente y debido a la ofensiva del Día D, los bombarderos se pospusieron y no fue hasta el otoño de 1944 cuando se retomaron las “Ofensivas del Combustible”, que hicieron que a finales de 1944, y debido a la escasez de combustible, la Luftwaffe careciese prácticamente de capacidades operativas y que miles de tanques y camiones del Ejército Alemán estuviesen parados en los diferentes frentes europeos.
5. Sección de Operaciones Especiales
La rama de Operaciones Especiales, (OE), desarrolló operaciones de guerra de guerrillas en los frentes de Europa y de Asia. Al igual que en las otras facetas que llevó a cabo la OSS, la organización y doctrina de la Sección OE se guio por las experiencias del Ejército Británico en el emergente campo de la “guerra psicológica”. Los estrategas británicos, en el periodo de tiempo transcurrido entre la caída de París en 1940 y la invasión de Rusia en 1941, se habían estado preguntando como Inglaterra, (muy falta de recursos para acometer la invasión de Europa en esos momentos), podía debilitar y, en fin, derrotar a Hitler. Y en Londres se decidió optar por una estrategia en tres fases que pudiese llevarse a cabo utilizando únicamente los medios existentes. Bloqueo naval, bombardeo aéreo constante y subversión del gobierno nazi en los territorios ocupados.
El énfasis que pusieron en la guerra de guerrillas y en los sabotajes, encajó a la perfección con la visión que tenía el General Donovan de una ofensiva en profundidad en la cual las guerrillas, los saboteadores, los comandos y los agentes detrás de las líneas enemigas, serían el apoyo necesario para el avance de las fuerzas aliadas. La OSS parecía el punto de contacto natural con el Ejecutivo de Operaciones Especiales, (SOE), del Ejército Británico, para la planificación y ejecución de operaciones, una vez que el Estado Mayor conjunto de las fuerzas británicas y estadounidenses decidió en 1942 que los EE.UU. se unirían a los británicos en la guerra subversiva. De esta manera la Sección OE se convertía en el acompañante americano del SOE británico.












En un desastroso giro de los acontecimientos, los equipos de los botes perdieron la comunicación con las torpederas que les iban a servir de apoyo y que además se vieron obligadas a retirarse ante la aparición de una patrullera alemana. La ausencia de las torpederas americanas además de dejarles sin apoyo de fuego y sin transmisiones, ocasionó que los soldados del Grupo Operativo se equivocasen de promontorio, debido a la ausencia de radar, y acabasen en uno que a pesar de estar cercano a los túneles que tenían que volar, no tenía acceso directo a los mismos. Intentaron encontrar el otro acceso, pero lo escarpado del terreno hacía que fuera extremadamente complicado y decidieron ocultarse hasta la mañana siguiente en la que el Teniente Russo y el Sargento Dominique Mauro, decidieron ir al pueblo cercano, (conocedores ambos del dialecto genovés de la zona), en busca de comida e información. Tras contactar con un lugareño llamado Franco Lagaxo, este accedió a ayudarles y consiguieron localizar su objetivo en la mañana del 23 de marzo. Pero las cosas seguían torciéndose. A pesar de recuperar las comunicaciones, se produjo la avería de una de las torpederas que había regresado a la zona y que se vió obligada a volver a Córcega, mientras que la otra tuvo que ocultarse ante la aparición de nuevo de las patrulleras de la Armada alemana. Eso forzó a una nueva jornada de ocultamiento de los hombres del Grupo Operativo. Pero la mañana del 25 de marzo se produjo el desenlace definitivo al ser detectados los botes de goma por un pescador local que informó del hallazgo a las autoridades de Bonassola. El área de búsqueda de las fuerzas enemigas se fue extendiendo hasta que dieron con una chica que les informó de que había visto a varios forasteros armados en las proximidades de una granja abandonada cerca de su casa. Rodeados por fuerzas italianas y alemanas, los soldados se vieron obligados a rendirse. Fueron interrogados en primera instancia por las fuerzas fascistas italianas de Bonassola, y posteriormente transferidos a la custodia de la 135ª Brigada de la Fortaleza de La Spezia. Allí fueron interrogados de nuevo y aunque no hay muchos detalles de esos interrogatorios sí que parece seguro que alguno de los militares del Grupo Operativo reveló los detalles de la operación. La certeza de la jerarquía nazi local de que se encontraban ante un golpe de mano de una unidad de comandos aliada hizo que se informara de inmediato al General Anton Dostler, Jefe del 75º Cuerpo de Ejército, quién la mañana del 26 remitió un cable al Comandante en Jefe de la 135ª Brigada, Coronel Almers, exigiéndole la ejecución inmediata de los militares capturados en aplicación de la Orden Comando de Adolf Hitler.

El Comandante Alexander zu Dohna-Schlobitten, ayudante del General Dostler, se negó a su vez a firmar la orden de ejecución por lo que fue procesado por insubordinación y expulsado de la Wehrmacht. La mañana del 26 de marzo, los 15 militares americanos, (aún vestidos con sus uniformes), fueron llevados a la localidad de Punta Bianca, un saliente rocoso sobre la costa de la Península de Ameglia , dónde fueron ejecutados y posteriormente enterrados en una fosa común en La Ferrara. Las circunstancias que rodean al hecho dejan bastante claro que los autores de la ejecución sabían que se trataba de un asesinato vil y de un crimen de guerra. No se les fusiló, (once de ellos murieron por un fuerte golpe en el cráneo), para evitar testigos alertados por el ruido. Se escogió un lugar apartado para su asesinato y entierro. Dos días después se elaboró un informe falso que decía que los 15 soldados habían muerto en combate. Cuatro días después el Mariscal de Campo Kesselring, Comandante en Jefe de las fuerzas alemanas en Italia, ordenaba que se destruyeran todos los informes y comunicaciones relativas a los hechos.



6. Sección de Inteligencia
A pesar de que el General Donovan no había concebido la OSS como una agencia de espionaje al uso, para llevar a cabo cometidos de información en diferentes capitales extranjeras, en seguida se dio cuenta de que para poder llevar a cabo los cometidos que él había dispuesto de apoyo a las operaciones de análisis, de comandos, de propaganda,…, tenía que contar, necesariamente, con la inestimable labor de los informantes que se encontraban sobre el terreno. Para ello, establece en 1942 la Sección de Inteligencia, SI, con el fin de abrir estaciones de información, entrenar a Oficiales extranjeros, poner en marcha operaciones sobre el terreno y proveer de informes a las oficinas de Washington. Encabezada desde 1943 por el ejecutivo y abogado de prestigio internacional Whitney H. Shepardson, al final de la guerra la SI había llegado a ser un verdadero servicio de inteligencia exterior con esctaciones en Asia, Europa, y Oriente Medio, con buenas redes de colaboración con servicios extranjeros, y con un creciente cuerpo doctrinal de operaciones.


En 1945, la SI había extendido sus operaciones más allá de aquellas que ya estaban en curso e intentaba afrontar la infiltración de agentes en la Alemania Nazi. Donovan quería reproducir el éxito de la misión de la SI en Argelia, que había conseguido formar una red de informantes en el sur de Francia. Pero la falta en Alemania de una estructura como la de la Resistencia Francesa dificultaba en extremo la operación. Y las pocas posibilidades de supervivencia que tendrían los agentes aliados una vez en suelo alemán añadían todavía más obstáculos al desarrollo de la operación. Pero el Director de la SI en Londres pensó que podrían reclutar a agentes entre los cientos de prisioneros de guerra que había en Inglaterra. A aquellos que se presentaron voluntarios para la misión, se les entrenó y se les equipó y unos 200 fueron lanzados en paracaídas sobre Alemania, y se establecieron formando equipos en Munich, Bremen, Mainz, Dusseldorf, Essen, Stuttgart, y Viena, y algunos incluso en Berlín. Pagaron un alto precio en bajas, (36 fueron fusilados y asesinados y otros muchos desaparecieron), pero consiguieron valiosas informaciones sobre instalaciones claves y objetivos militares significativos que fueron decisivas para el avance aliado sobre Alemania.
Con la inminente derrota de Alemania en la primavera de 1945, la SI de Dulles hicieron una de sus más grandes contribuciones al “esfuerzo de guerra”. Algunos Generales alemanes y otros Oficiales de alto rango de las SS, (inlcuído el propio Heinrich Himmler), habían empezado a hacer ofertas de paz a los aliados. Pero la política de rendición incondicional, sumada a las suspicacias que podían provocar esas conversaciones de paz en Josif Stalin, hacían que los diplomáticos británicos y americanos no pudiesen mantener esos contactos de manera “oficial”. Sin embargo, desde Washington, se autorizó a Dulles a mantener contactos discretos, desde su oficina de Suiza, con el General de las SS Karl Wolff, quien se había ofrecido a pactar la rendición de las fuerzas nazis en Italia. Esos contactos se mantuvieron en el marco de la “Operación Sunrise”, que en el mes de Abril de 1945 finalizó con la rendición de las tropas alemanas, acortando la guerra en Italia y salvando cientos, sino miles, de vidas de soldados aliados.






7. La Sección X-2
El General Donovan creó la X-2 a principios de 1943 para establecer con los británicos una cooperación en la explotación de los mensajes interceptados del sistema ULTRA, con las que habían conseguido capturar a varios agentes alemanes que operaban desde suelo del Reino Unido. Algunos de esos agentes alemanes fueron “doblados” para que siguieran enviando mensajes a Berlín, plausibles pero convenientemente modificados. Los británicos querían contar con los americanos para esta campaña, pero insistían en que los americanos imitasen los procedimientos de seguridad británicos. La sección resultante de este trato fue la X-2. Esta Sección contaría con sus propias estaciones en ultramar, sus propios canales de comunicaciones y cooperaría estrechamente con las agencias de información británicas, tanto domésticas como en países extranjeros.
Encabezada desde el principio por el Fiscal James Murphy, la X-2 se fue convirtiendo de una manera paulatina en una “elite de la elite”. Sus Oficiales poseían las claves secretas apropiadas para cada momento de la guerra y podían vetar las operaciones propuestas por la SI ó la OE, sin más explicaciones que la propia negativa. Tal “poder” percibido por los integrantes de la OSS, hacía que la X-2 no tuviera problemas en captar a los valores más prometedores de la agencia. Pero al mismo tiempo fue creando una sensación de desapego por parte de las otras Secciones de la OSS.
La X-2 funcionó muy bien en el teatro de operaciones Europeo, pero el Cuartel General de la OSS en Washington, podría haber sacado todavía más provecho de las operaciones de contrainteligencia llevadas a cabo por la X-2. Y si ese aprovechamiento no se produjo, fue porque desde Washington se seguía teniendo la sensación de que la X-2 tenía un serio problema de seguridad. Las agencias ya establecidas, como el FBI y el G-2, tenían el convencimiento de que la OSS, (y en especial la X-2), debido al peculiar proceso de selección de personal del General Donovan, había “trufado” la OSS de personas subversivas y potenciales espías. Y aunque de hecho no existen pruebas de que la OSS hubiera llegado a estar infiltrada por efectivos del Eje, sí es cierto que simpatizantes de la Unión Soviética llegaron a trabajar en ciertos puestos de la OSS. De hecho algunos de ellos fueron reclutados precisamente por el hecho de tener un pasado comunista, ya que el General Donovan pensaba que serían útiles a la hora de contactar con grupos de partisanos en los territorios de la Europa ocupada. Pero otros que no eran sospechosos de ser comunistas, (tales como Duncan C. Lee, ayudante personal del General Donovan, el economista de la Sección A&D Donald Wheeler, la experta en MO en Indonesia Jane Foster Zlatowski, and y el especialista en Latinoamérica de la Sección A&D Maurice Halperin), le pasaron sin embargo informaciones a Moscú.

8. Armamento y Equipo
Las Secciones OE y SI, pedían con frecuencia esas “proezas técnicas” a la recién creada Sección de Investigación y Desarrollo, (I&D), al frente de la cual el General Donovan había puesto al químico y ejecutivo de Boston, Stanley P. Lovell, (quién con posterioridad se vio envuelto en un asunto turbio de experimentos con “sueros de la verdad”), para que fuera su “Profesor Moriarty”.







9. Desmantelamiento de la OSS. Origen de la CIA
Y se llegó al final del inusual “experimento” que había supuesto la OSS. Se había intentado determinar si un grupo de ciudadanos estadounidenses, (civiles y militares), con diferentes orígenes raciales, diferentes talentos y temperamentos, diferentes habilidades y capacidades…, podían trabajar juntos y afrontar el reto de enfrentarse a unas organizaciones enemigas bien entrenadas con una larga tradición y una vasta experiencia. Y se había logrado el poder demostrar al pueblo estadounidense que sólo desde la toma de decisiones en un ámbito nacional, basadas en una precisa información previa, se podía aspirar a una paz que fuera realmente duradera, que evitase una tercera contienda mundial.
La OSS se disolvió el 1 de octubre de 1945. Pero afortunadamente el Asistente del Secretario de Defensa, John J. McCloy, había conseguido “salvar” las Secciones SI y X-2 para poder constituir un servicio de información que operase en tiempos de paz. McCloy, que era amigo personal del General Donovan, interpretó de la manera menos restrictiva posible la orden del Presidente Truman y comunicó al Director Delegado para Inteligencia, General de Brigada John Magruder, que debía mantener las Secciones SI y X-2 como “operación en marcha” de una nueva agencia que el propio McCloy designó como Unidad de Servicios Estratégicos, SSU. El Secretario de Defensa, Robert Patterson, confirmó la directiva y ordenó al General Magruder que mantuviera operativas las secciones, “en tanto se evaluaba su operatividad y valor en tiempos de paz”.
En el plazo de dos años el Presidente Truman y el Congreso encontraron un nuevo hogar para el personal y los bienes de la SSU, bajo mando del Coronel William W. Quinn. Se agregaron a una nueva organización llamada la Grupo Central de Inteligencia (CIG), hasta que la Ley de Seguridad Nacional de 1947 convirtió la CIG en la Agencia Central de inteligencia, CIA, asignándole muchas de las misiones que el General Donovan había promovido para su propuesta del servicio de inteligencia en tiempos de paz. Aunque la CIA se diferenció de la OSS de manera importante, (razón por la cual el Presidente Truman la aprobó y no lo hizo con la OSS), Donovan y su oficina merecen el crédito como antepasados de la Agencia. Sin la defensa incansable del General Donovan de un servicio de inteligencia, la administración Truman se habría tomado más tiempo para crear la nueva Agencia Central de Inteligencia.
10. Galería Fotográfica












Fuentes:
http://www.ossog.org/index.html
https://www.cia.gov/
http://www.osssociety.org/
http://en.wikipedia.org/wiki/Office_of_ ... c_Services
http://www.americainwwii.com/articles/c ... y-the-oss/