"Había gente vestida de soldados alemanes, con esvásticas y emblemas del Tercer Reich", ha explicado al diario The Guardian Amanda, una joven de ascendencia judía que prefirió ocultar sus apellidos. Alrededor de 8.000 personas han participado en el evento que se celebró el pasado fin de semana bajo el lema "Lacock at War" [Lacock en guerra] y organizado por la Fundación de Vehículos Militares (MVT, por sus siglas en inglés) por séptimo año consecutivo.
"Era fetichismo fascista", ha denunciado la mujer de 30 años, recalcando que la gente "posaba con esos soldados". Para la asistente del evento, organizado en una propiedad gestionada por la National Trust —una fundación británica dedicada a proteger espacios históricos— esta parte de la historia "tiene que ser tratada con cuidado y tiene que haber una sensibilidad en cuanto a las personas que asisten a ellos".
Otro asistente, citado también por el diario The Guardian ha asegurado haber visto emblemas y chapas con simbología nazi y muchos otros objetos con la esvástica y el águila. "Estaban mezclados con chapas de otros países en un puesto con el precio para cada uno. También se vendía un gorro con el cráneo de los uniformes de la SS".
A pesar de las quejas, el organizador de la exposición, John Edward Wardle, trató de quitar hierro a la polémica y negó que alguno de los asistentes vistiera uniformes nazis. "No todos los soldados alemanes eran miembros del partido nazi, solo los que llevaban el brazalete con la esvástica. Ninguno de los participantes lo llevaba; por lo tanto, no eran uniformes nazis", explicó el miembro de la MVT. "Uno de los comerciantes estaba vendiendo recuerdos nazis. No hay nada ilegal en vender objetos nazis", agregó Wardle, según recoge la cadena local BBC.
Por su parte, la National Trust aseguró haberse puesto en contacto con los organizadores para conocer su versión de lo ocurrido. "Dejaremos muy claro a la MVT que estas exhibiciones fueron insensibles, inaceptables y que no deberían repetirse", sentenciaron desde la fundación.