El yate privado de Adolf Hitler
Erell, nacido el 20 de noviembre de 1920 en Lodz (Polonia), se estableció en Palestina cuando apenas sumaba seis años de edad. Ferviente luchador contra el imperialismo inglés en sus comienzos, se unió a la Academia Naval de Betar, una escuela naval de entrenamiento para marinos judíos en Italia. Allí comenzó a aprender todo lo necesario sobre los mares. Tras regresar y pasar por la cárcel debido a sus actividades delictivas, decidió enrolarse en la marina mercante británica. Su objetivo: hacer llegar, como el resto de marineros, materias primas básicas desde EE.UU. al Reino Unido para sortear el bloque germano.
Hitler, desde el yate
La misión que nos acontece, no obstante, se sucedió después de la Segunda Guerra Mundial. En 1948 la inteligencia israelí descubrió que el «Grille», el barco que había hecho las veces del yate personal de Adolf Hitler durante el enfrentamiento y había sido adquirido después por Líbano, se hallaba atracado en las cercanías de Beirut. A partir de ese momento, el gobierno del país se propuso destruirlo. En primer lugar, por su relación con el líder nazi, aunque también porque consideraban que podía contar con armas para atacar algunos puertos de Israel. Al final, se decidió mandarlo al fondo del mar. Y el encargado de hacerlo fue Erell, entonces parte de la armada.
El oficial ideó un extraño plan para acabar con el «Grille» que denominó «Operación David». Atendiendo a las instrucciones, Erell, capitán del buque «Palmach», navegaría hasta Beirut y, sin ser visto, se acercaría al antiguo bajel nazi. A continuación, un buzo experto en explosivos se encargaría de nadar hasta el yate con dos grandes bombas atadas al cuerpo, las acoplaría al casco del navío, y regresaría hasta lugar del que había partido con el trabajo hecho. ¿Qué podía salir mal en este intrincado plan de venganza?
Erell
El que fuera conocido como «El cisne del Báltico» por Adolf Hitler había servido durante la Segunda Guerra Mundial como sede de lujo para algunas reuniones del «Führer». De hecho, la habitación del líder nazi en su interior era la más apreciada por todo aquel que lo visitaba tanto por el mero morbo, como por su lujo. Esta contaba con una antesala, un dormitorio y un baño. Las estancias incluían además un escritorio, un sofá y varias sillas tapizadas en azul. A su vez, había un tocador privado ideado especialmente para Eva Braun.
El «Grille» contaba además con 35 lujosos camarotes y cuartos para la tripulación; una cocina eléctrica; una levantaría; una enfermería y una planta que podía desalinizar hasta 24 toneladas de agua al día. Apenas tenía ninguna marca del partido nazi. Tan solo una insignia de la Kriegsmarine en la popa y una esvástica en su campana. A su vez, tras el comienzo de la Segunda Guerra Mundial fue equipado como barco colocar minas, además de seis armas antiaéreas y tres cañones para defenderse de los posibles enemigos.
Más que por el propio Adolf Hitler (que también lo utilizó), por el «Grille» pasaron personalidades como el Ministro de propaganda Joseph Goebbels o el también popular Heinrich Himmler, Reichsführer de las SS. El mismo almirante Karl Dönitz se vio obligado, el 1 de mayo de 1944, a informar de la muerte del líder nazi en la cubierta del bajel. Sus palabras se pueden leer todavía en el libro de registro del buque: «Actuando por orden del Führer, he asumido el liderazgo de la nación alemana y el mando supremo de las fuerzas de combate».
Fuente: https://www.abc.es/historia/abci-segund ... ticia.html