
Todas estas acciones empalidecen frente a los impresionantes logros de la flota submarina alemana, literalmente desde el primero hasta el último día de la guerra, que han pasado a la historia como el máximo esfuerzo en guerra submarina que se haya realizado jamás. Pero también como el más costoso.
De todas las unidades de las fuerzas armadas alemanas, fueron los submarinistas los que sufrieron proporcionalmente las más elevadas bajas: de 38.000 hombres que sirvieron en los submarinos, 32.000 perecieron en el mar.
- Antecedentes
- Disposición de la flota
- Ataques rusos
- Primeras evacuaciones
- La organización alemana
- La última resistencia
- El final
- Fuentes
1. Antecedentes

Esta campaña le ha ganado a la Marina alemana la eterna gratitud de aquellos a los que pudo rescatar y un merecido prestigio por la eficiencia, el profesionalismo y la abnegación con que socorrieron a sus compatriotas en desgracia. Desde fines de 1942 Hitler quería chatarrear todas las unidades mayores remanentes de la flota alemana “por falta de éxitos”.
Hitler las consideraba inútiles y sólo pensaba en los grandes volúmenes de acero que podía obtener así para fabricar tanques.

Los buques mayores, afortunadamente como se verá, fueron concentrados en el mar Báltico como “Escuadra de Adiestramiento”. Pero a partir de fines de 1944, cuatro cruceros pesados, dos buques de línea y cuatro cruceros livianos comenzaron a dar apoyo de fuego con gran éxito a las tropas alemanas que en encarnizados combates eran empujadas por el Ejército Rojo hacia la costa del Mar Báltico. Pero primero debieron aprender a batir blancos en tierra, algo en lo que la marina alemana no se había ejercitado hasta entonces por no tener requerimientos para ello.

2. Disposición de la flota
El 1er Frente Báltico (equivalente a un grupo de ejércitos), bajo el mando del General Jeremenko, irrumpió desde el área de Velikiye Luki hasta la costa del Báltico.
El Grupo de Ejércitos Norte alemán quedó encerrado en Estonia y perdió su comunicación hacia el sur. Pero un lado del bolsón daba sobre el mar y allí estaba la Marina, que asumió la tarea de dar sostén logístico al ejército cercado, pero no sólo eso.
Cuando el 20 de agosto el Grupo Strachwitz del 3er Ejército Blindado comenzó un ataque hacia el Norte a lo largo de la costa para romper el cerco, el Crucero DKM Prinz Eugen estaba en el Golfo de Riga.
3. Ataques rusos
Ya las primeras salvas de ocho granadas de 203 mm dieron en el blanco con efecto formidable. Dos hidroaviones del crucero hicieron la corrección del tiro.
El buque iba de ida y vuelta cerca de la costa, cortinado por una escuadrilla de destructores y disparando una salva tras otra. Al llegar a Tukkum el ejército pidió la suspensión del fuego y agradeció efusivamente el apoyo, pero al afianzarse la resistencia enemiga poco después, el bombardeo se reanudó poniendo una “aplanadora de fuego” delante de los tanques de Strachwitz y destruyendo una batería de artillería.

Más o menos en la misma época se efectuó la primera evacuación de civiles por la Marina. Un poderoso ataque ruso amenazó el puerto de Memel (Klaipeda) en Lituania, que era entonces el puerto más septentrional de Alemania sobre el Báltico. El primero en darse cuenta de lo que se venía encima fue el Comandante de la 24ª Flotilla de Submarinos con base en Memel, Capitán de Fragata Merten.
4. Primeras evacuaciones
Justo a tiempo, porque el 5 de octubre cuerpos blindados rusos de élite irrumpieron al sur de Memel hasta cerca del Kurisches Haff, un largo y angosto golfo al norte de Koenigsberg (Kaliningrado), y amenazaban con cercar aquella ciudad. Pero esto no ocurrió, porque delante de la costa estaba el grupo de tarea del Vicealmirante Thiele, reforzado por el Acorazado DKM Lützow cuya artillería principal de 280 mm tuvo un efecto devastador.

Allí se había realizado durante tres años un especie de guerra de trincheras naval, con los alemanes tendiendo una y otra vez campos de minas y los rusos tratando continuamente de barrerlos.
Cuando perdieron la costa sur del Golfo, los alemanes no pudieron mantener el minado por más tiempo y los submarinos rusos tuvieron libertad de acción, y más aún cuando la Marina alemana perdió sus bases en Finlandia al capitular este país a comienzos de septiembre de 1944.

Hasta entonces casi todo el transporte era logístico para el ejército, pero esto cambió repentinamente. El 12 de enero de 1945, en pleno invierno, no bien el frío endureció el barro del otoño en los caminos y contrariando la ilusoria convicción de Hitler, 200 divisiones soviéticas comenzaron una gigantesca ofensiva.
De haber sido previsores, los jerarcas nazis podían haber realizado la evacuación de civiles durante todo el otoño precedente, pero su soberbia y ceguera ante la realidad se lo impidieron. Ahora que los rusos avanzaban masivamente, dos millones de habitantes de Prusia Oriental huyeron aterrorizados, obstruyendo las carreteras y ferrocarriles para las operaciones del ejército y tratando de escapar hacia el oeste bajo tormentas de nieve y temperaturas de -20º C. Pero sólo alrededor de 200.000 lograron pasar por tierra antes que el 23 de enero las tropas rusas del 2º Frente de Rusia Blanca llegaran a la costa del mar cerca de Elbing.

Sabían la historia de Nemmersdorf (Mayakovskaya) (*), un pueblo de la Prusia Oriental que había sido capturado el otoño anterior. Cuando los alemanes retomaron el pueblo poco después, encontraron un cuadro horrendo: los soldados rusos habían violado a todas las mujeres, sin distinción de edad y luego las habían crucificado en las puertas de casas y graneros.
Todos los hombres (sólo había ancianos) y los chicos habían sido apaleados hasta morir, muertos a tiros o aplastados por tanques.
Los alemanes llamaron a periodistas de países neutrales, Suecia, Suiza y España, que documentaron lo ocurrido. La propaganda alemana filmó un documental estremecedor que fue pasado en todos los cines de Alemania para mostrar la barbarie de los rusos.
Sólo quedaba un camino: cruzar sobre el golfo helado del Frisches Haff (Vislinskiy Zaliv) y huir por la larga península que lo encierra, la Frische Nehrung. Las columnas de carros y gente a pie se encaminaron cruzando el mar helado, pero no pudieron llegar a la península.
5. La organización alemana
El 28 de enero cayó Elbing, cesó el tránsito marítimo y se congeló de nuevo el mar. La gente que había estado esperando una semana sufriendo a la intemperie sobre el hielo pudo cruzar a la península y salir por tierra hacia Danzig.
El pequeño puerto de Pillau en el extremo norte de la península rebasaba de refugiados.
En el puerto estaban cuatro buques de pasajeros: Robert Ley, Pretoria, Ubena y Duala, que unidos a dos buques venidos desde Koenigsberg, General San Martín y Der Deutsche, dejaron Pillau el 25 de enero con 25.000 heridos y refugiados a bordo.
La inevitable evacuación por mar que tuvo lugar a partir de allí es un testimonio tanto de la capacidad de organización como de improvisación de la Marina.

El Seetra proveyó combustible y la 9ª División de Escolta les dio protección. Pero no sólo con grandes buques se realizó el transporte. La Marina requisó en enero y febrero de 1945 todas las embarcaciones capaces de navegar en el mar y las arregló de emergencia para transportar refugiados. Es que no se podía meter simplemente a gente exhausta en la bodega helada de un buque mercante ni dejarla sin comida en un viaje de varios días por mar.
Botes y lanchas pequeñas sacaban refugiados de los embarcaderos de los pueblos costeros, las llevaban a Danzig y volvían por más.
En Pillau, donde se acumulaba cada vez más gente, los víveres se volvieron críticos. La Intendencia de Marina se acordó que Memel, que todavía se defendía pero sería abandonada en pocos días, estaba abastecida de provisiones para meses.

Dos de los destructores nuevos grandes, T-33 y T-35, fueron enviados a Memel provistos con todas las autorizaciones y permisos necesarios para vencer a la burocracia militar alemana. Regresaron al día siguiente abarrotados de víveres de toda clase.
La Seetra envió entretanto Oficiales de Embarque a los puertos donde había refugiados, como Pillau, Danzig-Neufahrwasser, Gotenhafen.
El 1º de febrero llegó a Neufahrwasser el Teniente de Fragata Schuldt, capitán mercante en la vida civil, el que relató lo que encontró de esta manera: “Es un espectáculo indescriptible.
Los centenares de metros del muelle están repletos de lanchas y botes desembarcando civiles. Entre ellos cojean los heridos. El muelle es un desorden total. Parece un gran campamento militar de la Edad Media. Luego se comprobó que eran más de 10.000 personas”.
La mayor preocupación de Schuldt era que esta gente necesitaba un techo y abastecimientos hasta que pudiera ser evacuada, por el momento todavía por ferrocarril. Junto al muelle había grandes galpones de depósitos cerrados y casi vacíos. Schuldt buscó al dueño de las llaves y encontró un Teniente Coronel que se las negó “porque los refugiados podrían comerse las provisiones del ejército que eventualmente estarían allí”.
El marino rompió personalmente los candados de los galpones sin preocuparse por la amenaza de Consejo de Guerra del burócrata militar.
En pocos días un puñado de ayudantes transformó los galpones en alojamientos de tránsito bien organizados con cocina, enfermería, etc., que llegaron a albergar hasta 40.000 personas al mismo tiempo.

A Danzig y Gotenhafen llegan cada vez más refugiados desde el oeste y el sur, porque la ofensiva rusa de marzo había penetrado en una amplia curva hasta la costa de Pomerania (Pomorza), en la que se formaron bolsones en Stolpmünde, Rügenwalder y sobre todo en Kolberg (Kolobrej). Esta ciudad, declarada “fortaleza que será defendida hasta el último hombre” por el Alto Mando, tenía cortadas sus comunicaciones por tierra desde el 6 de marzo. Antes del encierro, 50.000 refugiados la pudieron abandonar, en parte por tierra y en parte por mar.
Quedaban todavía más de 80.000 en la ciudad, que era defendida por 4.000 soldados, rejuntados de unidades dispersadas, bajo el mando del Coronel Fullriede.

Cada vez que se retiraban para recargar municiones, se llevaban entre 1.000 y 1.500 refugiados. Así fueron sacadas de Kolberg hasta el 15 de marzo 70.000 personas por ellos y otras embarcaciones menores. Al anochecer de ese día no quedaban mujeres y niños en la ciudad en llamas, sólo algunos miles de hombres que no podían combatir, viejos o heridos, y los restos de la tropa de Fullriede que luchaba desesperadamente.
Su destino parecía estar sellado: los rusos penetraron hasta el centro de la ciudad y tomaron bajo fuego los puntos de embarque. Al cabo de un rato se identificaron los emplazamientos de las baterías rusas, que fueron puestas fuera de combate por el Z-34 luego de varias horas de combate. De inmediato, el Oficial de Embarque, Capitán de Fragata Kolbe, llamó a las embarcaciones menores y también el destructor albergaba cada vez más gente. El Capitán Hetz anotó en su Diario de Guerra: “A bordo no se puede mover nadie, sólo hay sitio alrededor de los cañones”.

Los tres buques mantuvieron con su masiva cortina de fuego una cabecera que tenía finalmente sólo un pedazo de playa de un kilómetro y medio de longitud y medio kilómetro de profundidad. En sus bordes los buques combatían haciendo puntería directa contra los tanques rusos.
En la madrugada del 17 de marzo las lanchas de los destructores rescataron a los últimos defensores, de los que muy pocos estaban ilesos. El último en embarcar fue el Coronel Fullriede.
El Capitán Hetz reingresó luego en la Marina de la República Federal Alemana, en la que llegó al grado de Vicealmirante.
6. La última resistencia
El peso de la tarea de evacuación descansaba ahora principalmente sobre las unidades menores y pequeñas que trabajaban incansablemente con todos los medios posibles, empleando masivamente hasta los botes de asalto de los zapadores, sobre todo allí donde no había puertos ni muelles sino playas y acantilados. Poco a poco se fue perdiendo todo. Primero Danzig, donde los rusos irrumpieron hasta el mar entre esta ciudad y Gotenhafen.

En Danzig Neufahrwasser el final llegó el 25 de marzo: el último buque, el Ubena, dejó el puerto con no menos de 4.000 personas a bordo.
Los galpones por los cuales pasaron en brevísimo tiempo 500.000 refugiados quedaron vacíos. Gotenhafen cayó el 28 de marzo. Cerca de allí, en un terreno elevado junto a la costa, combatían todavía los restos del VII Cuerpo Blindado, alrededor de 30.000 hombres. Pero su lucha ya no tenía sentido, porque a nadie protegían. Por ello, el Comandante del 2º Ejército General von Saucken, desafiando las órdenes expresas desde el Bunker del Führer, envió la palabra clave “Cascanueces” que la Marina ya estaba esperando para realizar su bien preparado plan de evacuación de los soldados.

Hela es una larga península boscosa delante de la bahía de Danzig, de 32 km de largo y sólo 1 a 2 km de ancho, y por ello fácil de defender.
La península se volvió el eje de todas las acciones de rescate, porque en la Prusia Oriental se mantenía todavía el bolsón de Heiligenbeil, con el puerto de Pillau y parte de la península Frische Nehrung. Desde allí cruzaba un continuo flujo de barcos la bahía de Danzig hasta Hela. La distancia es corta, sólo 38 millas, y las embarcaciones podían hacer el recorrido varias veces por día.
También llegaron barcos desde Libau y los bosques de la península comenzaron a congestionarse de refugiados.

Lo que la Marina y los buques mercantes con tripulación civil realizaron en estos días está expresado por una sola cifra: en el mes de abril fueron evacuadas más de 350.000 personas, ¡más de 10.000 por día! Cuando el Reich se derrumbó, Hitler se suicidó y el Almirante Doenitz asumió como Jefe de Estado, éste se fijó sólo dos objetivos: terminar la guerra lo antes posible y prolongar tanto como se pudiera la evacuación de civiles desde el este. En este sentido, Doenitz logró firmar una capitulación parcial con los ingleses el 1º de mayo, que suspendió las hostilidades en tierra pero permitió continuar con la evacuación por mar hasta el 9 de mayo, fecha de la capitulación definitiva.
Doenitz emitió la orden: “los transportes por mar de la Marina deben continuar”. Todo el espacio de bodega que todavía estaba disponible fue enviado al Báltico, se liberaron las últimas reservas de combustible. Hasta los destructores de la clase Narvik, que últimamente habían estado en reserva debido a su gran consumo de combustible, hicieron girar sus turbinas. Pese a que día a día resultaba más difícil embarcar y llevar al oeste el cargamento humano bajo el fuego de los rusos, la Marina logró evacuar en nueve días a 27.000 desde Libau, 65.000 desde Hela, 66.000 desde Swinemünde (Swinoujscie) y 44.000 desde los puertos de la costa de Mecklemburgo y la isla de Rügen, ¡más de 200.000 en total!.
7. El final
Los soldados que habían defendido hasta el final las cabeceras de playa quedaron atrás, unos 60.000 en Hela, 20.000 en el delta del Vístula, 100.000 en la Prusia Oriental, 200.000 en Lituania. Pese a ello, la Marina de Guerra y la mercante habían transportado por mar y sustraído de la barbarie de las tropas soviéticas, en 115 días desde mediados de enero hasta el 9 de mayo y según las estadísticas más conservadoras, alrededor de 2,5 millones de personas en total.
Las inevitables pérdidas propias de una operación así fueron sorprendentemente bajas. En tres buques de transporte hundidos por los rusos perecieron casi 20.000 personas, menos del 1% del total. Ninguno de los buques mayores de la Marina se había perdido.
Un trágico episodio aparte de los ya relatados lo constituyó el hundimiento del Vapor Cap Arcona y otros dos más por la aviación británica el 7 de abril de 1945, dos días antes del final definitivo. La inteligencia británica identificó a estos barcos como “buques de la SS”, por lo que decidieron hundirlos sin respetar la tregua antes pactada.

El traslado de más de dos millones de personas por mar en tan breve lapso fue, según la opinión unánime de historiadores ingleses y norteamericanos, la mayor y más exitosa operación de rescate de todos los tiempos.
(*) La Masacre de Nemmersdorf fue uno de los crímenes de guerra mas aberrantes en la historia de la humanidad perpetrados por el Ejército Rojo contra la población civil Alemana en Nemmersdorf, en el este de Prusia (hoy Mayakovskaya, región de Kaliningrado) el 22 de octubre de 1944 a las 07:00 horas. Conforme la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin en la segunda mitad de 1944, el Ejército Rojo socialista irrumpió en Prusia Oriental, había estado detenido por las condiciones climáticas no tan frías como para permitir el paso de transportes en terreno más sólido, cuando llegaron las heladas fuertes y los caminos llenos de barro se vieron cubiertos por una capa de duro hielo. Entonces, 200 divisiones soviéticas se abalanzaron como hordas salvajes a este territorio alemán, atrapado geográficamente entre Polonia y la URSS.
Uno de los primeros poblados en caer fue Nemmersdorf, ahí se encontraban soldados alemanes en su mayoría heridos así como civiles que huían al saber de el avance soviético. El primer enfrentamiento se dio en las afueras del poblado, ahí comenzaría la salvaje represión rusa al ejecutar sumariamente a 14 civiles, hombres y mujeres. Sin embargo lo peor estaba por venir, las tropas soviéticas encontraron resistencia de un grupo de soldados alemanes dispuestos a darlo todo para permitir el escape de sus compatriotas generando más tiempo para la huída. Encolerizados los rusos, avanzan con violencia y en su camino no sólo matan alemanes sino a un grupo de prisioneros de guerra franceses.
Ya en el poblado, al verse perdidos los Rusos ante la resistencia Alemana, comienzan las violaciones a mujeres y asesinatos a hombres, ancianos y niños, algunas de ellas siendo literalmente clavados sus cuerpos en madera y niños muertos a golpes de pala. Se invitó a reporteros de Suecia y Suiza, se pidió un castigo para los soviéticos, sin embargo el oprobio que se tenía de los nazis y el intento de evitar un problema estando a punto de perder Alemania hizo que los países que pudieron enterarse hicieran caso omiso a las súplicas de detener la masacre. Se acusó al gobierno alemán de querer hacer propaganda para fines bélicos. El gobierno soviético calificó a Nemmersdorf como un "gran montaje", de igual forma habían tratado a la masacre de oficiales polacos en los bosques de Katyn donde se comprobó habían sido los rusos responsables.
8. Fuentes
http://www.german-navy.de/kriegsmarine
http://es.wikipedia.org
http://commons.wikimedia.org
http://centroeu.com
http://histarmar.com.ar/
http://www.forosegundaguerra.com
ttp://home.tiscali.nl/robeam/koeningsberg/PLAN-ORTE-KOENIGSBERG.htm
http://www.feldgrau.com
http://www.smmlonline.com
El Hombre y la Mar; Año 2.004; Autor: Camil Busquets i Vilanova; Editorial: Agualarga - Aldaba
Enciclopedia Del Mar; Año 1974; Editorial Salvat
La Guerra en el Mar; Editorial San Martin; Año: 1986
De la Invencible a Guadalcanal. Nacimiento y ocaso del cañón en la guerra naval; Autor: Alvaro Akerman Trecu; Editorial: F.E.I.N; Año: 1999