Hola:
Erwin Rommel escribió:¿Cómo una persona alistada por la fuerza ha "aceptado libre y voluntariamente" su deber?
Voy a empezar con este párrafo de Erwin Rommel, que es el que creo que puede aclarar mejor mi postura con respecto a la deserción, sobre todo la de los soldados de leva forzada.
Cuando uno se integra en una sociedad, (está integrado desde que nace), acepta todos los derechos que esta le concede, a la seguridad, física y moral, a la aceptación social, al afecto, a la amistad, al reconocimiento personal..., (estas necesidades son, según Abraham Maslow, las más inmediatas después de las necesidades fisiológicas), y como contrapartida a estos derechos acepta los deberes que esa misma sociedad le impone.
Combatir en una guerra, y podemos entender como combatir el abordar cualquier esfuerzo que contribuya a la victoria del bando en el que uno milita, (porque la sociedad también te impone la necesidad de pertenecer a un bando), es uno de esos deberes sociales.
¿Entenderíamos que alguien dejase de trabajar en una fábrica de municiones, porque está en contra de la guerra?.
¿Entenderíamos que un médico no quisiera curar a un General porque le considera culpable de la guerra?.
Pues dentro del rol que a cada uno nos asigna la sociedad, (nos lo va asignando según nos vamos socializando a lo largo de nuestra vida), está el de contribuir al esfuerzo de guerra cuando llegue el momento.
El que lo hace aceptando el llamamiento a filas, acepta el llamamiento de manera libre y voluntaria, porque la objeción de conciencia está recogida en casi todos los ordenamientos jurídicos del mundo desde antes de la SGM. (En concreto EE.UU. la aprobó en 1940).
Uno podría alegar motivos religiosos ó de conciencia y sería asignados a puestos no combatientes.
Pero lo que no puede hacer es no contribuir en nada, ni una vez aceptado el cometido dejar de llevarlo a cabo porque ya no le viene bien.
Por eso la aceptación del llamamiento es libre y voluntaria.
Porque libre y voluntariamente aceptamos el vivir dentro de la sociedad, y porque esa misma sociedad nos proporciona todas las opciones disponibles llegado el caso para que podamos aportar de la forma que pensamos somos más útiles. Pero aportar, tenemos que aportar siempre. Lo otro es egoísmo, puro y duro.
Sobre el clamor social contra el servicio militar obligatorio.
Pues las cifras del propio Ministerio de Defensa, del Movimiento de Objeción de Conciencia, del Ministerio de Justicia y del Ministerio de Interior, hablan por si solas del "clamor".
El año 1999 es el que se registra mayor número de objetores de conciencia. No llegó a los 160.000. (Podemos recordar aquí que para promover una Iniciativa Legislativa Popular son necesarias 500.000 firmas. Nunca se presentó ninguna de estas ILP para abolir el servicio militar...).
El número de insumisos, entre 1984 y 2001, fue de unos 50.000. Pasaron por la cárcel unos 1.000. Otros 4.000 fueron amnistiados en 2002 con la reforma de los Códigos Penales, Civil y Militar. 45.000 se fueron al limbo...
La mayor manifestación contra el servicio militar, se produjo en el año 1990, en el marco de la I Guerra del Golfo, a raíz del envío de tropas por parte del Gobierno, (muchas de ellas de reemplazo), y no llegó a las 100.000 personas según fuentes del Ministerio de Interior.
¿Clamor?. Como dice el del anuncio, "No lo veo".
Aceptación social de las Fuerzas Armadas.
En el último estudio del CIS, un 69 por ciento de los españoles tenía un concepto "muy bueno ó bueno", (llega hasta el 90 por ciento si sumamos a los de "regular"), de la labor de las Fuerzas Armadas. En el año 1999 era del 44 por ciento.
"Por los suelos" están los políticos, el parlamento, los ayuntamientos, los sindicatos, los obispos, los bancos,..., que en ningún caso llegan al 30 por ciento en esa percepción de "muy bueno ó bueno".
La gente, (el 90 por ciento de la gente), cree que el Ejército es necesario. Y es necesario, porque les cubre una de esas necesidades básicas que enumeraba al principio citando a Maslow. La de la Seguridad Física. (Si vas tú a la guerra, no tengo que ir yo. Eso sí, vete y no desertes...).
Aceptación social del desertor.
Si la sociedad aceptase al desertor, si no le reprochase su acción, seguramente existirían a nivel mundial varias iniciativas para despenalizar la figura del desertor. Ni existen ,ni han existido, ni existirán. Nunca. En ningún país del mundo.
Cosa diferente es que los suyos quieran prestarles apoyo, quieran protegerles, ó ayudarles. Lo harían también si fueran estafadores, defraudadores al fisco, ó malversadores públicos. (Lo vemos todos los días en el telediario).
Por último, sobre las razones que tiene alguien para revelar secretos al enemigo. (Y la revelación de secretos en sí misma, también es un Delito).
Las excusas que tenga cada uno me son indiferentes. El hecho es que tienes el deber de no hacerlo, (si quieres, sólo porque conoces a aquellos que van a morir ó a caer prisioneros a resultas de tus actos), y si no cumples con tu deber, (que una vez más es aceptado de manera libre y voluntaria), el resto tiene todo el derecho del mundo a demandártelo.
No hago referencia al uso de armas por parte de Funcionarios y Personal de Seguridad, porque con toda seguridad manejo mucha más información que vosotros y sé que hay una cantidad importante de situaciones en las que hacer el uso del arma no puede ser objeto de reproche alguno, ni Civil, ni Penal.
Un saludo.